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Servicios públicos
Vacaciones públicas. Administraciones privadas
Así tenemos las piscinas municipales y los cines de verano como actividades de ocio familiar de coste económico (en el municipio en que vivo incluso el cine de verano municipal es gratuito) que permiten el disfrute de toda la familia y un acercamiento social casi pre-pandémico con el vecindario.
En los pueblos se suele mezclar en las piscinas municipales mucha gente distinta, algunos de los pueblos de los alrededores, aunque por supuesto no es común encontrarse con familias con segunda residencia y piscina privada. No obstante, en el ambiente veraniego las pulseritas en la muñeca destacan bastante más que el resto del año, debido a la desnudez del brazo, así, puedes distinguir con más facilidad que en el pasado invierno, primavera y otoño, la pulserita rojigualda o verde claro con las siglas de un partido con nombre de marca de diccionario. Uno tiende a pensar que en los cines de verano o en las piscinas municipales los simpatizantes ostentosos de un partido de extremo neoliberal que tiene como principal objetivo la apropiación de todo lo público para las manos privadas de los que tienen urbanizaciones enteras con piscinas y casas con cine incorporado, no osarían entrar a lugares públicos tan poco finos como puede ser una piscina municipal, pero es que la mayoría de los de las pulseritas, lo único que tienen en común con los ricos es la papeleta electoral. Estos usuarios de lo público junto a otros que simpatizan más por los partidos azul y naranja no han dudado nunca en poner el grito en el cielo cuando alguna actriz con simpatías del lado siniestro ha usado un hospital privado para el nacimiento de sus vástagos, por eso me tomo la licencia de pensar, ¿qué pintan en una piscina o un cine gestionado por la administración pública los defensores del liberalismo económico?
¿Qué pintan en una piscina o un cine gestionado por la administración pública los defensores del liberalismo económico?
También existen aún residencias de tiempo libre y albergues gestionados por las administraciones públicas, con buenos precios y unos servicios que la verdad te hacen sentir más cómodo que en un hotel. Puedes comprobar que aunque las condiciones laborales de sus empleados no son perfectas, desde luego sus horarios son mucho mejores que los de sus compañeros y compañeras que trabajan en la hostelería de gestión privada. Curiosamente en este tipo de establecimientos tampoco es descartable la presencia de clientes que en sus sueños más húmedos aparece privatizado hasta el Museo del Prado.
Esta claro que en esta parte del ocio público, las administraciones no han dejado de ir privatizando servicios, siempre te encuentras guardas de seguridad de una empresa privada, (yo este año por primera vez he visto patrullando un parque público a un guarda de seguridad de una empresa privada) o lo que ya es norma en los hospitales públicos el servicio de limpieza subcontratado a una empresa del presidente del Real Madrid. La colaboración público privada también es habitual en la gestión de los bares de piscinas municipales y cines de verano, aunque el el caso del cine de verano de mi municipio, Úbeda, la colaboración es público- divina, dado que el bar lo lleva una cofradía católica, siempre la misma (y eso que habrá dos decenas) desde incluso antes de que la alcaldesa del partido de la rosa sustituyera al exalcalde popular que hoy en día ya se ha pasado al partido de nombre de diccionario.
Aunque puedes disfrutar de las residencias de tiempo libre y los albergues gestionados por las administraciones públicas pegándote unas vacaciones de estilo soviético, no hay que bajar la guardia, las Administraciones también aprovechan para hacer su agosto, cual empresa de la luz, para ver si pueden sacarle unos eurillos a sus administrados menos pudientes. Así, este verano una Agencia de la Junta de Andalucía ha remitido una carta ordinaria (no certificada) a todos los beneficiarios del bono social térmico, partida económica proveniente de los Presupuestos Generales del Estado, pero gestionada por la Agencia de servicios sociales y dependencia de Andalucía dependiente de la Consejería de Salud y Familias y de la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales, para informarte que tienes que autentificarse en internet con un pin que pone en la carta si quieres cobrar la ayuda que ya te pertenece. También indica un teléfono de esos que nunca te cogen para ayudarte a hacer el trámite.
Vamos, que lo mismo la carta ordinaria no la recibes, porque te ha pillado de vacaciones soviéticas, o en la vendimia en Francia, o se la han echado por error al vecino de al lado que está de obra, o no funciona la aplicación web, o le das sin darte cuenta a la casilla de renuncia a la misma, o te hartas de llamar a un teléfono que no contesta y la Junta se queda con los 40, 65 o más de 100 euros que paga el gobierno central a los beneficiaros del bono social térmico por año dependiendo del grado de vulnerabilidad y de la zona climática en la que se vive. Eso sí, si eres de los que miramos el BOJA a diario, verás tu número de DNI en uno de los apartados de un boletín de julio, junto a otros miles y podrás estar atento a la carta en la cual el director gerente te comunica de que eres beneficiario del bono social térmico. En esta carta se destaca en negrita la Agencia de Servicios Sociales y dependencia de Andalucía y en letra grande las dos consejerías de las que depende. La propaganda es lo primero.
No sabemos que hará esta Agencia con los miles de euros que se quedarán sin pagar, supongo que alguna colaboración público-privada o público-divina.
Lo que esta claro que acaba el verano y seguimos con las mismas problemáticas de siempre, aunque espero que estemos con las pilas cargadas, sigamos mirando con recelo los gobiernos y al no ser tan visibles las pulseritas con mangas de camisa, chaquetas y demás ropas de abrigo veamos más aliados y menos cruzados.