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Yemen
Los hutíes de Yemen, única milicia en Oriente Medio que sigue bombardeando Israel “en solidaridad” con Gaza

Los hutíes de Yemen no dan su brazo a torcer. Este grupo armado, el único en Oriente Medio que sigue disparando misiles contra Israel en lo que describen como una acción en solidaridad con la franja de Gaza, asegura que continuará amenazando el cielo israelí mientras su Ejército mantenga la guerra contra el enclave palestino.
El último atraque se produjo la tarde del viernes, cuando un misil hutí hizo que las alarmas sonaran en Tel Aviv y en varios municipios del centro de Israel antes de que el proyectil fuera interceptado. Las advertencias hutíes, reiteradas durante el jueves por el líder del movimiento, Abdulmalik al-Huti, tienen estos días un impacto especial entre la sociedad israelí.
El pasado domingo, un misil disparado desde mas de 2.000 kilómetros de distancia por parte de los rebeldes se estrelló contra las inmediaciones del único aeropuerto internacional de Israel sin causar víctimas
El pasado domingo, un misil disparado desde mas de 2.000 kilómetros de distancia por parte de los rebeldes se estrelló contra las inmediaciones del único aeropuerto internacional de Israel. El proyectil no causó víctimas mortales y solo dejó algunos heridos leves, pero provocó columnas de humo cerca de las torres de vigilancia y propició escenas de pánico en las terminales. Aquel suceso aumentó la sensación de inseguridad entre los israelíes.
Los hutíes habían disparado otros 27 misiles durante los dos meses anteriores, pero los sistemas de defensa anti-aéreos con los que cuenta Israel habían sido capaces de interceptarlos todos. El proyectil que los hutíes dispararon contra el aeropuerto de Ben Gurion superó los mecanismos de protección, haciendo que varias aerolíneas que operan en Tel Aviv también se sintieran vulnerables. Varias de ellas, incluyendo la española Iberia, cancelaron sus operaciones, en algunos casos hasta el mes de junio. El portavoz de los hutíes, Yahya Saree, hurgó en la herida: “Vuestros aeropuertos ya no son seguros”.
La milicia, que controla buena parte de Yemen mientras está en conflicto con el gobierno yemení reconocido por la comunidad internacional, empezó a lanzar ataques poco después del 7 de octubre de 2023, cuando la ofensiva israelí ya derribaba torres residenciales en el interior de Gaza. Dispararon algunos proyectiles contra Israel, casi siempre interceptados por la Cúpula de Hierro -como se conoce el sistema defensivo israelí-, y pronto iniciaron sus ataques contra las rutas marítimas que nutren el tráfico internacional. La posición geográfica de Yemen da a los hutíes el control sobre el Mar Rojo y sobre el estrecho de Mandeb, por donde circula el 15% del comercio global.
Yemen
Genocidio Yemen siente el calor de Gaza
Cuando el Gobierno de Israel y Hamas alcanzaron un acuerdo de alto el fuego a mediados de enero, los hutíes pusieron fin a los ataques. Por primera vez en más de un año, la ayuda humanitaria volvía a estar presente en el enclave, y la comida, el agua potable, las medicinas y el combustible accedían al territorio con cierta fluidez. La tregua, que emplazaba ambas partes a caminar hacia una paz definitiva, preveía la liberación de todos los rehenes y la retirada de las tropas israelíes del enclave.
El 2 de marzo, cuando las autoridades israelíes anunciaron que volvían a impedir la entrada de alimentos y de medicinas a Gaza, los hutíes retomaron sus ataques contra Israel. El Gobierno de Netanyahu fulminaría el cese a las hostilidades de manera unilateral poco después, matando 400 personas en un solo día y más de 2.500 desde entonces. Hoy, más de dos meses más tarde, Israel todavía no ha permitido la entrada a Gaza de una sola botella de agua ni de una sola bolsa de harina. Los grandes actores humanitarios, como las agencias de las Naciones Unidas o World Central Kitchen, han levantado la bandera roja, reconociendo que sus almacenes han quedado vacíos. En este período, al menos 57 personas —la mayoría, niños— han muerto por deshidratación o desnutrición. También en este período, los hutíes habían estado lanzando casi un misil contra Israel a diario. Pero ninguno había logrado superar los sistemas de defensa hasta el que asustó a los pasajeros del aeropuerto de Ben Gurion.
