Brecha salarial
La brecha salarial de género crece y se sitúa en el 19,6% después de años de contracción

La parcialidad sigue siendo la gran culpable de la desigualdad retributiva entre hombres y mujeres, que aumenta respecto a 2022 por el incremento salarial que se ha dado en sectores con más presencia masculina
Trabajadora de limpieza del Ayuntamiento de Madrid
Una trabajadora de limpieza diaria del Ayuntamiento de Madrid. David F. Sabadell

El salario medio anual se situó en 2023 en 29.615 euros para los hombres y 24.758 euros para las mujeres. Esto supone que las mujeres tendrían que ganar un 19,6% más para salvar el hueco de 4.856 euros que las separa de sus compañeros varones. Después de años de reducción de la brecha salarial tras la crisis, y sobre todo desde 2018 con las subidas del salario mínimo interprofesional (SMI), la desigualdad se agranda en seis décimas con respecto a 2022. Así lo recoge un informe de Comisiones Obreras (CC OO) presentado la mañana de este jueves y elaborado con datos de la Encuesta de Estructura Salarial (EES) y la Encuesta de Población Activa (EPA), ambas del INE.

Desigualdad
Las mujeres y el mercado laboral: una carrera de obstáculos hacia la igualdad
Desde que, en 1951, la OIT abordó por primera vez los prejuicios sexistas en el ámbito del empleo ha habido grandes avances, pero la situación de la mujer trabajadora dista mucho de ser equiparable a la de los hombres.

La gran culpable de la desigualdad es la mayor parcialidad de las trabajadoras: tres de cada cuatro personas asalariadas a tiempo parcial son mujeres. El principal motivo para tener un contrato a tiempo parcial es no conseguir uno a jornada completa, seguido de la necesidad de una jornada más reducida para atender crianza, cuidados u otras obligaciones familiares.

Carolina Vidal (CC OO): “O hacemos políticas específicas para abordar los cuidados o la brecha quedará estancada”

La desigualdad retributiva depende mucho del sector. Los datos más recientes de la EES (que se refieren a 2022, no 2023) indican que la brecha salarial de género se agranda al 30% o más en seis sectores: comercio, inmobiliarias, administración, sanidad, actividades profesionales, científicas y técnicas y otros servicios.

La brecha salarial tuvo su punto más álgido en las últimas dos décadas con el fin de la Gran Recesión en 2014, estableciéndose en el 31,4%. Desde entonces, la desigualdad salarial ha ido bajando a trompicones hasta su dato más bajo (19%) en 2022. Ha subido desde entonces, explican en CC OO, por el mayor incremento del salario medio de los hombres con respecto al de las mujeres, que se da por el mayor peso relativo de los varones en sectores y ocupaciones que han conocido mayores subidas en sus nóminas.

“Los efectos combinados de la subida del salario mínimo y la reforma laboral han servido para reducir significativamente la brecha salarial, pero se están agotando”, ha advertido Unai Sordo, secretario general de Comisiones Obreras. Y Carolina Vidal, la secretaria confederal de mujeres del sindicato, ha apostillado: “O hacemos políticas específicas para abordar los cuidados o la brecha quedará estancada”.

Las mujeres tienen peores condiciones de inserción laboral

La brecha salarial es un reflejo del mercado laboral, pero un volumen importante de mujeres ni siquiera participa en la economía formal porque debe atender obligaciones de cuidados. “La responsabilidad estatal del cuidado de la ciudadanía se ha transferido históricamente a las mujeres y las carencias de servicios públicos para los cuidados se cubren por parte de ellas”, apuntan las personas autoras del informe. En los primeros nueve meses de 2024, la tasa de actividad de las mujeres era ocho puntos inferior a la de los hombres.

Ya dentro del mercado laboral, las mujeres soportan una mayor tasa de temporalidad (18,5%) que los hombres (13,7%) y suponen tres cuartos de la población asalariada a tiempo parcial. Esta parcialidad es involuntaria para más de la mitad de las trabajadoras, y en el resto de motivos aducidos para no trabajar a jornada completa predominan el cuidado de personas u otras obligaciones familiares o personales. Solo una de cada diez empleadas a tiempo parcial tiene ese tipo de contrato porque así lo desea.

