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Servicios públicos
Más de 50 colectivos se movilizan para pedir unos servicios públicos de calidad en Madrid
La situación de algunos barrios y ciudades periféricas de la capital ha hecho que diversas agrupaciones se junten para demandar un fortalecimiento de los servicios públicos. Critican al Gobierno de España y al de la Comunidad de Madrid por no haber implementado medidas que realmente mejoren la vida de los vecinos de los barrios trabajadores.
Madrid continúa en lucha. Más de 50 colectivos sociales, entre los que se encuentran sindicatos, partidos políticos, plataformas de apoyo vecinal y organizaciones antifascistas, marcharán este domingo 25 a las 12.30 horas por el centro de la capital para reivindicar unos servicios públicos de calidad para la ciudadanía. Hartos de la “incompetencia” e “inacción” tanto del Gobierno regional, del PP, como del central, del PSOE y UP, para adoptar medidas que realmente faciliten la vida y el día a día de la gente en la crisis sanitaria, salen a la calle para luchar contra las decisiones de “segregar por barrios” y empezar a calentar motores de esta nueva fase de movilizaciones sociales, una etapa que les recuerda a la de hace algunos años, en la que eclosionaron diferentes y potentes luchas como el Rodea el Congreso, la marcha de los mineros, las mareas, Gamonal, o las marchas de la dignidad.
“Nos llevamos reuniendo hace un mes y medio con diferentes agrupaciones de todo Madrid, pero también con nuevos colectivos que han surgido debido a la emergencia social que ha causado la pandemia”, explica René Otaduy, portavoz de la Coordinadora 25S. Esta asamblea, conocida por convocar los Rodea el Congreso, decidió seguir funcionando después de los mismos organizando otras movilizaciones como Jaque a la monarquía o participando en las consultas republicanas que se efectuaron en algunos barrios y ciudades de la Comunidad de Madrid. Ahora lo tienen claro: “Exigimos transformaciones profundas y estructurales del conjunto del sistema político y económico; y nos reafirmamos en una de nuestras demandas principales: la apertura de un proceso constituyente, al igual que está sucediendo ahora en Chile”.
Si la situación se enfoca en un plano más cercano, la Coordinadora 25S ha sido unas de las agrupaciones que han estado desde el principio en la organización de la movilización por los servicios públicos. “Vemos cómo el Gobierno central ha decretado el estado de alarma en Madrid y desde la Comunidad han empezado un juego político en el que lo único que hacen es echarse la responsabilidad una Administración sobre otra”, agrega Otaduy.
Su análisis de la actualidad es el siguiente: “En esta segunda ola del coronavirus no hemos visto que se hayan adoptado de forma preventiva las medidas que eran totalmente necesarias, como reforzar la atención primaria, contratar rastreadores y aumentar las frecuencias en el transporte público”.
50 colectivos defienden Madrid
Junto al lema de “por unos servicios públicos de calidad”, la movilización también se abre paso bajo el eslogan “en defensa de Madrid” para, según dicen, no perder la perspectiva de que lo único que están reclamando es que se cumplan sus derechos como ciudadanía. “Los últimos anuncios de que quizá se decretaba el toque de queda ha hecho que en el primer día del lanzamiento del comunicado superáramos las cuatro decenas de adhesiones de otras organizaciones, así que esperamos reunir unas 3.000 personas teniendo en cuenta las circunstancias, ya que habrá gente de otras localidades que no podrá acceder a Madrid y que aún persiste cierto miedo a salir de casa”, comenta Otaduy.
El comunicado al que se refiere, y que suscriben ya más de 50 colectivos, explica su posición de forma meridiana: “Ninguna de las dos partes [Ejecutivo central y Gobierno regional] ofrece alternativas para solucionar de verdad —y no en las ruedas de prensa— la precariedad laboral, la precariedad habitacional, la precarización de las condiciones de vida de las mujeres y los jóvenes… En síntesis, el aumento de la precarización de la vida del Pueblo Trabajador”. Se refieren a una amalgama de situaciones que —señala— siempre sufre la misma gente en beneficio de los mismos. Por eso Otaduy percibe que en el corto plazo habrá un gran incremento de reivindicación social.
“Estamos asistiendo a una nueva fase, un nuevo ciclo al alza de movilizaciones sociales porque las personas empiezan a percibir que estamos frente a una crisis económica de consecuencias muy profundas que estamos sintiendo ya. Además, la gente la comienza a ver de manera mucho más clara que la crisis anterior porque el conjunto de las Administraciones no están tomando medidas que satisfagan sus necesidades porque no las orientan a garantizar un bien tan básico y esencial como la salud de la ciudadanía”, explica el portavoz de la Coordinadora 25-S.
