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Gobierno de coalición
Sánchez se abre a medidas impensadas mientras sus socios entran en modo supervivencia

“¿Tú crees que aguanta?”, ha sido la pregunta más escuchada estos días en los pasillos del Congreso de los Diputados. En plena tormenta por las escuchas de Santos Cerdán, que por segunda vez sitúan a la corrupción en su entorno más cercano, Pedro Sánchez vuelve a poner a prueba los libros de ciencia política e historia. ¿Resistirá, una vez más?
Como suele suceder, los grandes medios de comunicación y la política real tras bambalinas se disocian bastante. El consumo de la prensa hace pensar que el país está al borde del abismo y de quedarse sin gobierno, mientras que casi no hay políticos de partidos del bloque de investidura que crean que Sánchez está acabado. La mayoría responde: “Creo que aguanta”. Aunque ese horizonte debe ser sembrado y no minado, claro.
“Hay tristeza, este es el problema. Mientras que haya tristeza no se podrá salir adelante. Pero la pregunta es si somos ‘chorizos’ o no. Pues si no lo somos, hay que aguantar y defender el gobierno. El problema real sería si hubiese una Gürtel”, comentan desde uno de los despachos más influyentes del Congreso.
Opinión
Opinión Pedro Sánchez, final de partida
Un primer síntoma del intento de resistencia es que el presidente del Gobierno se abre por primera vez a algunas medidas impensadas hasta el momento o que le provocaban reticencia, más allá de los anuncios hechos el lunes pasado en Ferraz, casi todos bastante cosméticos y no de calado. El primero es aceptar la sugerencia de Esquerra Republicana y de Sumar e ir a una modificación del Código Penal para endurecer los castigos a “los corruptores”, especialmente las constructoras que pagan comisiones ilegales a los facilitadores como presuntamente fueron Cerdán y Ábalos.
Esto se lo dijo el propio Sánchez al portavoz del grupo Republicano, Gabriel Rufián, en su encuentro sin cámaras en Moncloa el miércoles. Curiosamente, en vez de comentar esa novedad durante sus respuestas en la sesión de control, algo que hubiera sido bien visto por la opinión pública y los socios parlamentarios, lo calló y se lo comentó al diputado catalán en privado.
“Está dispuesto a conversarlo, aunque no del todo convencido, dice que le genera dudas”, ha dicho uno de los dirigentes que conversó con Sánchez sobre una reforma del aforamiento
Cuando regresó Rufián a las Cortes, una de las cosas que comentó a su equipo fue su sorpresa de que algo así Sánchez no lo haya mencionado en un pleno bronco por demás, estando asediado por los gritos de dimisión de la bancada ‘popular’. Signos de aturdimiento, quizás.
El Salto pudo confirmar que en uno de los encuentros privados que tuvo Sánchez con representantes de las formaciones también se mostró abierto a la posibilidad de un cambio legal con respecto a los aforamientos de los diputados. “Está dispuesto a conversarlo, aunque no del todo convencido, dice que le genera dudas”, ha dicho uno de los dirigentes que conversó con Sánchez frente a frente.
Un diputado de Sumar ha respondido a El Salto que están trabajando en una proposición “intermedia, que no deje sin ningún fuero a los diputados pero que sí los quite en cuanto a malversación”. También creen que las declaraciones al respecto de Yolanda Díaz son un lema para presionar pero impracticable. “Si no tuviera fueros yo tendría cinco juicios por mes de Hazte Oír”, comenta un legislador con ironía.
“La hemos liado parda pero no tanto como para dimitir y que caiga un gobierno”, expresa una persona de conversación cotidiana con Sánchez en Moncloa
En este contexto, desde la Moncloa mantienen un discurso estoico y con tamiz de épica. “Creemos que merece la pena aguantar. Pero la gran pregunta es si nuestros socios están igual de concienciados de la trascendencia del momento. La hemos liado parda pero no tanto como para dimitir y que caiga un gobierno”, expresa una persona de conversación cotidiana con Sánchez en Moncloa.
También admite con crudeza que en los próximos días “van a salir más cosas” (en cuanto a las escuchas) porque “Koldo se ha dedicado a grabar a todo el mundo durante años”. El goteo de filtraciones a los medios persistirá unos días y frente a ello “habrá que aprender a convivir”. Hay en el entorno de Sánchez una convicción: hay motivo para resistir mientras no haya financiación irregular del partido o una imputación concreta contra él. El hito fundante del Sánchez presidente —el de Sánchez secretario general fue otro— fue la lucha contra la corrupción del PP, cristalizada en la Gürtel. Sería un knock out letal repetir esa historia.
Diversas fuentes socialistas coinciden en que el apoyo de la militancia a Sánchez es casi absoluto y que las voces discrepantes tienen mucho eco mediático pero poco peso específico en el aparato del partido. Las federaciones de Catalunya, Euskadi, Navarra, València y Balears mantienen un respaldo total. “Los ‘susanistas’ de Andalucía ya son pocos y en las castillas y Madrid puede haber algunos dirigentes que quieran verlo caer. Pero son una minoría rotunda”, señalan. En Asturies y Canarias han aparecido algunos discordantes —un senador canario ha pedido una moción de confianza, a contramano del deseo de Moncloa—, pero nadie cree que la sangría sea objeto de preocupación.
Sálvese quien pueda
Un reacomodamiento tectónico está ocurriendo entre los socios de investidura. No son pocos los importantes dirigentes que expresan su sorpresa, frustración e incertidumbre ante una situación que ha llegado a una gravedad imprevista.
