We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Medio ambiente
Vecinos de Arganzuela, en alerta máxima por el inicio de obras del Metro sin previo aviso ni consulta
El día después de finalizar el proceso electoral, algunos vecinos de la zona de las calles Áncora, Delicias y Palos de la Frontera, registraban con sus móviles el trabajo de operarios de Metro con lo que deducían comenzaba lo que consideran “la infame intervención en el barrio” por las obras de ampliación de la Línea 11 de Metro, que pretende arrasar con la vida de 164 árboles de gran porte, muchos de ellos centenarios. “Después de las elecciones el vecindario está en alerta”, expresa Santi, vecino de unos de los portales de la calle Áncora, y la mañana del lunes pasado algunas señales del inicio de obras empezaron a verse.
Unas vallas metálicas de malla azul cercaban ya algunos árboles del Paseo de las Delicias, a la altura del número 63, y duranta la semana han puesto otra en la esquina que hacen el Paseo y Áncora. También se ha colocado una caseta de obras y la mañana del jueves se ha podido ver la entrada de maquinaria pesada. Días antes vecinas reportaban la desaparición de los bancos de toda la vida lo que también les daba mala espina. La preocupación está en el cuerpo de todo el vecindario ya que a pesar de los esfuerzos que han hecho por comunicarse con el Ayuntamiento de Madrid, no han recibido información alguna.
Hasta el momento solo manejan la que han podido obtener preguntando a los operarios. Algunos vecinos no se fían y piensan que en meses de pleno verano, y muchos de vacaciones fuera de la ciudad, puede suceder cualquier cosa. Aún y con ello han decidido seguir manifestándose todos los jueves y seguir informando a las vecinas. Esta tarde convocan de nuevo, ahora sí, a una manifestación, para señalar que la tala de los árboles previstos para dar paso a las obras es completamente injustificada, y que, de acuerdo a la opinión de técnicos que han estudiado el caso, existirían alternativas mucho más adecuadas que evitarían tal masacre arbórea.
La situación de esta zona de Arganzuela no es más que la extensión de la problemática que viven otros vecindarios del distrito afectados por las obras del Metro, ya que son parte de las que ya afectan la zona de la arboleda de Paseo Imperial
La situación de esta zona de Arganzuela no es más que la extensión de la problemática que viven otros vecindarios del distrito afectados por las obras del Metro, ya que las infraestructuras que se quieren construir en Áncora son parte de las que ya afectan la zona de la arboleda de Paseo Imperial. De acuerdo a la información que manejan los vecinos de Áncora, toda la calle sería convertida en una rampa de salida de camiones de obra, desde el subsuelo, que ocuparía la acera y para evitar cortar el tráfico vehicular se talarían 160 árboles, acabando con toda la biodiversidad que convive allí, como los cientos de aves que los habitan.
Medio ambiente
Medio ambiente Vecinos en pie contra el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid por la defensa de sus árboles
Como hemos reseñado en El Salto, las obras acabarían innecesariamente con los árboles de la arboleda de cuatro hileras de la calle Áncora. y muchos árboles centenarios del Paseo de las Delicias, mismos que dieron nombre al paseo “por cobijar a los paseantes ante los calores”, además de los ejemplares del Jardín de Palestina, sobre la calle de Palos de la Frontera. “Van a poner un valla a tres metros de las fachadas y la rampa justo en el espacio donde hoy están los plátanos que ocupan media acera“, explica Santi, quien cree que la rampa podría ponerse en medio de la calzada para evitar la tala, “pero el gobierno de Madrid dijo que no admitiría que se interrumpiera el tráfico. Por eso talan los árboles, ni siquiera es un requisito técnico inamovible de la obra”, se queja. “Nosotros, pensando mal, creemos que aprovechan esta obra para debilitar esta calle y luego alguien vendrá y se la venderán a precio barato. Realmente tenemos un problema, que estamos cerca del Museo Reina Sofía y el Prado, es un barrio bonito, creo que lo quieren para ellos”, especula Santi.
