Opinión
Olivos

Recordé los olivos que hay en un parque cerca de mi casa y que, todos los años, veo a gente que se acerca hasta allí para recoger las aceitunas que los árboles dejan caer al suelo.
Olivos Alvaro Minguito
Álvaro Minguito Un campo de olivos
16 nov 2025 06:03

El texto que acompañaba a las dos fotos era corto. “1.079 kg a moler”. En la primera se veía un recipiente lleno de aceitunas. En la segunda, el aceite cayendo a una botella.

Aunque la expresión esté ya muy manida, hay mensajes que te llegan justo cuando los necesitas, como la lluvia. Y yo estaba necesitando que alguien me recordase la importancia de trabajar con las manos y cómo huele la tierra cuando se la remueve.

Recordé los olivos que hay en un parque cerca de mi casa y que, todos los años, veo a gente que se acerca hasta allí para recoger las aceitunas que los árboles dejan caer al suelo. La primera vez que lo vi me llamó mucho la atención. No se llevan grandes cantidades. Siempre me quedo con ganas de acercarme y preguntar dónde aprendieron a recolectar. Qué harán con esas aceitunas que, sin duda, consideran un regalo. 

 Les enseñé cómo era un olivo. Menos un chico nadie sabía reconocer el árbol que nos permite tener aceite.

Al día siguiente pensé en empezar algunas de las clases de secundaria hablando de esto. A menudo trabajamos cosas menos importantes que saber de dónde viene la comida que nos llevamos a la boca, qué es lo que tiene que ocurrir para que los estantes de los supermercados estén llenos de productos.

A los humanos nos gustan las historias así que, antes de decirles algunas cifras, les conté que les iba a hablar de unos olivos cuyas aceitunas las habían recogido una amiga y un amigo que me han enseñado las pocas cosas que sé sobre cultivar. Siempre surgen muchas preguntas cuando cuentas algo en primera persona. ¿Dónde los conociste? ¿Y tú por qué vas a Extremadura? ¿Por qué decidieron dejar sus trabajos para dedicarse a trabajar en el campo? ¿Y cómo han aprendido a cultivar? Pero ¿no usan tractor? ¿Y qué hacen con los bichos y las malas hierbas si no echan pesticidas? ¿Y guardan las semillas de un año a otro? ¿Se pueden alimentar con lo que cultivan? ¿Y qué pasa si no llueve?

Después de las preguntas les conté que, cuando llevaron las aceitunas a la almazara, él escuchó a un hombre que decía que la gente se quejaba del precio del aceite, pero que no sabían cuánto cuesta llenar los sacos. Les pregunté si alguien sabía eso, cuánto cuesta llenar un saco de aceitunas. Nadie en la clase, incluída yo, habíamos hecho nunca ese trabajo. 

Hablamos sobre qué es una almazara y les conté algunas cifras que me habían dicho por mensaje. Que te dan 10,5 litros por cada 100 kg de aceitunas que llevas. Que un olivo mediano te puede dar 10 o 15 kg de aceitunas.

Y, después, les enseñé cómo era un olivo. Menos un chico nadie sabía reconocer el árbol que nos permite tener aceite. Les pedí que buscaran información sobre ese árbol que puede llegar a vivir más de mil años. Y les pedí, sobre todo, que intentasen encontrar alguno por la ciudad y que probasen a tocar su tronco y sus hojas.

En el mensaje me decía que estaba lloviendo, y que daban lluvia para varios días. Que estaba feliz con eso. Yo, desde que las conozco a ella y a él, he comprendido con más certeza la importancia de la lluvia.

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