Universidad
Elogio a la mediocridad (y a la academia)

“Se escribe en torno a lo publicable según los corsés que se exigen. Es el ahogamiento de la creatividad inmerso en el proceso de (re)producción de mercancías, aunque, normalmente, sin (plus)valor: sin remuneración”.
Birrete rojo
Honey Yanibel Minaya Cruz para Unsplash.

Es hora de ser uno mismo —si es eso posible—. Aquí puedo escribir como quiera. Es lo único que importa. Quizás solo sea en la medida que vaya escribiendo. ¡Fuera academia! ¡Fuera (o dentro) pedantería! Ser es hacerse, o no ¿Acaso importa? Adiós a ser claro o críptico según la situación. Seré yo, o el yo que quiera mostrarme a mí mismo.

Hablaré claro: soy un mediocre y me siento como tal. Siempre lo supe, aunque admitirlo (siquiera inconscientemente) no es algo sencillo. A todos nos pasa. Pero mal de muchos, resignación lógica. Por suerte, aquí no encontraréis las manidas reiteraciones sobre la estupidez de lo estúpido, la idiotez de lo idiota, y la infantilización de lo infantil: “vivimos en una sociedad de borregos”, “decadencia y cultura del vacío”, “hemos perdido lo sustancial, todo es pastiche y superficialidad”, dicen, reiterando una y otra vez los mismos tropos. ¡Qué majos!

Opinión
Canto a la ansiedad social
Socializar la fobia social es una estrategia de consuelo y resistencia, de organización y de autoconciencia de grupo.

Yo, sin embargo, no pretendo nada de eso en estas líneas. Ni falta que hace. Entonces, ¿qué busco? ¿Aclararme a mí mismo, (auto)expresar una serie de pensamientos fragmentarios? Quizás, solo quizás. No soy un gran escritor, nunca lo he sido. Adiós a cualquier estilo cuidado, yo decido como escribir, esa es mi mayor fortaleza. ¿Es esto un alarde de narcisismo que se es esconde en mi, maldita, frustración? Es igual, no le escribo a nada ni a nadie (de momento). Pero escribo, solo escribo. Desconozco su finalidad (no quiero saberla). ¡Ah! Producir fragmentos… ¿seré yo un fragmento? Todos somos fragmentos, ¿del Ser? ¡No, coño!, ¡de la Nada!

Canallas. ¡Que fluya el pensamiento!

Uno se queda hipnotizado, y un tanto acomplejado, cada vez que acude a un seminario de filosofía. Nietzsche, hermeneutas, Heidegger, fantabulosa combinación. ¿Cuál es la verdadera naturaleza del eterno retorno?, ¿eterno retorno de lo mismo?, ¿de lo igual?, ¿de lo diferente?, ¿de lo inverso?, ¿de lo tangente? Palabrería insustancial. Atisbos de genialidad nietzscheanos evaporados tras tanta chapa infumable. Al final de tanta estupidez, ¿qué queda?, lo mismo de siempre (¿eterno retorno de lo de siempre?, no caerá esa breva): la verdad —Ah, la verdad, ¿verdad?— se revela: sentido, vida, ser, no ser, vivir, morir, ¡qué infructuoso!

La academia está sometida a la mercantilización y a las lógicas productivas del sector, a la que un servidor también está inmerso: investigador contra investigador, publicaciones en serie, revistas de impacto

Pero sería limitado y sustancialmente equivocado circunscribir las derivas intelectuales en la academia (perdonad la concreción en un ambiente que no es el de todxs) a su propio movimiento endémico. La academia está sometida a la mercantilización y a las lógicas productivas del sector, a la que un servidor también está inmerso: investigador contra investigador, publicaciones en serie, revistas de impacto. Los marcos teóricos, el aporte categorial… todo es secundario. Se escribe en torno a lo publicable según los corsés que se exigen. Es el ahogamiento de la creatividad inmerso en el proceso de (re)producción de mercancías, aunque, normalmente, sin (plus)valor: sin remuneración. Una fe en el futuro mundanizada (la academia, en concreto, o la sociedad, en general, proveerán). Lo único que nos espera es el desgaste físico, moral, y ético. Otrizar al compañero, a la compañera, y reproducir la relaciones de poder y de dominio. Todo asentado (huelga decirlo) en la explotación y en la opresión. No es un eslogan, es una constatación.