Unai Sordo (CC OO): “No se va a dar el salto definitivo en igualdad retributiva hasta que no haya un salto adelante en la responsabilidad institucional en los cuidados de las personas dependientes”

Las mujeres tienen menor permanencia que sus compañeros en el empleo: interrumpen en mayor medida su carrera laboral, principalmente para realizar tareas de crianza y cuidados. Además, su presencia es mayor en sectores con sueldos medios de menor cuantía. En siete ramas de la actividad económica con un salario medio por debajo de la media estatal se encontraba al 44% de las mujeres asalariadas frente al 34% de los hombres asalariados.

“No se va a dar el salto definitivo en igualdad retributiva hasta que no haya un salto adelante en la responsabilidad institucional en los cuidados de las personas dependientes”, ha afirmado Sordo, pues los cuidados son “el gran elemento” que explica la baja inserción, la discontinuidad laboral y la parcialidad voluntaria (voluntaria entre comillas, matiza el sindicalista).

Jornada parcial y complementos

La jornada parcial involuntaria es el factor más decisivo en la existencia de la brecha salarial. Una de cada cinco mujeres asalariadas trabaja a jornada parcial frente a solo el 6,6% de los hombres asalariados. El resultado de esta parcialidad es que una de cada cuatro mujeres gane igual o menos que el SMI en términos de salario anual, mientras que esto solo le ocurre a uno de cada diez hombres.

El informe de Comisiones Obreras señala que, si las mujeres asalariadas trabajaran a jornada completa con la misma intensidad que los hombres, es decir, 93,4%, se eliminarían dos tercios de la brecha salarial.

El salario base es la parte más importante del sueldo y explica algo más de la mitad de la desigualdad retributiva entre hombres y mujeres, pero no se puede desdeñar el peso de los complementos salariales: estos pluses concentran el 39,2% de la brecha en nómina.

En 2022, los hombres ganaron 201 euros más en el salario base mensual que sus compañeras y 145 euros más por complementos salariales.

En los datos de la Encuesta de Estructura Salarial se ve que los hombres ganaron en promedio 201 euros mensuales más que las mujeres en el salario base, pero los complementos salariales —pese a tener menos peso en la nómina que el sueldo base— añadían 145 euros más a la brecha. Las pagas extraordinarias o la retribución de las horas extra aportaban 25 euros más a esta separación.

En los datos de la Encuesta de Estructura Salarial se ve que los hombres ganaron en promedio 201 euros mensuales más que las mujeres en el salario base en 2022, pero los complementos salariales —pese a tener menos peso en la nómina que el sueldo base— añadían 145 euros más a la brecha. Las pagas extraordinarias o la retribución de las horas extra aportaban 25 euros más a esta separación.

Reducción de la brecha por subidas del SMI y estancamiento

La brecha salarial de género aumentó durante el final de la burbuja inmobiliaria y la Gran Recesión que le siguió y disminuyó con la recuperación económica iniciada en 2014. A partir del 2018, la reducción de la desigualdad retributiva se acentuó más “gracias a la importante subida nominal del SMI” y la elevación consiguiente del suelo de los salarios en convenio, indica el informe Contra la brecha salarial de género no podemos esperar.

De todas las personas a las que beneficiará la subida del SMI, el 67% son mujeres

La brecha estuvo en su momento más reducido en 2022 al situarse en el 19%. Desde entonces, una mayor subida salarial en sectores masculinizados es la responsable del aumento en seis décimas de la desigualdad en sueldos.

Ahora, en CC OO se muestran optimistas con el efecto de la nueva subida del SMI, anunciada para este año en 1.184 euros brutos mensuales en 14 pagas. “Beneficiará al 11,8% de la población trabajadora y las principales beneficiadas serán las mujeres. El 15,6% de las empleadas a jornada completa se verán beneficiadas y, si sumamos a aquellas que tienen un contrato a jornada parcial, este porcentaje se incrementa”, expone el informe, que calcula que, del total de población trabajadora afectada por el incremento de la retribución mínima, dos tercios serán mujeres dada su mayor presencia entre los salarios bajos.

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Hodei Alcantara
Hodei Alcantara
6/2/2025 15:42

Datos brutales y duros, que dejan ver que el machismo y capitalismo se nutren mutuamente. Las mujeres se seguirán llevando la peor parte mientras no haya servicios de cuidados públicos y accesibles y los hombres sigan creyendo que los cuidados no van con ellos.

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