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Málaga
La Nave sale a la calle frente al cierre cautelar del Ayuntamiento de Málaga

En el barrio San Rafael de Málaga, entre Cruz de Humilladero y Carretera de Cádiz, se encuentra el Polígono San Rafael. Una de sus naves industriales en calle Cerrajeros de alrededor de 500 metros cuadrados alberga el Centro Social y Cultural La Nave. Surge en 2017 como una iniciativa de personas que estaban en distintos movimientos sociales en Málaga -en la vivienda, en marea blanca, en la lucha por los derechos de las migrantes- que “entienden que es necesario un centro social en un barrio de Málaga para articular los distintos movimientos vecinales, políticos y sociales en los barrios de nuestra ciudad y especialmente en el distrito en el que estamos”, explican desde La Nave. Y es que se trata de los barrios de Málaga con mayor densidad poblacional de la provincia así como el espacio donde se desarrollan iniciativas como el Bosque Urbano Málaga o Merkaético.

Sin embargo, tras un cierre cautelar por parte del Ayuntamiento, llevan casi dos meses sin poder albergar ninguna actividad. Por ello, además de la recogida de firmas para hacer presión al Ayuntamiento, este sábado 24 de mayo a partir de las 18:00 La Nave ha organizado un evento público con actuaciones y talleres en el disputado Parque del Oeste “para denunciar la situación que está atravesando nuestro espacio y reclamar al Ayuntamiento de Málaga que agilice los procesos y las negociaciones para poder volver a abrir y dar a Málaga el contenido alternativo, político y social que reivindicamos”.
La Nave es una asociación cultural con distintos grupos de trabajo que se autogestionan en torno a la asamblea general. Gerardo, uno de sus miembros, explica que llevan 8 años trabajando “en el aspecto cultural, dando espacio a artistas, asociaciones y quienes quieran realizar actos debido a que gentrificación y el modelo de ciudad han ido mermando los espacios donde pueden realizar sus actividades”.

“Como centro social somos un centro profundamente político por un modelo de Málaga alternativo”, lo que les ha llevado a problemas con la administración, explica Gerardo. Hace mes y medio la policía local impuso un cierre cautelar, “en teoría por carecer de una declaración responsable la cual habíamos presentado” desarrolla Gerardo. Ya en las movilizaciones por la vivienda del pasado 5 de abril la Nave salió a las calles para denunciar lo irregular de la actual situación. Casi dos meses después, Gerardo confirma que se han encontrado “con una lentitud en el proceso haciendo que nuestro espacio siga totalmente clausurado”.

“Nosotros achacamos esta situación a que políticamente no interesa que espacios como el nuestro sigan existiendo en la ciudad de Málaga”, explica Gerardo. En una semana marcada por el desahucio de tres vecinas en Calle Victoria, para Gerardo se hace evidente que “se está abocando a un modelo de ciudad basado en el negocio y en los intereses de los grandes empresarios de la ciudad”.
“Nosotros achacamos esta situación a que políticamente no interesa que espacios como el nuestro sigan existiendo en la ciudad de Málaga”, explica Gerardo.
Los movimientos sociales malagueños tienen una larga trayectoria en lo que Gerardo describe como “laberinto burocrático”. No hay que irnos muy lejos para encontrarnos con un caso de lucha de fondo. Pedro Francisco Sánchez, miembro de la plataforma ciudadana Bosque Urbano Málaga (BUM) denuncia que “esto no le pasa sólo a la Nave, también le pasa a La Invisible o al Parque del Oeste, que se privatizó durante cinco meses para un festival privado” porque “en esta ciudad se evitan ofertas alternativas que no vengan de la institucionalidad del Ayuntamiento”, sobre todo cuando tiene que ver con “vecinos reclamando el uso del espacio público”. En definitiva, en este contexto de criminalización de movimientos sociales “el Ayuntamiento intenta terminar con estos espacios y ahora le ha tocado a la Nave porque da mucha vida”, resume Pedro.

Para Pedro “es fundamental que siga activo en la ciudad y una reapertura inmediata” porque la Nave “es un proyecto cultural que permite a muchas asociaciones, colectivos y gente tener un espacio donde organizarse, expresarse artísticamente y acceder a la cultura que no se ve en el circuito comercial de la ciudad”.
La Nave “es un proyecto cultural que permite a muchas asociaciones, colectivos y personas tener un espacio donde organizarse, expresarse artísticamente y acceder a la cultura que no se ve en el circuito comercial de la ciudad”.
El Bosque Urbano Málaga (BUM) es una plataforma ciudadana que busca convertir en área forestal un terreno baldío donde se encontraban los antiguos bidones de Repsol en plena Málaga capital. En su página web, el BUM explica cómo el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 1983 calificó los terrenos como “una gran área verde que equilibrase las altas presiones urbanas que afectan a los barrios circundantes”. Sin embargo en 2006, el Ayuntamiento de Francisco de la Torre “eliminó del planeamiento urbano más de la mitad del área verde para edificar varios rascacielos de viviendas y un gran centro comercial”. Es así que tras años de lucha, en 2016 se crea la plataforma para transformar el espacio de la mano de las vecinas.
Pedro habla de “alivio” y “celebración” ya que la Nave ha supuesto “disponer de un lugar donde reunirnos, donde guardar los materiales necesarios para la plantación de los árboles” e “incluso dejar los árboles para disponer de ellos si al día siguiente había plantación”. Para el BUM, La Nave permite “financiar y organizar”.

Recientemente ha sido un espacio donde proyectar el documental producido por Peripheria Films La posibilidad de un Bosque donde, dentro de la serie Se vende, se muestran “los diversos conflictos urbanísticos, medioambientales y socioeconómicos que, a lo largo de la costa malagueña, giran en torno a grandes proyectos de desarrollo turístico e inmobiliarios”. “La Nave da un espacio alternativo de poesía, música y arte”, declara Pedro.
Esperanza Rojo, vecina del barrio y socia de Merkaético, suele ir a la Nave en busca de teatro y actuaciones musicales. Para Esperanza, “tener un espacio como la Nave cerca te da la oportunidad de asistir a actividades gratis o bien con una aportación consciente lo que es un lujo para las economías menos favorecidas”.
El sábado 24 de mayo a las 18:00 en el Parque del Oeste tendrán lugar actuaciones en directo de músicas, coros, bailes y diversas artistas en una merienda que busca “mostrar que la vida de la ciudad no está sólo en el centro” ya que “hay mucho que aprender de los barrios, de nuestras vecinas que al igual que nosotras buscan un lugar habitable donde vivir”, como explica Isabel Martos, vecina de Málaga y activista de movimientos ecologistas de la ciudad.
Isa denuncia que “cerrar La Nave es un ataque a la autogestión, a la capacidad organizativa de la ciudadanía y a la colectividad”
Para Isa se trata de “una reivindicación del tejido vecinal que necesita Málaga”, esencial en un momento de “pérdida de identidad cultural”. Isa reclama la necesidad de “proteger nuestros espacios de cultura libre que fomentan la participación colectiva”. Y qué mejor que hacerlo desde el ocio libre y autoorganizado. Para Isa, la Nave significa “un punto caliente de resistencia frente a la especulación y consumismo” así como un espacio que “acerca a las vecinas”. Por ello, Isa denuncia que “cerrar La Nave es un ataque a la autogestión, a la capacidad organizativa de la ciudadanía y a la colectividad”.