Educación
El Departamento de Educación en 'El Castillo'

Impotentes ante la pérdida de derechos que avanza sin tregua, somos incapaces de frenar el maltrato al que nos somete el Gobierno Vasco.
Begoña Pedrosa Educación Gobierno Vasco
Con la nueva Consejera de Educación Begoña Pedrosa se espera total continuismo en la deriva de la educación pública vasca y el refuerzo de los centros privados (Foto: Irekia).
20 ago 2024 06:00

Un individuo alienado de todo sentimiento de pertenencia a una comunidad, sometido a leyes y reglas contradictorias y confusas. Indefenso ante un monstruo sin rostro y sin piedad. A veces el monstruo parece dormido, pero despierta en cualquier momento, y lanza su zarpazo ¡zas! Ella no sabe cuándo despertará, ni de dónde le vendrá el ataque. Lo único que sabe es que el ataque vendrá y que cuando venga estará sola y aislada. Solo y aislado. Así es el ser humano que describe Franz Kafka en novelas como El Castillo o El Proceso, entre otras (de ahí el archi-conocido adjetivo “kafkiano”). El Castillo es mi favorita —por decirlo de algún modo. Cuando el protagonista llega al pueblo nevado en el que el tiene que prestar sus servicios, se encuentra con que allí nadie espera a un agrimensor. Pero estamos en pleno invierno, es tarde, de noche, y está muy cansado; quizá no sea éste el pueblo al que tenía que llegar, quizá se ha perdido en la niebla, está tan cerrada. De momento, sólo quiere descansar. Mañana se aclarará todo.

La comunidad del pueblo que depende del Castillo se muestra hostil con el forastero, rechazándolo de formas diversas. Él ha dejado atrás casa, familia, todo, porque le ofrecieron trabajo. Emprende una obstinada búsqueda a ciegas, intentando conseguir una entrevista con alguien que le explique quién lo llamó, qué ocurre. Pero nadie responde, todas las puertas se le cierran. Todo es laberíntico, complicado y como de pesadilla. El Castillo que solicitó sus servicios es totalmente inaccesible. Curiosamente (o no tanto), esa falta de accesibilidad genera una servidumbre incondicional entre los habitantes del pueblo.

El protagonista se adentra en un oscuro e interminable proceso burocrático en el pueblo gobernado por las herméticas autoridades del Castillo. Intentará dar con un tal Klamm —uno de los señores o funcionarios del Castillo, se supone— pero no lo conseguirá. Además, quizá no pertenezca siquiera al Castillo, todo es dudoso; pero, acaso por precaución, los súbditos reverencian a ese Klamm, pues creen que podría estar emparentado de algún modo con el Castillo. En realidad nada es lo que parece o como dicen los lugareños. Y allá va el que sólo tiene por nombre K., buscando por las calles nevadas, sin encontrar a nadie que le explique lo que está pasando.

El inquietante retrato que pinta Kafka bien podría ser el nuestro, pues describe perfectamente la forma en que el Departamento de Educación del Gobierno Vasco trata a todo su personal

Al leer la obra, la obstinación del protagonista por encontrar alguna lógica en la confusión de reglas ininteligibles y absurdas se convierte en algo tan angustioso como la servidumbre de los nativos. La fidelidad y el sacrificio a favor del Castillo de estos últimos no han servido de nada, como refleja la historia de la familia de Barnabás. Al acabar la novela inacabada es difícil decir que te ha gustado… “Gustar” no es la palabra.

Pero podemos decir que la novela es buena, muy buena. El inquietante retrato que pinta Kafka bien podría ser el nuestro, pues describe perfectamente nuestra situación. Mirad, si no, cómo trata el Departamento de Educación del Gobierno Vasco a todo funcionario que necesite algún trámite administrativo: del mismo modo que una grosera compañía de telefonía o electricidad trata a su pobre clientela, sin ningún respeto. Podéis imaginar cómo tratará a interinas y sustitutos.

