Violencia machista
Mutilación Genital Femenina: una violencia machista enquistada

200 millones de mujeres han sido sometidas a ablación en el mundo. Una práctica con graves consecuencias físicas y psicológicas, por la que se calcula que cada año pasan tres millones de niñas

Somalia
Una niña pasea con una cabra en Somalia, donde el 98% de las mujeres entre 15 y 49 años han sido mutiladas genitalmente Álvaro Minguito
6 feb 2020 07:00

El pasado 30 de enero una niña de 12 años llamada Nada Hasan murió en una clínica privada de una pequeña ciudad ubicada a 600 kilómetros al Sur del Cairo. Pocas horas antes, un médico retirado contratado por su familia le había practicado una ablación. La intervención se complicó y el sanitario no pudo salvar a la niña.

Tanto la familia de la niña como el médico se enfrentan ahora a penas de hasta quince años por la muerte de la pequeña, según estipula  la legislación egipcia —que prohíbe la mutilación genital femenina desde 2008— cuando la intervención conlleva el deceso de la víctima. A la mutilación genital en sí le corresponden penas de entre cinco y siete años. Penas muy superiores a las estipuladas antes de 2016, cuando se endureció el marco penal ante la persistencia de la práctica.

Según la Organización Mundial de la Salud la mutilación genital femenina “comprende todos los procedimientos que, de forma intencional y por motivos no médicos, alteran o lesionan los órganos genitales femeninos”. Son varios los tipos de intervención a los que las niñas pueden ser sometidas, y pueden incluir la remoción del del clítoris —denominado a menudo clitoridectomía—, el corte de los labios menores y en ocasiones también de los mayores —conocido como excisión—, o en el estrechamiento de la apertura vaginal, tipo conocido como infibulación.

La mutilación genital femenina constituye una vulneración de los derechos humanos con graves consecuencias físicas y psicológicas y una forma de violencia de género que, según Naciones Unidas habrían sufrido  200 millones de mujeres en todo el mundo y por la que cada año pasan tres millones de niñas.

Procedimientos, rituales y factores sociales y culturales, varían en las distintas poblaciones entre las que se extiende esta práctica, que se encuentran principalmente en las regiones occidental, oriental y nororiental de África, algunos países de Oriente Medio y Asia y en la diáspora procedente de estas áreas geográficas.

La Unión Africana insta a los gobiernos a erradicar la mutilación genital femenina a través de las normativas nacionales amparándose en la Carta Africana de Derechos y Bienestar de la Infancia y el Protocolo de Maputo sobre los derechos de las mujeres. A un año de que Sierra Leona prohibiera la mutilación genital femenina, solo Chad, Liberia, Malí, Somalia y Sudán no han legislado para erradicarla.

Como en el caso de la familia de la menor fallecida en Egipto, muchas familias continúan sometiendo a las niñas a estas intervenciones a pesar de su prohibición. El fuerte arraigo social de esta práctica, las presiones del entorno, o el temor a que las niñas no sean aceptadas en la comunidad, dificulta su erradicación y requiere de estrategias amplias que involucren a una variedad de actores, desde las instituciones educativas a las religiosas pasando por los medios de comunicación y los líderes comunitarios. 

África y Asia: tendencias contrapuestas

Mientras recientes estudios revelan una importante disminución de la práctica en el continente africano, durante las últimas tres décadas —especialmente en África Oriental— en Medio Oriente y Asia la tendencia sería ascendente.  La inclusión de Indonesia en los informes de Naciones Unidas en 2016 reveló que casi la mitad de las niñas menores de 11 años habían sufrido mutilación genital. A diferencia de lo que sucede en los países africanos, donde la mutilación es una práctica realizada también por comunidades no musulmanas, en el sudeste asiático se interpreta como una obligación religiosa para la población que practica el Islam.

