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Brexit
El Brexit pega duro en el sur: sin acuerdo en la verja con Gibraltar
La exclusión de Gibraltar del acuerdo general de salida y también del tratado de comercio con Reino Unido, por petición expresa del Gobierno español, podría provocar el único Brexit duro de toda Europa. La ciudad fronteriza de La Línea lamenta ser “víctima histórica del conflicto fronterizo” y reclama el reconocimiento de su singularidad con medidas especiales.
Días de máxima tensión e incertidumbre en La Línea. La ciudad fronteriza con Gibraltar, que depende en buena medida del empleo y el consumo que genera su vecino inglés, teme vivir el único Brexit duro de toda Europa. El Peñón no está incluido en el acuerdo europeo por petición expresa de España. Eso obliga a un acuerdo bilateral entre Londres y Madrid para regular el tránsito fronterizo y las relaciones comerciales y humanas.
El tiempo corre. El 1 de enero de 2021 termina el periodo transitorio, ese lapso que la Unión Europea y el Reino Unido se dieron para negociar las futuras relaciones y en el que no se aplicaría la salida de los británicos, salvo de la estructura política de la UE. El proceso de negociación parecía muy encaminado, habida cuenta de que las primeras bases del mismo se pusieron en noviembre de 2018. Entonces, los ministros Borrell y Lidington firmaron cuatro memorandos de entendimiento en cuatro materias: cooperación policial y aduanera, derechos de la ciudadanía, cooperación medioambiental y tabaco y otros productos. Desde entonces, cuatro comités distintos se han venido reuniendo para desarrollar los acuerdos. En ellos tenía representación el Gobierno Central, la Junta andaluza y la Mancomunidad del Campo de Gibraltar del lado español, y Reino Unido y Gibraltar del lado británico.
“Nos podemos encontrar con trabajadores con derechos pero sin empleo” alerta Triano (CCOO)
Si en el tratado comercial con el Reino Unido la razón del atasco fue un asunto de menor calado pero simbólico, como la pesca, en el caso de Gibraltar es un asunto tan vital como simbólico ¿quién controlará la frontera, ahora exterior, de la UE? Para el Gobierno gibraltareño, de corte nacionalista, ver a la Guardia Civil dentro del Peñón es una línea roja clarísima, aunque técnicamente debería ser así ya que el control de las fronteras exteriores de la Unión es responsabilidad de los Estados miembros. La ministra de Exteriores Arancha González Laya ha propuesto que en el puerto y el aeropuerto gibraltareño sea Frontex, la agencia europea de control de fronteras, quien ejerza esas funciones.
“No no podemos permitir el lujo del no acuerdo, es una cuestión de supervivencia” afirma Manolo Triano, secretario comarcal de Comisiones Obreras. “Es paradojico que la diplomacia española haya solventado todos los problemas menos en el Campo de Gibraltar, donde llueve sobre mojado” lamenta el líder sindical, en referencia a los altos niveles de desempleo y desigualdad que sufre la comarca. La sociedad civil linense, agrupada mayoritariamente en torno a la Mesa de Trabajo por La Línea, reclamaba este lunes un acuerdo que “garantice los derechos de la ciudadanía y el tránsito ágil en la frontera” y evite “un Brexit duro y caótico” y pedía a González Laya que cumpliese con su palabra de “crear una zona de prosperidad compartida en el Campo de Gibraltar".
“La dependencia económica de nuestro vecino inglés nos hace muy vulnerables ante los vaivenes fronterizos” afirma la Mesa de Trabajo por La LíneaLas razones para la preocupación son muchas. Consumo, negocios, relaciones familiares, turismo, pero sobre todo, empleo. Gibraltar es el primer empleador de la zona, muy por encima del polo industrial portuario. Con datos de 2019, las empresas de la Asociación de Grandes Industrias (AGI) de la comarca, que agrupa al Puerto de Algeciras, la metalúrgica Acerinox, la refinería de Cepsa o las eléctricas Naturgy y Endesa, empleaban de forma directa (sin contar empleo indirecto por subcontratas o inducido), 4.400 personas. El Peñón, 9.726. 15.275 si contamos los trabajadores fronterizos de muy diversas nacionalidades (la mayoría, europeos) que viven en La Línea o alrededores pero trabajan en Gibraltar. Con esas cifras, del plan antiBrexit de la Junta de Andalucía, el 15% de los trabajadores afiliados a la Seguridad Social en el Campo de Gibraltar están ocupados en el territorio de ultramar.
Sin embargo, el paso de los trabajadores transfronterizos está garantizado por un acuerdo específico, que les obligará a darse de alta en un registro. Pero no parece suficiente. “Nos podemos encontrar con trabajadores con derechos pero sin empleo” resume Triano, temeroso de la afectación en la economía local de un Brexit sin acuerdo, pues la fluidez en el paso fronterizo no está garantizada por dicho acuerdo. La Mesa linense advierte “reducir la vecindad entre los pueblos linense y gibraltareño solo a la dimensión laboral adolece de una mirada corta que no comprende nuestra compleja realidad local”. Familias mixtas, consumidores, estudiantes, deportistas, turistas y comerciantes podrían ver sus derechos lesionados.
