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Huelga general
Más de 140.000 personas salen a la calle por la huelga general de los pensionistas
Por unas pensiones, trabajo y vida dignas. Ese fue el lema que movilizó, por primera vez desde hace muchos años, a miles de personas a secundar una huelga general en Euskal Herria. El paro incidió en todos los ámbitos: empresas (30%), educación (65%), universidad (90%), ayuntamientos, medios de comunicación y ferrocarril.
Cuando empezó a llover, el pensionista Carlos Ruiz abrió su paraguas y cubrió al joven Erlantz Iglesias, portavoz de Harro Plataforma, del movimiento LGTBI. Cuando Iglesias se trabó con las palabras de su discurso, se giró hacia el pensionista y este le sonrió y le puso una mano en el hombro. Las miles de personas congregadas en la tarde de ayer en la explanada del Ayuntamiento de Bilbao, con motivo de la huelga general por unas pensiones, trabajo y vida dignas, aplaudieron para darle ánimos también al joven.
El teléfono de atención a la ciudadanía del Ayuntamiento, que deriva al servicio de prensa, se encontraba en huelga, y la Policía Municipal no quiso ofrecer los datos de la manifestación de la tarde, pero había mucha gente, aunque no tanta como al mediodía: más de 50.000 personas, según los convocantes. Cifra que se eleva a entre 140.000 y 145.000, englobando las movilizaciones de las cuatro capitales del País Vasco y Navarra y varias localidades.
“Sale de forma natural”, explicó Ruiz al terminar los discursos de los movimientos sociales. “El paraguas hay que sostenérselo a toda aquella persona que esté dispuesta a seguir esta batalla”, añadió.
La de ayer fue una jornada de huelga que se convirtió en “un hito”, asegura el pensionista. “Queríamos que se elevara el nivel de la respuesta y no ser un mero florero para enseñar los lunes a los turistas”, en referencia a la concentración que cada semana desde hace dos años llevan a cabo en la explanada del Ayuntamiento de Bilbao. A golpe de manifestación pensionista y feminista, ese espacio se ha convertido en un icono gráfico de la lucha social. Y todo icono que muestra rebeldía, conviene aplacarlo desde el poder. Quizá por eso el consistorio denegó el permiso para que los mítines no tuvieran lugar en la escalinata, donde la gente se arremolina de forma natural a lo ancho de toda la explanada, sin formar atasco en el puente, y ofreciendo a fotógrafas y cámaras de televisión el encuadre perfecto, con la emblemática escultura de Jorge Oteiza a un lado.
“También denegaron el permiso para la rueda de prensa de la semana pasada”, agrega Carlos Ruiz. “Este es el escenario ideal y los partidos que lo gobiernan, con el alcalde a la cabeza, desean fortalecer a las empresas, algo con lo que podríamos estar de acuerdo. Pero si proteges a los empresarios, y descuidas a quien menos tiene y a quien más lo necesita, es evidente que te estás burlando de la gente. La denegación de ese permiso es una muestra de esa burla”, concluyó el pensionista.
El día de ayer fue suyo. Siempre están en la calle, con la pañoleta roja anudada al cuello. Y ni siquiera se esfuerzan por aparecer en la foto. De hecho, ni se presentaron a la rueda de prensa de valoración de la jornada. Delegaron esa tarea, que iba a abrir los informativos de la noche, en los sindicatos y representantes de los movimientos sociales. Y ahí vino la segunda sorpresa de los entresijos del día: las siete representantes eran mujeres. ¿Lo apañaron previamente? Ante la pregunta, ellas se miraron sorprendidas, porque llevan meses trabajando juntas, y dijeron que no. Segundo gesto simbólico que salió natural.
Para el acto, repartieron un amplio informe con las incidencias del paro, así como su seguimiento. Alrededor de 145.000 manifestantes en las capitales; un paro de al menos el 30% en las empresas; un 60% de seguimiento en la educación pública, llegando al 75% en Gipuzkoa, y al 85% en las escuelas infantiles. Las universidades se vaciaron. La actividad en los campus de Araba y Bizkaia quedó reducida al 10%; solo al 5% en Gipuzkoa, territorio donde casi todos los ayuntamientos cerraron por huelga.
