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Arqueología
Arqueólogas denuncian el machismo en el sector y se organizan para frenar el acoso
Las mujeres arqueólogas sufren situaciones cotidianas de ninguneo, abuso y acoso. La convocatoria de una asamblea no mixta durante una excavación en Madrid sirvió de revulsivo para que muchas compartieran sus experiencias. La mitad de las mujeres han vivido situaciones de acoso en el sector según una encuesta.
“Es algo muy corriente y se produce a todos los niveles”, cuenta Bárbara Durán-Bermúdez. Esta estudiante de Arqueología de 23 años explica que las situaciones cotidianas de machismo se repiten en todas las capas: la universidad, los laboratorios, el trabajo de campo. “En los siete años que llevo haciendo excavaciones he ido conociendo cada vez a más mujeres y la historia se repite”, dice.
En su caso, al machismo más sutil, si es que se puede hablar de sutileza cuando un hombre insinúa que una compañera es más débil o que su género la inhabilita para algunas tareas, se unen dos casos de acoso. Uno, cuenta, de un director de excavación contra el que no tuvo opción de emprender ninguna acción, debido a la precariedad del trabajo: la inexistencia de convenios y de sindicatos provoca que una desprotección absoluta en estos casos, explica.
El otro, más reciente, implica a un técnico que acosó también a otra compañera. Y, juntas, decidieron movilizarse. “Hay situaciones que se consideran normales y se toleran en todas las excavaciones: determinados chistes, frases como ‘no te lleno la carretilla porque no vas a poder con ella’, o encargarte el trabajo que se considera más delicado, menos físico”, dice Carla García-Mora Morato, compañera de Bárbara. Pero cuando estos pretendidos micromachismos pasaron a más, algo se removió en ellas.
Una de cada dos mujeres ha vivido una situación de acoso en excavaciones en España según una encuesta apoyada por la sección de arqueología del Colegio de Arqueólogos de Madrid. Los resultados de esta encuesta, que incluyen otros datos como que el 75% de ellas se han producido en excavaciones públicas o que en el 89% de los casos el acoso no tuvo consecuencias para el acosador, se presentarán este viernes en un Congreso en Barcelona.
¿Existe el acoso sexual en #Arqueología?
— C.R.A.S. (@cras_arq) 26 de agosto de 2018
1 de cada 2 mujeres han manifestado sentirse acosada en el sector arqueológico. Aquí los resultados finales de la encuesta sobre acoso sexual en arqueología.#stopviolenceinarchaeology
Abrimos hilo ⬇️ pic.twitter.com/AjOLKH3ckq
Algo se mueve entre las arqueólogas, como demuestra también el taller en el Espai Mallorca de Barcelona en el que se propone hablar de acciones para combatir el acoso. O como demuestra la historia de Bárbara y Carla.
PLANTAR CARA AL ACOSADOR
“Tardamos en asimilar lo que había ocurrido”, dice Bárbara. ‘Lo que había ocurrido’ es que un técnico de una excavación, en 2017, sumó a sus habituales comentarios machistas el abuso a varias mujeres. Después hubo mensajes de WhatsApp de madrugada, insinuaciones sexuales, y, en el caso de Carla, abalanzamientos no solicitados en una noche de celebración cuando estaban a punto de terminar los trabajos.Lo hablaron entre ellas, sabían que había pasado algo. Pero lo dejaron correr. Un año después, cuando ambas vuelven a la misma excavación (“es una excavación que nos gusta mucho”) y se encuentran con que este técnico vuelve a estar en ella, deciden hacer algo.
“Convocamos una asamblea no mixta y nos dimos cuenta de que todas la mujeres, voluntarias de España y de EE UU, habíamos pasado por situaciones parecidas”. En cuanto al técnico, hablamos con el director y el equipo técnico y se decidió que, para que estuviéramos todas tranquilas y la excavación fuera un espacio seguro, debía haber consecuencias; es la primera vez que veo algo así”, dice Carla.
sorpresa: las mujeres saben picar
Pero esta situación de acoso que provocó la convocatoria de asambleas no mixtas es solo la punta del iceberg. “Cuando hay que ir a picar lo normal es que un hombre piense que es su tarea, aunque nosotras también podamos hacerlo, las mujeres no se sienten legitimadas para asumir algunas tareas”, dice Bárbara. “A veces se trata de comentarios —¡oh, una mujer que sabe picar!— o de situaciones de violencia simbólica —sexualización, miradas si te quitas ropa cuando hace mucho calor—”, explica.“Hay que ver el contexto: se trata de personas que pasamos mucho tiempo juntas en un espacio muy pequeño, y ahí las relaciones de confianza se generan muy rápido”, dice Carla.