No nos desviemos. Devorar y consumir papers... ¿para qué? A fin de cuentas aquí se manifiesta la nimiedad de los debates teóricos sobre la posmodernidad/neoliberalismo/tangencialidad de lo tangente o no, cuando estos están inmersos en los mismos procesos que quieren ser, teóricamente, cuestionados; pero que, indirectamente, son aceptados en una práctica real asfixiante. La realidad de la academia (que solo es el reflejo del funcionamiento de todo organismo social contemporáneo) opera en formas más pragmáticamente crudas. Todo es construcción de ego, autoconsumo, identidad, etcétera. Ahora bien, el academicismo (en su vertiente más autodestructiva) no es (solo) un fenómeno de pedantería o de reflejo de una supuesta ruptura entre la academia y los debates populares/pragmáticos/prácticos de la realidad concreta. De hecho, la crítica, en abstracto, a la pedantería es habitualmente confundida con el recurrente y reaccionario desprecio hacia lo intelectual, su reverso tenebroso.

Por el contrario, el academicismo, en última instancia, no es sino la expresión precaria de la carrera de todo intelectual, todo debe certificarse: lo que implica la muerte (real) del congreso, del diálogo, del seminario. Los méritos (sea lo que sea eso) deben ser ponderados, estandarizados, convertidos en REPRESENTACIÓN. Lo que conlleva un cuantitativismo en la valoración: una rentabilidad propia de un sistema autorreferencial (una mediocridad inversa y cínica a la defendida en estas líneas).

Pero los ignorantes son los otros. Siempre lo fueron.

La realidad de la academia (que solo es el reflejo del funcionamiento de todo organismo social contemporáneo) opera en formas más pragmáticamente crudas. Todo es construcción de ego, autoconsumo, identidad

El mayor mediocre y el mayor ignorante es aquel que ignora su propia mediocridad e ignorancia. Y el rey de la mediocridad es aquel que se parapeta en la trinchera de su propia imagen: el abajo-firmante por antonomasia. Pero como todos somos nada y el ser se parece más a la nada que al ser (en cuanto ente), al menos son inconscientemente consecuentes. Apliquémonos el cuento.

Ay, siempre hay caminos de conocimiento que se escapan de la representación, de la estandarización y de la retórica impostada —o sobreimpostada; todo es impostado, al fin y al cabo. En la exageración está la virtud—. Nada como esa sensación de leer, aprender, asumir conocimientos y que se produzca una disonancia entre lo que conoces y lo que comprendes. Cuando empiezas aplicar tus nuevas herramientas conceptuales a tu comprensión de las cosas —uniendo, rompiendo, matizando, conectando— te empequeñeces ante la infinitud irracional de la realidad, aplicando una razón que en ningún caso te ayudará a comprender la realidad en su ¿esencia? Pero ¡qué más da! Te sobredimensionas y a la vez te sientes pequeño, ¡lo sublime emerge aquí en su interpretación más romántica!

Nada de eso queda, el conocer nunca tuvo lugar.

Siempre persiste esa presión de no ser lo suficientemente listos, de no cumplir con las expectativas, de no alcanzar las metas. Meritocracia genuina o aparente… es igual. La presión de valer, de esforzarte, de ser más, mejor, ser creativo, encontrar tu camino, recibir aquello que mereces. Una desgracia. Nadie te debe nada.

El academicismo, en última instancia, no es sino la expresión precaria de la carrera de todo intelectual, todo debe certificarse: lo que implica la muerte (real) del congreso, del diálogo, del seminario

Todo eso es una mera ficción, un relato de legitimación del orden actual de las cosas. El conocimiento de la ignorancia propia es la única certeza, es el proceso de autodescubrimiento que lleva al conocimiento. Por eso esto va de mediocridad, y mediocridad es lo único que encontraréis en estas líneas, y lo digo sin ápice de cinismo.

Pero no nos distraigamos. Siempre espera lo grande, lo genuino, la excelencia, ¡oh, excelencia! Nos hablan de CULTURA DEL ESFUERZO, dar, dar, dar… Responder a las lógicas de valorización. Todo es humo. ¿Cultura del esfuerzo? Y un carajo: CULTURA DE LA EXPLOTACIÓN. La supeditación de nuestros cuerpos, de nuestras vidas a la máquina (explotadora) de la valorización constante. Ya está bien. Somos mediocres, pero la mediocridad es lo que nos hace humanos.