El metro de Bilbao y los trenes de Euskotren circularon a la frecuencia de los servicios mínimos y, hasta los medios de comunicación, secundaron la huelga. Periodistas de prensa dejaron de trabajar el día anterior para cubrir ayer las movilizaciones. La radio y la televisión enlataron los programas y solo realizaron los informativos de la jornada como servicio mínimo. De entre las ocho huelgas generales que ha habido desde 2013 en Euskal Herria, esta ha sido la más exitosa con diferencia, sin contar los dos últimos 8 de marzo, que siguen superando a cualquier movilización desde, al menos, los últimos veinte años.
demasiadas razones
No salieron a la calle todas las mujeres trabajadoras, como salieron muchas de ellas en el día de la mujer, pero sí se manifestaron las más conscientes de la transversalidad de una huelga que apelaba a las pensiones, a los salarios y a una vida digna. “Si hoy no estás aquí, o estás muy oprimida o bastante confundida. O eres una privilegiada”, recordó la activista Irantzu Varela, que se encontraba en la quedada del bloque feminista de la tarde. Si por ella fuera, todo Bilbao ocuparía las calles. Pero no por un sueño no cumplido estaba menos feliz. “Me encanta cómo está planteada esta huelga y que cada vez haya más movimientos sociales que nos incluyan a todas, porque cuanto menos hegemónica es una lucha, más mujeres llenan los espacios políticos”.
“Tenemos tantas razones para hacer huelga que ni nos caben en los panfletos”, resumía desde el escenario de los discursos Anabel Saiz, miembro de Feministalde, que habló en nombre del movimiento feminista autónomo. “Si conseguimos un trabajo, tenemos que enfrentarnos a la precariedad más cruda. Y nos niegan el derecho a emanciparnos con alquileres de viviendas impagables, inflados con la especulación inmobiliaria”, siguió Laura Luengo, del sindicato de estudiantes Ikasle Sindikatua, quien recordó, también bajo el paraguas de Carlos Ruiz, que “todas las políticas neoliberales que se han aplicado con las crisis han golpeado con especial fuerza a la juventud”.
El discurso en la calle no era menos tibio. “Estoy aquí para luchar contra el capitalismo”, resumía Olatz Robles, estudiante de 18 años. “El relevo generacional está en solfa”, alertaba una madre y dependienta de Massimo Dutti, Julia Martín. “Los pensionistas son unos abanderados y luchan para dejarnos un futuro mejor”, añadía junto con sus compañeras de Zara y otras tiendas de Inditex. “Hay que trabajar menos, cobrar más y dedicar más horas a tu vida y a tu gente”, opinaba un trabajador del sector informático, Mikel Alonso.
La manifestación dejó un buen sabor de boca entre los participantes y la organización y, si hubo un mensaje dirigido a la prensa que se repitió a lo largo del día, fue este: “Mañana seguiremos”.
Cinco detenciones, 34 multas
Más de 150 piquetes recorrieron pueblos y ciudades, sobre todo durante la mañana. La Ertzaintza detuvo a cinco personas (dos en Donostia, dos en Zornotza y una en Ermua). Abrieron diez investigaciones (cuatro en Gasteiz y en Hernani; una en Bilbao y Renteria). Y multaron a 34 personas con la Ley Mordaza (19 en Bizkaia, 11 en Araba y cuatro en Gipuzkoa), indicó su gabinete de prensa.Los momentos más tensos se vivieron en Basauri y Durango, cuando los agentes antidisturbios bloquearon un piquete de 25 personas hasta lograr identificar a una de ellas, y luego cogieron a tres personas, poniéndoles las manos a la altura del cuello. “¿Pero qué sentido tiene esta violencia?”, les increparon las personas del piquete, narró una vecina del municipio. En Basauri, la Ertzaintza practicó un registro en el coche de un huelguista y hubo amenazas y golpes.
Las portavoces de los sindicatos denunciaron los hostigamientos y detenciones durante la rueda de prensa, pero quisieron concluir el acto con optimismo y recordando que la huelga “ha sido un gran éxito”. “Los datos son sobresalientes, por lo que queremos dar las gracias a las personas de la clase trabajadora que la han secundado. Sabemos que no siempre es fácil, sobre todo en situaciones de precariedad. Gracias por demostrar que Euskal Herria está movilizada, articulada y que creemos en la calle”, concluyeron.
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Aupa! Todo el país está en la misma. Hay autonomías que les cuesta más manifiestarse, pero creo que ha llegado el momento para el gobierno de quitar ya el 155. Vamos a luchar, que el cambio está cerca ( y no me refiero al climatico) para más igualdad en general -> y insallah renta base universal como pilar de está sociedad avanzada (vivimos en el siglo 21. amigos mios -> tiempos para un nuevo renacimiento) !