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Hemeroteca Diagonal
Cuatro años esperando justicia para Iñigo Cabacas
Se cumplen cuatro años de la muerte de Iñigo Cabacas en Bilbao por el disparo de una bala de goma. La fase de instrucción sigue abierta.
Ir al fútbol, celebrar la victoria histórica de tu equipo al terminar el partido y no volver nunca a casa porque has recibido el disparo de una bala de goma por parte de las fuerzas de seguridad. Esto le sucedió a Iñigo Cabacas en Bilbao el 5 de abril de 2012.
El Athletic se clasificó esa noche para la semifinal de la Europa League al empatar con el Schalke 04 alemán y Cabacas se disponía a festejarlo con la cuadrilla. El ambiente festivo y eufórico de los bares de la calle Licenciado Poza se tiñó de sangre tras las cargas policiales con numerosos disparos de pelotas de goma en el callejón María Díaz de Haro. El 9 de abril de 2012 se certificó el fallecimiento de Cabacas como consecuencia de la fractura craneal que le provocó el impacto de una de ellas.
Cuatro años después, la fase de instrucción del proceso penal aún sigue abierta, cinco agentes de la Ertzaintza están imputados —investigados según la nueva terminología— y un sexto tiene que declarar el 11 de abril.
Para Jone Goirizelaia, abogada de la familia de Cabacas, lo que ocurrió fue una "actuación policial desproporcionada" cuyo desenlace fue la muerte del joven, de 28 años. "Sin que sucediera absolutamente nada, sin avisar de que se iba a actuar ni proceder a desalojar la plaza donde estaban los aficionados, y saltándose la normativa internacional y la propia normativa interna de la policía autonómica vasca que explica cómo se tiene que actuar en situaciones de esas características, se produjeron un montón de disparos de pelotas de goma", recuerda la letrada a Diagonal.
La intervención policial en la zona se justificó por parte de las autoridades como respuesta a varias llamadas que alertaban de una pelea, sucedida "un buen rato antes" de que los agentes llegaran, según una de las personas que dieron el aviso telefónico.
Algunos de los mandos policiales presentes en la zona también aseguraron que todo estaba bajo control y que allí no se observaba ningún incidente. Pese a ello, se produjo una primera carga en el callejón, a la que algunos aficionados respondieron con lanzamiento de objetos. Tras ello, los agentes cargaron con mayor dureza, disparando con profusión proyectiles de caucho.
"Han declarado testigos presenciales que contradicen totalmente la versión de la policía autónoma según la cual tuvieron que intervenir porque les estaban lanzando objetos", dice la abogada Jone GoirizelaiaEn la fase testifical de la instrucción, asegura Goirizelaia, "han declarado testigos presenciales que contradicen totalmente la versión de la policía autónoma según la cual tuvieron que intervenir porque les estaban lanzando objetos. También otros agentes presentes en el lugar han declarado ante el juez que cuando llegaron allí no pasaba nada".
La abogada considera que "haría falta que verdaderamente la policía autónoma quisiera llegar hasta el fondo y esclarecer los hechos", y señala que, sin embargo, en el procedimiento "se está viendo que hay una especie de pacto de compañerismo entre los agentes, de manera que no dicen nada que pueda implicar a nadie, y mucho menos a ellos mismos".
"Entren con todo..."
"La instrucción busca al autor material del pelotazo, y eso va a ser difícil de determinar. Hay unos vídeos en los que se puede intuir quién fue el autor del disparo, pero quizá nunca con la certeza suficiente para una condena. Hay sospechas de que después de los hechos se recogieron pelotas y cartuchos. En la comisaría de Deusto dicen que no controlaron la devolución de las escopetas y la munición", sostiene Iñaki Iriondo, corresponsal político del diario Gara, medio que en abril de 2013 publicó las reveladoras conversaciones mantenidas entre distintos responsables policiales aquella noche y que ha recibido una demanda por ello.En las 17 llamadas, grabadas entre las 23.31h —cuando un testigo confirma que había telefoneado previamente a la Ertzaintza por una agresión que había presenciado "hace ya un buen rato"— y las 23.42h —cuando el responsable de una patrulla solicita una ambulancia para una persona herida "que ha debido recibir un pelotazo"—, dos elementos resaltan sobre los demás: la ausencia de incidentes previos a la llegada de los agentes, y la insistencia del mando de la comisaría de Deusto, identificado como 'Ugarteko', en centrar el operativo en la herriko taberna —bar de la izquierda abertzale— de María Díaz de Haro.
