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Salud mental
Familia y escuela son los principales factores de protección para la salud mental de adolescentes LGTBI+
El sentido de pertenencia y conexión en el entorno escolar, el apoyo familiar y las relaciones entre pares influyen profundamente en el bienestar emocional de adolescentes y apunta a la necesidad de construir entornos seguros, conectados y respetuosos de la diversidad para promover la salud mental en esta etapa clave del desarrollo. Pero son sobre todo los primeros, la conexión familiar y escolar, los factores que tienen un mayor peso en el bienestar de las y los adolescentes, por lo que se convierten en un factor de protección muy relevante frente a las violencias que les acechan.
Es lo que destaca Yolanda Pastor Ruiz, investigadora de la Universidad Rey Juan Carlos y coordinadora del estudio Salud mental y redes de apoyo en la adolescencia: Miradas desde la diversidad sexual y de género, publicado esta semana, quien añade que el clima negativo en la escuela y las microagresiones cotidianas son los factores que más merman la salud mental de las personas adolescentes LGTBQ+.
Yolanda Pastor Ruiz, investigadora de la Universidad Rey Juan Carlos y coordinadora del estudio, espera que sirva para orientar medidas para garantizar que familia y escuela sean espacios seguros
Por eso, Pastor Ruiz espera que los datos de este estudio sirvan para orientar las políticias públicas hacia la mejora en las relaciones familiares y escolares posibles, porque es ahí donde la construcción de espacios más seguros puede tener un impacto crucial en el bienestar de la adolescencia en general, y de quienes son LGTB+ en particular: “Nutrir las relaciones familiares y escolares y construir espacios seguros en la escuela y la familia constituye una línea importante para la promoción de la salud mental y el bienestar en la adolescencia en general, prestando especial atención a las personas LGTB+”.
Lucas Platero, profesor del departamento de Psicología Social de la URJC y uno de los colaboradores de este estudio, puntualiza: “No es que las amistades y compis no sean importantes, es que aún no son jóvenes adultos, para quienes se invierte el peso de esa influencia a favor de las amistades”. Porque, sí, los vínculos entre iguales son relevantes, pero en la franja de edad en la que se centra el estudio “la familia sigue teniendo un peso muy importante para esta adolescencia, tiene que ver con el apego seguro, con dar un sentido a quien se es”. Es una realidad que no solo muestras esta investigación, sino que se conoce también por otros estudios internacionales, entre ellos el proyecto de investigación Colourful Childhoods del que forma parte Platero.
LGTBIAQ+
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El informe tenía como principal objetivo estudiar la salud mental de la población adolescente entre 14 y 17 años residentes en España, prestando especial atención a la diversidad de género y sexual, y lo ha hecho en colaboración con un equipo de investigadores/as de diversas universidades —Universitat Oberta de Catalunya, Universitat Rovira i Virgili, Universitat de Girona y Universidad Alberto Hurtado—.
Algunos de los datos: el 11,2% de las personas adolescentes de la muestra global afirma sentirse muy o bastante infelices y el 38,8% afirma experimentar soledad con regularidad en el último año. Además, el 15,7% afirma haber intentado suicidarse y el 19,8% señala que ha considerado o intentado planificar el suicidio durante el último año. El 29,3% manifiesta que durante el último año ha realizado conductas autolesivas y el 10,5% indica pensar frecuentemente en ello. En todos los indicadores de malestar emocional, la adolescencia LGTBI+ muestra de forma significativa una mayor tasa de incidencia que sus iguales cis y heterosexuales.
En cuanto a la percepción de la violencia recibida, la adolescencia LGTBI+ afirma recibir mayor acoso. Seis de cada 10 adolescentes LGTBI+ han recibido insultos verbales o les han puesto motes por su identidad, y cuatro de cada 10 afirma haber sufrido bullying por ser LGTBI+.
En todos los indicadores de malestar emocional, la adolescencia LGTBI+ muestra de forma significativa una mayor tasa de incidencia que sus iguales cis y heterosexuales
El estudio presta especial atención a cómo la conexión, es decir, el sentido de pertenencia y el cuidado recibido en diferentes entornos, sirve como factor de protección. En ese sentido, analiza la conexión con la familia, la conexión escolar y la conexión entre iguales.
En cuanto a la conexión con la familia, los datos apuntan que dos de cada 10 no siente que su casa sea un lugar seguro de forma constante y no siente una pertenencia completa y sin reservas a su familia y ponen de manifiesto que las personas LGTBI+ experimentan menor conexión con su familia que las personas cisheterosexuales. Y eso a pesar de que un mayor grado de conexión con la familia se asocia a mayor bienestar psicológico y menor depresión, soledad, ideación suicida y conductas autolesivas, dice el estudio en suis conclusiones.
