Análisis
El independentismo en la Cataluña posprocés

El entierro del procés ha tenido muy pocas plañideras. Si algo evidenciará la próxima Diada será el fantasma de la división, la fragmentación y las peleas internas dentro del independentismo.
Puigdemont Bonet - 5
Carles Puigdemont durante su viaje relámpago a Barcelona el 8 de agosto de 2024. Robert Bonet

Mucho se ha escrito estos días que la llegada del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) a la Generalitat supone o, mejor dicho, certifica un cambio de ciclo en Cataluña. En realidad, es la culminación del proceso de retorno al autonomismo, iniciado con el reflujo del proceso soberanista el 27 de octubre de 2017, en el que se libraba una sorda batalla por la hegemonía electoral entre las dos principales expresiones políticas del nacionalismo catalán —entonces el Partit Demòcrata Europeu Català (PDeCAT) y luego Junts per Catalunya (JxCat), por un lado, y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), por el otro—, a las que solo la presión del movimiento cívico y la cerrazón del gobierno de M. Rajoy les impelió a iniciativas unilaterales, cuya máxima expresión fue el referéndum de autodeterminación del 1 de octubre y las confusas declaraciones del 10 y el 27 del mismo mes.

El proceso de retorno al autonomismo se vio facilitado por las medidas adoptadas por el gobierno de Pedro Sánchez a fin de paliar la represión promovida por el de su antecesor, M. Rajoy. Además, los indultos parciales a los condenados a penas de prisión en la causa especial del Tribunal Supremo (TS) 20907/2017, la derogación del delito de sedición del Código Penal y, más recientemente, la aprobación de la Ley Orgánica 1/2024, de 10 de junio, de amnistía para la normalización institucional, política y social en Cataluña, han tenido como consecuencia un ascenso sostenido del PSC.

Simultáneamente, el desencanto entre sectores del independentismo por la frustración de las expectativas de una independencia exprés e indolora creadas en los momentos álgidos del Procés y las crecientes tensiones entre Junts y ERC, con la aparición de nuevas candidaturas independentistas —los neoliberales de Alhora y los ultraderechistas de Aliança Catalana (AC)—, han tenido como consecuencia el aumento del abstencionismo crítico y la dispersión del voto. La conjunción de todos estos factores condujo a la pérdida de la mayoría parlamentaria de las fuerzas independentistas en las elecciones del pasado 12 de mayo.

El entierro del procés ha tenido muy pocas plañideras y sí unas cuantas ménades en frenesí despedazando, extasiadas, su cadáver. Al menos, mientras desconocían el contenido del acuerdo de investidura entre el PSC y ERC, que tantas ampollas ha levantado, sobre todo en lo tocante a la financiación, también entre la menguada izquierda de referencia estatal.

La victoria del PSC obliga a los tres partidos independentistas a replantearse su futuro este otoño e invierno, aunque la “unidad estratégica” del independentismo parece a todas luces perdida

Puede que, tras la larga agonía posterior al 27 de octubre de 2017, el procés haya muerto, pero el independentismo —en diversos grados y matices, como siempre—, suma 59 diputados: los 35 de Junts, los 20 de ERC y los cuatro de la Candidatura d’Unitat Popular (CUP). Asimismo, AC ha entrado en el Parlament con dos diputados, si bien las fuerzas democráticas, tanto independentistas como unionistas, se han comprometido a no suscribir acuerdos con ella. Por lo demás, el independentismo de AC ha sido cuestionado por las recientes declaraciones y actuaciones de algunos de sus cargos electos a nivel municipal, centrados exclusivamente en la cuestión migratoria, con su previsible discurso islamófobo y xenófobo, en general.

La victoria del PSC obliga a los tres partidos independentistas a replantearse su futuro este otoño e invierno, aunque la “unidad estratégica” del independentismo parece a todas luces perdida para los próximos años, en particular por la encarnizada lucha entre Junts y ERC por liderar este espacio político. Si algo evidenciará la próxima Diada será el fantasma de la división, la fragmentación y las peleas internas dentro del independentismo.

Junts y el papel de Puigdemont

Las elecciones de mayo devolvieron a Junts el liderazgo del espacio independentista en número de votos y diputados, pero a costa de ERC, quien se supone que sería su socio de coalición en un eventual gobierno, y, de rebote, de la mayoría parlamentaria que le habría permitido volver al Palau de la Generalitat. Tras la investidura de Salvador Illa y la formación de gobierno, Junts arranca el curso político liderando también la oposición en el Parlament de Catalunya, aunque por momentos parezca que haga más oposición a ERC que al ejecutivo al que pretendidamente se opone, y con el que, en el fondo, ha compartido y comparte no pocos puntos de su programa económico.

