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Estados Unidos
Elon Musk SA: así gana dinero apoyando a la extrema derecha
Se tiende a señalar la deriva de Elon Musk como la de un troll loco con ideas absurdas y una simple ideologización hacia la extrema derecha. Pero solo hay que observar el crecimiento de la riqueza y los negocios del magnate tecnológico para darse cuenta de que todos sus movimientos le han reportado inmensos beneficios económicos. Controlada la Administración Trump tras ayudar a este a ganar las elecciones, ahora el dueño de Tesla y Twitter se ha lanzado a desestabilizar a todos los gobiernos que se interpongan en sus planes empresariales. La extrema derecha global, ansiosa de recibir su apoyo, se convierte en su principal aliado para seguir incrementando su riqueza y la expansión de sus empresas.
El sudafricano fue el primero en alcanzar una riqueza de más de 200.000 millones de dólares hace un par de años, pero desde que Trump ganara en las urnas el pasado noviembre, su patrimonio ha escalado hasta superar con creces los 400.000 millones, según Forbes, gracias al aumento de las acciones de Tesla y de la valoración de su empresa de satélites SpaceX. Los mercados saben que las victorias de los partidos de extrema derecha como el de Trump son buenas para los negocios de Musk y se lo han recompensado con creces. Pero no es el único negocio que se abre al excéntrico millonario con el avance de la derecha.
Proteccionismo frente al automóvil eléctrico chino
Comenzando por lo ya consolidado, la victoria de Trump en las elecciones de noviembre tuvo su respuesta inmediata en la valorización de Tesla. Musk lleva más de un año señalando que la industria del automóvil eléctrico estadounidense y europea “va a ser demolida” por el coche eléctrico fabricado por China. Los defensores del libre comercio como Musk se lanzaron a pedir aranceles y proteccionismo contra los coches chinos, algo que la política de guerra comercial contra el gigante asiático de Trump en su anterior mandato representa a la perfección.
Tan solo con el aumento en la valoración de las acciones de Tesla, Elon Musk ha ganado en dos meses más de lo que le costó Twitter
El 4 de noviembre, días antes de los comicios, las acciones de la empresa automovilística de Musk valían 242 dólares. Tan solo siete días después, las acciones escalaron hasta los 350 dólares. Trump aún no ha tomado posesión del cargo y las acciones de Tesla mientras se escriben estas líneas, dos meses después, se encuentran en 395 dólares (411 un día antes). Eso supone un incremento de un 70% de su valor. Es decir, el 12,8% de las acciones que tiene Tesla pasaron de valer cerca de 100.000 millones a casi 160.000 millones de dólares. Tan solo con las acciones de Tesla, Elon Musk ha ganado en dos meses más de lo que le costó Twitter. Ahí se puede ver que la apuesta del millonario en la adquisición de Twitter para derivar el debate público hacia las posiciones de extrema derecha de Trump y para promocionar los contenidos que ensalzaban al político y atacaba a su oponente ha sido de lo más rentable para Musk.
Contratos de la NASA y Defensa
Las carreritas espaciales de Musk y Jeff Bezos también se han visto como si estuviéramos presenciando los caprichitos de dos millonarios con aires de grandeza. Aunque algo de eso hay también, existe otro motivo puramente económico y que también está dando sus primeros resultados al sudafricano: los contratos públicos de la administración estadounidense. Las dos empresas de los dos magnates de Silicon Valley compiten por enormes licitaciones públicas. Los mercados, nuevamente, han entendido que la victoria de Trump bajo el amparo de Musk favorecerá la contratación de la empresa de este con el próximo gobierno del nuevo presidente.
La victoria de Trump coloca a SpaceX como la probable ganadora de contratos millonarios como principal proveedora de la NASA
SpaceX tiene dos líneas de negocio básicas que se ven favorecidas por un gobierno amigo. La primera son los contratos de la NASA. El verdadero negocio de los viajes espaciales no está en llevar a turistas millonarios a dar un paseo, sino en demostrar a la Agencia Espacial estadounidense que puedes ser un proveedor de servicios capaz de hacer lo mismo que ella. Ahí está el gran negocio que buscan tanto el CEO de Amazon como el de Tesla. La victoria de Trump coloca a SpaceX como la probable ganadora de contratos millonarios como principal proveedora de la NASA. O, por lo menos, así lo entienden los mercados.
