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Huelga
La plantilla de Correos va a la huelga el 26 de febrero para evitar la “estocada de muerte” al servicio postal
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Este miércoles 26 de febrero, miles de personas trabajadoras de Correos están llamadas a la huelga por todo el Estado y hay concentraciones programadas en casi la mitad de las provincias. Se movilizan contra un acuerdo firmado entre la empresa pública y varios sindicatos que, según CGT, la central convocante de los paros, suponen una “estocada de muerte” a la adecuada prestación del servicio postal público. “Quieren que seamos menos y más precarias”, resume el pacto bipartito Mario Murillo, trabajador de Correos y delegado sindical, para quien el acuerdo “golpea en la línea de flotación” de la plantilla al modificar las condiciones más apreciadas por el personal.
Opinión
Opinión ¿Última llamada para Correos?
Después de la huelga general descentralizada de este miércoles, seguirá habiendo paros entre el 5 y el 13 de marzo en las distintas áreas territoriales en las que se organiza Correos. No todas las zonas dejarán de trabajar a la vez, sino que se han organizado para que, entre los días mencionados, siempre haya alguna sección en huelga. Los paros finalizarán previsiblemente el 14 de marzo con otra huelga general, tras la que se evaluarán nuevas acciones.
Correos y varios sindicatos han firmado un acuerdo cuyas directrices deben plasmarse en el convenio actual antes del 15 de marzo; después negociarán con esa base el próximo marco de relaciones laborales
En nota de prensa, CGT cuenta que, tras muchos años de “empeoramiento del servicio público” y de las condiciones laborales, se esperaba que la negociación del próximo convenio, que deberá firmarse este año, supusiera una mejora del servicio. Nada más lejos de la realidad, según denuncian los rojinegros, pues la empresa y los sindicatos UGT, CCOO, CSIF y Sindicato Libre han rubricado un acuerdo de líneas generales que empeoraría las condiciones de trabajo. El pacto alcanzado por la compañía y los sindicatos no tiene efectividad per se, sino que se trata de guías con las que modificar el convenio vigente —deben hacerlo antes del 15 de marzo, según el documento— y el próximo.
Un acuerdo para recortar derechos
El documento incluye una reducción de la masa salarial desde el 90% actual al 70% que, según los cálculos de CGT, deberá saldarse con “entre 8.000 y 10.000” puestos de trabajo. Además, el pacto incluye bolsa de horas al servicio de la empresa o retribuciones variables vinculadas al cumplimiento de objetivos, así como un plan de salidas voluntarias incentivadas. Este programa supondría que parte de la plantilla se vea abocada a solicitar la jubilación anticipada, con la merma que eso supone en la cuantía de la pensión, asegura la central sindical convocante de la huelga.
Las negociaciones en los convenios tendrán dos fases: hasta el 15 de marzo para cambiar el actual y, después y hasta el 1 de octubre, para concertar el próximo. De no haber acuerdo para el recorte de derechos antes del 15 de marzo, el pacto quedará sin efecto
Con la firma de este acuerdo marco, las partes se comprometen a dos fases de negociación. La primera alcanza hasta el 15 de marzo y debería concluir con la modificación del convenio colectivo vigente. Una vez terminada esa etapa, la segunda fase se alargaría hasta el 1 de octubre y culminaría con la aprobación del próximo marco de relaciones laborales. El documento expone que, de no alcanzarse un acuerdo para modificar el convenio actual antes del 15 de marzo, el pacto quedará “automáticamente sin efecto”.
Correos pisa el acelerador para modificar el convenio en vigencia
La Sociedad Estatal Correos y Telégrafos, S.A. lleva encadenando años de pérdidas. Para ponerle fin, la junta directiva y la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) firmaron en verano un plan estratégico 2024-2028 para “reforzar el servicio postal tradicional, impulsar la paquetería y diversificar las actividades e ingresos de la compañía”. Estos objetivos no sorprenden a Mario Murillo: “Ese lleva siendo el relato de Correos durante 20 años, pero la realidad es que ha habido un abandono absoluto de Correos como entidad pública del futuro”.
Después de la aprobación del plan estratégico, lo estándar sería esperar a la mesa de negociación del IV Convenio, pero Correos ha pisado el acelerador: quiere recortar derechos en el III Convenio, el vigente, antes incluso de tocar el nuevo. La empresa aspira a modificar el marco laboral actual y partir de esa base para la negociación del próximo convenio.
Mario Murillo (CGT): “Ha habido un abandono absoluto de Correos como entidad pública del futuro”
Correos y UGT, CCOO, CSIF y Sindicato libre firmaron el 31 de diciembre del año pasado un “acuerdo marco Correos y sindicatos sobre líneas básicas a trasladar al IV convenio colectivo”. Este pacto, que recoge los recortes de derechos mencionados anteriormente —reducción de la masa salarial o pluses según cumplimiento de objetivos— sirve para encarrilar la modificación del convenio vigente y, a partir de esas condiciones empeoradas, negociar el futuro.
Si la empresa y los sindicatos no trasladan las líneas del acuerdo marco al convenio colectivo actual antes del 15 de marzo, el pacto decaerá y deberá negociarse uno nuevo.
Un golpe a la “línea de flotación”
En 2008, Correos tenía 66.000 personas en plantilla. Ahora y según la empresa, son algo más de 53.000. CGT reduce esa cifra a unas 48.000 personas contratadas tomando como base las cifras oficiales de 2023 y teniendo en cuenta la “contratación cero” que ha habido en el último año.
Para la plantilla, la principal motivación para permanecer en la empresa no son los sueldos, cuenta Murillo, que los establece apenas por encima del salario mínimo interprofesional. El sindicalista explica que las grandes motivaciones materiales en la empresa son dos: la estabilidad en el empleo y el horario y la facilidad para moverse por el territorio cambiando de centro según el gusto o la necesidad de la persona empleada.
El acuerdo ataca las principales motivaciones de la plantilla para permanecer en Correos: la estabilidad en el horario y la facilidad para cambiar de centro según prefiera la persona trabajadora
El acuerdo marco firmado por empresa y sindicatos “golpea en la línea de flotación” de la plantilla al atacar ambas motivaciones, sostiene Murillo. En lo que respecta al horario, Correos quiere implementar una bolsa de horas para que la jornada pueda variar un 10% por encima o por debajo de lo establecido. Además, quieren traspasar personal al turno de tarde e introducir la semana laboral de martes a sábado, lo que afecta a la conciliación de las personas trabajadoras.
La empresa pública también quiere flexibilizar la movilidad geográfica. El texto no está desarrollado, pero la intención de Correos es tener una plantilla “polivalente” y que se adapte a las “necesidades” del trabajo. Es decir, la empresa quiere poder mover libremente a sus personas empleadas entre centros según la demanda.
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Es aquí donde debe de concretarse la unidad de la izquierda alternativa. Animo a las trabajadoras/es de Correos.