Así, a las 23.32h, Ugarteko, desde la comisaría de Deusto, asegura a las dos patrullas de refuerzo que "hay una pelea bastante grande en la herriko". Un minuto después, el responsable de la patrulla 1, ya en la zona, "a la altura de la herriko", le responde que "la plazoleta está llena de gente, pero llena, y aquí no se ve ninguna pelea".
Ugarteko vuelve a llamar para ordenar que "con las cuatro furgonetas entren a la herriko y corten los incidentes". A las 23.35h, el mando de la patrulla 2 asegura que "la situación está controlada". Segundos después, la patrulla 1 confirma que ya está cargando, siguiendo la instrucción dada por Ugarteko.
A las 23.36h, la patrulla 2 comenta que se están lanzando objetos desde la zona de la herriko, que ellos están protegidos dentro de las furgonetas, sin intervenir, y que haría falta alguna furgoneta más. La respuesta de Ugarteko es ordenar que salgan y se desplieguen.
Tras hacerlo, la patrulla 2 explica a las 23.40 que la situación está controlada y que "no hay ningún altercado". La contestación desde Deusto es inequívoca: "Le repito las órdenes para que queden bien claras (...). Entren al callejón con todo lo que tenemos, entren a la herriko, controlen la situación, y los que haya que puedan ser posibles agresores, se les controla o se les echa. Y se toma toda la posición. Y entonces estará la situación controlada". Las siguientes comunicaciones se producen con el sonido de fondo de los disparos.
"Lo sorprendente es que se esté buscando al autor del pelotazo en lugar de juzgarse toda la operación", sostiene el periodista Iñaki Iriondo
Para Iriondo, "lo sorprendente es que se esté buscando al autor del pelotazo en lugar de juzgarse toda la operación. Que se esté persiguiendo exclusivamente a quienes estaban sobre el terreno y no a quienes, como el denominado Ugarteko, estaban dando las órdenes por radio. Ésta es una forma de llevar la investigación a una vía muerta".
Goirizelaia coincide en esa apreciación y explica que su trabajo se está centrando en reunir pruebas para determinar las responsabilidades "no sólo de posibles autores directos, sino de quienes dieron las órdenes y de quienes organizaron un operativo de estas características".
La abogada enumera lo que considera "cosas curiosas" que ha encontrado en esta fase de investigación: "No se sabe cuáles fueron las escopetas utilizadas, ya que se recogieron sin numerar y se llevaron a limpiar sin haber hecho pruebas. Tampoco se sabe cuántas pelotas se dispararon ni quién disparó".
Rodolfo Ares, entonces consejero de Interior del Gobierno vasco, anunció en días posteriores al suceso que se llegaría hasta el final para aclarar lo ocurrido. Pero esta publicitada intención se concretó únicamente en la apertura de un expediente de investigación interna en la Ertzaintza que se cerró al iniciarse el proceso penal, sin ceses ni adopción de medidas disciplinarias.
La actuación de Ares es muy criticada por Iñigo Gogoan Herri Ekimena (Iniciativa Popular Iñigo en el Recuerdo), plataforma plural contra la impunidad que ha convocado en Bilbao una concentración el día 9 de abril y una manifestación el 10.
"Ya en su día denunciamos que estaba escurriendo el bulto, ya que tras semejante desgracia abandonó su cargo de consejero de Interior para dirigir una campaña electoral del PSE. Entonces nos preguntábamos: '¿Quién le va a exigir algo a un ertzaina cuando su responsable político directo, el señor Ares, ha escurrido el bulto como consejero de Interior y ha dejado su cargo sin asumir su responsabilidad?'. Y hoy, cuatro años después, nuestra pregunta ya tiene una respuesta: el señor Ares abrió el camino de la desvergüenza y la injusticia en este caso", valoran para Diagonal desde la plataforma.
