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Pasaban pocos días de las elecciones y una polémica inédita saltaba en el instituto de Porreres, Mallorca: un padre acusaba al centro y a uno de sus profesores de fomentar la pornografía entre menores porque en clase de lengua castellana estaban leyendo el cómic de Julie Maroh El azul es un color cálido. Lo hacía delante del Juzgado de Instancia número 1 de Palma y a través de Abogados Cristianos y su portavoz, Norberto Domínguez, que viajó hasta la capital balear. La cuestión quizás no hubiera ido más allá si no fuera porque el diputado de Vox en Baleares, Jorge Campos, también arremetió contra el libro y declaró que desde las aulas se está distribuyendo material pornográfico a los adolescentes.
Posteriormente, tanto la asociación por la defensa de los derechos LGTBI en esta comunidad, Ben Amics, como expertos en sexualidad y asociaciones de familias de alumnos se han mostrado a favor de la adecuación del libro para fomentar la educación afectivo-sexual (EAS). De hecho, el cómic que inspiró la película La vida de Adèle forma parte del material sobre diversidad sexual y de género que el Gobierno pone a disposición de los docentes.
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En este sentido, el vicepresidente de Ben Amics, Jan Gómez, está convencido que “la denuncia no tiene cabida y va a ser archivada en fiscalía”. La entidad considera que Vox está usando la diversidad sexual “como arma arrojadiza” y creando “alarma social donde no la hay”. Para Gómez, la mejor muestra es que “en todos los años que Ben Amics lleva haciendo intervenciones en centros educativos con familias, alumnado y profesorado, más de diez, jamás nos hemos encontrado con una situación así, ni mucho menos que una tercera organización denunciase ante la fiscalía por incorporar derechos humanos en clase”.
Para Ben Amics y las personas expertas en sexualidad consultadas, la cuestión de fondo es contar con la mejor coeducación afectiva y sexual en las escuelas e institutos. “Hay que hablar de las emociones, del amor y del sexo en las aulas”, afirma Lluís Ballester, doctor en sociología. Asegura que “tanto los niños y niñas como los adolescentes tienen que satisfacer su curiosidad por estos temas y materiales como “El azul es un color cálido”, que no tiene ninguna connotación pornográfica, les estimulan a debatir sobre el deseo”.
Ballester es uno de los autores del estudio Pornografia a les Illes Balears, publicado a mediados de mayo, en el que se alerta del aumento del consumo pornográfico entre menores en esta Comunidad. Una de las conclusiones del documento es que el 90,5% de los adolescentes ha mirado videos pornográficos de manera regular en los últimos años y el 31% dedica más de 5 horas a la semana a esta práctica. “La curiosidad sexual se canaliza a través de internet”, explica el investigador, y esto “tiene un fuerte impacto emocional en los adolescentes”.
El 90,5% de los adolescentes ha mirado videos pornográficos de manera regular en los últimos años y el 31% dedica más de 5 horas a la semana a esta práctica
Han comprobado que el consumo de este tipo de audiovisuales se ha traducido en “un incremento del rechazo al propio cuerpo y un aumento de las variantes de agresión sexual, como puede ser escupir a la pareja o asfixiarla, además de una ansiedad por no poder dedicarles más tiempo a estas películas”. Una solución, para el sociólogo, podría ser esta: “Hace falta crear material adecuado a las edades del alumnado, formar a más personas en los centros y realizar informes de evaluación porque, aunque la educación afectivo-sexual sea un tema transversal, tiene que tratarse con regularidad, como las matemáticas o la lengua”.
Las leyes de educación autonómica y estatal establecen la obligatoriedad de educar desde la perspectiva de la diversidad de género y familia, además de introducir en los proyectos de centro la educación afectivo-sexual, y deja al equipo docente la libertad de decidir el cómo
Valoración de la FAPA
Otra voz a favor de la idoneidad del cómic de Julie Maroh en una clase de 2º de ESO es la de la La Federación Local de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos y Alumnas, la FAPA. Su portavoz, Cristina Conti, recuerda que “el cómic cuenta cómo se desarrolla una historia de amor entre dos chicas a lo largo del tiempo” y destaca que “su lectura en el aula ha sido acompañada y ha generado debate, lo que es un derecho del alumnado”. La FAPA considera que “los adolescentes tienen que ser educados sexualmente también por los profesores, que suelen tener muchísimas herramientas a su disposición, y no solo por las familias”.