Toman decisiones que provocan la desaparición total de las garantías que deberían salvaguardar. Fruto de malas prácticas reiteradas, cometen una y otra vez errores que resultan muy dañinos para el funcionariado, vulnerando nuestros derechos y perjudicando nuestras condiciones laborales. Si intentas que alguien te explique algo, nadie contesta, no hay explicación ninguna, no se puede dar con nadie que dé razón de lo sucedido, que nos tranquilice un poco, “estamos intentando solucionar el problema ocasionado; por favor, tengan paciencia” o algo parecido. Nada.

Tampoco puedes fiarte cuando te dicen “todos tus papeles están en orden”, porque igual se equivocaron y ahora se han dado cuenta y falta un papel muy importante o un procedimiento o un código o una firma y tal vez éso suponga que, en adelante, tu puesto de trabajo estará a doscientos kilómetros de tu casa; te dieron un plazo de diez minutos y medio para hacer alegaciones ¿no te enteraste? ¿no reclamaste? Ese no es nuestro problema. Lo más sorprendente es que desde lo alto del Castillo siguen tirando pasquines con el lema Auzolana-Bien común. ¿Por qué lo harán?

Opinión
Hezkuntza Irakaslea bere bakardadean
Nori axola ikasgeletan gertatzen ari dena eta irakasle askoren sufrimendu jazanezina? Odola ate azpian pasillora ateratzen ez den bitartean, inori ez.

En lugar de poner en marcha ningún trabajo por el bien común, lo que hacen es enloquecernos y enfermarnos, literalmente. Y cuando nos decimos unas a otras, para animarnos “lo que necesitas es un sindicato, no terapia”, olvidamos que los sindicatos, en buena medida, ya han sido fagocitados, anulados y absorbidos por el monstruo. Algunos se pasan el día ofreciendo la complicada información que la administración no da, respondiendo a preguntas y quejas que no les corresponden ¡y menos mal que están ahí para aclarar nuestras dudas y calmar nuestra desazón! Pero eso implica dedicar menos tiempo y tener menos cabeza para organizar la resistencia o la lucha. Son, somos impotentes ante la pérdida de derechos que avanza sin tregua, incapaces de frenar el maltrato al que nos somete el Departamento. El Castillo es tan inexpugnable como eficaz.

Mientras tanto, los Berritzegunes, el IVEI y compañía, más que absorbidos, siguen en los mundos de Yuppi, volcándose con entusiasmo en sus propios asuntos, predicando a los cuatro vientos la buena nueva de la innovación pedagógica, con la fe inquebrantable del converso ante la que la evidencia no vale nada. Muchas veces no saben siquiera lo que dicen, porque han olvidado por completo qué y cómo son las escuelas e institutos realmente existentes —demasiado barro para sus zapatos nuevos. Igual que el Departamento de Educación está acorazado en el búnker, ellos están en su burbuja de colorines, con los auriculares puestos. Y ahí seguirán, a la sombra del Castillo, en las faldas de la colina, columpiándose tranquilamente, lanzando sin vergüenza pompas de jabón sobre nosotras, desde las torres de marfil del Castillo, en constante culto a los señoritos de arriba, obedientes y mansos. Este era el panorama al acabar el curso. A ver qué metamorfosis increíble nos depara el nuevo año lectivo.

BERRIA
Artículo publicado en Berria y traducido para Hordago.
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Tribuna
Tribuna Exigimos al Departamento de Educación una planificación justa y legal de la concertación de aulas
VV.AA.
Hace mes y medio nos remitimos al Departamento de Educación para exigir que la concertación de aulas en las escuelas privadas se adapte a la bajada demográfica y la ley vigente.
Economía social y solidaria
ESS Nace ASETT, un centro de investigación 'de vanguardia' para impulsar la economía social desde Donostia
El ‘hub’ nace en Donostia, pero aspira a conseguir proyección internacional. Cuenta con un centro de estudios dedicado al análisis de las empresas de la economía social o un instituto para avanzar las tendencias del sector.
Tribuna
Tribuna La externalización amenaza al modelo de reinserción en Euskadi
Un servicio esencial para la reinserción social, gestionado desde lo público pero externalizado, plantea dudas sobre su calidad y sostenibilidad.
bermucon
20/8/2024 11:50

Me gustan los vascos, vaya por delante que esto solo me importa a mí.
Solo trato de decir que es un pueblo generoso, idealista, y orgulloso de su territorio y de sus características.
Solo sus políticos no son(igual que en las demás CCAA)lo que ese pueblo, ni ningún otro merece.
Están muy por debajo de la voluntad de su pueblo, aunque sea votados, por otros ciudadanos vascos, que siguen, como suceden también en otros lugares, votando a políticos nacionalistas, sin voluntad de gobernar de manera responsable, en beneficio del pueblo.