El socio minoritario del Gobierno vuelve a pasar horas revueltas y negativas. En constante crisis de liderazgo con Yolanda Díaz, algunas de las confluencias comienzan a inquietarse por la presión de las bases y el temor a ser castigados electoralmente en un posible adelanto electoral. Cuidado: la crisis del PSOE vehiculiza la catarsis pero las quejas y dudas con respecto a pertenecer a Sumar vienen de hace tiempo.
“Estamos con un pie afuera”, responden desde Palma de Mallorca a la pregunta de El Salto sobre la permanencia de la coalición Ara Més dentro del grupo parlamentario. En la cúpula del partido preocupa que una parte de las bases y los dirigentes intermedios empiezan ha exigir irse al Grupo Mixto para desmarcarse antes del derrumbe y hacer valer más el escaño de Vicenç Vidal.
Compromís viene con un conflicto abierto desde el choque que ha provocado la negativa de Sumar a apoyar la comparecencia de Sánchez en la comisión de la dana, que comenzará próximamente. El conflicto ha escalado y las dos grandes familias del partido valencianista, Més-Compromís e Iniciativa, están enfrentadas. La primera quiere la ruptura y la segunda, no tanto.
En la Chunta Aragonesista tampoco están muy convencidos de la permanencia aunque no habría un riesgo de escisión, pero las quejas de las bases en Aragón comienzan a preocupar. Izquierda Unida mantiene una posición fiel a su estilo: irse del Gobierno no es opción, y la presión debe ser en la negociación legislativa.
“Yolanda no preguntó a nadie lo que fue a decirle a Sánchez el lunes y nos enteramos después, con el hecho consumado”, lamenta uno de los diputados de Sumar. La comunicación interna, la integración de las confluencias y la dinámica política del grupo parlamentario siempre ha sido, y aparentemente lo será hasta el final, un grave problema.
EH Bildu y PNV han mantenido una posición bastante similar y, fieles a sus estilos propios, de moderación y cautela
En tanto, en Podemos parece consolidarse una táctica dual de castigo y apoyo. Las declaraciones de Ione Belarra y otros dirigentes son durísimas contra el PSOE, pero en ningún momento se les ocurre poner sus cuatro votos a merced de una moción de censura. No es amor sino estrategia: “nosotros todavía necesitamos un poco más de tiempo”, señala alguien de la cúpula morada. La izquierda confederal no está preparada para unas generales anticipadas.
EH Bildu y PNV han mantenido una posición bastante similar y, fieles a sus estilos propios, de moderación y cautela. Se ha pedido más contundencia y avanzar en la agenda de regeneración democrática, pero también se resisten a dejarse llevar por los vientos de la alocada burbuja mediática madrileña. “A nosotros no nos van a decir lo que es el lawfare o las investigaciones nada inocentes de la Guardia Civil. Hay que esperar”, señala un dirigente de la izquierda abertzale.
En Junts, como siempre, impera el hermetismo político y el extractivismo en la relación con Sánchez. La portavoz Míriam Nogueras dijo a personas allegadas tras reunirse con el presidente del Gobierno que lo vio “noqueado” y expresó su desagrado porque “no hay interlocutor por el momento y eso es preocupante”. Su análisis es pesimista, ve a un Gobierno aturdido y sin saber cómo salir a flote. Mientras tanto, ellos han clavado otro puñal a la agenda progresista y presentaron una enmienda a la totalidad a la reducción de jornada laboral. Solo un milagro podría hacer que se apruebe.
En Coalición Canaria, otro partido nacionalista pero de centroderecha pragmática, dejan trascender que más allá de lo que digan públicamente, no les agrada nada la posibilidad de una caída de Sánchez por dos motivos: un ejecutivo del PP apoyado por Vox echaría para atrás el nuevo acuerdo sobre menores migrantes no acompañados, preocupación de máxima prioridad en el gobierno del archipiélago. Otro elemento que les preocupa es el plan de Vivienda: el líder de CC fue el único barón autonómico que no es de izquierdas que valoró la propuesta de Sánchez para aumentar los fondos de vivienda pública.
Estas cosas del comer, o de gestión del día a día, no aparecen en las cabeceras ocupadas por las Leire y los Koldo pero son una baza para el PSOE. En medio de la borrasca quizás nadie las recuerde pero en el minuto final, antes del derrumbe, sopesarán más. Eso, la economía y la “internacional reaccionaria” son un capital que Sánchez hará valer. “Las próximas dos semanas son clave”, repiten muchos. Nunca la izquierda deseó tanto que llegue el verano.
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Una vez mas, Galvalizi haciendo propaganda de Movimiento Sumar. Esconde la información fundamental y clara y muestra únicamente la propaganda de los suyos: aforamientos y castigos menores a corruptores. Esconde las propuestas de regeneración de Podemos y pretende junto con toda la mafia mediática centrar el problema en si Podemos apoyaría o no una moción de censura/confianza.
No marees Galvalizi. Esto no tiene otra salida que: a) Ruptura de Relaciones Diplomáticas con Israel y todo lo demás; b) No al rearme del 5%, ni siquiera del 2% de manera inmediata; c) Empresas corruptoras excluidas de la licitación pública por 20-30 años; d)Rebaja de alquileres en el 40% y impedir la compra de vivienda que no sea para vivir en ella ...
Galvalizi, deja de tomarnos el pelo.