Opinión
Construir desde el impás

Este grupo de militantes de colectivos madrileños reflexiona sobre el ciclo político y la capacidad para articular un espacio de movilización.
Eko niño jugando
Álvaro Minguito Un niño juega con un tren en la planta baja del EKO, centro social okupado en el barrio de Carabanchel. No CC.

Abrir el debate. La crisis que nos atraviesa nos ha devuelto sobre algunas cuestiones clásicas de la historia del pensamiento revolucionario. Habitamos un mundo en permanente crisis y sometido a un continuo estados de excepción, donde los viejos sistemas de poder —aquellos vinculados a la globalización neoliberal— se tambalean. Todo cambio real parece pasar —antes que nada— por construir instituciones y espacios de apoyo mutuo y de encuentro político con capacidad de orientar, cuando no de anticiparse al desastre en ciernes.

Sin embargo, en nuestro contexto inmediato las bases materiales sobre las que se han apoyado estas alternativas, aquello que podríamos denominar la galaxia post-15M, han entrado en crisis. El ciclo institucional articulado por Podemos, así como la lógica de los movimientos sociales de esta fase, nos han dejado atrapados entre dos extremos. A un lado, la renovación del campo progresista, que con su densa niebla trata de edulcorar la política subordinándola al marketing de la utilidad gobernista capturando el lenguaje de los movimientos en su favor. Del otro, la multiplicación de las iniciativas políticas comunitarias y de base que no terminan de encontrar un plan consistente en torno a estrategias compartidas.

En medio de estos extremos se ha expresado una nueva necesidad: la de articular posiciones estratégicas y al mismo tiempo construir autonomía y organización. Se trata de una hipótesis sobre la que ya se han avanzado algunas consideraciones interesantes. Entre ellas, se ha criticado la incapacidad de articulación estratégica que ha existido a partir del 15M y la falta de una perspectiva escalable en nuestras prácticas políticas. Pero también, se ha señalado la necesidad de pensar modelos organizativos que superen los problemas del “asamblearismo” y generen propuestas políticas de mayor consistencia sin perder la horizontalidad en la toma de decisiones.

Autonomía y organización.

De nuevo, parece que las preguntas clásicas del “¿qué hacer?” ocupan una parte del debate. Pero ¿realmente el problema es el de la organización? Sin duda, esta cuestión tiene un enorme peso. No obstante, en términos concretos, la organización no es más que una herramienta para el reparto eficaz de tareas y de los sujetos que quieren llevarlas a cabo, y es precisamente aquí donde está —a nuestro modo de ver— el gran problema.

Debemos escapar de la idea de autonomía como lo mío propio, “mi colectivo o mi espacio”, para retomar debates políticos de coyuntura, orientarnos en común, aprender a estar juntas más allá de dónde está cada quien

Podríamos convenir, en términos de nuevo muy clásicos, que el problema de la organización es difícil de resolver caso de no abordar las tareas estratégicas y prácticas de nuestro presente, tampoco sin tener muy claro quién tendría que desempeñar semejante labor. Con distintas intensidades, estas preguntas han aparecido de manera fragmentada en los últimos años ¿Quién es el sujeto del ecologismo? Se ha dicho. Y, todavía de forma más clásica: ¿qué es hoy la clase obrera? O, si se quiere, ¿qué es la clase hoy?

Sabemos que para contestar a estas preguntas no necesitamos de un sujeto central, definible, que encarne la revolución, al que por otro lado aún a día de hoy se dedica demasiado tiempo en buscar: el obrero. También sabemos que la respuesta no pasa por políticas identitarias que jerarquicen las opresiones en vez de coaligar a quienes luchan. Pero tampoco podemos contestar desde posiciones que vuelven sobre una tímida defensa de los derechos humanos donde la explotación, los desahucios o la precariedad son abordados desde las posiciones de víctima, carente —como aquel o aquella que nada tiene— o demandante —en tanto única posición de lucha en una democracia—; figuras que siempre ponen al Estado como único centro de la política.

Ante estos retos, se podría decir que la respuesta está en la autonomía, en la capacidad de autoorganización, creación y sostenimiento de luchas. Por solo mencionar las más potentes: las luchas transfeministas, ecologistas, de vivienda, los sindicatos de barrio o los centros sociales. Otras dirán que esa autonomía de los colectivos de nada vale si no existe autonomía de clase. Pero, ¿a dónde nos lleva este debate?

La mera independencia con respecto del ciclo político progresista, de sus sindicatos y partidos, parecen conducirnos a una posición subordinada donde los movimientos pasarían a ser una suerte de nueva sociedad civil. Y sin embargo, escapar de esta trampa no debería arrinconarnos en la simple construcción de alternativas que solo pasan por lo local, lo comunitario y sus singularidades.