Esa interpretación que asocia la mutilación genital femenina con la identidad religiosa, dificulta la lucha contra la ablación: En Indonesia, si bien ésta fue prohibida en 2006, cuatro años después, líderes religiosos obligaron al estado a recular permitiéndola en caso de ser realizada por personal médico. Así, el país es ejemplo de otra tendencia preocupante: la medicalización de la mutilación genital femenina. Por un lado, que sea personal médico el que realice la intervención da una apariencia de disminución de riesgos y consecuencias en la salud, supuesto que no se correspondería con la realidad según afirman organizaciones y expertos. Por otro lado, allá donde la ablación es ilegal, su ejercicio sube el precio, constituyendo un negocio para algunos profesionales.  

ESTADO ESPAÑOL

Según Unión de Asociaciones Familiares (UNAF), en España viven una 70.000 mujeres y niñas procedentes de países donde se practica la mutilación genital femenina, 18.000 de las cuales estarían en riesgo de sufrirla. El artículo 149 del código penal de 1995 prohíbe explícitamente esta práctica en el país, con penas de seis a 12 años de cárcel  y la inhabilitación para el ejercicio de la patria postestad.  

La primera condena a cárcel por practicar la mutilación en España tuvo lugar en Teruel en 2011 por una ablación realizada en territorio estatal. Dos años después llegaría la primera condena a por una mutilación perpetrada fuera del territorio. 

La aproximación penal ha sido criticada por revictimizar a las niñas separándolas de sus familias. Desde las organizaciones se aboga por estrategias de sensibilización y prevención que incluyen la formación de los profesionales sanitarios, la mediación intercultural, y el trabajo de colectivos y agentes con origen en los países donde se practica la ablación. El foco de la prevención en las poblaciones de riesgo se pone en los viajes y vacaciones que las niñas realizan a los países de sus familias. 

Organizaciones como Médicos del Mundo abogan por trascender el ámbito sanitario donde el Protocolo de Acción Estatal centra sus esfuerzos e incluir al ámbito educativo. Para ello apuntan a una mayor articulación con las comunidades autónomas a las cuales corresponden estas competencias y que cuentan, en muchos casos, con sus propios protocolos. UNAF por su parte insiste en la necesidad de incrementar los recursos y herramientas para atender a las supervivientes de esta forma de violencia de género, reconocida tanto por el Pacto de Estado contra la violencia de género como a las leyes integrales de varias comunidades autónomas.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Literatura
María Agúndez “El trabajo de limpiadora es muy digno, pero nadie quiere hacerlo”
La escritora retrata en ‘Casas limpias’ las contradicciones de quienes considerándose personas igualitarias y progresistas delegan los cuidados y la limpieza para evitar el conflicto y sostener su comodidad.
Feminismos
Feminismo Dous anos sen reparación tras sufrir lesbofobia nun Rexistro Civil de Pontevedra cando ían inscribir a seu fillo
Un funcionario negouse a inscribir ao fillo de Antía e a súa parella. Un erro de redacción na lei trans está detrás dos argumentos que o funcionario esgrime para defender a súa actuación.
Argentina
Argentina Diez años de Ni Una Menos, el movimiento que desbordó el feminismo para hacerlo enorme
El 3 de junio de 2015 se produjo la primera convocaría de Ni Una Menos en Argentina. El llamamiento contra la violencia machista traspasó el nicho feminista y la respuesta fue masiva. Hoy, se enfrenta a las políticas reaccionarias de Milei.
#47057
6/2/2020 19:53

Violencia machista??
Si precisamente las madres u otra mujer de la familia son las que siempre ejecutan tal mutilación !!!!

5
3
#47035
6/2/2020 14:02

Pero en que quedamos? Las feministas no teniamos que omitir los temas contra el Islam para no evitar parecer islamifobas?

4
2
Yago Álvarez
6/2/2020 14:36

Esto claramente lo ha dicho un hombre ignorante, porque solo un hombre ignorante puede soltar semejante estupidez.

