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Residuos
A España le gusta el plástico: adictos a los productos de un solo uso
Comienza la guerra contra el plástico. Mientras Costa Rica se declara "zona libre" de este producto, Francia veta los de un solo uso y Marruecos prohíbe las bolsas, España solo se plantea cobrar un precio obligatorio por las bolsas de plástico ligeras, sin hablar de prohibición ni regular los de usar y tirar.
Coordinador de Clima y Medio Ambiente en El Salto. @PabloRCebo pablo.rivas@elsaltodiario.com
En España se consumen anualmente 144 bolsas de plástico por persona: 6.800 millones. A nivel europeo la cifra asciende a 177 por habitante, más de 100.000 millones puestas en circulación por la industria, según los datos que maneja la Comisión Europea. El tiempo medio de utilización de cada una de ellas es de 15 minutos. 8.000 millones acaban en el medio natural cada año y, según Greenpeace, solo se recicla un 7%. Esta inmensa cantidad de residuo plástico tarda en descomponerse entre 50 años y cuatro siglos.
El informe Plastics - The facts 2016 de Plastics Europe, la asociación que engloba a las empresas del sector, muestra un incesante incremento global de la producción de estos materiales. De 230 millones de toneladas en 2005 se fabricaron 322 en 2016, 58 de ellas en Europa. Esta patronal afirma que, en 2014, solo se recicló el 29,7% de la producción, una cifra que las ONG ambientales ponen en duda.
Lo que nadie pone en cuestión es que entre 4,8 y 12,7 millones de toneladas de plástico, en su mayoría productos de usar y tirar, llegan a los océanos cada año. En el caso del Mediterráneo, el 96% de las muestras de basura recopiladas son de este material. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, en 2050 habrá más plástico que peces en los mares y el 99% de las aves marinas habrán tenido este material en su aparato digestivo. El mar de plástico es una realidad, no solo en Almería.
Costa Rica marca el rumbo
Ante la magnitud del problema, hay países que han decidido tomar cartas en el asunto, una vieja demanda de los ecologistas que no obtiene el apoyo institucional que quisieran. El más adelantado es Costa Rica, que quiere ser la primera nación del mundo en eliminar los plásticos de un solo uso declarándose “zona libre de plásticos”.
No hablamos solo de bolsas. Pajitas, bastoncillos para los oídos, botellas de agua, tenedores, cuchillos, removedores de café, cucharas, platos y vasos están en la lista negra. Y el gobierno costarricense quiere tener hacerlo en un tiempo récord: el año 2021. Para ello ya ha puesto en marcha una estrategia nacional para la sustitución de plásticos de un solo uso por alternativas renovables y compostables marinas –deben degradarse en menos de seis meses en el medio marino–, con un enfoque multidisciplinar y con múltiples actores implicados, de empresas a gobiernos locales.
Pero para encontrar otros ejemplos de estrategia para atajar el problema no hay que irse tan lejos. De hecho, como explica Carlos Arribas, responsable de Residuos de Ecologistas en Acción, “estamos rodeados de países que han sido más valientes”. Francia aprobó en septiembre de 2016 el veto a platos, vasos, tazas y cubiertos de plástico para 2020, productos que tendrán que estar fabricados en un 50% de material biodegradable, cifra que aumenta al 60% en 2025. A ello hay que sumar la prohibición que realizó meses antes de la distribución de bolsas de plástico gratuitas en los supermercados.
También Marruecos decidió actuar el año pasado, prohibiendo la comercialización, exportación, importación y producción de bolsas de plástico, un problema que en África tiene especial relevancia y que ha hecho actuar a otros países como Kenia, Ruanda, Senegal o Sudáfrica.
aquí a la cola
¿Y en España? El Gobierno presentó el mes pasado un proyecto de Real Decreto que pretende prohibir la distribución gratuita de bolsas de plástico convencionales en tiendas y supermercados para 2020, fecha desde la cual solo se podrán distribuir reutilizables y compostables mediante procesos industriales. Impone además un precio mínimo para las de un espesor igual o superior a 50 micras –desde el 1 de marzo de 2018–, aunque deja fuera de cargo a las de uno menor a 5 micras, habituales en pescaderías y fruterías de supermercados, que deberán ser compostables.
Se trata del segundo borrador que el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente presenta tras el que planteó a principios de verano, al que organizaciones ecologistas alegaron en su contra por considerarlo “insuficiente” y por “no cumplir la directiva del 2015 sobre bolsas de plástico que exige un porcentaje de reducción”, tal como expone Arribas. En concreto, la Directiva 2015/720 exige una disminución de 190 a 90 unidades de un solo uso por persona al año en 2019, una disminución de en torno al 50% respecto a los niveles de 2010, que debe aumentar al 80% en 2025.
Por el momento, en el Estado español solo se va a atacar a las bolsas de plástico ligeras, sin una prohibición real
Sin embargo, el nuevo borrador tampoco convence a los ecologistas. “Se habla de sustitución, pero lo que nosotros pedimos es la prohibición, no queremos que la problemática se traslade a otros materiales como los biodegradables o el papel”, expone Diana Osuna, responsable de Residuos de Amigos de la Tierra en Madrid, quien plantea que lo que hay que conseguir es “un cambio de hábitos, reducir la necesidad de consumir este tipo de productos e insistir en el reciclaje y la reutilización”.