El 8 de agosto Carles Puigdemont reapareció fugazmente en Cataluña y, tras pronunciar un breve discurso, volvió a Waterloo, sorteando el dispositivo de los Mossos d’Esquadra para detenerlo, luego de que el magistrado instructor de la causa especial del TS 20907/2017, Pablo Llarena, se negara a retirar la orden interior de detención e ingreso en prisión, incumpliendo la Ley de amnistía. Muchos comentaristas y políticos —como la secretaria general de ERC, Marta Rovira, o el exconsejero de Economía de Junts Xavier Giró— lo calificaron como un gesto político sobre el que poco o nada se puede construir, a pesar de los intentos de algunos destacados cargos de Junts de justificarlo a partir de un “relato” que, en propiedad, tampoco sigue la mayoría de la población.

Parece poco probable que Puigdemont abandone el escenario político; antes bien, se espera que retome la presidencia del partido, en detrimento de Laura Borràs, actual presidenta

Junts celebrará su congreso el próximo mes de noviembre, en el que planteará una nueva estrategia y una nueva dirección. Se intuye que una parte de los posconvergentes, y aún más de sus patrocinadores, quiere desentenderse del llamado puigdemontismo y quizá hasta del propio Puigdemont —para quien se trataría de encontrar una salida decorosa— para recuperar su papel histórico de representante político de los intereses empresariales de Cataluña. La pasada campaña electoral ya daba a entender esta voluntad, con la recuperación de auténticos cadáveres políticos como Artur Mas y, sobre todo, Jordi Pujol.

Igualmente, la difuminación del mensaje independentista de Junts en beneficio del mensaje securitario y “de orden” se vio con toda claridad en las pasadas elecciones municipales, con la presentación como candidato a la alcaldía de Barcelona de otro autonomista de larga tradición como Xavier Trias, consejero de Presidencia de Pujol entre 1996 y 2000. Hasta Quim Torra, más alejado de este sector, pidió a Puigdemont “una reflexión” sobre su continuidad, en declaraciones a la prensa antes de pronunciar una conferencia en la Universitat Catalana d’Estiu, en Prada de Conflent. A juicio del expresidente, “no podemos, con las mismas caras que nos habían dicho una cosa y que ahora dicen otras, pretender que volveremos a traer la esperanza que el movimiento independentista ha tenido siempre en sí mismo”.

Sin embargo, parece poco probable que Puigdemont abandone el escenario político; antes bien, se espera que retome la presidencia del partido, en detrimento de Laura Borràs, actual presidenta y condenada por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) por delitos de prevaricación administrativa, falsificación de documental oficial e inducción a la falsificación de documento mercantil, cometidos durante su gestión como directora de la Institució de les Lletres Catalanes. Entre el 25 y el 27 de octubre se celebrará el Congreso del partido, que se ha marcado como objetivo convertir a Junts en una “fuerza política transversal” capaz de ser el “espacio independentista de referencia”.

Por lo pronto, Puigdemont ya ha movido ficha y, tal y como hizo Illa con la creación de su “gobierno alternativo” la pasada legislatura, el expresidente planea crear un “gobierno a la sombra” con el que hacer oposición a Illa y que sirva de carta de presentación para las próximas elecciones, que Junts intentará adelantar todo lo posible cuando las condiciones les sean favorables. Del resultado de ese equilibrio dependerá también la estabilidad parlamentaria en Madrid, puesto que el gobierno de Pedro Sánchez depende de los votos de los diputados de Junts para la aprobación de los próximos Presupuestos Generales del Estado.

Partidos políticos
Inicio de curso Junts se inclina por rechazar los presupuestos de Sánchez y profundiza los contactos con el PP
El sector ‘posconvergent’ liderado por Puigdemont se prepara para una confrontación total con el PSOE. La idea de una moción de censura en 2025 uniendo fuerzas con Feijóo comienza a cobrar forma.


ERC: entre Junqueras y lo nuevo

Que el acuerdo del PSC no ha sido del gusto de todos los republicanos lo refleja el ajustado resultado de la consulta hecha a la militancia —con 53,5% a favor, 44,8% en contra y un 1,7% en blanco— antes de su firma. ERC ha convocado un congreso, también para noviembre, para renovar su dirección y su estrategia.

