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Acuerdos comerciales
Mojito tóxico: el viaje de ida y vuelta de los pesticidas europeos
Sin lima no hay mojito y sin pesticidas no hay producción industrial de limas. Un informe de Greenpeace Alemania con la colaboración de Ecologistas en Acción, que El Salto ha tenido acceso en exclusiva, revela que las limas brasileñas que se venden en diversos países de la Unión Europea contienen restos de agrotóxicos. Unas sustancias perjudiciales para la salud y el medio ambiente que son vendidas, en una buena proporción, por empresas europeas.
Un auténtico “ciclo tóxico”, tal como lo describen en el informe, que comienza con el envío de pesticidas europeos a Brasil, muchos de ellos prohibidos en suelo europeo, y que vuelve “en forma de residuos en los alimentos”. El estudio analizó en un laboratorio limas brasileñas vendidas en supermercados de 12 ciudades y ocho países— Alemania, Austria, Bélgica, España, Francia, Italia, Países Bajos y Suecia— y encontró restos de tóxicos en 51 de 52 muestras.
Un informe de Greenpeace Alemania, que El Salto ha tenido acceso en exclusiva, revela que 51 de 52 muestras tomadas de las limas brasileñas que se venden en diversos países de la UE contienen agrotóxicos
Según denuncian desde Greenpeace Alemania, esta situación ya se produce sin que se haya producido la firma del acuerdo de libre comercio entre la UE y el Mercosur. Con la aprobación de este tratado, este “ciclo tóxico”, apuntan, solo puede ir a más. Entre las consecuencias negativas del uso de estos agrotóxico destaca la muerte de millones de abejas y envenenamiento de miles de personas cada año en Brasil.
“Esta investigación es una dura advertencia: la ratificación del acuerdo UE-Mercosur activará aún más un círculo vicioso al fomentar una mayor producción, venta y uso de sustancias peligrosas”, dicen los autores del informe. Los objetivos de la UE para la reducción de plaguicidas y agrotóxicos choca con la firma de este tratado, que permitirá externalizar el uso de estas sustancias tóxicas a países empobrecidos, quienes se llevarán la peor parte. “Los responsables políticos no deberían hacer la vista gorda ante los efectos devastadores de este acuerdo neocolonial sobre las personas y la naturaleza en los países del Mercosur”, denuncian. A la vez que la Comisión Europea firma compromisos para avanzar en la transición energética, en la reducción de pesticidas o la promoción de la agroecología, está promoviendo la firma del tratado con el Mercosur que “impedirá la consecución de esos mismos objetivos”.
El acuerdo entre estos bloques comerciales fue redactado en 1999 y “se ha quedado obsoleto”, denuncia Greenpeace Alemania, ya que promueve el comercio de carne, pesticidas y coches altamente contaminantes, “lo que supone aumentar tanto la producción como el consumo de productos que exacerban las crisis climáticas y medioambientales”.
Ecologismo
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Un cóctel tóxico
Las 52 muestras obtenidas de las limas brasileñas, país que se ha convertido en el primer consumidor de agrotóxicos del mundo, arrojan un resultado con pocos matices: solo una estaba libre de residuos de pesticidas y más del 90% tenía un “cóctel tóxico” de hasta siete sustancias tóxicas diferentes. Entre estos tóxicos, el herbicida glifosato —“probablemente cancerígeno”, según la OMS— estaba presente en un tercio de las muestras. Seis de los tóxicos encontrados están prohibidos en la UE mientras que otros, como el glifosato, han sorteado hasta ahora la prohibición gracias a una gran campaña de cabildeo del lobby de la agroindustria.
Entre los agrotóxicos hallados, se encuentran sustancias no autorizadas para su uso en la UE, pero que pueden producirse en su territorio para la exportación, una situación que beneficia, sobre todo, a las empresas alemanas BASF y Bayer-Monsanto, responsables de un tercio de los tóxicos detectados en las limas.
Francia, Bélgica y Alemania son los principales exportadores de plaguicidas de la UE a Brasil. España se sitúa en un cuarto lugar con la venta de 23.775 toneladas al conjunto del Mercosur, un negocio que generó en los últimos cuatro años 457 millones de euros. El 74% de estas ventas se destina a Brasil, un país que en los cuatro años de Gobierno de Bolsonaro experimentó un crecimiento desmedido en el uso de los agroquímicos con la autorización de más de 2.100 productos comerciales de pesticidas. En 2021, según esta organización ecologista, el uso de pesticidas se había doblado con respecto a 2009.
En cuanto a la importación de limas desde Brasil, es España la que ocupa el segundo lugar en la UE, con la compra de 27.341 toneladas entre 2017 y 2021.
“Esta investigación es una dura advertencia: la ratificación del acuerdo UE-Mercosur activará aún más un círculo vicioso al fomentar una mayor producción, venta y uso de sustancias peligrosas”, dicen los autores del informe
Entre las 27 sustancias tóxicas encontradas —en el caso de España, en tres supermercados de Madrid (Día, Mercadona y Carrefour) y dos mercados de abasto—, seis estaban en concentraciones muy bajas, por debajo del límite declarado, aunque, según el informe “no existe un nivel de ingesta aceptable o seguro, y una concentración muy baja no significa que no haya ningún efecto”. Además, añaden, nada dice esto del grado de exposición de estos tóxicos de las personas que trabajan en el campo y en la manipulación de estos alimentos o de sus impactos en el medioambiente.
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Los otros 21 pesticidas encontrados están por encima del nivel declarado: seis son fungicidas, utilizados como tratamientos postcosecha y siete son sistémicos, lo que significa que se encontraban en la pulpa de la fruta. “Especialmente preocupante”, dicen, es la presencia de glifosato en un total de 17 muestras. En una de las limas se encontró imidacloprid, un neonicotinoide prohibido en la UE por el peligro que supone para las abejas. Según un estudio reciente, las bajas exposiciones a esta sustancia afecta seriamente al aprendizaje y la memoria de las abejas. También se encontraron en diferentes muestras cipermetrina, un tóxico prohibido en la UE en algunas de sus variantes por su elevada toxicidad en organismos acuáticos y las abejas. Más de la mitad de todos los plaguicidas encontrados en este análisis son “altamente peligrosos”, precisa el informe.
Desde Greenpeace Alemania y Ecologistas en Acción —que ha traducido el informe— reclaman a los Estados y partidos políticos que rechacen el acuerdo UE-Mercosur, así como todos los acuerdos comerciales que “fomenten el comercio, la producción y el uso de plaguicidas”. La política de comercio, añaden, “debe respetar los límites planetarios de la Tierra, garantizar el uso equitativo, sostenible y responsable de los recursos naturales y defender los principios básicos de la justicia medioambiental”.
Tom Kucharz, de Ecologistas en Acción, colectivo encargado de tomar las muestras de los supermercados españoles y de la traducción del informe, reclama al Gobierno que cambie las políticas que han causado la actual emergencia climática. “La investigación evidencia una vez más que hay corporaciones que violan sistemáticamente derechos humanos como el derecho a la salud”. Para este activista ecologista es urgente prohibir todos los agroquímicos que son disruptores endocrinos “porque tienen impactos en la salud y la biodiversidad en cantidades incluso por debajo de los límites máximos legales de residuos permitidos en frutas y verduras”.