La otra línea de negocio es la de los satélites. SpaceX lleva años desarrollando la red de satélites Starlink, una telaraña de estos objetos volando en una órbita terrestre baja que pretende que haya 12.000 de estos satélites pululando por los cielos. Con esa red, la empresa de Musk pretende dar internet a todo el planeta, incluso en tierras remotas. Se hizo muy buena publicidad cuando estalló la invasión de Ucrania y Musk ofreció Starlink para reestablecer las conexiones en el país. Pero, nuevamente, competir con las empresas de internet no es la única utilidad que se puede dar a la red de satélites de Musk. Una red tan poderosa y que abarca todo el planeta le abre las puertas al mayor presupuesto de los Estados Unidos: el del Ministerio de Defensa y el Pentágono. SpaceX ha lanzado hace poco una nueva línea de negocio llamada Starshield en la que se utilizan ese mismo tipo de satélites de órbita baja pero con fines militares y de inteligencia. Musk ya ha conseguido contratos con el Pentágono para su nueva línea empresarial.
Con lo que ha aumentado el valor de la empresa de satélites de Musk en unos meses, se podría comprar tres o cuatro Twitters
SpaceX es una empresa privada. Es decir, sus acciones no cotizan en bolsa y no es tan fácil calcular el valor de la empresa ni la participación de Musk, que es mayoritaria. Pero a comienzos de diciembre, los principales medios económicos estadounidenses, Bloomberg y Financial Times, publicaron tras una compra de acciones por parte de unos inversores que SpaceX había alcanzado el valor de 350.000 millones de dólares, convirtiéndose en la empresa no bursátil emergente más valiosa del mundo, superando a ByteDance, matriz de TikTok, que ha sido valorada en 300.000 millones. En junio de 2024, la empresa estaba valorada en 200.000 millones. Es decir, la participación mayoritaria de Musk en dicha empresa ha aumentado un 75% en tan sólo unos meses. Con lo que ha aumentado el valor de la empresa de satélites de Musk en unos meses, se podría comprar tres o cuatro Twitters.
El mercado europeo, Meloni y AfD
Una vez controlado el mercado estadounidense, asegurado que se defenderá su empresa de coches de las marcas chinas y que no se regulará nada que vaya contra sus intereses, toca repetir la fórmula en otros países donde sus empresas pueden hacer negocio. Ahí entra el mercado europeo y las extremas derechas del viejo continente donde Musk ya está haciendo sus pinitos.
Hace tan sólo unos días, la primera ministra italiana Giorgia Meloni visitó la residencia invernal de Trump en Florida. Al poco de terminar la reunión, se hizo público que Italia pretende contratar a SpaceX para utilizar sus satélites en órbita baja Starshield para las comunicaciones del Ejército italiano en el Mediterráneo y al Gobierno italiano mediante comunicaciones encriptadas. El contrato podría llegar a ser de unos 1.500 millones de euros, según han publicado varios medios.
En este mercado también tiene a Jeff Bezos y su proyecto Kuiper como competidor pero, sobre todo, tiene a uno más potente, europeo y en parte público: el proyecto Iris2 de conectividad multiórbita de la Unión Europea. Mediante la unión de empresas públicas o semipúblicas de telecomunicaciones entre la que se encuentra la española Hispasat (7,4% en manos de la SEPI) y otras de la industria de la defensa aeroespacial y las comunicaciones, la Comisión Europea (CE) pretende que el proyecto Iris2 ponga en órbita 290 de estos satélites para que un sector tan estratégico como las comunicaciones militares y políticas de los Estados miembro no esté en manos de un loco millonario, amigo de la extrema derecha, asesor del presidente de los Estados Unidos y que tiene contratos con el Pentágono.