La formación arrastra los malos resultados del último ciclo electoral, lastrados por el escándalo de una red de comunicación que actuaba sin el conocimiento de la dirección con acciones de falsa bandera, llamada “la B”. La caída en votos y diputados en las últimas elecciones al Parlament de Catalunya —de segunda fuerza pasaron a tercera, lo que le ha supuesto perder la presidencia de la Generalitat— ha hecho saltar por los aires la imagen de unidad que había logrado transmitir hasta ahora, evidenciando una división entre el sector continuista, encabezado por Oriol Junqueras, que dimitió como presidente del partido tras el batacazo electoral y pretende ser reelegido en el congreso que debe celebrarse en otoño, y el renovador que cuenta con el apoyo de la secretaria general que ejerce interinamente las funciones de presidenta, Marta Rovira. A este congreso concurrirá una tercera lista, la del colectivo Primer d’Octubre, que no tiene visos de imponerse a ninguna de las dos anteriores.

Junqueras, un dirigente en general bien valorado por la ciudadanía y bajo cuya presidencia se produjo el sorpasso de ERC a Junts, en las elecciones al Parlament del 14 de febrero de 2021, presentará su lista el próximo 21 de septiembre en el Teatre de la Passió d’Olesa de Montserrat, acompañado del exconsejero de Relaciones Institucionales y Exteriores y Transparencia Raül Romeva, la eurodiputada Diana Riba y la diputada en el Parlament Ana Balsera, entre otros. La lista cuenta también con el apoyo del portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados, Gabriel Rufián.

El creciente proceso de derechización que padecen las sociedad occidentales, y que también ha afectado al electorado independentista, ha tenido una expresión clara en los resultados de la CUP

La otra lista, que lleva por nombre Nova Esquerra Nacional, considera que la estrategia de Junqueras ha tocado techo, ya no da resultados tangibles y que el partido necesita una renovación profunda y una apuesta por una línea política decididamente de izquierdas. El 29 de agosto presentó una dirección “coral”, de la que forman parte la exconsejera de la Presidencia Laura Vilagrà, el portavoz de ERC en el Parlament de Catalunya, Josep Maria Jové, la exsecretaria general del Departamento de Igualdad y Feminismos Georgina Oliva y la exdiputada en el Parlament Alba Camps, entre otros. El sector más cercano a Junqueras ya ha pedido adelantar el congreso para intentar cerrar el paso a la consolidación de una alternativa viable a su lista. Si las partes acatan el dictamen de la comisión de garantías, el congreso se celebrará el 30 de noviembre.

De los resultados de este congreso dependerán las relaciones con Junts y con el gobierno de Illa. Teóricamente, con Junqueras al frente de ERC el partido priorizaría otra vez formar un gobierno de coalición con Junts, mientras que, con la dirección coral de la que formarían parte Vilagrà y Jové, los republicanos optarían por lo que se ha dado en llamar “geometría variable” y se abrirían a pactar con el PSC y Comuns Sumar, aunque por ahora sin formalizar un tripartito, el espantajo favorito de los posconvergentes. El Govern, por su parte, ya ha anunciado que su objetivo prioritario es aprobar los presupuestos de 2025 con ERC y los comunes como “socios preferentes”.

La CUP vuelve a los márgenes

En primer lugar, cumple recordar que la Candidatura d’Unitat Popular-Crida Constituent (CUP-CC) fue un actor trascendental en la aceleración del procés durante la XI legislatura (2015-2017): forzó la renuncia a la presidencia de la Generalitat del autonomista Mas ―que solo por oportunismo político había asumido el objetivo de la independencia―, y la convocatoria del referéndum de autodeterminación como condición para apoyar la cuestión de confianza planteada por Puigdemont al Parlament en 2016. No obstante, tras el referéndum del 1 de octubre la organización entró en una dinámica en la que no es fácil apreciar una estrategia política clara, tal y como confirmó a El Salto uno de los diputados durante la XII legislatura (2018-2020) que rehusó repetir como candidato. En este contexto, no sorprende que el adelanto electoral cogiera a la CUP con el pie cambiado.

