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Análisis
La dana y el cambio climático: entre la ciencia, la negligencia y los patriotas de hojalata
La DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) es un fenómeno atmosférico que ocurre cuando una masa de aire frío queda aislada en niveles altos de la atmósfera, lo cual genera una inestabilidad extrema al interactuar con el aire cálido de la superficie. Este fenómeno, que en inglés se conoce como “gota fría”, causa lluvias torrenciales, vientos fuertes e inundaciones repentinas. En el caso de la Comunidad Valenciana, la reciente dana ha causado estragos. Además de los devastadores daños materiales en hogares, infraestructuras, agricultura, industria y el sector turístico, cruciales para la economía local, esta dana ha dejado un trágico saldo de vidas humanas perdidas, pérdidas irreparables que podrían haberse evitado.
Estos eventos meteorológicos extremos están cada vez más vinculados al cambio climático, que modifica la circulación atmosférica y aumenta la temperatura de los océanos. Esta energía adicional en la atmósfera y el calentamiento global generan condiciones favorables para la formación de eventos intensos como la dana. Según el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), el cambio climático incrementa tanto la frecuencia como la severidad de este tipo de fenómenos, aumentando el riesgo de desastres en zonas vulnerables como la costa mediterránea. En este contexto, esta última dana en la Comunidad Valenciana se puede clasificar como un evento climático extremo, caracterizado por condiciones anómalas de precipitaciones y temperaturas que se intensifican con el cambio climático. Estos eventos no solo ponen en riesgo la vida de los habitantes, sino que también generan un impacto económico y social significativo, exacerbando las desigualdades y revelando la vulnerabilidad de las infraestructuras urbanas actuales frente al clima cambiante.
Crisis climática
Crisis climática El incremento de la virulencia en las dana que la comunidad científica lleva años prediciendo
La AEMET hizo un trabajo impecable
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) de España anticipó esta dana con suficiente tiempo. Para prever este tipo de fenómenos, la AEMET utiliza una combinación de modelos numéricos avanzados y herramientas de observación que analizan datos meteorológicos en tiempo real, incluyendo presión atmosférica, temperatura, humedad y patrones de circulación del aire. Incluyen, entre otros, los modelos meteorológicos de alta resolución HIRLAM (High-Resolution Limited Area Model) para realizar pronósticos a corto plazo, permitiendo el seguimiento detallado de sistemas de baja presión como la dana.
También incorporan a la tarea de predicción el modelo HARMONIE-AROME, que se basa en la colaboración europea del consorcio ALADIN y proporciona predicciones a mesoescala, permitiendo captar mejor las precipitaciones intensas y locales, así como la formación de tormentas. Su alta resolución espacial lo hace especialmente útil para anticipar eventos extremos en áreas específicas. Adicionalmente, la AEMT recurre a los Sistemas de Observación en Tiempo Real -imágenes de radar, satélites y datos de estaciones meteorológicas en tierra- para monitorear el desarrollo de la dana en tiempo real. Esto permite ajustar las previsiones y alertas con base en los cambios atmosféricos observados.
En el caso reciente de la dana en la Comunidad Valenciana, la AEMET emitió alertas con días de antelación, lo que debería haber permitido a las autoridades y a la población tomar precauciones. Estas alertas tempranas, en base a los modelos detallados previamente, son posibles gracias a la combinación de radares meteorológicos, imágenes satelitales y el uso de supercomputadoras que procesan grandes volúmenes de datos para proyectar la trayectoria y la intensidad de la dana. Además, la agencia emplea sistemas de alerta específicos para diferentes regiones y emite niveles de aviso (amarillo, naranja y rojo) según la severidad esperada del fenómeno. La precisión de la AEMET en esta predicción es un reflejo de sus esfuerzos en mejorar continuamente los modelos de pronóstico y en coordinarse con las autoridades locales para minimizar los riesgos y daños asociados a estos eventos climáticos extremos.
Aquellas instituciones que supieron interpretar los datos y señales emitidos por la AEMT tomaron las acciones necesarias para proteger a la ciudadanía. Un ejemplo fue la Universidad de Valencia que avisó a sus estudiantes el día anterior al desarrollo de la dana para que no fueran a clase. Sin duda los aproximadamente 40.000 estudiantes que estudian en dicha Universidad, deben estar muy agradecidos a quienes, haciendo uso de sus responsabilidades, evaluaron los riesgos y anticiparon el posterior desastre, sobretodo de pérdidas humanas. Permítanme, por ello, felicitar y agradecer enormemente la profesionalidad de todos y cada uno de quienes forman parte de las AEMT, así como la del equipo del rectorado de la Universidad de Valencia. Pero frente a ello, otros hicieron caso omiso. No solo eso, sino que, de su pacto previo con los negacionistas del cambio climático, eliminaron servicios públicos necesarios para hacer frente a estas situaciones.
El punto de no retorno del cambio climático: el S.O.S. de los científicos
Pero lo que hay detrás de la dana, y de los más que posibles centenares de muertes en la Comunidad Valenciana, son las consecuencias de un cambio climático no asumido todavía por las principales autoridades de nuestro planeta tierra. En estas líneas ya hablamos largo y tendido de ello, aportando diversos estudios académicos. El cambio climático, y sus efectos nocivos, es irreversible y se ha acelerado respecto a lo previsto. Además, los recursos minerales se agotan. Ya no vale simplemente reconsiderar nuestro modelo de crecimiento de tal manera que se produzca una transformación en su composición, que implique un menor consumo de energía y agua. Llegamos tarde. El orden neoliberal, además de generar desigualdad, mata. Solo hay una alternativa posible, implementar la noción de decrecimiento económico para salvar al mundo. Pero requiere, obligatoriamente, compensar a todos aquellos que se verán afectados negativamente, millones de familias y trabajadores, millones de pequeños empresarios. Y para ello solo la Teoría Monetaria Moderna (TMM) tiene la solución. Ya detallamos en ese mismo post un artículo académico que desglosaba como y tratar de integrar la teoría del decrecimiento con la TMM. Lo retomaremos al final.