4
7
#47053
6/2/2020 19:22

Totalmente de acuerdo.

0
5
#47085
7/2/2020 10:39

No cariño, no soy un hombre, soy una mujer feminista que busca la igualdad y no la supremacia de una sobre el otro ni la guerra de sexos.
(A ver si esta vez hay más suerte esta vez y no me censuran el comentario )

4
1
#47176
8/2/2020 18:01

De feminista no tienes nada, independientemente de que seas hombre o mujer. Poco importa.
Y desde luego tu nivel de argumentación, mezclando unas cosas con otras.... Eso de la supremacia es un argumento que muchos movimientos de ultraderecha sacan a pasear. Trolls como tú, escribiendo en medios como este. ¿Eres becarios de Vox o de Génova? Al menos si te pagan lo puedo entender.
Pero lee un poco y sube el nivel por favor

1
0
#47177
8/2/2020 18:02

De feminista no tienes nada, independientemente de que seas hombre o mujer. Poco importa.
Y desde luego tu nivel de argumentación, mezclando unas cosas con otras.... Eso de la supremacia es un argumento que muchos movimientos de ultraderecha sacan a pasear. Trolls como tú, escribiendo en medios como este. ¿Eres becarios de Vox o de Génova? Al menos si te pagan lo puedo entender.
Pero lee un poco y sube el nivel por favor

0
0
Feminismos
Feminismo Dous anos sen reparación tras sufrir lesbofobia nun Rexistro Civil de Pontevedra cando ían inscribir a seu fillo
Un funcionario negouse a inscribir ao fillo de Antía e a súa parella. Un erro de redacción na lei trans está detrás dos argumentos que o funcionario esgrime para defender a súa actuación.
Medio ambiente
Medio ambiente Iberdrola proxecta un parque eólico que pon en risco un dos maiores xacementos fortificados de Galiza
A Xunta vén de declarar a utilidade pública para o parque eólico Castro Valente, a pesar de que a súa construción está suspendida cautelarmente polo Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.
O Salto medra contigo
Crowdfunding O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar Altri
Queremos investigar os responsables políticos e empresarias do que podería ser o maior atentado ambiental da historia recente de Galiza.
Filosofía
Brais Arribas, filósofo “Non se trata de empoderar senón de disolver o poder”
Durante a conversa, o profesor reflexiona sobre a saúde da filosofía galega, o poshumanismo, as novas masculinidades ou a experiencia da pandemia.

Últimas

Alemania
Litigio climático Un tribunal alemán abre la puerta a que grandes emisores puedan ser responsabilizados de daños climáticos
El jurado descarta la demanda del agricultor peruano Saúl Luciano Lliuya por entender que el riesgo a su propiedad es demasiado bajo, pero esta misma argumentación podría llevar a condenas en otros casos.

Recomendadas

LGTBIAQ+
LGTBIAQ+ Unha casualidade, unha resposta masiva e un debate incómodo: a sentenza de Samuel Luiz en contexto
O 22 de maio, o TSXG ratificaba o veredicto do xurado popular e recoñecía que o asasinato de Samuel Luiz foi un crime motivado por LGTBIfobia. O caso supuxo unha mobilización sen precedentes.
Culturas
Erika Lust y Sara Torres “El deseo tiene una potencia inagotable para transformar la realidad si lo liberamos de las normas”
Sexo, deseo o ética del placer son algunos de los temas que hilan la escritora Sara Torres y la productora de cine porno Erika Lust en ‘La abundancia del deseo’.
Xunta de Galicia
Política A Xunta recibe ao embaixador de Israel en funcións mentres Gaza agoniza ao bordo da fame
O Goberno de Alfonso Rueda escenifica a súa boa sintonía coa Administración de Benjamín Netanyahu apenas unhas horas despois de que Israel bombardease unha escola que servía de refuxio e ordenase unha evacuación masiva en Gaza.