Opinión
Una melé contra Bilbao

El modelo de ciudad del binomio PNV-PSE promueve el enriquecimiento de unos pocos empresarios mientras que la mayoría de vecinas no huelen los beneficios de los grandes eventos.

Bilbao Rugby
Wikimedia Commons San Mamés durante las finales europeas de Rugby celebradas en Bilbao
16 may 2018 13:44

El pasado fin de semana y tras un bombardeo mediático e institucional sobre sus beneficios llegaron las finales del Rugby Europeo a Bilbao. Un evento que despertó el interés de muchos vecinos y vecinas, no tanto por el deporte en sí, si no por el impacto económico que vendían los grandes medios de Bizkaia y los representantes políticos del PNV y del PSE.

Semanas antes del evento nos hablaban de los 100.000 turistas que iban a llegar, la total ocupación hotelera, los litros de cerveza que se iban a beber, el impacto económico y los puestos de trabajo que se iban a crear… Habían chutado a palos antes de que el árbitro pitara el golpe de castigo.

Una vez transcurridas las finales, y aunque los que vaticinaban el cielo se lo han callado, los hechos han dado la razón a los que hemos criticado el modelo de ciudad que quiere impulsar el tándem PNV-PSE en Bilbao, consistente en una política que en vez de buscar un trabajo digno para las jóvenes de los barrios, se dedica a promocionar, a base de talonario con dinero público, un puñado de eventos al año —MTV, BBK Live, conferencias…—, en los que se contratará un par de días a jóvenes con unos sueldos miserables, y muchas veces sin contrato o sin respetar el convenio. Unos jóvenes que vendían cañas y cubatas a 5€ y 10€, mientras les pagaban la miseria de 8,5€ la hora. Algunos gobernantes alardearán después de haber creado miles de puestos de trabajo al año, aunque fuesen solo de un par de horas.

El modelo de ciudad de Bilbao, mediante estos eventos, promueve el enriquecimiento de unos pocos empresarios —un claro ejemplo es el sector hotelero que ha multiplicado el precio de las habitaciones—, mientras que la mayoría de bilbaínos ni olemos los beneficios de estos actos. Un impacto edulcorado por los medios afines al PNV y los empresarios favorecidos, que vendían las finales como el paraíso del negocio hostelero y que ahora esconden las opiniones y críticas de los taberneros, que niegan que haya sido tal.

Bajo la bandera del libre mercado, desde el ayuntamiento, la diputación y el Gobierno vasco se quejan ahora de que los empresarios hoteleros hayan multiplicado los precios de los habitaciones, llegando el fin de semana hasta los 1200€ por dos noches en un 3 estrellas, una actuación que, ante los quejidos del señor Aburto, va a ser investigada por el tribunal de la competencia para saber si ha habido un acuerdo entre las cadenas hoteleras para pactar el precio. El ayuntamiento y el Gobierno vasco aparecen ahora como el sheriff del Far West avisando a los empresarios de la hostelería que el enriquecimiento está bien, pero que la avaricia puede romper el saco. Han creado un engendro y no saben como pararlo. La ciudad frankestein está en marcha.

Lo que la mayoría de bilbaínas estamos viendo es la precarización y la explotación laboral cada vez más descontrolada y salvaje a la que nos condenan algunos señores de traje en este “Nuevo Bilbao”, la “Mejor Ciudad del Mundo” según no sabemos quién.

La terciarización y la turistificación no trae más que precariedad, eventualidad y pobreza. Unos precios en la vivienda de récord, prácticamente inaccesibles hasta para las jóvenes que trabajan. Una generación —que se suponía “la más preparada”— condenada a una involución de derechos laborales y sociales sin precedentes. Barrios que están siendo literalmente comprados por fondos de inversión para aprovecharse de la ola del turismo, expulsando a sus vecinos a otros barrios y pueblos. Zonas que no ven, ni de lejos, los “beneficios” de estas políticas del PNV-PSE.

Pero ante esta situación los y las vecinos de Bilbao no nos pensamos quedar paradas. Somos muchas organizaciones vecinales y sociales las que venimos denunciando las políticas del ayuntamiento, que busca el enriquecimiento de unos pocos a costa de los demás. El pasado 28 de abril cerca de 200 organizaciones salimos juntas a la calle para reivindicar que otro Bilbao es posible, y somos muchas las que día a día luchamos desde diferentes ámbitos contra este modelo del Bilbao neoliberal: desde las asambleas contra la precarización laboral, desde las asociaciones de los barrios, desde los centros autogestionados, asambleas feministas, desde los Gaztetxes, las asambleas contra eventos como el MTV…

Un mensaje queda claro: los que querían un Bilbao dormido, bien dominado por los intereses del capital, no lo van a tener fácil.

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