Uso fraudulento de los impuestos
Tal y como recoge el propio escrito que leerán al final de la manifestación, “una buena parte de nuestras horas de trabajo, un cuarto como media, van a financiar el entramado institucional: ayuntamientos, comunidades autónomas y el Estado central“. ”No tenemos problema alguno con ello“ —continúan— porque sin impuestos no puede haber servicios públicos. Lo que denunciamos y rechazamos frontalmente es que esos recursos públicos que proceden de nuestro esfuerzo y sudor, de nuestro trabajo, se dilapiden, se utilicen irresponsable y fraudulentamente como ocurre con hasta frecuencia para alimentar las redes de corrupción y clientelismo político”.
Resistiremos Vicálvaro es uno de los colectivos que han rubricado el manifiesto. Alba, una de las participantes en su asamblea, narra su nacimiento: “Durante la primera cuarentena vimos la necesidad del vecindario de Vicálvaro y las medidas que empezaban a imponer por la crisis sanitaria, así que decidimos crear el colectivo. Al principio colgamos carteles en defensa de la sanidad pública, hicimos campañas de apoyo al pequeño comercio, dimos soporte en las redes sociales a los trabajadores y a los familiares de las residencias de mayores, nos sumamos y convocamos aplausos en los centros de salud de atención primaria y organizamos paseos populares reivindicativos al igual que se celebraron en otros barrios de Madrid por la sanidad pública y contra la represión, porque ya empezamos a ver cómo focalizaban el problema en los barrios obreros”.
Una manifestación por la mejora de los servicios públicos de Vicálvaro y la “dignidad de los barrios y los pueblos obreros” recorrió el distrito madrileño a principios de octubre por motivos similares. “Seguimos pidiendo lo mismo que pedíamos en marzo, porque no han hecho nada”, apostilla Alba. En Vicálvaro algunos centros de salud se colapsan todos los días con colas de espera enormes a sus puertas, además de que algunos de sus vecinos se empiezan a preocupar porque se están dejando de atender otro tipo de patologías diferentes a la del coronavirus.
“No tenemos hospital propio, normalmente nos derivan al Gregorio Marañón, ya de por sí saturado. Tampoco tenemos centro de especialidades, así que tenemos que ir al de Moratalaz. Además, ninguno de los centros de salud tiene servicio de urgencias, así que si ocurre algo también nos desplazamos al Marañón, cuando en ese hospital las urgencias normalmente están colapsadas”, denuncia la participante de Resistiremos Vicálvaro.
Otro hecho llamativo que se da en este distrito es que ha sido el último de toda la Comunidad en abrir sus bibliotecas y salas de estudio, “y ahora solo lo hacen por la mañana, así que mucha gente está imposibilitada a utilizarlas”, señala Alba. “Es algo que no tiene sentido y que tampoco nos dan ningún motivo para que permanezcan cerradas por la noche”.
El antifascismo también irá a la manifestación
Carlos Irazabal milita en Comité 1-20, la asamblea antifascista de Alcobendas y San Sebastián de los Reyes, en la Comunidad de Madrid. A su vez, forma parte de la red de apoyo vecinal que se creó en esas localidades a raíz del estallido de la pandemia. “Empezamos con pequeñas acciones, como haciendo la compra a personas mayores que no podían salir de casa, pero hemos acabado abordando otros temas mayores como el hambre. En las entregas de alimentos que hacemos después de recogidas solidarias se juntan hasta 300 personas. Vemos cómo todo esto va a peor, no solo aquí sino en otros barrios de Madrid”, relata.
La entrega de material escolar y ordenadores a quien lo requiriera ha sido una de las últimas acciones que han llevado a cabo. Una vez más, la ciudadanía organizada parcheando la incompetencia de la Administración. “En la despensa solidaria se juntó mucha gente que no era militante activa pero vio atractivo el proyecto, con un fuerte potencial. Muchos de nosotros trabajamos en el sector educativo, y eso nos parece fundamental para conseguir lo que queremos: crear un tejido fuerte vecinal y empoderante desde abajo”, reflexiona Irazabal.
La otra vertiente militante de este joven está enfocada en el antifascismo. “La Policía nos ponía problemas cuando nosotros hacíamos recogidas de alimentos en las puertas de los supermercados, pero a Hacer nación, un grupúsculo fascista de San Sebastián, se lo permitían. Parece que ahora quieren constituirse como partido político porque en su discurso se entrecruzan el patriotismo con una vertiente más social y acaba calando en la gente”, se explaya Irazabal. De hecho, estos colectivos de extrema derecha están intentado seguir los pasos de las redes de apoyo mutuo surgidas durante la pandemia, “incluso copiando mensajes como 'solo el pueblo salva al pueblo', pero la diferencia está en que ellos solo ayudan a españoles”, en sus propios términos.
Así pues, han decidido sumarse a la manifestación del domingo, que discurrirá desde Cibeles hasta Sol, “porque es muy importante ganar ese terreno a la extrema derecha, concienciar a la ciudadanía de que esta gente solo aparece en los periodos de crisis para conseguir implantación, pero luego desaparecen”.
"El día 25 nos juntaremos la gente corriente, de a pie, que luchamos por unos servicios públicos de calidad y universales, para todos y todas”, concluye el militante antifascista.