Estas situaciones vienen de más atrás: pese a que en la aulas de Arqueología hay un número significativo de mujeres, éstas escasean cuando se pasa a los laboratorios, donde los jefes suelen ser hombres y donde el trabajo invisible suele recaer en las mujeres (realización de inventarios, dibujo). Y de ahí a las excavaciones.
“Que dos voluntarias se enfrentasen a un técnico yo no lo había visto nunca en una excavación”, dice Carla como muestra de que algo está cambiando. Como ideas para un posible protocolo, proponen consensuar unas directrices que pudieran conocer todo el equipo al empezar el trabajo. “Ahora estamos más hermanadas, hay más sororidad”, dice Carla.
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solo 1 de cada 2?? seguro que no es al reves??
porcierto.. lo de "las mujeres arqueólogas una joyita" hay arqueologas que no sean mujeres?? gallinas arqueologas?? bicicletas arqueologas??
Mi apoyo a todas las mujeres que sufren estas situaciones. Hay mucho conocimiento de escaparate en la Universidad y también muy poca moralidad -y compromiso-.
Yo había suspendido y al ir a la revisión el profesor quería invitarme a cenar.
Silleda: qué fácil es hablar por hablar. ¿Caza de brujas? Claro, cuando por fin nos atrevemos a denunciar una situación que se arrastra desde hace años rápidamente salen los que tienen algo que esconder (¿o los que tienen síndrome de Estocolmo?) y hablan de 'caza de brujas' para desviar la atención y no perder su estatus de acosador privilegiado sustentado por determinado poder académico. Venga hombre (o mujer), que demasiado tiempo hemos estado calladitas, como os gusta a vosotros!
Claro que soy hombre, no pretendía ocultarlo. Me da miedo ese movimiento porque tiene una cierta carga de juicio popular. No respeta lo de "in dubida pro reo". Me has llamado "acosador privilegiado" sin conocerme de nada, y a eso me refería. Feminismo sí, no pretendo convencerte de nada. Si alguien te acosa denuncialo y si hace falta yo te ayudaré a castrarlo
Y por cierto, yo no necesito que me ayudes a castrar a nadie porqué no tengo la intención de castrar a nadie. No actúo de modo tan primitivo.
Bueno, tu has acusado a las mujeres que denuncian estas situaciones de perpetrar 'cacerías de brujas' sin conocerlas tampoco de nada, así que ahora no me vengas llorando.
Las mujeres que acusan no hacen ninguna cacería de brujas ¿cómo iba a acusarlas de nada? Sabemos quiénes son los malos y no creo que estemos en desacuerdo. El término "castrarlos" es un término primitivo que utilicé intencionadamente ante hombres primitivos.
Pero algunos de estos artículos sí los veo como cacerías "de brujas".
A mí me dan miedo -y no por mí- los juicios populares, y algún "yo te creo" ya nos hemos comido con horror.
Las redes sociales tienen muchas cosas buenas como el feminismo pero también magnifican y mezclan. 300 y pico acusaciones me cuesta creer que puedan todas ser consideradas acoso. Igual vivo en los mundos de yupi.
El #metoo surge precisamente porque denunciar lleva décadas sin servir de nada. La justicia patriarcal defiende al agresor y castiga a la víctima. La sororidad y la defensa mutua a través de la transparencia y la organización, no son cazas de brujas. Y como siempre, el argumento contra el #metoo es poner por encima los derechos de los hombres (su presunción de inocencia, su derecho a una segunda oportunidad, etc.), sobre los de las mujeres: el derecho a trabajar sin acoso, sin agresiones sexuales, sin dejaciones, sin machismos... Muchas mujeres ya no vamos a volver a ser cómplices de nuestra propia deshumanización. Feminismo o barbarie.
Décadas no, milenios. Claro que hay que denunciar. Pero no mezcles. Presunción de inocencia no es lo mismo que privilegio de machismo. Decir eso es demagogia. Presunción de inocencia es un fundamento básico del derecho, para hombres y para mujeres.
Silleda, no sé como no se te cae la cara de vergüenza, decir lo que dices en un país donde se comenten más de un millar de violaciones y centenares de asesinatos machistas y miles de sucesos con violencia por motivos de género cada año quedando en su mayoría sin castigo y te atreves a decir que no se respeta lo de "in dubida pro reo". No hay más ciego que el que no quiere ver, ni más estulto que el que no quiere pensar. Tus comentarios chirrían más que una puerta vieja, pobre de las mujeres que te sufran.
Se os está yendo la pinza con lo de #metoo. Las cazas de brujas no favorecen al feminismo
5 años he excavado y no hay una sola palabra ni falsa ni exagerada. Si no eres capaz de comportarte en sociedad quédate en casa o castrate.