Goirizelaia denuncia que "la familia de Iñigo sufrió la negativa total y absoluta de la Consejería de Interior del Gobierno vasco a asumir cualquier responsabilidad". La letrada afirma que "incluso tras el informe forense que hacía compatible el golpe con el impacto de una pelota de goma, y que confirmaba que ésa era la causa de la muerte, en el procedimiento judicial la representación del Gobierno vasco trató por todos los medios de que los forenses dijeran otra cosa, sin conseguirlo".
Iriondo critica que los partidos políticos, "salvo EH Bildu", decidieran "pasar página hace tiempo". El periodista recuerda que "pese a las buenas palabras que dieron a la familia cuando lo pidió, nunca se abrió una comisión de investigación en el Parlamento. El PNV, que cuando ocurrieron los hechos fue muy crítico con el Departamento de Interior porque estaba en manos del PSE, se ha adaptado prácticamente a sus tesis".
La abogada de la familia también lamenta que las autoridades no estén facilitando la instrucción. "El Gobierno vasco, personado como responsable civil en defensa de sí mismo, no ha solicitado ni presentado una sola prueba encaminada a esclarecer los hechos", reprocha Goirizelaia, quien considera que la posición oficial "dista mucho de una actuación diligente encaminada al esclarecimiento de los hechos".
Para ella, lo que se intenta es "proteger a los agentes, cuando lo que deberían hacer es buscar responsabilidades, depurarlas y, sobre todo, establecer mecanismos que imposibiliten que hechos de estas características vuelvan a suceder".
Excesos policiales habituales
La muerte de Cabacas sacudió profundamente a las aficiones del fútbol español. Las gradas mostraron su dolor y condolencia en una "reacción muy solidaria, incluso en campos con aficiones muy enfrentadas a la del Athletic, como el Calderón", recuerda Emilio Abejón, secretario de la Federación de Accionistas y Socios del Fútbol Español (FASFE). "Los excesos policiales en el control de las aficiones son padecidos por el común de los aficionados y eso crea solidaridades que pueden resultar chocantes", añade.Abejón sitúa lo sucedido en el marco del control policial de los acontecimientos deportivos masivos, en los que, según su experiencia, "se denota por las fuerzas policiales un profundo desconocimiento de las dinámicas de las muchedumbres. Unido a la escasa tradición dialogante y democrática de nuestros cuerpos policiales, puede llevar a situaciones como ésta, con un desenlace totalmente inadmisible".
Tras el asesinato del hincha gallego Jimmy en Madrid en noviembre de 2014, Abejón explica que ha aumentado el despliegue policial y la adopción de medidas que "en muchos casos restringen las libertades de quienes acudimos a los partidos", como los controles biométricos para acceder a los estadios o las limitaciones a la libertad de expresión en las gradas, provocando que "con la circular 20 de la Liga de Fútbol Profesional no se pueda sacar una pancarta de recuerdo a Cabacas. Y si sale alguna, porque es imposible controlar todo, es posible que se sancione".
"Si no fuese una celebración futbolera, y no hubiese el clima que hay contra las aficiones futboleras, no se habría producido esa carga", denuncia Emilio AbejónPara este aficionado, la muerte de Cabacas es la consecuencia de procedimientos habituales sobre quienes acuden a los partidos de fútbol: "Si no fuese una celebración futbolera, y no hubiese el clima que hay contra las aficiones futboleras, no se habría producido esa carga. Al policía que disparó le pareció normal, a los mandos les pareció normal, y aunque no hubiese más que un grupo de personas celebrando en un bar la victoria de su equipo, absolutamente nada más, lo hicieron porque es una actuación que realizan muy a menudo".
Goirizelaia observa en esta decisión el resultado de la movilización ciudadana tras la muerte de Cabacas, enmarcada en un nuevo contexto: "La situación de violencia en Euskal Herria posibilitó que hechos de este tipo se llevaran a cabo sin que hubiese respuesta de ninguna clase. Esto ha sucedido en un momento completamente diferente, la ciudadanía no lo entendió y pidió que se aclarase".
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