0
0
Minería
Minaría Bruxelas cava fondo: litio galego para o novo militarismo europeo
No medio do rearme ordenado pola UE, Galiza entra no ámbito xeopolítico como potencial provedor de litio para a industria de defensa. Un enclave de alto valor ecolóxico en Doade (Ourense) converterase en canteira de baterías militares.
Multinacionales
Multinacionales Maersk y las rutas de complicidad con el genocidio israelí en Gaza
Crece la presión internacional contra la naviera danesa que está aprovisionando a Israel de armas para cometer el genocidio de Gaza en contra de las medidas cautelares tomadas por la Corte Internacional de Justicia.
Estados Unidos
Estados Unidos La buena sintonía entre Trump y Meloni
Como era de esperar, los mandatarios mostraron afinidades políticas e ideológicas. La italiana insistió en la idea de “fortalecer Occidente”.
Camboya
Camboya 50 años del inicio del genocidio en Camboya
El régimen de Pol Pot acabó con la vida de más de dos millones de personas. Solo tres integrantes de los Jemeres Rojos han sido condenados por crímenes contra la humanidad.

Últimas

Series
Series Masculinidad hegemónica o plomo: la sátira contra los hombres en ‘The White Lotus’
La serie culmina de forma trágica, llevando al extremo la lógica neoliberal, y se cuestiona si es posible una transformación que no termine cooptada por el propio patriarcado.
Grecia
Grecia Frontex pone de nuevo la mirada en Grecia
En enero de 2025 el Tribunal Europeo de Derechos Humanos acusó a las autoridades griegas de llevar a cabo devoluciones forzadas de manera sistemática.
Más noticias
Valencià
València Duelo colectivo y brecha de género, las consecuencias de la dana en la salud mental
Más allá de lo material, el sufrimiento mental continúa golpeando las vidas de l´Horta Sud. Mujeres cuidadoras y colectivos vulnerables encabezan un luto que todavía no ha encontrado descanso.
Almería
Artes escénicas Almería reclama su (dancístico) lugar
A menudo relegada al olvido en los mapas culturales, esta provincia oriental sigue siendo una gran desconocida, a pesar de su riqueza histórica, su diversidad paisajística y su potencia creativa.
Palestina
Genocidio Israel sigue atacando hospitales, la ONU habla del peor momento en los 18 meses de asedio
No hay tregua en Gaza, donde Israel ha recrudecido las matanzas y sigue sin permitir el acceso de alimentos y productos de primera necesidad. La ONU denuncia asimismo el asesinato de más de 70 civiles en Líbano.
Crisis climática
Balance climático El Mediterráneo se consolida como zona especialmente vulnerable al cambio climático
Las víctimas de la dana suponen dos tercios de las muertes por fenómenos extremos en Europa en 2024, según un informe conjunto de Copernicus y la Organización Meteorológica Mundial que hace un balance climático del continente el pasado año.

Recomendadas

Comunidad de Madrid
Memoria histórica Contra la basura y el olvido: tras la pista de los cuerpos y de la memoria de los brigadistas internacionales
El Salto acompaña a un contingente internacional de políticos, políticas y activistas en una ruta en memoria de los brigadistas internacionales que acudieron a luchar a España contra el fascismo, en un ejercicio inspirador para el presente.
Poesía
Culturas Joan Brossa, el mago que jugó con la poesía para reinventar el poder de la palabra
Casi inabarcable, la producción creativa de Joan Brossa se expandió a lo largo —durante medio siglo XX— y a lo ancho —de sonetos a piezas teatrales, pasando por carteles o poemas objeto— para tender puentes entre el arte, la política y el humor.
República del Sudán
Sudán Cara a. Un Sudán en guerra
Se cumplen dos años de una guerra que ya deja más de 13 millones de personas desplazadas y más de ocho millones de sudaneses al borde de la inanición.