“Seguimos con las movilizaciones, y estamos invitando a todas las vecinas, y los bares y las tiendas están muy implicados porque si levantan la acera y quitan los árboles van afuera todas la terrazas”
El distrito de Arganzuela vive ya desde hace años un proceso de gentrificación y especulación inmobiliaria. Paloma, otra vecina de un portal de la calle Áncora, vive todavía en un piso de renta antigua, el mismo donde su abuela parió a su madre. Pero admite que solo ella y otras cinco vecinas más resisten en un edificio de unas 50 viviendas, que lo ha comprado un fondo buitre que administra una socimi, Ellis Vintage, y lo han reformado para hacer pisos en coliving, que cobran entre 1.000-1.500 euros por unos pisos reformados con espacios comunes como piscina y cocina en el sótano, muy al estilo de un hotel. Ni Paloma ni sus vecinas tienen ahora acceso a la azotea o a esas zonas comunes del coliving. La última noticia que han tenido es que la socimi Ellias Vintage les ha mandado una carta comunicándoles que la financiera multinacional Allianz ha comprado el edificio. Pero su preocupación a día de hoy es la del resto de sus vecinos. “El problema es que no tenemos una información oficial. Hemos hecho escritos al ayuntamiento, al defensor del pueblo, sin ninguna respuesta hasta el momento. Seguimos con las movilizaciones, y estamos invitando a todas las vecinas, y los bares y las tiendas están muy implicados porque si levantan la acera y quitan los árboles van afuera todas la terrazas”, explica a El Salto esta vecina.
Medio ambiente
Medio ambiente Con ayuda de científicos, vecinos organizan primera “termometrada” en quince barrios y municipios de Madrid
¿Arboricidio ante la crisis climática?
Conocedor del proyecto de tala de la calle Áncora y preguntado por El Salto, Andrés Cardil Tornos, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC, uno de los impulsores de la termometrada del pasado 8 de julio, sostiene que el hecho de que se elimine una zona verde va a hacer aumentar, no solo el estrés térmico de esa gente sino la temperatura en general. “Va a causar un aumento de la temperatura en el ambiente y en las casas. Por un lado, se va a calentar todo más y va a dar lugar al uso de aire acondicionado, quien pueda permitírselo, y eso a su vez va a retroalimentar la temperatura exterior. Se va a generar una isla de calor que antes no existía localizada en un lugar superhabitado, al lado del centro de Madrid”, advierte el científico. Con ello, apunta Cardil, “lo que creará es un descenso en la calidad de vida, y directa o indirectamente, provocará muertes por golpes de calor. Si no hay arbolado se calientan más los espacios, no se enfrían y el problema es justo por las noches, que es lo más peligroso para la salud”.
La situación de incertidumbre que viven los vecindarios de Arganzuela ante las obras de Metro es total ya que señalan que los permisos de tala —cuyas consecuencias para el barrio serán irreparable— no están al día y aún así las obras ya han empezado. Al mismo tiempo está en proceso la Petición de Amparo en Europa, cuyo registro fue admitido y que se debatirá en septiembre, así como una demanda interpuesta por Ecologistas en Acción.
Las plataformas vecinales y ecologistas que se han movilizado sostienen que en pleno debate sobre el cambio climático, y mientras todas las ciudades europeas crean planes de plantación arbórea masiva y protección y mantenimiento de sus arboledas, en Madrid permanece el afán arboricida del que se ha hecho eco hasta la prensa extranjera. El movimiento vecinal contra la tala está “despierto e indignado”, insisten y contemplan “reacciones contundentes ante el negacionismo climático en esta Comunidad y ante tanta sordera y tanto abuso”.
El movimiento vecinal por lo pronto no se detiene y continúan organizándose, de hecho ha sido gracias a los puntos informativos que la Plataforma Salvemos la arboleda que vecinos como Santi o Paloma se han enterado de las obras de su calle. “Esto ha sido una movimiento de portales, es decir que así nos hemos organizado. Se lo conté a toda la gente de mi portal, y ya en la noche estábamos pegando carteles en todos los árboles y señalando con una cruz roja y la leyenda 'este árbol lo van a talar'. Les tomamos fotos y se los mandamos a la gente de Salvemos la arboleda, y nos dijeron que también se estaban organizando en otro portal. Ellos han sido un poco los que nos han coordinado en un primer momento”. Santi piensa que hasta las elecciones ha habido una especie de tregua electoral y que los trabajos ni iban a empezar con la motosierra antes del 23J, “por eso queríamos hacer mucha movilización antes, porque después ya hemos declarado el periodo de alarma, ya el calendario lo teñimos de rojo porque la tala puede ser inminente”, zanja Santi entre la rabia y la desesperación. A la vez asegura que como movimiento vecinal han sentado las bases de una posible asociación de vecinos. “Sabemos que el barrio está informadísimo y movilizado, ahora, ¿qué hacemos? La gente lo está pasando muy mal, algunos han dicho 'yo me encadeno', y está dispuesta a hacer muchas cosas por esta macarrada”.
Relacionadas
Medio ambiente
Madrid La destrucción del Parque de Comillas
Medio ambiente
Arboricidio Vecinos de Arganzuela se encadenan y encaraman a los árboles de Madrid Río para impedir la tala
Palestina
Solidaridad con Palestina Activistas de arte urbano renombran cinco estaciones de Metro de Madrid para denunciar el genocidio palestino
Ayudaría en sus quejas que no votasen a la derecha más reaccionaria.