We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Extremadura
Víctor Chamorro y la identidad comunitaria extremeña
En las distintas obras de Chamorro podemos comprobar cómo la historia ha conformado nuestra identidad, una historia que se aleja del relato unidireccional, que se enmarca en lo que De Sousa Santos llama “Pensamiento abismal”, que propone un relato abstracto de los sucesos para salvaguardar una superestructura ideológica funcional a los intereses de la clase dominante. Así, podemos ver cómo Chamorro en sus obras muestra la esperanza del campo extremeño fechada en 1936, con el histórico levantamiento del campo extremeño en el gobierno del Frente Popular, con 110.921 campesinos ocupando 5.062.055 hectáreas en una tierra en que el 22% de arrendatarios y aparceros eran pobres de solemnidad (pobreza severa, con privación material básica como alimentación).
Chamorro ocupa, además, una gran importancia en el establecimiento del Marco de referencia de nuestra región, como territorio dependiente, caracterizado por un histórico sistema de intercambios desigual, constituyendo un territorio con tierras infrautilizadas, para el fortalecimiento y potenciación de otros territorios. Lo muestra así en sus obras, al aludir a regiones esquilmadoras y esquilmadas, con desiguales transferencias, en un marco de jerarquización de autonomías. Así muestra cómo nuestra región es utilizada como productora de materias primas y fuerza de trabajo a menor precio, en beneficio de otros territorios. Esto se sustancia en un sistema en el que, como señala Nieto Fernández (2015), la producción de bienes y servicios no se orienta a obtener valores de uso (satisfacción de necesidades de la población), sino únicamente a la producción de plusvalor (parte de trabajo no pagada), que permite dar valor a la inversión en medios de trabajo realizados. Muestra de ello son los múltiples proyectos mineros que existen en la región (Villuercas, Cañaveral, Sierra de Gata, Valdeflores en Cáceres…), que tratan de utilizar nuestra región como territorio de extracción de litio.
Voces de Extremadura
Víctor Chamorro: “Yo he sido castigado al silencio”
A poco más de una semana del 25 de marzo, conversamos con Víctor Chamorro, el intelectual que más ha hecho por recuperar la historia de las luchas campesinas que marcaron el siglo XX extremeño.
Con la lectura de Chamorro podemos ver la visión materialista de la historia del pueblo extremeño, frente a visiones unilaterales que De Sousa Santos denomina “fascismo epistemológico”, como visión unilateral que sólo tiene en cuenta aquel relato que es funcional a una narrativa que favorece una visión elitista de la historia. Por ello, no sólo desconocemos el levantamiento del 25 de Marzo de 1936, en el que más de 60.000 campesinos ocupan unas 3.000 fincas en unos 280 pueblos de la región, sino además la huelga general de la siega de 1934, que se saldó con más de 1.000 detenciones.
Visión de la Comunidad como construcción emancipadora
Frente a visiones nacionalistas o regionalistas enormemente abstractas, e instrumentalizadas para salvaguardar intereses de clases dominantes, al no señalar al claro actor antagonista del subdesarrollo, Chamorro propone una identidad extremeña basada en la comunidad. Lo expresa en sus textos cuando alude a la palabra “Compañero”, aquel con el que compartes el Pan, aquellas persona que se ve atravesada por circunstancias vitales similares a las tuyas, basadas en sufrir las consecuencias de una construcción social injusta, que se concreta en una región con el reparto más desigual de las tierras de cultivo, con una concentración de tierras que alcanza un 83% más que el resto del Estado español. Una región que se desangra a nivel poblacional, especialmente en el sector juvenil, que sufre una tasa de desempleo superior al 40% y superior al 28% a nivel general.
Frente a visiones nacionalistas o regionalistas enormemente abstractas, e instrumentalizadas para salvaguardar intereses de clases dominantes, al no señalar al claro actor antagonista del subdesarrollo, Chamorro propone una identidad extremeña basada en la comunidad
Chamorro propone la comunidad como construcción que se ubica en el paradigma regulación/emancipación, acuñado por De Sousa Santos, defendiendo la comunidad como organización basada en vínculos de interdependencia entre personas que sufren las consecuencias de vivir en una región en que el tamaño medio de la propiedad es de 29’18 hectáreas por persona física y donde la Política Agraria Común (PAC), otorga hasta 500.000 euros en subvenciones por poseer propiedades de tierras, y por tanto no les que queda más remedio que la organización colectiva para lograr la emancipación. Una organización basada en principios cooperativos, con análisis del terreno y teniendo en cuanta las necesidades reales de la población. Esta organización se realiza frente a organizaciones de carácter individualista que defiende una lógica de “Fetichismo mercantil”, defensor de una forma de organización social individualista fundamentada en el cambio, mediada por formas de conciencia de los individuos en una estructura social que se enmarca en el paradigma que De Sousa Santos llama “Apropiación/Violencia”, en el que los agentes sociales, responsables del subdesarrollo de nuestra región pretenden hacer de ella un lugar de explotación turística con una economía cada vez más terciarizada y dependiente y un crecimiento del peso de la empresa mercantil latifundista. Con sociedades mercantiles que acumulan tierras que, en un 67%, son explotaciones mayores de 300 hectáreas, suponiendo todo un proceso de concentración y acumulación de capital.