Repito. Ya está bien, viva la mediocridad frente a la aceptación de los mecanismos mentalmente represivos de la sociedad de mercado: de los niveles de producción. Nos hablan de necesidad (y de deseo), pero no se confundan, no son nuestras necesidades las que determinan los niveles productivos; sino al contrario: ¡La producción (de mercancías) determina nuestras necesidades (incluida esa búsqueda enfermiza por la excelencia social)!

Frente a esto, la (triste) paradoja, una vez más. La búsqueda por la excelencia es una búsqueda por la estandarización social. Y viceversa. Viceversa porque la mediocridad (cínica y velada) también es estandarización. La unión de los opuestos (o algo así). Basta. Paremos, descansemos, aceptamos nuestra ignorancia. Aprendamos a frenar, a canalizar la frustración en negación: negación (revolucionaria) del orden existente. Estoy cansado. Frustrado. Es recurrente. ¿Qué clase de vitalidad es esa? Ninguna. He(mos) aceptado la excelencia que nos conduce a la frustración depresiva de nuestra propia mediocridad. Todos somos mediocres, pero algunos más que otros. Algunos no lo han aceptado. Yo sí, o eso me digo.

¿Cultura del esfuerzo? Y un carajo: CULTURA DE LA EXPLOTACIÓN. La supeditación de nuestros cuerpos, de nuestras vidas a la máquina (explotadora) de la valorización constante

Por todo eso reitero: aceptemos nuestra mediocridad (no es fácil). Esta es, además, la única puerta al conocimiento. Lo que implica, a la vez, la aceptación sana de los demás y de nuestra posición en la realidad social (aunque no su aceptación cínica). Este camino hacia el conocimiento destroza la idea misma de un Conocimiento es mayúscula. Es aceptar (socráticamente, je, perdón la pedantería) nuestra propia ignorancia, nuestra propia mediocridad. Me repito. Pero, ya que hablamos de repetición, que esta no se convierta en estandarización; es decir, en una forma de engrasar la máquina del capital, con la promesa de que tanto esfuerzo tendrá su recompensa. Después de todo, solo nos espera la muerte. Ante esto, resistencia, construcción, emancipación. Es abstracto, lo sé, y casi agotador reiterarlo. Pero un servidor está mentalmente cansado para salir de ese círculo.

Sirva esto como aviso, también como reivindicación: el sentimiento de mediocridad (que no su aceptación) es la expresión subjetiva (y de parálisis social) de una realidad que se presenta, ahora más que nunca, como un pozo devorador de carne y espíritu.

Mediocridad y aceptación cínica de la realidad social son dos caras de la misma moneda; pero aceptar la mediocridad implica (al menos en parte) la negación de ella misma: la mediocridad como parte necesaria del discurso de la excelencia y la meritocracia, la expresión velada de la maquinaria de valorización (e inherente explotación) de nuestra sociedad. Al carajo con todo ello.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Cuidados
Cuidados El cuidado que las instituciones y academia no ven
“Cuando perteneces a la clase trabajadora, las posibilidades de compaginar la vida profesional e incluso personal, con el cuidado son prácticamente inexistentes”.
Privatizaciones
Universidad La Universidad de Extremadura, una especie en extinción
María Guardiola pone la alfombra roja a la privatización del conocimiento a la vez que da lecciones sobre la importancia de la UEx.
Universidad
UC3M Alumnado de la Universidad Carlos III saca músculo contra la “deriva represiva y censora” del Vicerrectorado
La Asamblea de Estudiantes ha protestado enérgicamente en relación al aumento de las políticas coercitivas en la UC3M que afectan gravemente a la actividad de los distintos colectivos universitarios
Kahina
1/11/2023 16:10

La mediocridad es reina. No sé por qué necesita más elogios como éste.
La mediocridad es aliada de la ganancia fácil, sin esfuerzo y sin análisis, con el objeto de tener un producto listo para la venta lo antes posible.

0
0
gabrielfdpb
14/3/2023 12:25

Gracias por esta 'lección' de humildad, 'ejemplar'.

0
0
Agus
13/3/2023 21:26

Bueno, si Publish no nos hace caso, siempre nos quedará Perish.

