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Elecciones
Las izquierdas piden paso en Navarra
La Comunidad Foral de Navarra es un laboratorio político en toda regla. A lo largo de las décadas, lo excepcional se ha vuelto, muchas veces, moneda corriente, en un panorama de gobiernos municipales y forales que desde 1978 hasta nuestros días han sido tan volátiles como sorprendentes. Los últimos años, Navarra ha experimentado dos legislaturas del todo atípicas en la política institucional, lo que parece volverá a suceder en las próximas elecciones del 28M, con una recomposición de bloques en el que las dos grandes coaliciones de izquierdas concurren con fuerzas renovadas y apuntando a un giro en sus estrategias para condicionar, cuando no participar, en el Gobierno foral.
Para la candidata de Contigo Navarra, Begoña Alfaro, la prioridad es consolidar “el cambio” que se inició en 2015. Esta vez, apunta, de forma “más valiente, ambiciosa y audaz que las dos legislaturas pasadas en donde al final, por una cuestión u otra, no se ha profundizado en determinados cambios”. Alfaro lamenta que en algunos puntos se hayan quedado solo en un cambio de dirección, sin avanzar demasiado en ese nuevo camino: “Si se cambia la dirección que había seguido la derecha durante décadas es para avanzar con paso firme en la otra dirección, no solo para darte la vuelta”.
Laura Aznal, candidata por EH Bildu al Gobierno foral, tiene su propia lista de acciones y políticas donde, la pasada legislatura, con cierta excusa dada la complicación con la que salió adelante, María Chivite (PSN-PSOE) no fue lo suficientemente certera. “A pesar de intentar poner parches paliativos a la situación social, el Gobierno no ha tenido la ambición suficiente para adoptar medidas estructurales”, critica Aznal, que apunta ejemplos: “Se ha negado reiteradamente a una reforma fiscal profunda; se ha conformado con culminar la transferencia de dos competencias como sanidad penitenciaria y tráfico, pero sin prever siquiera el cumplimiento del mismo Amejoramiento del Fuero ni exigir al Estado nuevas competencias. Al contrario, ha seguido a pies juntillas los dictados de Madrid”. Alfaro tiene más críticas hacia Chivite, poniéndole un “suspenso” en política lingüística, donde, entiende, “se han dado retrocesos y el Gobierno no ha sido capaz de superar los complejos frente a las derechas”, explica a Hordago-El Salto.
Para Aznal (EH Bildu), Chivite no ha profundizado en medidas estructurales: “Al contrario, ha seguido a pies juntillas los dictados de Madrid”
Servicios públicos a la izquierda
Mientras Laura Aznal (EH Bildu) lamenta también que no haya existido una clara apuesta por un sistema público de salud y cuidados “fuerte”, Begoña Alfaro (Contigo Navarra) se autopregunta y responde: “¿Lo primero que se debería cambiar? Poner pie contra pared en el tema de la sanidad pública porque no perdamos la perspectiva que a lo que nos enfrentamos es a la batalla sanidad pública versus sanidad privada. Y los intereses de esta última son muy poderosos”. Las candidatas de izquierdas se entienden bien en esta materia. La candidata de la coalición abertzale entiende que, en primer lugar, “es necesario garantizar unos servicios públicos y comunitarios de calidad en toda Navarra, ante el debilitamiento de nuestro sistema sanitario o la privatización del sector de los cuidados”.
Una forma de detener la sangría sanitaria de la privatización es esa deseada profundización en políticas que unen a la izquierda situada a la izquierda de los socialistas navarros. “Tenemos claro que a las derechas y sus políticas, ni agua”, exhorta Aznal. “Llevamos años haciendo un camino en Navarra para configurar mayorías alternativas a la derecha, y el reto es consolidarlas”, añade. La base, según la candidata de EH Bildu, debe ser el acuerdo entre diferentes fuerzas políticas que conformen esa alternativa.
“Tenemos claro que a las derechas y sus políticas, ni agua”, exhorta Aznal (EH Bildu). “Llevamos años haciendo un camino en Navarra para configurar mayorías alternativas a la derecha, y el reto es consolidarlas”, añade.
Con sus siete diputados electos en la anterior legislatura, EH Bildu puede ser determinante. Pueden ejercer presión sobre una virtual revalidación de los socialistas navarros, aunque su intención es ser aún más para poder ejercer mayor presión hacia la izquierda. Por su parte, Contigo Navarra, como recuerda Alfaro debe sí o sí aumentar su representación para ser más “decisorios”. Actualmente cuentan con dos parlamentarios “y cuando un voto no es decisorio en el día a día de la política, es obvio y lógico que se pierda influencia”. Por ello, Alfaro pide unión y cambio de mentalidad para dejar de ver al enemigo cerca, en las formaciones cercanas, pues eso es algo “que aprovecha y fomenta muy bien la derecha que en los días de elecciones no vota, sino ficha, mientras que nosotros seguimos enfrascados en debates excluyentes entre unos y otros”, reflexiona la candidata de Contigo Navarra.
Alfaro (Contigo Navarra) “Lo primero debería ser poner pie contra pared en el tema de la sanidad pública porque nos enfrentamos a una batalla con la sanidad privada y sus poderosos intereses”
Aznal recuerda que su formación ha sido importante a la hora de acordar cuatro presupuestos, leyes en materia de vivienda, transición energética o para evitar deslocalizaciones de empresas. “Cuanta más fuerza e incidencia política tiene EH Bildu, más políticas de izquierda”, asegura poniendo como ejemplos cambios y leyes a nivel estatal, como la reforma de las pensiones.