Las leyes de educación autonómica y estatal establecen la obligatoriedad de educar desde la perspectiva de la diversidad de género y familia, además de introducir en los proyectos de centro la educación afectivo-sexual, y deja al equipo docente la libertad de decidir el cómo. En el Institut Emili Darder de Palma, por ejemplo, hablan de la afectividad en la hora de tutoría, si es que así se decide asambleariamente. “Decidimos un tema, diseñamos una actividad y la desarrollamos juntos”, explica la directora del centro, Aina Gayà. Aquí, como apuntaba el portavoz de Ben Amics, tampoco han tenido problemas ni con familias ni con alumnos o alumnas. “Las relaciones lésbicas y la transexualidad, por poner solo algunos casos de realidades vividas en las aulas, se perciben con total normalidad”, asegura Gayà.
Por otro lado, cada dos semanas, un enfermero o enfermera del PAC de Son Pizà visita el instituto y ofrece consulta a los alumnos que piden cita. A partir de allí, se les hace un seguimiento. Además, los mismos profesionales dan charlas sobre sexualidad. En 2º de ESO se centran en la afectividad, y a partir de 3º, incluyen temáticas como los métodos anticonceptivos y las enfermedades de transmisión sexual.
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Calvià
Dentro del panorama balear, destaca la importancia que el municipio de Calvià le ha dado a la educación afectiva y sexual. En abril de 2021, el ayuntamiento presentó el primer estudio local sobre EAS del Estado, que dio paso a un programa piloto en todos los centros educativos del consistorio, incluidas las guarderías. El documento, elaborado por el Servicio de Igualdad a partir de una muestra de 1.156 personas, concluía que la mitad del alumnado de secundaria no estaba satisfecho con la información que había recibido desde el instituto y resolvían sus dudas, curiosidades e intereses con amigos y amigas. En lo que se refiere a creencias tóxicas, dos de cada cinco consideraban los celos como un hecho normal en las relaciones de pareja.
Sandra Sedano dirije el Servicio de Igualdad de Calvià y forma parte del equipo de investigación del estudio sobre pornografía de la Universitat de les Illes Balears (UIB) mencionado anteriormente. Asegura que el documento municipal les dio muchas pistas para saber hacia dónde enfocarse. “Dejó patente que, para los adolescentes, las amistades e internet tienen mucho poder y que, en las familias, las madres se muestran más comunicativas”, explica. Por otro lado, demostró que “padres y madres suelen tener una percepción errónea en lo que al consumo de pornografía de los adolescentes se refiere, ya que solo un 14% declararon creer que sus hijos e hijas acceden a este tipo de películas y el estudio apunta que el porcentaje era del 56%”. En la franja que va de los 14 a los 18 años, esta práctica llegaba al 61,8%.
A la vez que se presentó el estudio, el ayuntamiento puso en marcha un plan piloto. El programa se ha desarrollado en los dos últimos cursos y “se enfoca al triángulo docente-alumnado-familia”, declara Sedano. A través de talleres centrados en el cuerpo, el deseo y la afectividad, se trabajan todas las cuestiones que generan dudas. Para la psicopedagoga es básico “adaptar las actividades a la edad de las personas y contar más con las familias, a las que les continúa costando sumarse al programa”. Polémicas, en Calvià, tampoco recuerdan ninguna.
Después de todo, queda claro que la educación en la diversidad y la tolerancia no es un problema en las aulas de los institutos de Baleares, sino una realidad tozuda, a pesar de los gritos discordantes que pretenden politizarla.
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Hola! Habéis utilizado el dead name del autor. Su nombre es Jul' Maroh. Saludos!
No conocía el término y su comentario me ha hecho buscarlo. Gracias.
Pero si es la derecha española la que defiende el negocio de la pornografía, y la libertad de los padres para no educar, o para educar en el prejuicio, la mentira y la exclusión. Ojalá ese comic fuese la “pornografía” que consumiesen nuestros menores. Desgraciadamente, la que de verdad consumen, trata de violaciones en grupo a mujeres. Esa es la educación sexual que la derecha quiere.