También para Ecologistas en Acción el proyecto de real decreto es poco ambicioso. “Las bolsas compostables no son biodegradables en el medio natural, son compostables en plantas de tratamiento industrial, con lo que nos vamos a encontrar con los mismos problemas que tenemos ahora con las bolsas abandonadas en el medio”, denuncia Arribas.
Para este experto, “cobrar a estas alturas, cuando ya todo el mundo lo está haciendo, no es muy exigente”, e indica que lo efectivo sería “adoptar medidas de prohibición”.
Al futuro real decreto, hay que sumar el Programa Estatal de Prevención de Residuos, en el que una de las líneas de trabajo es disminuir los productos de un solo uso, aunque, tal como apunta Osuna, “no ha tenido medidas muy efectivas para llegar a ello”. También existen planes de prevención de residuos de comunidades autónomas y entidades locales, como es el caso del Consell Insular de Formentera, que prohibió en 2013 la distribución de bolsas de plástico en los comercios de la isla.
El SDDR no llega
Una medida que va directamente a una de las vías de solución, el incremento de la reciclabilidad de los envases, no acaba de arrancar en la primera comunidad autónoma que lo ha proyectado en serio: el País Valencià. El sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR) que planteó la Generalitat a finales de 2016, cuyo proyecto de ley lleva preparado meses, está paralizado. Se trata de un sistema adoptado en más de 40 países y regiones del mundo que aumenta de forma importante la tasa de reciclabilidad. La última nación en adoptarlo ha sido Escocia, cuya primera ministra, Nicola Sturgeon, anunció el mes pasado su implementación.
Hemeroteca Diagonal
SDDR, ¿un mundo sin botellas ni latas tiradas?
El País Valenciano quiere implantar un sistema de retorno de envases. La industria quiere pararlo.
La iniciativa, por la cual el ciudadano paga un canon por cada envase de un solo uso que luego se le retorna cuando lo devuelve al establecimiento, es defendida al unísono por todos los grupos ecologistas. Pero tiene un enemigo claro y poderoso en España: el lobby de la gestión de envases de plástico, latas y bricks, personificado en la entidad que tiene su monopolio, Ecoembes.
"En Valencia el proyecto está en stand by porque el PSOE no quiere llevarlo a cabo”, explica Arribas. “La consellera de Medio Ambiente, Elena Cebrían, está haciendo caso a Ximo Puig y al Partido Socialista, aunque esa consellera fue elegida por Compromís. Había un compromiso de presentar el proyecto de ley este año que ya se ha incumplido, porque no se va a presentar, y no sabemos si se presentará el año que viene, la última oportunidad para que sea en esta legislatura".
Otras comunidades están barajando introducir el SDDR. Es el caso de Baleares, Catalunya o Navarra. Esta última realizó una experiencia piloto en Cadaqués en 2013 con resultados muy positivos, multiplicando por cinco la recogida selectiva de envases ligeros. Pero hasta que nadie rompa la baraja el sistema no podrá expandirse, según plantea el responsable de residuos de Ecologistas: "Si una comunidad lo desarrolla es posible que el pressing que está haciendo Ecoembes para que ninguna comunidad lo adopte se rompa".
Mientras tanto, la acumulación de residuos y su abandono en el medio ambiente prosigue. Por el momento, en el Estado español solo se va a atacar a las bolsas de plástico ligeras, sin una prohibición real. "Es muy ridículo que utilicemos cosas de usar y tirar a estas alturas, porque estamos tirando recursos naturales a la basura, más toda la problemática que conlleva la gestión de residuos", plantea Diana Osuna. "Habría que insistir en la prohibición y no solo concentrar las medidas en el último eslabón de la cadena de producción de un residuo, como una bolsa de plástico de un solo uso".
Si se quiere atajar el problema, la ecologista expone que habría que "aplicar la responsabilidad ampliada del productor y que se penalice o que tenga mayor implicación aquel productor o distribuidor que genere un producto con más envoltorio o con un plástico de usar y tirar". Precisamente uno de los principios en los que insiste la directiva europea de 2015 que ha obligado al Gobierno español a tomar cartas en el asunto.
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Buen articulo, enhorabuena. Es increible que cada día este todo más lleno de plástico gracias a que no se recicle. No interesa y en parte lo veo normal porque no hay ningún incentivo. Si se implantase un SDDR no habia una sola lata ni botella de plastico por el suelo. Pero en vez de eso se produce más cada día (que es lo que le interesa a la mafia Ecoembes) y se sueltan mensajitos y propaganda chorra para quedar bien, como el de si reciclas latas contrarrestas el humo de un tubo de escape 10m. Estos últimos días se debe de haber reciclado poco en Madrid...
qué podriamos esperar de un gobierno anclado en el 78... CIEGOS