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Autogestión
La nieve congela las historias en la despedida del solar de Antonio Grilo
Bajo una copiosa nevada, varias decenas de personas afines se llegaron hasta el solar de la calle Antonio Grilo para encontrarse por última vez en un espacio autogestionado que fue referencia social en la última década. El Solar Polivalente Autogestionado (SPA) Maravillas ya es una historia que vale la pena ser contada.
El solar de Antonio Grilo ya es historia, de esas historias lindas que valen la pena guardar entre los tesoros más preciados de los barrios. El Ayuntamiento de Madrid ha puesto fin hoy a diez años de un proyecto de autogestión en el corazón de Malasaña, el “SPA Maravillas”, un espacio con huerto urbano, cine de verano, reuniones, juegos. Vida, en definitiva, que se colaba entre las grietas del asfalto.
Varias decenas de vecinas y otras personas llegadas de espacios sociales y huertos afines acudieron a la convocatoria de “Salva una planta” programada para este viernes 8 a las 9 de la mañana, la última jornada de encuentros antes de que dos operarios soldaran la puerta de entrada. La vecindad teme que vuelva a ser aquel descampado que acumulaba suciedad y que un día recuperaron para encontrarse. Pocos creen en la promesa del Ayuntamiento de que allí vaya a funcionar algún día un centro de salud.
“Es una mezcla de sentimientos, por un lado mucha nostalgia y por otro agradecimiento con la gente que ha cuidado este espacio. Esto era un vertedero y a muchos vecinos nos daba miedo pasar por esta calle, y mira, se ha convertido en un foco de vida y de encuentros y de actividades”, cuenta Javi, un vecino, mientras mira cómo la nieve va cubriendo el huerto.
Centros sociales
El surco que defiende el Espacio Vecinal de Arganzuela
Hace más de tres décadas, el Ayuntamiento de Madrid dejó sin uso un espacio emblemático en el distrito de Arganzuela. En 2017, una asamblea vecinal consiguió la cesión y dio lugar a un espacio, EVA, en el que participan miles de personas y cientos de colectivos. El Gobierno local ha anunciado que no va a prorrogar la cesión y la asamblea de EVA llama a la movilización para defender el proyecto.
Sus sensaciones encontradas –“todo muy bonito y muy triste” repetía– son un poco el sentir de todas, en medio de una frenética actividad que se ha extendido hasta las 13h, cuando los operarios municipales han marcado el punto final. “Estaba en el solar más como usuario, en especial de los cines de verano, también he aprendido muchísimo de jardinería urbana y traía a los niños. Hemos disfrutado un montón”, confiesa.
Una amiga, a su lado, comenta que llevaba un año fuera de Madrid. “He regresado y es lo más duro que te pueda pasar de regreso, que se hayan cargado el único lugar de encuentro que hay en el barrio. Venía al cine de verano, a las comidas vecinales, era una maravilla de espacio. Es una cuestión de capitalismo puro y duro. Quieren que estemos en las terrazas consumiendo y hay lugares que la gente necesita para vivir y relacionarse como personas. Nos echan de un lugar que es un derecho de los ciudadanos poder disfrutarlo”, denuncia.
“Es muy necesario un centro de salud, lo único que pedíamos es que hasta que se empezara a construir se pudiera mantener este pequeño pulmón verde en el barrio", explica Javi.
“Es muy necesario un centro de salud, lo único que pedíamos es que hasta que se empezara a construir se pudiera mantener este pequeño pulmón verde en el barrio. El Ayuntamiento no se ha querido sentar a negociar ni a hablar porque todo el que pasaba por aquí era un peligroso okupa, cuando no dejamos de ser vecinas y vecinos del barrio que queremos un barrio más bonito”, acusa Javi.