Lucha de clases sin clases

La disyuntiva parece pues casi aclarada. Desde el 15M se han producido avances muy necesarios en distintos proyectos colectivos. Estos han sido la salvaguarda de numerosas luchas de base, así como espacios de autoorganización colectiva potentes y diversos. En ellos se ha producido, —pongamos el ejemplo del sindicalismo de barrio—, una enorme proliferación de iniciativas que han logrado articular a un creciente tejido militante con aquellos sectores sociales más marginales. Y sin duda, llegar donde no llega el Estado o donde llega de manera más difusa y débil es una victoria.

También lo es el impulso masivo del movimiento feminista autónomo, la desobediencia civil recuperada por el ecologismo o los movimientos antirracistas. Y sin embargo, la potencia no termina de expresarse, a día de hoy, más allá de la autonomía de cada uno de esos espacios por separado. De igual modo, la vocación de juntarse, por sí sola, no parece suficiente. Juntarse sin más, o mantener un deseo amplio de unidad, parece tener límites severos, como también recurrir a diseños organizativos que solo parecen claros en la teoría.

Con todo, no pensamos que estemos en un momento donde las imágenes que remiten a la organizaciones socialistas tradicionales —marxistas-leninistas, por ejemplo— nos lleven a buen puerto. La diversidad de las luchas y de sus sujetos de lucha son una buena noticia que interpela al capitalismo como forma de gobierno de la vida, de la ciudad en su conjunto, y no solo de los sujetos como trabajadores o como clase obrera. En forma de proposición fuerte diríamos que queremos construir la lucha de clases cuando no hay clases. Y este, creemos, es el problema de fondo.

Conviene recordar aquí que las clases no lo son por una definición teórica o sobre “el papel”. La clase ha existido sobre todo como experiencia de explotación, de dominio y de lucha compartida. Solo esos tres elementos —la experiencia de la explotación, del dominio capitalista y de las luchas compartidas— construyeron lo que hoy denominamos “la clase”. Solo después han podido venir las “explicaciones” y la teoría, nunca antes. Por eso, un objetivo principal debe ser investigar y conocer la experiencia de explotación y dominio concreta de nuestro tiempo, entender las líneas de mando y gobierno que las hacen posibles, el programa político que las sustenta y —en la medida de lo posible— construir experiencias de lucha que reconstruyan lazos políticos y comunitarios dentro de esas realidades.

Para que todo esto suceda —en forma de contrapoder, autonomía y organización—, debemos volvernos a encontrar más allá de nuestras experiencias concretas, de nuestras posiciones y movimientos particulares. Debemos escapar de la idea de autonomía como lo mío propio, “mi colectivo o mi espacio”, para retomar debates políticos de coyuntura, orientarnos en común, aprender a estar juntas más allá de dónde está cada quien.

Lejos así de recurrir al imaginario socialista, donde la apuesta estratégica parece depositarse recurrentemente en algún tipo de comité, grupo de expertos o dirección de partido, puede resultar más práctico recurrir al viejo imaginario federalista, aquel que hizo posible que en el siglo XIX se aunasen multitud de iniciativas dispersas y diversas, pequeños y grandes sindicatos, luchas concretas hasta dar forma —por ejemplo en el caso ibérico— al entonces movimiento anarquista. Federación, encuentro y discusión política compartidas se concretaron entonces en multitud de iniciativas de debate (incluida la prensa de movimiento) y en no pocas iniciativas organizativas, algunas sindicales y otras no, que históricamente consiguieron construir horizontes estratégicos compartidos.

¿Es algo así imaginable hoy en día? Partimos de una riqueza de iniciativas, luchas y experiencias, de una multiplicidad de sujetos y espacios sociales a los que no queremos renunciar. Pero también pensamos que entre todas podemos construir un lugar de encuentro y discusión que nos permita pensar más allá de las líneas de gobierno —y su concepción utilitaria de las luchas, que siempre deben subordinarse a la línea estratégica del partido—. En términos fuertes, se trata de ir más allá del capitalismo patriarcal y racista, y construir horizontes estratégicos compartidos que nos permitan cooperar.

La Maliciosa
Este texto es una primera invitación a abrir un espacio de discusión en este sentido. Por todo ello animamos a participar en estas tres citas que tendrán lugar en el Ateneo La Maliciosa (calle Peñuelas, 12, Madrid) entre las 11 y las 14 horas, con el siguiente programa:

📆 4 de junio. ¿Qué es la autonomía? La organización, entre fetiche y realidad

📆 11 de junio. El mantra barrial y la crisis metropolitana. Debates entre el sindicalismo social y la caridad humanitaria.