Permítanme antes compartir con ustedes un artículo académico publicado muy recientemente en la revista académica BioScience, concretamente el 8 de octubre de este año, apenas hace tres semanas: “The 2024 state of the climate report: Perilous times on planet Earth”. Lo firman 14 de los más reputados académicos y científicos sobre el cambio climático. Es un S.O.S. en toda regla. Detallan el estado crítico en el que se encuentra la Tierra debido al cambio climático.
Los científicos señalan que diversos indicadores climáticos clave, como la temperatura de la superficie oceánica y la masa de hielo en el Ártico, están alcanzando niveles alarmantes. En 2024, las temperaturas de la superficie del mar batieron récords históricos, lo que afecta no solo los ecosistemas marinos, sino también los patrones de viento y precipitación globales, aumentando la frecuencia de fenómenos extremos como huracanes y tormentas intensas (entre ellos la dana de estos días). Asimismo, el Ártico está experimentando una reducción acelerada de su capa de hielo, lo cual genera un “efecto albedo” en el que menos luz solar es reflejada de regreso al espacio, contribuyendo aún más al calentamiento global.
Frente a esta realidad, en nuestra querida España, una parte de nuestra clase política y mediática dan voz a quienes niegan, día sí y día también, entre una mezcla de opereta barata y teatro barroco, el cambio climático.
La deforestación continúa siendo un problema grave, especialmente en regiones como la Amazonia, que actúan como sumideros de carbono esenciales. La pérdida de estas áreas forestales disminuye la capacidad del planeta para absorber dióxido de carbono, acelerando la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera (IPCC, 2023). El informe también señala que el consumo de combustibles fósiles sigue aumentando, a pesar de los avances en energías renovables, lo cual contrarresta los esfuerzos globales para reducir emisiones. Los científicos advierten que, si se supera el umbral de 2°C de calentamiento, las consecuencias serían irreversibles: ecosistemas completos se verían alterados, aumentando el riesgo de extinción de numerosas especies y generando impactos devastadores en la agricultura, la disponibilidad de agua potable y la salud humana.
Además, el cambio climático tiene efectos desproporcionados sobre las comunidades más vulnerables, aumentando las brechas de desigualdad y causando desplazamientos forzados. Este informe hace un llamado urgente a la acción global, indicando que la adaptación a un clima cambiante debe ir de la mano con una rápida reducción de emisiones, promoviendo una transición justa y equitativa que no solo mitigue los efectos del cambio climático, sino que también construya resiliencia en las comunidades más afectadas.
¿Cómo salvar el mundo? Decrecimiento y Teoría Monetaria Moderna: una simbiosis necesaria.
Permítanme ahora remitirme a un artículo que compartí con ustedes en el post previo, publicado a principios de 2024 en la revista Ecological Economics, “How to pay for saving the world: Modern Monetary Theory for a degrowth transition”. Los autores, todos ellos pertenecientes a Institutos Económicos que analizan el cambio climático, presentaban una propuesta para financiar la transición hacia una economía más sostenible y menos dependiente del crecimiento económico, utilizando la Teoría Monetaria Moderna como herramienta clave.
La TMM sostiene que los estados con soberanía monetaria, es decir, aquellos que emiten su propia moneda, tienen la capacidad de financiar directamente proyectos de gran envergadura sin depender de impuestos o deuda, ya que pueden crear dinero para cubrir estas necesidades. Según los autores, esta capacidad podría utilizarse para impulsar una transición hacia el “decrecimiento”, un modelo económico que busca reducir la producción y el consumo excesivo de recursos naturales. La propuesta sugiere que los estados inviertan en la creación de infraestructuras de energía renovable, en el desarrollo de transporte sostenible y en programas de restauración ambiental, sin depender del crecimiento del PIB. Además, los autores abogan por el control de las finanzas privadas, limitando el papel de los grandes intereses corporativos que puedan obstaculizar los objetivos de sostenibilidad y justicia social. También proponen la implementación de un plan de empleo garantizado, asociado siempre a la TMM, que permita a cualquier persona que desee trabajar participar en proyectos públicos orientados hacia la sostenibilidad, como la reforestación y la construcción de infraestructuras ecológicas. Esta propuesta de TMM para una transición al decrecimiento no solo busca reducir el impacto ecológico, sino también crear una economía más equitativa que promueva la resiliencia frente a los desafíos climáticos actuales. De acuerdo con los autores, este enfoque permitiría reconfigurar las economías modernas para adaptarse a un mundo con recursos finitos, priorizando el bienestar social y ecológico sobre el crecimiento económico continuo.
Frente a esta realidad, en nuestra querida España, una parte de nuestra clase política y mediática dan voz a quienes niegan, día sí y día también, entre una mezcla de opereta barata y teatro barroco, el cambio climático. Son quienes de manera sistemática y a diario traicionan al pueblo español. Eso sí, todos ellos muy patriotas. Los patriotas de hojalata.
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Interesante artículo, y muy cierto todo menos lo de las "energías renvables". No lo son, dependen de minerales agotables no-renovables como el litio. Primero, ahorra energía, disolver la policía