La respuesta israelí fue inmediata. En cuestión de horas, una veintena de aviones de guerra se movilizaron hacia el Yemen. Allí bombardearon el puerto de Hodeidah, una infraestructura clave para el país que está bajo control de los hutíes. El ataque dejó cuatro víctimas mortales, según las autoridades sanitarias locales. Al día siguiente, las tropas israelíes aplicaban el ojo por ojo y bombardeaban el aeropuerto de Sanaa, la capital del Yemen que también está bajo poder hutí. Este ataque dejó impracticable el aeropuerto y calcinó tres de los siete aviones con los que cuenta la compañía nacional Yemenia Airlines. Tal y como hacen en algunas ocasiones en Líbano, los portavoces israelíes advirtieron del bombardeo minutos antes para que la población civil evitara la zona. A pesar de eso, la televisión al-Masirah, propiedad de los hutíes, reportó la muerte de tres personas y al menos 38 heridos.
Tras la ofensiva de sobre Líbano durante el otoño de 2024, los hutíes son el único actor de esta alianza que mantiene sus ataques contra Israel
Los mandatarios israelíes reivindicaron los bombardeos en Yemen y sacaron pecho de lo que consideraron “una operación perfecta”. El primer ministro, Benyamin Netanyahu, y el ministro de Defensa, Israel Katz, emitieron un comunicado asegurando que el puerto de Hodeidah y el aeropuerto de Sanaa, entre otras posiciones atacadas, son infraestructuras que los hutíes utilizan “para propósitos terroristas”. “A quien nos haga daño, nosotros le haremos daño siete veces más”, rezaba el comunicado.
Los hutíes, como la milicia libanesa Hezbolá, la palestina Hamas y otros grupos armados en Iraq y en Siria, forman parte del autodenominado Eje de la Resistencia, una red de actores liderados y patrocinados por Irán que es hostil hacia Israel y hacia la presencia occidental en la región. Con el inicio de la ofensiva contra Gaza, varios de estos grupos abrieron frentes contra Israel con el objetivo de desviar parte de la fuerza militar israelí del enclave palestino. Tras la ofensiva mayúscula que Israel descargó sobre Hezbolá en Líbano durante el otoño de 2024, que mató a más de 4.000 personas y desplazó a un millón, los hutíes son el único actor de esta alianza que mantiene sus ataques contra Israel.
Todo parece indicar que los líderes israelíes tienen Teherán entre ceja y ceja para cuando hayan terminado con sus aliados regionales. “Esto es también un aviso hacia la cabeza del pulpo iraní”, ha advertido esta semana Katz, el titular de Defensa: “Eres responsable directo por el ataque que el tentáculo hutí ha perpetrado contra el Estado de Israel, y también rendiremos cuentas por lo que ha comportado”.
EE UU sorprende con una tregua bilateral con los hutíes
De manera inesperada y ambigua, Donald Trump anunció el martes —poco después de los ataques israelíes contra el puerto y el aeropuerto en Yemen— que la Casa Blanca había alcanzado un acuerdo de alto el fuego bilateral con los hutíes. “Los hutíes han anunciado… que ya no quieren luchar más. No quieren luchar”, decía Trump: “Así que vamos a aceptar su palabra y detendremos nuestros bombardeos de manera inmediata”. Con este anuncio, Trump ponía fin a la brutal campaña militar que los EEUU habían desplegado contra la milicia durante las 8 semanas anteriores, y los rebeldes se comprometían a abandonar los ataques contra el comercio marítimo.