Cuando la técnica del Ayuntamiento ordena salir, ambos echan una última mirada al espacio y se retiran intentando anidar los últimos recuerdos. Mientras tanto alguien se apresura a sacar un azulejo más del mural que presidía la entrada al solar. “Yo me llevo un pequeño esqueje que espero poder devolver allí donde surja un pequeño rincón verde en el barrio, que hacen mucha falta, porque carecemos de puntos de encuentro más allá de asfalto, terrazas y bares. Eso está muy bien pero son necesarios otros lugares de convivencia”, concluye Javi.
Sin posibilidades de negociar
Mónica Hidalgo ha sido desde el principio una de las personas más activas en el solar. Intenta en ese final con sabor a despedida contener las emociones. “Para mí, después de diez años construyendo este espacio, estar viendo cómo se desalojan las plantas, como se quitan los azulejos, no está siendo nada fácil. Lo de la nieve parece adrede, ha sido un día complicado, estaba claro que iba a llegar pero teníamos como una negación, no, no va a pasar”, relata.
“Ha sido una jornada más de reencuentro. Por lo menos no se queda todo tan perdido, hay trocitos del solar por todo Madrid”, se alegra Mónica Hidalgo.
Dentro de lo malo, explica que “ha sido una jornada más de reencuentro y ha venido mucha gente de otros huertos con lo cual se han rescatado bastantes plantas, los árboles y enseres. Por lo menos no se queda todo tan perdido, hay trocitos del solar por todo Madrid”, describe.
Sobre los últimos meses, cuestiona que “no ha habido posibilidades de negociación”. Habían creado la Asociación Solar Polivalente Autogestionada Maravillas para intentar un diálogo con las autoridades, pero no fue tenida en cuenta. “Hubo un intento de que nos dejaran permanecer aquí hasta que se iniciaran las obras del famoso centro de salud, que ya veremos si lo vemos un día, pero no ha habido negociación alguna. De hecho, nunca han contestado a la petición de sentarnos a hablar. Se llevó a pleno de Junta de Distrito, se intentó allí, se intentó por escrito a todo el equipo de gobierno del Ayuntamiento, a Urbanismo, pero no hubo posibilidad”, recuerda.
En tal sentido, condena que “más allá de palabras no existe nada presupuestado para construir aquí, ni proyecto ni nada, está claro que ni en esta legislatura y posiblemente ni en la siguiente, se empiece una obra así. Además, no parece un lugar muy adecuado para un centro de salud. [Antonio Grilo] es una calle súper estrecha, no caben ambulancias. Tiene más pinta de apartamento de lujo en Malasaña”, manifiesta Hidalgo.
“Es un Ayuntamiento bastante hostil para este tipo de iniciativas vecinales”, denuncia Hidalgo.
El cierre de espacios sociales de autogestión está siendo una constante en la política del nuevo Ayuntamiento, lo que en cierta medida desalienta pensar en la reapertura próxima de un proyecto similar. “Viendo cómo está la política actual de desalojo de espacios sociales, incluso aquellos cedidos, como el Espacio Vecinal de Arganzuela, es difícil pensar en abrir otro igual en el barrio. Es un Ayuntamiento bastante hostil para este tipo de iniciativas vecinales. Está desapareciendo todo el tejido social y con el marco de la pandemia que incluso te impide sentarte a pensar en común, todo se hace más difícil”, lamenta la activista.
Bajo una nevada copiosa, un grupo de allegados se queda en la calle viendo a los operarios soldar las puertas para que nadie pueda volver a entrar. Es el fin de una historia y quizá, casi seguro, el comienzo de otros tantos encuentros, en otros tantos lugares que escapen al odio institucional contra los espacios sociales.
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Un pequeño pulmón verde en el corazón de Lavapiés, hecho con autoorganización y sin animo de lucro. La clase de iniciativas que Almeida y su banda criminal tratan de destruir como enanos políticos que són. Vecinos pensando, vecinos reuniendose, colaborando. Vecinos críticos que recuperan espacios y construyen presente y futuro. El poder tiene terror a esto.