0
0
Educación pública
Iglesia Semana Santa: negocios, procesiones en colegios, inmatriculaciones y fervor
Más allá de la expresión cultural, la Semana Santa tiene una esfera económica que genera millones de euros y otra social que le sirve a la Iglesia Católica para legitimar sus privilegios dentro del Estado español.
Urbanismo
Urbanismo La nueva Ley del Suelo va al Congreso bajo la acusación de fomentar pelotazos urbanísticos
Sumar y Podemos no garantizan el apoyo a la ley, que limita las posibilidades de declarar nulos los planes urbanísticos, así como la acción ciudadana contra las irregularidades urbanísticas.
Memoria histórica
Marc Solanes “Mi bisabuela luchó en el frente y fue considerada una mala madre, pero lo hizo por sus hijas”
En ‘Las niñas de Elna’ (Pollen, 2024) el periodista reconstruye la historia de las mujeres de su familia resolviendo enigmas para resignificar la imagen de la mujer en la historia.
Palestina
Palestina Viaje al fondo del horror
El fotoperiodista Javier Bauluz cubrió la primera Intifada, la primera gran rebelión del pueblo palestino desde la creación del estado israelí.
Poesía
Poesía La generación beat sigue latiendo
La generación beat es la del ritmo, del golpe, la de superar, la del latido en el papel y fuera de él. La del sentimiento desgarrador que sale del individuo, pero llega a la sociedad.
Literatura
Literatura ‘La santita’ de Mafe Moscoso: para escribir sobre el fin del mundo
‘La santita’, libro de relatos de Mafe Moscoso, es el método pero también es el fin: pone a convivir lo precolonial con las formas de nuestro presente ultracapitalista, ultramuerte, sin exclusiones ni jerarquías.
Maternidad
Maternidades Reaprender la espera
El tiempo de gestación es largo y va a un ritmo distinto al que acostumbras: el ritmo natural al que desarrolla una playa, un monte, un océano. Y no estamos ya habituados a darle la mano a la pausa.

Últimas

Industria
Transición industrial Mecaner, un cierre injusto o cuatro alternativas con mirada ecosocial para mantener la fábrica de Urduliz
ESK y LAB han presentado el ‘Plan de Transición Ecosocial’ que ha elaborado la cooperativa Garúa como una herramienta para la búsqueda de soluciones al ERE propuesto por la multinacional Stellantis.
Sidecar
Sidecar Crisis intratable en la República Democrática del Congo
Una y otra vez los actores externos han fracasado a la hora de contener la escalada de violencia en la República Democrática del Congo.
Más noticias
América Latina
Caribe Haití: el fracaso neocolonial y el “eterno castigo de su dignidad”
La crisis de gobernabilidad que vive Haití después del alzamiento paramilitar que liberó a más de 3.600 presos y expulsó al primer ministro es un capítulo más de una historia colonialismo y dependencia.
El Salto Twitch
El Salto TV Economía y titulares de guerra
En el programa en directo de Economía Cabreada del 26 de marzo se hizo un análisis de la deriva bélica de la Unión Europea, sus gobiernos y de los grandes medios con Tica Font y Miquel Ramos.
Sidecar
Sidecar Soluciones bonapartistas
Las turbulencias en el seno de los dos partidos estadounidenses dominantes refleja el problema más amplio de un sistema capitalista cada vez menos capaz de proporcionar ganancias materiales a la clase trabajadora.
Memoria histórica
Memoria histórica Las nuevas leyes de memoria histórica recuperan la “concordia” franquista
La ofensiva legislativa de gobiernos autonómicos como el de Castilla y León y el País Valencià, adoptan un enfoque revisionista que amenaza los avances en el reconocimiento memorialista.
Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda La PAH València clama por el derecho a una vivienda digna: “¿Duermen tranquilos?”
Centenares de personas protestan frente al palacio de la Generalitat para exigir que se haga efectivo el derecho a la vivienda ante la insoportable alza de los precios.

Recomendadas

Investigación
Investigación O Goberno galego repartiu 4.000 millóns de euros en contratos a dedo en só seis anos
Desde 2018, a Xunta asinou 1.034.964 contratos sen sacalos a concurso: algo máis do 30% do diñeiro do que dispón para o exercicio de 2024. Ademais, 35.362 deses contratos teñen un importe entre 14.000 e 14.999 euros, o límite legal.
Ríos
Radiografía fluvial de España La tierra que no amaba sus ríos
Los ríos ibéricos agonizan. Casi la mitad de las masas de agua está en mal estado. Presas, sobreexplotación, contaminación y crisis climática son sus principales amenazas, con la agroindustria como mayor agresora.
Cine
María Alché y Benjamín Naishtat “El cine puede proponer imágenes y reflexionar, y por eso Milei necesita destruirlo”
María Alché y Benjamín Naishtat dirigen ‘Puan’, una película optimista y amarga, entre la comedia y el cine social, que ofrece nuevas lecturas tras los primeros cien días de gobierno de Milei en Argentina.