Junto a ello, el creciente proceso de derechización que padecen las sociedad occidentales, y que también ha afectado al electorado independentista, ha tenido una expresión clara en los resultados de la CUP, con una caída de nueve a cuatro diputados. Ello le impedía formar grupo parlamentario propio y le obligaba a compartir el Grupo Mixto con AC. La cesión de un diputado de ERC le ha permitido no tener que compartir el tiempo de las intervenciones y los recursos con los ultraderechistas, pero se queda con la asignatura pendiente de salir de una marginalidad que podría resultarle fatal. Este retorno a los márgenes no es un retorno a los orígenes, pues actualmente la CUP cuenta a su favor con la experiencia parlamentaria acumulada de cuatro legislaturas consecutivas.

El documento de trabajo resultante del llamado “procés de Garbí” —todavía abierto y que se votará el 21 de septiembre—, titulado ‘Impulsar, articular y vencer’, no parece ofrecer nada nuevo al núcleo del discurso de la izquierda independentista: la vinculación entre lucha nacional y luchas sociales para alcanzar una “ruptura democrática” con el Estado español, que culmine con la independencia de Cataluña, primero, y los Països Catalans, después. Aunque no descarta “alianzas tácticas puntuales” (¿algún partido las puede descartar?), sigue remarcando los límites institucionales y apostando por “el establecimiento y ampliación del conflicto con el Estado” para “generar el momento de ruptura, sostenerlo y ganar”. Pero ¿cómo se traducen estos postulados a la acción real? ¿Con qué fuerzas políticas y sociales? La respuesta teórica es clara: con la acción de las clases populares bajo la dirección política de la izquierda independentista. Ahora bien: ¿son capaces actualmente las organizaciones políticas y sindicales de esta de dirigir a las clases populares? ¿Se ha calibrado bien la correlación de fuerzas de la situación actual?

Los alcaldes de Berga y Girona —dos de los reductos institucionales de la CUP tras las últimas elecciones municipales—, Ivan Sànchez y Lluc Salellas, escribieron a finales de agosto un artículo en que hacían un llamamiento a “leer bien el momento, entender dónde se encuentra la mayoría de la población y, a partir de nuestros principios políticos, ser atrevidos, confiar en nosotros mismos y salir a ganar”. La lectura en clave interna del texto no pasa desapercibida a nadie. La tentación de volver a un discurso de máximos e “hipermilitante”, acentuada por la escisión de la Organización Juvenil Socialista (OJS), cada vez más alejada del independentismo, es importante entre algunos militantes y quizá también en algunos electos, más centrados en la vida interna del partido que en la situación política general. No obstante, ese giro no haría más que ahondar en la deriva hacia la marginalidad de la organización. Por otra parte, una línea más posibilista, mal desplegada y gestionada, podría desdibujar su perfil político.

Hace unos años, el independentismo recuperó la figura del Ave Fénix como símbolo de su capacidad para renacer. Pero para que algo renazca, en buena lógica primero ha de morir, y no es ése el caso del independentismo —nunca lo ha sido— y quizá ni siquiera del procés, que se resiste con uñas y dientes, como demuestran los casos de Puigdemont y Junqueras, a ser desplazados por caras nuevas. El independentismo ha sido noqueado —nadie puede llamarse a engaño— y está tendido en la lona. La pregunta es si podrá levantarse o alguien arrojará la toalla por él. Tenemos todo un otoño y todo un invierno para verlo.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Análisis
Análisis La industria de la NBA y el capitalismo racial
Pese a todo el relato en torno a la liga de baloncesto estadounidense como espacio de privilegio negro, la estructura sigue marcada por empresarios blancos y trabajadores afrodescendientes, en una distribución desigual de representación y poder.
Análisis
Análisis Israel no tiene derecho a defenderse en Gaza, pero los palestinos sí
Un criminal no puede apoderarse de la casa de alguien, instalarse en ella, saquear sus pertenencias, encarcelar y maltratar a los habitantes y luego alegar legítima defensa para asesinar a los propietarios cuando estos se defienden.
Análisis
Análisis Mirar Venezuela desde el realismo político
El Gobierno de Nicolás Maduro espera capear el temporal provocado por las elecciones y el recuento fantasmal de los votos y mantener su rumbo, apoyado por China y Rusia y amenazado por el recrudecimiento de las sanciones de Estados Unidos.
Estados Unidos
Hacia el 5 de noviembre La violencia política se adueña de la campaña electoral en Estados Unidos
Un nuevo intento de asesinato contra el candidato republicano, Donald Trump, sube otro decibelio el tono de una campaña marcada por las descalificaciones, las 'fake news' y los fusiles con mira telescópica.
LGTBIAQ+
Propuesta legislativa Ley de memoria trans: qué propone, a quién se dirige y por qué ahora
Una pensión para las víctimas LGBTI de la Ley de Peligrosidad Social, una petición de perdón por parte del Estado y presupuesto para un archivo documental son los pilares del texto. Lo explica Mar Cambrollé, presidenta de Plataforma Trans.
Música
Música John Zorn, música ‘pop’ para otra línea temporal de este mundo nuestro
El universo de John Zorn sigue en movimiento constante. Las formaciones nacen y mueren, las líneas de trabajo aparecen, y, a veces, parecen desaparecer, aunque normalmente solo se espacian, o mutan, o se ramifican.
Congreso de los Diputados
Edmundo gate El voto del PNV contra el Gobierno agita el temor a una unión de las derechas a medio plazo
Los nacionalistas vascos apoyaron una proposición no de ley del PP y fueron partícipes de una derrota legislativa del PSOE con más impacto simbólico que real.