Un avance de grandes gobiernos europeos de extrema derecha podría echar al traste el proyecto Iris2 y dejar en manos de Musk un mercado de miles de millones de euros
De ahí que las extremas derechas europeas le estén haciendo ojitos a Elon Musk y este quiera cuantos más gobiernos de ese corte mejor. Con Meloni tomando la avanzadilla de contratar sus servicios a SpaceX en vez de hacerlo a la empresa impulsada por la CE, un avance de grandes gobiernos europeos de extrema derecha podría echar al traste el proyecto Iris2 y dejar en manos de Musk las comunicaciones más sensibles de los Estados miembro y sus ejércitos, así como un mercado de miles de millones de euros.
A nadie se le escapa que Alemania es el país con más peso dentro de las políticas y decisiones de la Unión Europea. Si el futuro gobierno alemán tomara el rumbo de Meloni con la ayuda del magnate de Silicon Valley, los proyectos europeos para generar la red de satélites con empresas participadas públicas y con otras privadas, algunas de ellas alemanas como Deutsche Telekom, se podrían hundir por completo. Por eso Musk tiene especial interés en apoyar a los herederos del nazismo alemán, Alternativa por Alemania (AfD), a quienes el sudafricano ha apoyado en público con un tuit que afirmaba que sólo ellos podrían salvar Alemania.
Lo mismo ocurre con el otro gran mercado europeo pero que ya no se encuentra bajo la batuta de Bruselas. El apoyo a la extrema derecha británica por parte de Musk ha sido claro en las últimas semanas e incluso ha atacado al actual primer ministro británico, Keir Starmer, con bulos y ha llegado a insinuar que Estados Unidos debería invadir el Reino Unido, desatando la ira y la respuesta de las autoridades británicas.
Desregulación y criptomonedas
Musk no va a ser ministro, tal y como algunos aseguran. Lo que ha creado Trump para su financiador y promotor ha sido un organismo que, supuestamente, se encargará de hacer más eficiente la administración americana. Ya sabemos qué fue lo primero que hizo Musk al comprar Twitter: despedir a gran parte de la plantilla, sobre todo a la que le era molesta a sus intenciones como al equipo de moderación de contenidos. Para la administración pública estadounidense, tiene los mismos planes. Ha anunciado que pretende despedir a un 70% de los empleados federales de EE UU y recortar un tercio el presupuesto.
Dichos recortes dejarían en ropa interior a las principales empresas reguladoras de la Administración, con la que el propio Musk tiene pleitos ya. La Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés), por ejemplo, han denunciado al magnate por manipular el mercado de las criptomonedas con sus tuits sobre ellas y también le obligó a declarar por la OPA con la que se hizo con Twitter. Musk lleva varios años enfrentándose a su presidente, Gary Gensler. Con Trump en la Casa Blanca y Musk aconsejando sobre cómo recortar plantilla, es más que probable que los organismo que han tocado las narices al sudafricano sean los primeros en ser recortados y las regulaciones que pongan limitaciones a su riqueza, como el caso de los impuestos a las grandes fortunas o las grandes empresas, sean eliminadas de la misma forma que ya fueron en el anterior mandato de Trump.
Las inversiones de Musk en la cripto Dogecoin se habrán duplicado en apenas dos meses y sin que Trump esté todavía en la Casa Blanca
Con el acorralamiento del presidente de la CNMV estadounidense también se engorda la cuenta de resultados de Musk. Gary Gensler siempre ha sido un escollo en la regulación de las criptomonedas y su inclusión en los circuitos financieros tradicionales. Aunque al final acabó cediendo, la SEC paralizó durante bastante tiempo la regulación y aprobación de los ETF de Bitcoin y otras criptomonedas. Su aprobación fue el pistoletazo de salida del rally que ha vivido el mercado en el último año. Pero, sobre todo, el gran subidón de las criptomonedas, donde Musk tiene grandes inversiones, se ha dado desde que Trump ganara las elecciones. La cripto favorita de Musk, la memecoin Dogecoin, valía 0,14 dólares el día antes de ir a las urnas. En la actualidad está sobre los 0,33 dólares, por lo que las inversiones de Musk en dicha moneda se habrán duplicado en apenas dos meses y sin que Trump esté todavía en la Casa Blanca.
