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Catalunya
Sánchez logra su cometido y ahora el PSOE calibra la relación con Junts en la nueva etapa
“¿Quién hubiera dicho hace unos años que el PSOE volvería a gobernar la Generalitat tan pronto?”, se pregunta un diputado socialista, haciendo una mueca entre irónica y de risa contenida. Se acabaron las negociaciones, los cotilleos y la incertidumbre: ya hay ‘president’ de Catalunya y es el candidato que quería Pedro Sánchez.
El hito que representa esto hace agua la boca a los socialistas. No solo ocurre luego de casi 15 años de ejecutivos nacionalistas e independentistas (aunque los portavoces del Gobierno dicen que es la primera vez que no hay una mayoría parlamentaria ‘indepe’, eso es falaz, porque Artur Más decide pisar el acelerador soberanista bastante después de ser ungido en 2010), sino que es de la mano de Esquerra Republicana y con un líder del sector más unionista (o menos soberanista, como se lo quiera ver) del PSC.
Un miembro de la Ejecutiva del PSOE, que ocupa un escaño en las Cortes, respondía a El Salto sin ocultar la algarabía: “Al fin hay una Generalitat comprometida con España y con la unidad, sin soluciones ficticias de un independentismo que ha tocado su fondo”.
Catalunya no solo ha vuelto a ser una cuna de votos clave para los socialistas en las generales sino que es gobernada por ellos
Preguntado por el impacto que esto tendrá en el Congreso y en los futuros presupuestos generales, ya que nada puede ser aprobado sin los siete brazos alzados de Junts (contando siempre con la oposición del Partido Popular y Vox), el alto cargo de Ferraz interrumpe: “No, la noticia no son los presupuestos, sino que se ha pasado pantalla al ‘procés’. Ahora hay convivencia”.
No hay cabida para matices. El PSOE ha conseguido un objetivo estratégico, de los principales que se había puesto su líder en los últimos años. Catalunya no solo ha vuelto a ser una cuna de votos clave para los socialistas en las generales sino que es gobernada por ellos. Además de pasar a gestionar el tercer mayor presupuesto de todo el Estado (después del de la administración central y por poco, el de Andalucía): nada menos que 44 mil millones de euros.
No solo ello sino que el dominio del PSOE en el mapa político catalán es bastante contundente. También gobierna tres de las cuatro diputaciones (Barcelona, Tarragona y Lleida, porque Girona está en manos de la coalición Junts-ERC), la ciudad de Barcelona y 16 capitales de comarca. Además de representar los catalanes el 15 por ciento del grupo parlamentario Socialista en el Congreso, la mayor cifra desde 2008.
Tribuna
Tribuna Quiero ver a Puigdemont paseando por La Castellana
Una nueva etapa
La situación de Junts está en transición, no tanto porque haya un liderazgo interno que dispute al de Carles Puigdemont sino porque el contexto ha cambiado y mucho con respecto al previo a las últimas generales: tienen la ley de amnistía, se han quedado fuera de la Generalitat y han acabado con el ‘No a tot’ para tener una relación tirante y compleja pero de negociación con el Gobierno de Sánchez.
Lo ocurrido en el Parc de la Ciutadella barcelonés este jueves ha disparado la producción de memes y opiniones emocionales a favor y en contra de la figura de Carles Puigdemont. Pero lo que ha ocurrido y cómo ha concluido (hasta el cierre de esta edición la información es que líder de Junts estaba ya de vuelta en la belga Waterloo) tiene un impacto en la mayoría de investidura.
Antes que ver por qué, conviene recordar algo: hay una ley de amnistía vigente aprobada por la mayoría parlamentaria y que debe ser aplicada por los jueces. La Fiscalía está en contra del encarcelamiento potencial de Puigdemont y ya pidió al juez Llarena que deje sin efecto la orden de detención.
Fuentes judiciales explicaron a El Salto que la intención del magistrado era arrestar al líder de Junts y llevarlo a Madrid para tomarle declaración en el supremo, enviándolo a prisión provisional sin fianza
Esta orden está activa porque Llarena ha argumentado que el delito de malversación de fondos públicos (cuya pena oscila entre los cuatro y 12 años de prisión) por el que está imputado el ‘expresident’ no es amnistiable porque según él el acusado “incurre plenamente en las dos excepciones que prevé la ley para amnistiar delitos de malversación, que son que se hayan realizado con propósito de obtener un beneficio personal y que afecten a los intereses financieros de la Unión Europea”.
Fuentes judiciales de contacto permanente con el juzgado de Llarena explicaron a El Salto que la intención del magistrado era arrestar al líder de Junts y llevarlo de inmediato a Madrid para tomarle declaración en el supremo, enviándolo a prisión provisional sin fianza (en contra del criterio de la Fiscalía). En este esquema también la acusación popular, encarnada en Vox, también tiene un rol, porque ellos han anunciado que pedirán su entrada a prisión.
Párrafo aparte merece el show de Puigdemont el jueves. Fuentes de su entorno han filtrado que ya se encontraba en territorio catalán cuatro días antes y que cuando anunció que viajaría, ya estaba allí en zona segura. El secretario general de Junts ha dicho públicamente, sin embargo, que fue el martes (dos días antes) cuando arribó a la capital catalana. El mitin frente a cientos de personas y su desaparición momentánea, con los Mossos d’Esquadra buscándolo e interrumpiendo autopistas y deteniendo el tráfico para encontrarlo, pasarán a la antología de lo surreal. Solo comparable con la carta de aviso de posible renuncia de Sánchez en aquellos explosivos cinco días de abril.
