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Memoria histórica
Eduardo Pérez: “Quería recordar a las mejores generaciones que han pasado por España”
En un país que ha maltratado su historia y le ha dado la espalda a la memoria, donde no existe reconocimiento de las víctimas del franquismo ni homenajes ni calles para aquellas personas que dieron su vida por los derechos laborales, por la libertad o la democracia, el trabajo del periodista Eduardo Pérez, recopilado en Contigo empezó todo (El Salto Libros, 2024), supone algo de oxígeno.
A través de 30 episodios que rescatan algunos de los momentos estelares de la otra historia de España, este periodista que formó parte de la fundación del periódico Diagonal recorre 500 años de historia con una perspectiva muy diferente a la habitual: a través de los ojos de las minorías perseguidas, de los campesinos sin tierra, de los trabajadores explotados hasta la extenuación, de las masas organizadas que querían construir una sociedad sin clases o que organizaron en los bares de Barcelona la defensa de la ciudad un 19 de julio. Los episodios han sido publicados, número a número, en los 74 volúmenes de la revista de El Salto en una sección del mismo nombre. La selección para este libro, el primero de la editorial El Salto Libros y coeditado con la Fundación Anselmo Lorenzo, fue realizada por el propio autor.
Contigo empezó todo
El Salto libros El Salto lanza su propia línea editorial con un libro sobre la otra historia de España
Una historia sobre la persecución de los gitanos, otras sobre huelgas y revueltas... ¿Qué tienen en común todos estos episodios? ¿A qué viene eso de Contigo empezó todo?
Son relatos que se centran por lo general en los intentos de rebelión que han protagonizado durante la historia las capas más humildes de la sociedad, historias sobre lo que ocurre cuando los oprimidos, los explotados, dicen “basta” e intentan intervenir en el reparto del pastel. El nombre de la sección, y ahora del libro, no es cosa mía sino de alguien mucho más original y con más dotes literarias: vuestro compañero Pablo Elorduy. El título viene a cuento de esto, pero también a la por aquel entonces reciente dedicatoria del futbolista Gerard Piqué al Real Madrid. Me hizo gracia su propuesta y así se quedó.
¿Cuál es la intención de comenzar el libro con los relatos de tres limpiezas étnicas, cuando la mayoría de las historias contadas van por otro lado?
Precisamente, como la mayoría de las historias de la sección se centran en el final del siglo XIX y el principio del XX, culmen de la organización obrera, me pareció que introducir estos relatos muy anteriores en el tiempo otorgaban cierta variedad. Por otro lado, muchos de los movimientos y personas que aparecen más adelante en el libro designan al Estado como su gran enemigo, así que quizá no es mala idea mostrar de primeras los actos más graves con los que se había construido ese Estado.
En 1875 Bakunin escribía deprimido que “el mal ha triunfado”. Y décadas después llegaron varias de las grandes revoluciones. Así que quizá ahora tampoco el mal haya triunfado definitivamente
Sí que es verdad que si el lector o lectora tiene un corazón delicado igual tira el libro a la basura tras el capítulo 3, así que, por si acaso, hacemos el spoiler de que no es un libro sobre genocidios y también hay historias bonitas que no dan ganas de cortarse las venas.
¿Qué historias de hoy podrán ser un Contigo empezó todo en el futuro?
Siempre hay luchas por un mundo mejor y personas sacrificadas y admirables que las llevan a cabo. En El Saltito, suplemento infantil de la revista de El Salto, ya hemos incluido en el cómic que replica la sección de la revista a personajes actuales que las llevan a cabo, como Ahed Tamimi o Edward Snowden.
¿Son realmente replicables estas gestas en el mundo en el que vivimos? ¿Qué hace que esa historia sea tan difícil de repetir?
Algunas sí, pero hay otras de una intensidad que, como dices, es difícil que se repita. A principios del siglo XX había una parte importante de la sociedad que tenía una elevadísima convicción en la posibilidad de transformar radicalmente las cosas. Iban a piñón fijo hacia su objetivo, independientemente de la coyuntura. Hoy el nivel de sumisión política es inaudito y nos distraemos con cualquier tontería.