La vivienda (ambas hablan de vivienda digna), la transición energética o el empleo (y el reparto de la riqueza o la cohesión social), son puntos donde, junto con la sanidad pública, EH Bildu y Contigo Navarra confluyen, donde pueden encontrar pegamento para sacar adelante un Gobierno foral que profundice en lo que ambas candidatas creen que ha quedado a medias. Ese parece el único futuro posible, la reconstrucción del bloque de izquierdas: “Es eso o el suicidio político. ‘La vida de Bryan’ llevada una y otra vez al campo político de nuestros espacios”, expone Alfaro.
Recomponer la izquierda
Navarra Suma consiguió 20 representantes en el Parlamento navarro en 2019. El PSN, por su parte, logró once. En los gobiernos anteriores ha tenido un gran peso Geroa Bai, que se hizo con nueve parlamentarios en los dos anteriores comicios (2019 y 2015). Geroa Bai, en palabras de Alfaro, es “donde está incrustado el PNV”, y, por su parte, al PSN hay que obligarle “a mirar a la izquierda o de lo contrario cambia muy pronto la dirección de la mirada“. Así se ve, explica Alfaro, cuando estas semanas ”en el Gobierno de Madrid“, se bloquean leyes ”tan importantes“ como la de Vivienda, la de Libertad Sexual o la de Salud Mental. En opinión de Alfaro, el Gobierno de María Chivite “podía haber ido más allá”. No obstante, la candidata no deja de considerar positiva, en líneas generales, su acción de gobierno.
“En Navarra hemos sufrido durante muchos años las políticas del régimen, de la entente UPN-PSN. La política del hormigón y de priorizar las grandes infraestructuras a las necesidades sociales; la de dar la espalda a las mayorías trabajadoras y dotar de privilegios a unos pocos como el Opus Dei; la que reprimía y coartaba cualquier expresión popular; la que limitaba derechos en el ámbito social, lingüístico, de igualdad…”, analiza la candidata de EH Bildu, añadiendo que todo ello ha sido “nefasto” para la ciudadanía, por lo que hay que recolocar las necesidades de las personas “en el centro”.
Alfaro (Contigo Navarra) se propone obligar al PSN de Chivite “a mirar a la izquierda” para evitar que cambie “la dirección de la mirada”
Por su parte, la candidata de Contigo Navarra, se propone lo siguiente: “Realizar políticas activas de empleo de verdad, para crear y consolidar trabajos estables y no precarios que casi siempre recaen en los jóvenes, las mujeres y las migrantes, fortalecer de forma considerable el parque de viviendas públicas de alquiler e impedir que los fondos buitre marquen los precios de las viviendas en Navarra”. Alfaro agrega que los fondos buitre “también se han metido ya de lleno en el negocio de la sanidad privada”. Propone “políticas firmes en materia medioambiental” a través de la creación de una empresa pública de energía que “produzca, comercialice y distribuya” y “una modificación de la recientemente aprobada Ley de Cambio Climático para incorporar la fiscalidad verde y el que contamine, que pague”.
Aznal (EH Bildu): “En Navarra hemos sufrido durante muchos años las políticas del régimen, de la entente UPN-PSN. La política de priorizar el hormigón a las necesidades sociales; la de dar la espalda a las mayorías trabajadoras y dotar de privilegios a unos pocos como el Opus Dei”
Contigo Navarra se propone, finalmente, recuperar la alcaldía de Tudela de la mano de Eneko Larrarte y contribuir también de manera decisiva a que UPN deje de “martirizar”, según la candidata Alfaro, a pamplonesas y pamploneses con sus políticas en Iruñea. “Esas son nuestras previsiones y creo que ambas se pueden conseguir”. Por su parte, EH Bildu también tiene sus predicciones: “Somos la primera fuerza municipalista en Navarra y en la CAV, y no es por casualidad. Estoy convencida de que el 28 de mayo vamos a seguir creciendo, también en los ayuntamientos, porque damos confianza a la gente”. En Navarra, dicen, necesitan que el “empuje municipal sea punta de lanza para una Navarra más justa y más igualitaria”, y en Iruñea van a por todas, a disputar ser la primera fuerza.
Echando la vista atrás, es necesario recordar que Navarra ha sido un territorio político muy controvertido en los últimos años, casi siempre muy polarizado pero con cambios importantes en la política de alianzas y en la construcción de mayorías de gobierno, que, finalmente, siempre son prolíficas en leyes y aprobación de presupuestos. El 28 de mayo se verá si la derecha dividida pierde en los grandes municipios lo que hace dos legislaturas perdió en la Comunidad Foral, al tiempo que la pugna entre las fuerzas de bloque de Gobierno se desarrolla para ver quienes tendrán más capacidad de influencia en los próximos cuatro años; si pesa más el tranquilo cambio de Chivite (PSN) y Barkos (Geroa Bai) o la voluntad transformadora de Aznal (EHB) y Alfaro (Contigo Navarra). En cualquier caso, se trata de cuatro fuerzas que representan una inmensa pluralidad: están obligadas a entenderse.