Fuentes de Esquerra Republicana preguntadas por El Salto descartan que los Mossos hayan pactado que se esfumara libremente y también que la Conselleria d’Interior hubiera tenido injerencia. “Es imposible que si quisieran no lo hubieran detenido, es una obviedad pero debe decirse. Digamos que si fuera un terrorista se lo hubiera detenido pero que siendo un ‘expresident’ estando a 500 metros del Parlament y frente a cientos de personas, es normal que se hubiera cuidado de no detenerlo allí”, señala un dirigente de ERC. También admite: “El cuerpo (los Mossos) está en llamas, están todos enfadados”.
Generalitat de Catalunya
Catalunya Illa supera el efecto Puigdemont y es investido como president de la Generalitat
No solo Junts está en una nueva etapa. También los republicanos comandados por Marta Rovira, al menos hasta fin de año, se adentran en un nuevo contexto. Por primera vez desde Montilla en 2004 votan una investidura de un unionista en el Parlament, justo en un momento en el que vienen perdiendo fuerza electoral.
No muchos entienden de forma clara y nítida por qué ERC ha decidido este camino. Un soberanista vasco reflexionaba que esto tenía que ver con seguir la hoja de ruta del Sinn Fein, emulada por EH Bildu y luego por Oriol Junqueras, que cambió de estrategia estando en prisión: ganar hegemonía primero con lo social y aparcar lo identitario. Sin embargo, desde Junts dejan trascender que el motivo es otro: hay un pacto no escrito por el que Illa acepta salvar el ‘sottogoverno’: unos 580 cargos intermedios y bajos en la estructura del gobierno autonómico ocupados hoy día por republicanos. Esa promesa tácita, dicen los ‘posconvergents’, habría también volcado a las bases a favor de investir a Illa.
La hora de las Cortes
El nuevo ‘momentum’ catalán impacta de lleno en la mayoría parlamentaria que invistió a Sánchez y que hasta ahora solo ha aprobado una ley relevante: la amnistía. Se supone que en septiembre comenzarán las negociaciones por los presupuestos, que fueron prorrogados el año pasado.
¿Afectará lo ocurrido en Barcelona a la votación de Junts? “Eso es política ficción. Tenemos que ver cómo se inicia el curso parlamentario y cómo se retoman las negociaciones. Está todo en stand-by ahora y hace falta un poco de tiempo para digerir lo ocurrido”, responden a El Salto desde el grupo Socialista.
La intención del Gobierno es impulsar unos presupuestos propios y renovados. Saben que con la complejidad aritmética del hemiciclo actual, es probable que los que se aprueben, si es que se consigue, serán posiblemente prorrogados en 2025. Además, más adelante, se sumará al debate la reforma de la ley orgánica de financiación de las comunidades autónomas para cumplir con el acuerdo de investidura firmado con ERC.
Paradójicamente, que Puigdemont no tenga su situación personal resuelta pero a la vez no esté en prisión puede dar incentivos a Junts a no romper con el Gobierno
¿Por qué lo sucedido el jueves en Barcelona influye en la mayoría parlamentaria? Un dirigente soberanista lo reflexiona así en voz alta: “Paradójicamente, que Puigdemont no tenga su situación personal resuelta pero a la vez no esté en prisión puede dar incentivos a Junts a no romper con el Gobierno. Le da aire a la situación”.
Esto es porque si el ‘expresident’ hubiera sido detenido, y nada asegura que hubiera sido por corto tiempo, la reacción emocional de las bases exigiría a los diputados de Junts a volver al ‘No a tot’. Mientras que, en el otro extremo, si ya hubiera sido amnistiado y no tuviera más una orden de captura, la confrontación podría tener más margen de maniobra.
Si la huida exitosa de Puigdemont se debe a la torpeza de los Mossos, a la negligencia de algunos de ellos o a un escenario calibrado por ERC con el guiño del PSOE (beneficiado indirecto porque con una detención deberían haber suspendido la sesión de investidura), quizás nunca se sabrá. Lo que sí se sabe es que una vez más, Sánchez sale a flote, logra su objetivo y mantiene viva la esperanza de poder contar con los votos de Junts. “Hay un cierto equilibrio. Como dice el proverbio catalán, mala salud de ferro”. Es decir, la cosa está mal, pero aguanta.
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Molt bé, val, doncs ara toca el Hard Rock, la Fórmula 1, la Copa de la América i aneu a saber quina nova estafa que inventaran. Catalans i catalanes, prepareu-vos a ser furtats mans plenes.
Cada día está mas cerca un gobierno de la derecha y la extrema derecha......
Defenestrado Puigdemont dentro de Junts, el sabotaje a la amnistía por parte de toda la derecha mediática y judicial, ya no les ofrece interés, ya que el principal propósito de estos era impedir que la amnistia fuera usada como moneda de cambio con los presupuestos del Estado.
El desconcierto de Junts y su posición de debilidad no les ofrece alternativa.
El juez Llarena, entre otros fachas, se pasa por el arco del triunfo la Ley de Amnistía pactada por Junts y PXXE; a su vez el Ppodrido y el PXXE pactan la renovación del CGPJ, cuyo empate puede durar otros cinco años largos, permitiendo que los miembros del poder judicial retuerzan las leyes hechas en la sede de la soberanía popular con total impunidad. El problema son las togas echadas al monte, no el segundo exilio de Puigdemont.
Ahora la legislatura está en manos de Junts por la mala cabeza del PXXE (El CGPJ se debió pactar con los socios de investidura) por muy felices que se las den… por ahora.
El régimen del 78, tienen un pacto desde el "atado y bien atado" del militar, dictador y fascista. Hicieron el "paripé" con la "observadora" de la UE. . . ¡Otánica! Siendo lo mismo que lo firmase Felipe González (Isidoro) y Fraga.
Hasta que NO vuelva la fuerza de Unidas Podemos, para torcer el brazo al lado "izquierdo y plurinacional". Digo.