Desde mediados de marzo, los EE UU se habían visto implicados en una ofensiva de grandes magnitudes en Yemen. Sus propios registros aseguran que han lanzado ataques contra más de 1.000 posiciones hutíes, y aseguran que han terminado con la vida de destacados líderes de la organización. Sus operaciones, sin embargo, también han matado decenas de civiles. El bombardeo contra un centro de detención de migrantes mató al menos 68 personas, y el ataque contra un puerto en Ras Isa mató otras 80.
A pesar de los esfuerzos de EE UU, los hutíes demuestran capacidad para continuar lanzando misiles a larga distancia
Funcionarios estadounidenses han indicado a la prensa que la operación ha supuesto más de mil millones de dolares a las arcas nacionales. Las tropas de los EE UU han disparado más de 2.000 bombas y misiles, y varios de estos proyectiles tienen un precio por unidad que se acerca a los dos millones de dólares. El desembolso arroja dudas sobre los motivos que llevan al fin de la operación o sobre las justificaciones que motivaron su inicio. A pesar de los esfuerzos por impedirlo, los hutíes demuestran capacidad para continuar lanzando misiles a larga distancia, como ocurrió el viernes en Israel. Además, algunos observadores han visto la ofensiva inmoral, puesto que los EE UU son el país más rico del mundo y Yemen es un territorio con una crisis humanitaria endémica desde hace más de una década.
Varias voces sugieren que Trump quería silenciar las armas en el Golfo antes de iniciar su visita en la zona a partir de este lunes. Muchos en la región esperan que las reuniones del presidente con varios líderes árabes, especialmente con los de Arabia Saudí, impulsen las negociaciones por un gran acuerdo regional que implique una tregua en la franja de Gaza. Sin embargo, fuentes cercanas a la Casa Blanca advierten que la motivación de Trump en este viaje es más bien comercial.
La tregua entre Trump y los hutíes, que gobiernan la población yemení con mano de hierro, escuece a los líderes israelíes, que ven como el acuerdo no requiere el alto a los ataques contra su país. Tal y como ocurrió en marzo, cuando la nueva Casa Blanca se puso a negociar directamente con Hamas, o más recientemente, cuando Netanyahu se enteró en directo de las negociaciones entre Washington y Teherán por un nuevo acuerdo nuclear, el Ejecutivo israelí se siente desplazado por parte del equipo de Trump en asuntos que para los dirigentes israelíes resultan prioritarios.
Mahdi al-Mashat, líder político de los hutíes, ha asegurado que los lanzamisiles de la milicia seguirán disparando hasta “superar la capacidad de Israel”
Mike Huckabee, enviado de la Casa Blanca a Israel, indicó el jueves en una entrevista emitida en la televisión israelí que los EEUU no tienen por qué consultar con Israel un acuerdo que protege los barcos estadounidenses en el mar Rojo. El embajador añadió que Washington no responderá a los ataques que los hutíes lancen contra Israel a no ser que afecten alguno de los 700.000 ciudadanos estadounidenses que residen en territorio israelí o en la Cisjordania ocupada.
Mahdi al-Mashat, líder político de los hutíes, ha asegurado que los lanzamisiles de la milicia seguirán disparando hasta “superar la capacidad de Israel”. A la vista de los últimos movimientos estadounidenses, Netanyahu ha advertido que Israel tiene que ser capaz “de defenderse por si mismo”. Pero si los yemeníes cumplen su palabra, lo más probable es que el acuerdo de tregua con EE UU tenga un recorrido corto. Mientras, en Israel, los dirigentes del país hablan abiertamente de hacerse con el control de la franja de Gaza.
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La capacidad de resistencia y solidaridad de los huties es algo a ser estudiado. Llevan una década sufriendo el acoso de grandes potencias como Arabia Saudi, Emiratos Árabes, EE.UU o Israel y ahí siguen, manteniendo el control de las zonas más importantes de Yemen y con una capacidad balística brutal.
Esto demuestra que otros países podrían hacer muchísimo más contra Israel, pero el dinero de sus empresas es lo primero.