Siendo más optimistas, como contamos en un artículo de la sección, Bakunin, que se había pasado toda la vida de revolución en revolución, en 1875 escribía deprimido que “el mal ha triunfado”. Y décadas después llegaron varias de las grandes revoluciones. Así que quizá ahora tampoco el mal haya triunfado definitivamente.
Hay mucha historiografía sobre estos temas, ¿qué necesidad había de escribir estos textos y agruparlos en un libro?
No sé cuánta historiografía hay, pero desde luego no tiene mucho alcance. Me gustaría equivocarme pero creo que la mayoría de los profesores de Historia, salvo que estén especializados en la temática, desconocen las ocupaciones de tierra extremeñas o la Revolución Española, que son eventos de masas que ocurrieron hace no demasiado. De conocer a gente como Rosario Dolcet o Mika Feldman ni hablamos.
Con la sección y el libro no profundizamos mucho, es una humilde labor de divulgación de la historia rebelde de nuestro país que yo particularmente, que no soy historiador, realizo gracias a la labor previa de investigadores que han trabajado mucho más estos temas. Esa historia ha sido y es ocultada deliberadamente. Esa es la necesidad que yo le veo, recordar las mejores generaciones que han pasado por España. Si además nos sirven de inspiración, aún mejor.
A los chavales no les van a enseñar lo que eran las huelgas de alquileres, a ver si les va a dar por hacer un trabajo práctico
En muchas historias narradas, el uso de la violencia cumple un papel clave…
No es el caso de todas, pero sí es verdad que está muy presente. Por un lado, es difícil eludirlo en períodos como la Guerra Civil o el primer Franquismo. En otros casos también se da porque es un aspecto habitual de la guerra de clases. Si pretendes quitarle los privilegios a la oligarquía, difícilmente te va a responder invitándote a tomar un café. Reconozco que a nivel de narrativa es más sencillo buscar la épica en una revuelta que acaba como el rosario de la aurora que en la fundación de un ateneo popular. Eso es fallo mío, pero bueno también hay más libros y películas sobre guerras que sobre descubrimientos científicos.
¿Ya hemos llegado al punto en el que los anarquistas de principios de siglo o los maquis sean vistos como héroes o nunca llegaremos ahí?
Creo que no son el mismo ejemplo. A los maquis se les puede blanquear y venderles como luchadores exclusivamente antifranquistas. Los anarquistas de principios del siglo XX son sistemáticamente ignorados y, cuando se habla de ellos, vilipendiados.
El libro no deja de tener cierto aire a una historia de los derrotados… ¿hay algo que se pueda rescatar? ¿Han servido de algo todas esas luchas?
Una cosa es que el socialismo, entendido como se entendía originalmente —el movimiento que defendía que los trabajadores y trabajadores dirigieran la sociedad—, fuera derrotado y otra muy diferente es que no sirviera para nada. Claro que sirvió. Los derechos conseguidos en el siglo XX tuvieron como uno de sus desencadenantes fundamentales la organización de los oprimidos, y en esa organización los sectores radicales fueron cruciales.
Por si acaso, hacemos el spoiler de que no es un libro sobre genocidios y también hay historias bonitas que no dan ganas de cortarse las venas
La mayoría de las historias son completamente desconocidas para un estudiante de bachillerato. ¿Qué problema tenemos con nuestra propia historia?
España es un Estado dirigido por una oligarquía con tintes delictivos al servicio de la oligarquía global. Por lo tanto, a los chavales les enseñan a ser unos borregos que sepan repetir sandeces como “la transición a la democracia”. Es lo lógico, no les van a enseñar lo que eran las huelgas de alquileres, a ver si les va a dar por hacer un trabajo práctico… A lo mejor los padres y madres medio sensatos deberíamos pedir un pin parental para la asignatura de Historia, igual que hace la chusma católica con otros temas.
Dicho esto, tampoco sé si en otros lugares está la cosa mejor que en nuestro triste país. Si preguntas por las calles de París por Louise Michel, o por las de Chicago por los mártires, a saber qué responde el personal.
Sí así empezó todo, ¿cómo crees que va a terminar?
Eso lo cuento en mi próximo libro.