📆 25 de junio. “Hombre blanco hablar con lengua de serpiente”. Entre el gobierno progre y el antifascismo capturado.
Cargando valoraciones...
Ver comentarios 2
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Cargando relacionadas...

CRTVG - Corporación Radio y Televisión de Galicia
A Xunta do PP remata o seu plan de control sobre a CRTVG tras escoller á súa nova directora en solitario
A xornalista Concepción Pombo substituirá, co único aval do Partido Popular, a Alfonso Sánchez Izquierdo. O Goberno de Alfonso Rueda modificou a lei de medios para que os votos do seu partido fosen suficientes para elixila.
Altri
A Plataforma Ulloa Viva cambia a súa directiva para os vindeiros anos de loita contra Altri
A veciñanza da comarca máis afectada escolleu entre dúas listas logo de non chegar a un consenso. A gañadora tratará de ampliar a súa base de socias e socios por toda Galiza e abrirá máis as portas ás grandes organizacións do país, como a CIG.
El Salto n.79
A celulosa ou a vida: xornalismo situado e loita social para frear un ecocidio
O xoves 17 de xullo esperámosvos no CS 'A Nubeira' de Vigo para presentar o último número da revista El Salto xunto a algunhas das súas principais protagonistas: as que loitan contra o macroproxecto de celulosa liderado por Altri e avalado pola Xunta.
AGANTRO
O desprazamento forzoso en Chiapas: metáfora da vida núa
Conversamos coa investigadora América Navarro sobre o desprazamento forzoso en Chiapas.
Altri
Galiza elixe o rumbo da loita contra Altri nas eleccións á directiva da plataforma Ulloa Viva
A veciñanza da comarca máis afectada presenta dúas listas separadas logo de non chegar a unha proposta de consenso. Por unha banda, concorre unha candidatura continuísta e, pola outra, unha alternativa que se achega máis o nacionalismo institucional.

Últimas

O Salto medra contigo
O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar Altri
Queremos investigar os responsables políticos e empresarias do que podería ser o maior atentado ambiental da historia recente de Galiza.
Orgullo
O Orgullo Crítico enche de diversidade e de humanismo Galiza: “Transfeministas con Palestina”
Crónica visual de como unha enorme multitude encheu de diversidade o centro da cidade de Vigo.
O Teleclube
'O Teleclube' alucina no deserto con Óliver Laxe e 'Sirat'
Laxe leva o seu cuarto premio de Cannes, esta vez en competitición, polo seu novo filme que explosiona na gran pantalla.
A Catapulta
O tempo, o espazo e a poesía de Estíbaliz Espinosa
A poeta visita A Catapulta para conversar sobre o seu traballo e a súa traxectoria literaria
O Teleclube
'O Teleclube' pecha a temporada cos supervivintes de '28 anos despois'
Danny Boyle e Alex Garland volven ao mundo dos infectados que inspirou o renacemento dos 'zombis'.

Recomendadas

Medio rural
A esperanza da xestión colectiva fronte ao espolio: os comuneiros de Tameiga contra o Celta
Mentres varios proxectos industriais tentan privatizar e destruír os ecosistemas galegos, algúns grupos de veciños e veciñas organizadas fan oposición social construíndo alternativas comunitarias. Ás veces, tamén gañan ao xigante.
Feminismos
Dous anos sen reparación tras sufrir lesbofobia nun Rexistro Civil de Pontevedra cando ían inscribir a seu fillo
Un funcionario negouse a inscribir ao fillo de Antía e a súa parella. Un erro de redacción na lei trans está detrás dos argumentos que o funcionario esgrime para defender a súa actuación.
Migración
A veciñanza mobilízase para acoller migrantes tras o peche de centros de Rescate Internacional en Galiza
Tras o progresivo desmantelamento de varios dispositivos de acollida, moitos refuxiados foron trasladados a outros puntos do Estado sen aviso previo. Outros son simplemente desaloxados trala denegación da súa solicitude de asilo.
Ourense
Ourense organízase para loitar contra patrullas de extrema dereita nos barrios máis empobrecidos da cidade
A veciñanza e os movementos sociais responden ao discurso do medo promovido por Frente Obrero e sinalan a súa estratexia de criminalizar a pobreza e sementar odio en contextos de exclusión e abandono institucional.
Comentarios 2

Para comentar en este artículo tienes que estar registrado. Si ya tienes una cuenta, inicia sesión. Si todavía no la tienes, puedes crear una aquí en dos minutos sin coste ni números de cuenta.

Si eres socio/a puedes comentar sin moderación previa y valorar comentarios. El resto de comentarios son moderados y aprobados por la Redacción de El Salto. Para comentar sin moderación, ¡suscríbete!

Cargando comentarios...