Groenlandia y Panamá
No contento con las interferencias en Estados europeos y con tener controlado el mercado estadounidense, el próximo presidente ha sacado su artillería colonialista apoyada por los tuits del sudafricano para soltar burradas del nivel de “necesitamos Groenlandia por nuestra seguridad nacional” o que no descarta usar el ejército para retomar el Canal de Panamá. Por si fuera poco, aprovechando la renuncia de Trudeau, Trump también dijo que Canadá se podría anexionar a Estados Unidos desatando la ira del Gobierno canadiense. Todos, absolutamente todos esos movimientos, también reportarían beneficios a Musk.
Groenlandia y el norte de Canadá están llenos de los materiales necesarios para que la empresa de Musk y otras grandes tecnológicas sigan compitiendo con China
Tal y como ha explicado la periodistas Whitney Webb, experta en los oligarcas de Silicon Valley, las intenciones con Groenlandia y en parte con Canadá tienen mucho que ver con los “vastos yacimientos minerales, en particular los necesarios para la ‘transformación energética’ y la ‘revolución de los vehículos eléctricos’, que está directamente vinculada a los intereses comerciales de Musk, así como de otras prominentes figuras de las grandes tecnologías”. Según explica la periodista, “la transformación digital que estos oligarcas de Silicon Valley pretenden llevar a cabo requeriría todos los yacimientos conocidos de litio, níquel, cobalto y otros minerales del planeta”. Groenlandia y el norte de Canadá están llenos de estos materiales tan necesarios para que la empresa de Musk y otras grandes tecnológicas sigan compitiendo con China y ganando miles de millones.
En cuanto al Canal de Panamá, la retórica del “enemigo chino” es la excusa perfecta para hacerse con una de las principales vías de comercio mundial. Es verdad, claro, que las empresas chinas utilizan el Canal del país centroamericano como una de sus rutas comerciales principales para acceder a los mercados occidentales, pero eso no entorpece que las empresas estadounidenses también las usen.
Trump sería capaz de invadir Panamá con tal de proteger a Tesla de las empresas chinas de coches eléctricos
El problema vuelve a ser el cambio en las tornas de la globalización: antes les venía muy bien a las empresas occidentales que los cargueros desde China llegaran con los productos manufacturados allí bajo logos o ensamblados como americanos o europeos. Pero ahora China y sus empresas se han vuelto una amenaza para la hegemonía económica y empresarial occidental encabezada por las multinacionales estadounidenses. De la misma forma que los aranceles, hacerse con el Canal de Panamá es una forma de guerra comercial. Caso que, en esta ocasión, el incendiario de Trump es capaz de amenazar con una guerra real para hacerse con el Canal de Panamá y proteger a las empresas estadounidenses de las chinas. Es decir, Trump sería capaz de invadir Panamá con tal de proteger a Tesla de las empresas chinas de coches eléctricos.
En total e intentando hacer un resumen, la riqueza de Musk ha aumentado en unos 200.000 millones de dólares desde que Trump ganó las elecciones. Se calcula que el sudafricano financió con unos 250 millones la campaña del próximo presidente. Incluso si se incluyen en la suma los 44.000 millones que invirtió en Twitter, los beneficios que ha obtenido Musk por apoyar a la extrema derecha estadounidenses y dar rienda suelta al odio y la polarización en la red social han sido mucho mayores. Un retorno que explica perfectamente cuál es el papel de desestabilizador global que ha tomado en los últimos meses y de apoyo a los partidos de extrema derecha en Europea o Reino Unido. Apoya a esos partidos porque le es enormemente rentable.
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¿Troll o empresario?. Parece que lo segundo alimentado por el primero. El troll es un personaje para hacer al millonario aún más rico.
Buenísimo artículo,vsscabdo las verdaderas intenciones y beneficios privados de Musk, y no quedándose con lo superficial o tachando de loco a un tío que es igual de inteligente que de expltoador.