En estos términos, Chamorro propone el desarrollo de una identidad colectiva extremeña, no excluyente, sino universal, no caracterizada por patrioterismo de bandera, sino por sentido de Intersubjetividad recíproca, en que personas con circunstancias similares son capaces de percibir al otro como semejante y de articular una organización conjunta con ese otro para enfrentar problemas en un contexto en que la correlación de fuerzas entre la clase trabajadora y la patronal es tan desigual y dónde el binomio latifundismo/emigración parece haberse naturalizado, manifestada tanto en el plano laboral (lucha sindical), como en el político (Régimen de partidos y leyes). En una fase del ciclo económico e incidencia en la regulación del contingente de la población desocupada, en una región con tanta población juvenil en desempleo, se precisa una estructura comunitaria apegada a la tierra que tenga en cuenta la comunidad dividida en los elementos que la forman:
- Territorio: como zonas de la región que comparten espacio, como zona que no ha de ser sujeta a designios particulares de disposición individual, como se trata de hacer con la Isla de Valdecañas, disponiendo de un territorio para disfrute de una minoría rica.
- Población, como personas que viven en el mismo espacio, sujetas a una articulación social determinada que puede caracterizarse por la autonomía (no depender de otro para vivir) o por la dependencia, estar sujeto a otro para poder vivir y permanecer en incertidumbre constante.
- Demanda, como necesidades de la población que necesitan ser resueltas en un sistema que produce para producir capital y ganancias (Mejora de precios de productos, viviendas asequibles).
- Recursos, ya sean económicos u organizativos, como herramientas que permitan fortalecer la capacidad negociadora de personas que viven en los territorios y que buscan cubrir necesidades.
Pionero en la Teoría de la Dependencia en nuestra región
Como muestran los relatos de Chamorro, nuestra región se caracteriza por la dependencia económica, y su enmarcación como capital periférico, dentro de un Estado considerado zona central en el desarrollo del capital. Es así desde épocas en que se destinó a ser Mesta (lugar destinado para pastos y ganado) con un poder patrimonial por parte de órdenes militares e instituciones religiosas en que la Orden de Santiago poseía 10.000 kilómetros cuadrados en las tierras más fértiles de la región (Tierra de Barros, Vegas de Guadiana) y la Orden de Alcántara detentaba desde la zona actual de Sierra de Gata hasta la Sierra de San Pedro. Esta situación no se ha visto alterada en sustancia a lo largo de la historia, muestra de ello es que cuando se implementó en Plan Badajoz, el 50% de las tierras permanecían en manos de los mismos propietarios y se vieron beneficiadas por el regadío. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), a fecha de 1970, de las 74.301 hectáreas, más de 50.000 permanecía en manos de los mismo propietarios, un 67% de las tierras. A día de hoy, el 47’49% de la superficie cultivada es de entre 70 y 500 hectáreas y un 54% de las fincas tiene más de 200 hectáreas.
Chamorro propone el desarrollo de una identidad colectiva extremeña, no excluyente, sino universal, no caracterizada por patrioterismo de bandera, sino por sentido de Intersubjetividad recíproca, en que personas con circunstancias similares son capaces de percibir al otro como semejante
Leer a Chamorro es fundamental para comprender lo que Nieto Fernández (2015) llama las formas de intercambio desigual, que se sustancian en la exclusión de la circulación que tiene lugar cuando una mercancía se vende a un precio distinto (no proporcional) a su valor (el valor de producción) por motivos que dependen de las condiciones del mercado (el diferente poder de los agentes, los desequilibrios de oferta y demanda), con una esfera de producción (espacio económico) de productividades de valor distintas. Este fenómeno se sustancia en el hechos como los sucedidos estos tiempos con productos como la cereza, aprovechando que hablamos desde el Valle del Ambroz, donde en ocasiones se paga a 0’67 euros el kilo y puede llegar a costar producirlo unos 0’80 sumando todos los gastos.
Extremadura
Noches blancas
La dependencia es una relación de explotación basada en la transferencia de valor desde zonas periféricas hacia los centros del sistema mundial, provocando zonas de desarrollo desigual jerarquizado entre ambos. Así, a pesar de tener pequeños productores, que aparentemente son dueños de su trabajo, en la práctica las grandes multinacionales que distribuyen la producción son quienes fijan precios de productos sin tener en cuenta necesidades de la población. Estamos observando además, según testimonios de algunos lugareños, que en zonas como Holguera, fondos de inversión y sociedades mercantiles están comprando fincas que antes estaban en propiedad de pequeños productores, lo que puede favorecer la acumulación de capital al concentrar aún más la propiedad.
Importancia de Chamorro en el horizonte de Reforma Agraria
En un contexto marcado por la acumulación y centralización del capital en una comunidad autónoma con una Renta per cápita inferior a 17.000 euros anuales, un 30’8% menor a la del resto del Estado, con la concentración de tierra mayor del Estado y de las mayores de Europa, la lectura de Chamorro siempre persigue el horizonte de reforma agraria, que hoy día no sólo se materializaría en el mero reparto de tierras sino, como señala Nieto Fernández (2015), en una organización caracterizada por un marco institucional que garantice una participación democrática de la población en distintos niveles y ámbitos de una producción cooperativa. La defensa de un modelo económico con una contabilidad económica basada en el tiempo de trabajo como unidad de valor, no en producción de mercancías per se para acumular capital que persiga un objeto de cálculo económico racional que evite la explotación de trabajadores y facilite el cálculo del coste laboral de bienes y servicios. Un modelo en que las cooperativas de producción sean capaces de articular sistemas de distribución y circulación para evitar la apropiación de la producción por multinacionales con gran cuota de mercado que provoca que los pequeños productores tengan la propiedad jurídica de la tierra pero no la real, puesto que se apropia del valor de su producción, planteando un sistema enfocado a la satisfacción de necesidades de la población.