Derecho a la vivienda
El movimiento de vivienda convoca una gran movilización estatal el 5 de abril

Decenas de colectivos de arrendatarios y asambleas de todo el Estado convocan para el 5 de abril marchas en decenas de ciudades para exigir que bajen los alquileres y “acabar con el negocio de la vivienda”.
@MartinCuneo78
@martincuneo.bsky.social
18 feb 2025 11:16

Tras las marchas multitudinarias por el derecho a la vivienda que se han ido encadenando desde la pasada primavera en Canarias, Baleares, Madrid, Málaga o Barcelona, llega una nueva convocatoria para sacar a las instituciones del Estado de su parálisis: el 5 de abril los sindicatos de inquilinas y decenas de organizaciones sociales han convocado la primera gran manifestación a nivel estatal por el derecho a la vivienda de este nuevo ciclo de protestas. 

“Para bajar los alquileres” y con el lema “Acabemos con el negocio de la vivienda”, la jornada de movilización estará encabezada por dos grandes marchas: en Madrid, a las 12h en Atocha, y en Barcelona, a las 18h, en la Plaza Espanya. Las organizaciones impulsoras conciben esta nueva convocatoria como “un paso más allá”, con decenas de ciudades que saldrán a la calle de forma simultánea “en un mismo golpe de efecto”.

Las principales demandas de las grandes movilizaciones previas no han sido escuchadas. Por eso, el 5A vuelve a exigir una reducción del precio de los alquileres en un 50% y el fin del uso especulativo de la vivienda

Mucho ha pasado desde el inicio de este ciclo de protestas contra la turistificación y el aumento del precio de la vivienda. El Gobierno desplegó una batería de anuncios —la mayoría de ellos todavía no concretados— para sortear el bloqueo de la ley de vivienda por parte de las comunidades autónomas —tanto propias como del PP—, y el impulso a medio-largo plazo de la vivienda pública. Frente al desborde de pisos turísticos y contratos temporales, que han segado la oferta de vivienda, el Ministerio de Isabel Rodríguez se ha limitado a lanzar un registro de contratos de corta duración y promesas de una mayor fiscalización. 

Las principales demandas de las grandes movilizaciones previas no han sido escuchadas. Por eso, las organizaciones convocantes del 5A vuelven a exigir una reducción del precio de los alquileres en un 50%, la recuperación de viviendas vacías, turísticas y en alquiler de temporada para el alquiler residencial, el fin de la compra especulativa, la ilegalización de los grupos de desokupación y el aumento del parque público a través de expropiaciones y de todo el patrimonio de la Sareb. 

Las organizaciones convocantes insisten en la movilización de base y en las “huelgas de alquileres” para “tumbar el sistema rentista que sostiene el modelo de vivienda actual”

La convocatoria del 5 de abril llega en un contexto de crecimiento de la organización inquilina de base, con el nacimiento de nuevos sindicatos de arrendatarios en Asturias, Sevilla y Cádiz, unas organizaciones que se suman a las ya existentes en Madrid, Catalunya, Vigo, Málaga, Ibiza y Zaragoza.

La potencia de este movimiento inquilino se hizo evidente en la presión social que impidió el desalojo de Josep de la Casa Orsola, en el Eixample barcelonés, y la posterior compra del edificio por parte del alcalde socialista Jaume Collboni. Una potencia que también se vio reflejada en la creación de una confederación que agrupa a buena parte del movimiento de vivienda en Catalunya, una decisión tomada en el II Congreso de Vivienda que reunió el pasado 8 y 9 de febrero a más 600 personas y a cientos de colectivos de todo el territorio catalán. 

Las organizaciones convocantes insisten en el papel de la movilización de base y en las “huelgas de alquileres” —como las iniciadas contra La Caixa y Nestar-Azora— para “tumbar el sistema rentista que sostiene el modelo de vivienda actual”. Los colectivos que convocan la manifestación del 5A extienden la culpa de “seguir blindando la rentabilidad del negocio” de la vivienda a todas las instituciones: al Estado, a los gobiernos y los “partidos institucionales”. Frente a esta “asfixia colectiva” que está generando el negocio de la vivienda y la inacción institucional llaman a llenar las calles el primer fin de semana de abril. 

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