La conexión escolar, que es la percepción que tiene el estudiantado sobre si las personas adultas y sus iguales en el centro se preocupan no sólo por su aprendizaje y sus resultados, sino también por sus experiencias personales, se asocia a menor grado de depresión, ideación suicida, soledad no deseada y conductas autolesivas, y mayor grado de felicidad y también constituye un factor protector del bienestar en la etapa adolescente. Los datos indican que tres de cada 10 adolescentes no consideran que su centro escolar sea un lugar seguro de forma estable y permanente, solo a veces. Cuatro de cada 10 consideran que en el centro escolar no le valoran y que los profesores y profesoras no les escuchan.
Con respecto a la vivencia de conexión con los iguales encontramos que aproximadamente una de cada 10 adolescentes no siente conexión con los iguales y dos de cada 10 presenta un grado de conexión baja, tan solo a veces. Las personas LGTBI+ presentan menores niveles de conexión con los iguales que las personas cis heterosexuales. De nuevo, a mejores relaciones con los iguales, mayor bienestar psicológico presentan las personas adolescentes.
Violencias frecuentes y variadas en la escuela
Y es que entre iguales es donde las experiencias de acoso entre iguales son frecuentes y constituyen uno de los factores de riesgo con mayor peso en el malestar psicológico en la etapa adolescente.
En datos: dos de cada 10 adolescentes manifiestan haber sido maltratados físicamente por sus iguales en algún momento en el último año y una de cada 10 informa recibir todas las semanas burlas o insultos.
Además, las, los y les adolescentes LGTBI+ expresan haber vivido violencias frecuentes y variadas: seis de cada 10 adolescentes comentan haber recibido insultos verbalmente o les han puesto motes por el hecho de ser LGTBI+, ocho de cada 10 afirman escuchar comentarios anti-LGTBI+ con frecuencia y cuatro de cada 10 afirman haber sufrido bullying en algún momento por este hecho.
La mitad de las personas LGTBI+ utiliza en algún grado estrategias de ocultación de su identidad sexogenérica y también anticipa que va a ser rechazada por los demás en algún momento
Como consecuencia, aproximadamente la mitad de las personas LGTBI+ utiliza en algún grado estrategias de ocultación de su identidad sexogenérica y también anticipa que va a ser rechazada por los demás en algún momento, ocho de cada 10 sienten algún grado de incomodidad en situaciones públicas al hablar de su orientación sexual o identidad de género, dos de cada 10 cambiarían su identidad si pudieran, lo que implica estar sufriendo un rechazo interiorizado que le genera malestar. Tanto el rechazo familiar como las microagresiones experimentadas y el acoso entre iguales se asocian a mayores tasas de depresión e ideación suicida, mayores pensamientos y conductas autolesivas, mayor experiencia de soledad no deseada y menor grado de felicidad entre las personas LGTBI+. Como resultado de estas vivencias de rechazo y exclusión social, las personas adolescentes LGTBI+ experimentan mayor malestar psicológico que las personas cis-heterosexuales.
Opinión
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Resistencias LGTBI+
“Mientras las personas adultas aún estamos debatiendo si tienen la edad suficiente para decir sobre su cuerpo y su sexualidad, nos están hablando constantemente y diciendo claramente que les escuchemos”, dice Platero sobre las adolescencias LGTBIQ+.
Y es que Platero suma a esta estudio las aportaciones de Me insultan y yo les tiro un beso (Bellaterra, 2025), un libro que recoge reflexiones de personas LGTBIQ+ de diferentes edades y cuyo título hace referencia a una de esas vivencias: “Rubén nos contó que cuando le insultaban en el pasillo del instituto, se giraba y les tiraba un beso”. El libro también recoge cómo, en un clima de cuestionamientos, cuando no violencia, las, los y les adolescentes buscan sus propias formas de resistencia.
Lucas Platero: “Es importante hacer una pedagogía de la ternura y aceptación entre las personas adultas, son adolescentes que necesitan sentir nuestro apoyo para poder crecer y enfrentarse a los retos que se les van presentando en la vida”
El libro recoge también dibujos, poemas, cuentos, poemas y cómics que son la prueba de que las adolescencia LGTBIQ+ “nos están hablando constantemente y diciendo claramente que les escuchemos”. Un material que “supone un cuestionamiento al adultocentrismo con el que cerramos esta escucha, que tiene más que ver con los miedos de las personas adultas y nuestra propia ignorancia, que con lo que nos están pidiendo los chavales”.
“En este sentido, sobre la población que es LGTBI+ creo que cobra aún más importancia hacer una pedagogía de la ternura y aceptación entre las personas adultas. Son adolescentes que necesitan sentir nuestro apoyo para poder crecer y enfrentarse a los retos que se les van presentando en la vida”.