La Linea “victima del conflicto fronterizo”.
La Mesa de Trabajo por La Línea denuncia que el Brexit demuestra que “La Línea es víctima histórica del conflicto fronterizo”. Este espacio unitario recordaba a modo probatorio de su afirmación el “cerrojazo” de la verja decretado por el dictador Franco en 1969, o más recientemente, las colas kilométricas de 2013 y 2014 fruto del conflicto diplomático por las aguas territoriales del Peñón. En 1969 la ciudad perdió la mitad de su población, más de 36.000 habitantes según el Ayuntamiento linense.
No en vano, históricamente los lazos sociales y económicos de ambas ciudades han sido estrechos, aunque la desigualdad entre ambos lados de la verja ha provocado “una dependencia económica de nuestro vecino inglés que nos hace muy vulnerables ante los vaivenes fronterizos” afirma la Mesa. Su portavoz, Juan Antonio Álvarez, ha asegurado en muchas ocasiones que el desarrollo de la ciudad debe ser considerado “un problema de Estado” porque “la frontera, el paso por la aduana, ha sido siempre un catalizador, un reflejo de las tensiones entre Reino Unido y España, y nosotros somos como una especie de rehén en este contencioso".
El primer año del Brexit, con la devaluación del 16% de la libra, moneda en la que reciben los trabajadores transfronterizos sus salarios, se perdieron 15 millones de euros para la economía linense, según su asociación de pymes
La Línea tiene hoy un 39% de paro. Antes del Covid, era del 32. “Gibraltar es nuestra única fábrica” es una frase recurrente en las conversaciones de calle o bar. Y a pesar del acuerdo laboral, no están garantizados los derechos de todos los trabajadores de dicha fábrica. En especial, de muchas mujeres. “Hay cientos de mujeres linenses que trabajan sin contrato en labores domésticas, también en otros servicios, en Gibraltar, como las hay a miles en España” alerta la Mesa de Trabajo. “Sin embargo las demás no tienen que cruzar una frontera para llegar a sus puestos de trabajo. Hoy ven amenazada su economía, de pura supervivencia” lamenta, poniendo el foco en una realidad invisible pero sobradamente conocida en La Línea.
No menos amenazada ve su economía el pequeño comercio linense. En su informe sobre el impacto del Brexit en la ciudad, el Ayuntamiento linense cifra en 86 millones de libras anuales el consumo de bienes y servicios de ciudadanos gibraltareños a nivel comarcal. De media, el comercio local recauda entre un 30 y un 40% de su facturación de consumidores llanitos. Aunque lo cierto es, que ya vienen de un periodo de pérdidas importantes. El primer año del Brexit abrió una incertidumbre que provocó la devaluación del 16% de la libra, moneda en la que reciben los trabajadores transfronterizos sus salarios, perdiéndose 15 millones de euros para la economía linense, según su asociación de pymes. Una incertidumbre que también ha provocado despidos en el Peñón, bien sea por reducción del volumen de negocio de sus empresas o por el traslado de algunos departamentos a Malta, con el objetivo de poder seguir operando en la UE sin dificultades.
También temen un Brexit duro estudiantes que tienen en Gibraltar su centro educativo. Cientos de personas, que buscan una inmersión lingüistica en inglés, que durante el tiempo de restricciones severas de movilidad por el Covid entre ambas ciudades, solo han tenido la enseñanza online como opción. Recientemente se han organizado, también con deportistas fronterizos, en la Asociación Transfronteriza Educativa, Deportiva y Social (Atedes).
Fronteras
La Línea, la maldición de ser frontera
Unánime petición de acuerdo en el Ayuntamiento y la Mancomunidad.
Las instituciones locales, ante las “gravísimas consecuencias” en palabras del alcalde linense Juan Franco, de un Brexit sin acuerdo, han hecho un llamamiento unánime a Reino Unido y España para que cierre la negociación en torno a Gibraltar con un “marco win to win, donde todos ganemos” y el cual permita “una fluidez en el tránsito entre ambos territorios, que es condición sine qua non para que se sienten las bases que permitan la creación de una zona de prosperidad compartida”.
El consistorio de La Línea emitía el día 28 una declaración institucional firmada por sus tres grupos municipales (La Línea 100x100, PSOE y PP). El Consejo de Alcaldes del Campo de Gibraltar, órgano de la mancomunidad comarcal, hacía lo propio. Incluso sindicatos y patronal de ambos lados de la frontera, agrupados en el Grupo Transfronterizo, remitía una carta a sendos gobiernos.
La Mesa de Trabajo, espacio que aglutina a movimiento social, sindicatos y partidos, recordaba la histórica reivindicación de que se le reconozca su singularidad por su condición de ciudad fronteriza, con medidas jurídicas y económicas especiales de la Junta y el Gobierno que “garanticen al pueblo linense un desarrollo pleno, autónomo y en dignidad”.