Últimas

Honduras
Honduras Sicarios matan a balazos al ambientalista Juan López, defensor del río Guapinol
López luchaba contra el 'Monstruo de Siete Cabezas': dos minas, una termoeléctrica, una peletizadora y tres pozos, construidos en el espacio protegido del Parque Nacional Montaña Botaderos.
Turismo
Turismo y especulación Un 66% de los españoles apoya las protestas contra la turistificación
Una encuesta de YouGov para toda Europa revela que la mayoría de la población simpatiza con las protestas contra el turismo y que un tercio de los españoles considera que hay un exceso de visitantes extranjeros en su zona.
Desahucios
Vivienda en Madrid Desahucian a una anciana de 79 años y a su hijo en Getafe pese a la movilización vecinal
La empresa Dapamali Works SL, que ha comprado la totalidad de pisos del inmueble, llegó a contratar a una empresa antiokupación que estuvo durante meses hostigando y amenazando a las vecinas para forzarlas a abandonar sus hogares.
Minería
Ecología La reapertura de la mina de Aznalcóllar se retrasa por la suspensión de la Autorización Ambiental Unificada
La Autorización Ambiental Unificada de la reapertura de la mina de Aznalcóllar se paraliza por “imperativo legal” retrasando el proyecto que pretende verter más de 80.000 millones de litros de vertido tóxico al Guadalquivir
Residuos
Ayuntamiento de Madrid No es solo el crematorio de la M-40: “El sur no quiere ser el vertedero de Madrid”
Vecinos de Usera y Villaverde se movilizan contra la autorización del polémico crematorio pero también para señalar el abandono institucional que sienten hacia sus barrios.
La vida y ya
La vida y ya Salir del barrio
Tenía claro que las cosas están bastante más determinadas por el lugar en el que naces que por tu esfuerzo, por eso quiso probar a romper las reglas del juego.
Memoria histórica
Columna de los 8.000 Un millar de personas participan en la primera Marcha Columna de los 8.000
Desbordando todas las previsiones, cerca de un millar de personas participan en la I Marcha Columna de los 8.000, en memoria de uno de los sucesos más dramáticos y menos conocidos de la historia contemporánea extremeña.
PNV
CLIENTELISMO El servicio antifraude de los fondos europeos recibe una denuncia contra un exalto cargo vasco
El denunciante, alegando la “protección de los intereses financieros de la Unión Europea frente a un conflicto de intereses”, adjunta documentos sobre contratos públicos y proyectos subvencionados.

Recomendadas

Cuba
Vijay Prahsad “Cuba nos enseña que gastar dinero en sanidad y educación es mejor que gastarlo en la guerra”
El historiador, editor y periodista indio Vijay Prahsad escribe en colaboración con Noam Chomsky el libro ‘Sobre Cuba’, un intento de recordar a las generaciones más jóvenes las conquistas del proceso revolucionario cubano, que comenzó hace 70 años.
Guerra en Ucrania
Diplomacia armada Misiles más cerca y negociaciones más lejos en una semana clave en la guerra de Rusia y Ucrania
Estados Unidos ultima la concesión del permiso de uso de misiles de largo alcance a petición del Gobierno de Zelensky. Rusia amenaza con consecuencias por lo que consideran una escalada de la OTAN en su auxilio a Kiev.
Literatura
Literatura Paco Cerdà: “Es curioso que el amor surja a pesar del horror”
El autor cuenta en 'Presentes' el traslado del féretro de José Antonio Primo de Rivera desde Alicante hasta Madrid a través de una voz que se detiene en la vida y la muerte de muchos de los nadie de la España de la posguerra.