
Córdoba
Los colectivos sociales señalan la gestión de la Iglesia tras el incendio de la Mezquita de Córdoba
El pasado 8 de agosto por la noche, el corazón del patrimonio andaluz, la Mezquita de Córdoba, sufrió un incendio. Las llamas surgieron en la sala 37 del monumento y afectaron especialmente a las capillas de la Anunciación y de San Nicolás, pero se han podido ver sus consecuencias en otras zonas. “Se nos encogía el corazón ante el aviso de un incendio en una de nuestras joyas”, exponían tras extinguir el incendio los bomberos cordobeses, como reflejo del sentir de todo el territorio. Un desagradable episodio que apenas duró unas horas y que se hubiera podido quedar en el ámbito de lo accidental si no fuera por la aparente causa del mismo: un cortocircuito en una barredora eléctrica, almacenada junto a otros enseres de limpieza en la capilla número 37, que se utilizaba como nave de almacenamiento.
“Exigimos desde hace años que la Administración pública se implique en la gestión del monumento; la Mezquita no puede estar en manos solamente de una institución privada como es la Iglesia”, explica Miguel Santiago, portavoz de la Plataforma Mezquita Catedral
Desde la Plataforma Plataforma Mezquita Catedral se hacen la siguiente pregunta: “¿Puede un monumento patrimonio mundial ser un trastero?” El monumento fue declarado por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad, y ya sufrió un incendio en 2001. “No podemos entender, ya lo venimos diciendo desde hace mucho tiempo, cómo la Mezquita puede tener distintos puntos de almacenamiento por todo el espacio”, expone Miguel Santiago, el portavoz de la Plataforma. Desde la organización han señalado que, además de en la capilla número 37, existen otros espacios de almacenamiento en otras zonas, como en el subsuelo de la Capilla Real. Además de pedir una investigación exhaustiva e independiente de lo ocurrido “si hubo negligencia, es un delito contra el patrimonio”, explican.
El colectivo también exige que la gestión de este monumento sea “pública y transparente”. Actualmente, la gestión integral del edificio pertenece a la Iglesia a través del Cabildo de Córdoba. “Exigimos desde hace años que la administración pública se implique en la gestión del monumento; la Mezquita no puede estar en manos solamente de una institución privada como es la Iglesia”, insiste Santiago, que ha pedido al Ayuntamiento cordobés, a la Junta de Andalucía y al Gobierno central que se encarguen de la gestión del monumento.
Lejos de reflexionar acerca de la titularidad del edificio tras el incendio, la consejera de Cultura y Deporte, Patricia del Pozo, ha realizado una visita al edificio para evaluar los desperfectos, acompañada de representantes eclesiásticos del Cabildo cordobés. En su visita, del Pozo ha valorado de forma positiva cómo el protocolo de incendios aprobado en 2017 ha funcionado y ha expuesto que: “La Junta de Andalucía mantiene una colaboración estrecha y permanente con los titulares de los bienes patrimoniales declarados Patrimonio Mundial”. Desde el Cabildo no han hecho, por ahora, autocrítica alguna y han anunciado que habían adquirido dos inmuebles cercanos al monumento para acoger los materiales almacenados en la mezquita y que se disponían a trasladarlos “próximamente”.

Isidoro Moreno, catedrático en Antropología Social y Cultural de la Universidad de Sevilla, ha sido tajante al hacer señalar las responsabilidades de lo ocurrido: “La causa del incendio es una negligencia inaceptable del obispado y el cabildo eclesiástico”. Moreno ha insistido en la crítica a la gestión del monumento: “La preservación de este no está garantizada con la actual situación de monopolio eclesiástico”. El Cabildo de Córdoba, institución privada eclesiástica, recaudó 22 millones de euros en 2024 a través de las visitas al monumento, un 3,36% más que en 2023. En el primer semestre de 2025, la mezquita cordobesa ha recibido 1,2 millones de visitantes. El monumento reanudaba las visitas turísticas la mañana después del incendio sin que se haya llevado a cabo aún una investigación en profundidad.
Toros en Canal Sur e islamofobia
Mientras las llamas destrozaban el monumento, en la televisión pública andaluza, Canal Sur, se retransmitía una corrida de toros. El canal público no paró su programación habitual, un festejo taurino, hasta las 23.40, cuando el incendio se inició en torno a las 21 horas y ya había desplazado a varios profesionales de RTVA Córdoba dispuestos a dar la noticia minutos después de declararse el fuego. “De este modo, y con los medios técnicos disponibles, hubiera sido posible ofrecer información en directo y con mayor prontitud en la televisión pública de Andalucía”, explica Isabel García Gil, Secretaria de la Sección Sindical de CGT en RTVA.
“Hay personas que se felicitaban por el suceso y deseaban que el edificio desapareciera para siempre; eso causa aún más escalofríos que ver el fuego”, se lamentan desde la Junta Islámica de Córdoba.
Ante las críticas, la directora adjunta de Canal Sur, Isabel Cabrera, respondió, a través de un mensaje de X, que: “El principal papel de un medio de comunicación público es informar en la medida de una noticia sin alarmar al ciudadano”. Para García Gil, la respuesta de la directora no es suficiente: “Una vez más son los trabajadores los que reciben las críticas más injustas, siendo los primeros en no comprender las decisiones tomadas por la Dirección, una Dirección que una vez más se vale de excusas peregrinas para justificar lo injustificable”. Una crítica que han replicado desde otros sindicatos, como UGT, que consideran que la cobertura de la televisión andaluza fue “negligente”, ante lo que exigen “responsabilidades y protocolos claros”.
El incendio de la Mezquita de Córdoba, además de poner en jaque la gestión de la Iglesia, ha avivado la islamofobia que recorre todo el Estado español. La extrema derecha ha expuesto mensajes de alegría ante el fuego en este espacio patrimonio de la humanidad. Desde la Junta Islámica de Córdoba han denunciado que “hay personas, afortunadamente pocas, que haciendo máximo alarde de ignorancia e intolerancia, se felicitaban por el suceso y deseaban que el edificio desapareciera para siempre; eso causa aún más escalofríos que ver el fuego en el interior de la Mezquita Catedral”.
Relacionadas
Para comentar en este artículo tienes que estar registrado. Si ya tienes una cuenta, inicia sesión. Si todavía no la tienes, puedes crear una aquí en dos minutos sin coste ni números de cuenta.
Si eres socio/a puedes comentar sin moderación previa y valorar comentarios. El resto de comentarios son moderados y aprobados por la Redacción de El Salto. Para comentar sin moderación, ¡suscríbete!