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La semana política
Dicen que hoy llueve
Dicen que hoy llueve. Tormentas dispersas. Y ya no más, tendremos huevo frito (sol y nubes) el resto de la semana. Dicen que la situación no es catastrófica porque podría ser peor. En lo que va de año ha llovido en España un 75% menos que la media de los diez años anteriores. Se nota en el campo, se nota en los trozos de campo que quedan entre el asfalto. Y se nota en las fotos tomadas por satélite: lo verde está marrón y en unas semanas estará amarillento. No queda una flor en el campo, cuenta un portavoz del sector apícola.
No se trata exclusivamente de la falta de precipitaciones, sino del calor. El aumento de las temperaturas acelera la evaporación y la evapotranspiración del agua. En el asfalto, los charcos se secan antes, en Doñana desaparecen los humedales. Los embalses están a la mitad de su capacidad. El Gobierno cántabro anunció el 28 de abril que había comenzado con los rescates y trasvases de peces –esquines y truchas jóvenes– que normalmente son rescatados en julio.
Y dicen que la escasez de agua será la nueva normalidad. Tres de cada cuatro litros de agua se emplean en la agricultura, con lo cual las restricciones empezarán por ahí. Por cortar el grifo al campo. Y antes de que pase eso ya se está notando, dice la última Encuesta de Población Activa. El trabajo en el campo ha descendido. En el último año, 97.300 trabajadores por cuenta ajena y paradas a la espera de un tajo, han dejado el arado a un lado. Y cuando se trabaja, el trabajo rinde menos.
Dicen que la campaña de la miel en Extremadura y Andalucía “está perdida”, que solo podrá producirse un 20% de lo que se produce todos los años, y que en algunas comarcas nada, cero. Y que el cultivo de secano, el del cereal, está “sentenciado” en el sur del país. Los árboles leñosos también están en crisis. La situación del olivar es crítica. Los cultivos que no se cubren con regadío están en las últimas. Y a los de regadío se le impondrán restricciones si esto sigue así. Y los que mejor lo soportarán serán las grandes explotaciones.
Sequía
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Entonces, si no hay lluvia, suben los precios. Cuesta más producir, los intermediarios no pierden, las grandes superficies ganan. El aceite de oliva ha subido un 60% respecto al año pasado. Se está pagando a 5,42 euros el kilo de virgen extra. En la campaña de 2018 se pagaba a 2,87. El precio del cereal aumentó un 39% desde 2021.
Este año quizá se tengan que establecer cortes de agua en las ciudades en septiembre, dicen que en Catalunya. Porque es poco probable que la situación mejore en verano. Y que cuando llueva lo haga a lo bestia. Inundaciones, gota fría.
Reclaman que se cumpla la ley. Recuerdan que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea fue muy claro cuando, en 2021, acusó a España de destruir de forma grave el parque de Doñana. Que la agricultura intensiva está secando un patrimonio de la humanidad. Y que no se trata de conservar el paisaje, que también, sino de mantener un ecosistema que afecta a su alrededor y al conjunto de Europa.
Pero también dicen que se trata de una alarma injustificada, que no deberíamos preocuparnos por un abril caluroso. Ya ha hecho calor otras veces y, en cualquier caso, no estamos hablando de calor extremo. De hecho, ya apetecían las terrazas, salir a la calle en sandalias. Tomar algo fresco. Y dicen que los regadíos legalizados de Doñana no chuparán agua de pozos ilegales, que ya llegará una solución, un trasvase, porque al fin y al cabo qué es eso de que los ríos desperdicien agua que va a dar a la mar. También nos explican que las ciudades no necesitan árboles porque su mantenimiento es caro y a veces se caen y pueden provocar desgracias. Y que, si necesitas un poco de sombra, la mayoría de las terrazas están equipadas con sombrillas, solo tienes que disfrutar de un refresco o una cañita bien tirada.
Entonces, solo se trata de elegir a quién creer. Si a los trabajadores del campo, la Comisión Europea o la comunidad científica o a quienes nos piden que no exageremos, quienes creen que sobreactuar es peor que actuar. Solo se trata de elegir como si eligiéramos entre agua o coca-cola. Una es necesaria para la vida, la otra crea mucho valor para sus accionistas.
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