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Memoria histórica
La Casa Invisible recuerda la Desbandá
En Málaga la Desbandá es el nombre de una de las primeras masacres de la Guerra Civil Española entre 1936 y 1939. Al saberse que la ciudad iba a ser tomada por el bando nacional con apoyo de Alemania e Italia, la población civil se organizó para huir del conflicto, pero el conflicto fue con ella. Entre 100.000 y 150.000 personas salieron de Málaga el 6 de febrero de 1937. Las cifras de muertes varían según fuentes, con números que van de las 3.000 a las 5.000 personas asesinadas. En su memoria, La Casa Invisible acogerá la exposición La Desbandá. Memoria de nuestro Pueblo este 6 de febrero a las 17 horas.
La exposición se presenta esta tarde en La Casa Invisible a las 17hrs y estará disponible hasta el 9 de febrero en la biblioteca municipal de Salobreña
La carretera que une Málaga con Almería -N340A-, pasando por la Axarquía y Granada, es un lugar de memoria, que año tras año recuerda lo que sucedió. La Desbandá ha sido estudiada por historiadoras como Encarnación Barranquero. Para quienes se quedaron, la represión fue atroz, con en torno a 8000 fusilados y de fosas comunes como la de San Rafael ya se han obtenido 6100 nombres.
La Desbandá tuvo un fuerte reconocimiento internacional por la presencia de los testimonios de brigadas internacionales, donde destacan el médico canadiense Norman Bethune, conocido por nombrarla como “doscientos kilómetros de miseria”, o el fotógrafo Robert Capa, pseudónimo bajo el que fotografiaba una pareja. Ella era Gerda Taro.
Y es que, casi noventa años después, retratar este hecho histórico sigue siendo fundamental para entender Málaga en su historia. Cada año se vuelve a realizar la marcha de Málaga a Almería por la Asociación de la Desbandá. Este grupo, formado en un principio por familiares de supervivientes, organiza año a año una caminata que recorre los mismos lugares por los que tuvieron que pasar sus padres, abuelos y bisabuelos años atrás. Desde el faro de Torre del Mar, conocido por el farero que apagó las luces la noche en la que se refugiaron miles de personas para evitar que los barcos italianos los reconociesen, hasta la costa granaína, donde se refugiaron entre campos, la asociación camina “para recuperar verdad, justicia y reparación” y “en recuerdo y homenaje a las miles de víctimas del mayor genocidio perpetrado durante la Guerra de España 1936-1939”.
Esta marcha ofrece becas a jóvenes, organizando actividades en los centros educativos a su paso. Jóvenes explican a jóvenes parte de su historia. Muchas veces con la compañía de las supervivientes que todavía viven y pueden contar lo que queda de los recuerdos infantiles de esos días.
Victor, Iván y Clara fueron son tres de los que llevan años acompañando la marcha. Victor Mercury fue a la marcha en 2023 y lo retransmitió fotográficamente para El Salto Andalucía. “Al empezar, nos comentaron que debíamos hacer una memoria para recoger nuestra experiencia” cuenta Victor, que explica que “en vez de hacer una memoria por escrito, decidí hacerla fotográfica y retraté aquello que me llamaba la atención, mezclando paisaje, retrato, callejera; documentación a fin de cuentas”.
Este 6 de febrero, Victor Mercury, Iván (J. Bussion) y Clara González Jiménez presentarán en la Invisible La Desbandá. Memoria de nuestro Pueblo, una exposición de fotografía y arte contemporáneo. Las tres se conocieron gracias a la Asociación de la Desbandá. Iván (J. Bussion) hace fotografía documental y retrató a la gente durante las distintas etapas de la marcha. “La fotografía es una herramienta más accesible a todo tipo de públicos y tiene un lenguaje más universal así la gente puede entender temáticas de memoria como la Desbandá”, explica Iván.
A Clara la Desbandá le atraviesa en lo familiar, lo personal y lo político. Por ello, lo expresa desde el arte contemporáneo —con una instalación escultórica— para abordar el trauma y la posmemoria y así “resignificar un poco el pasado desde el presente” y “darle a las artes un enfoque también político”. En una de sus obras, seleccionó una serie de lugares de memoria en Málaga, Granada y Almería, modeló su relieve en arcilla para realizar un molde de silicona y lo rellenó con poliéster intercalando tierra y resina con unos papeles donde se encuentra el testimonio de una mujer almeriense al ver llegar a las personas refugiadas. Entre los lugares que retratan se encuentran la desembocadura del Guadalfeo en Salobreña, donde mucha gente se ahogó, y un puente a la altura de Nerja, donde se conocen varios bombardeos.
También realizó y estará disponible en La Invisible Relatos de posmemoria un documental donde recogió algunos de los testimonios de sobrevivientes. Algunos de estos testimonios vivos son su abuela y su abuelo. Las primas de su abuela. Clara cuenta cómo una “nunca llegó a conocer a su padre porque estaba todavía en la barriga de su madre cuando lo fusilaron y nunca encontró el cuerpo. Se ve que está en una fosa común en València, pero no se sabe dónde. Y es verdad que ese testimonio es bastante duro”. Pero no se limita a los relatos propios, entre otros recuerdos retrata cómo caminantes se quedaban sin alpargatas o cómo “se echaban algarroba a la boca porque no tenían otra cosa que comer”.
Pero no se limita a los relatos propios, entre otros recuerdos retrata cómo caminantes se quedaban sin alpargatas o cómo “se echaban algarroba a la boca porque no tenían otra cosa que comer”
Clara supo que se hacía la marcha al conocer a la Asociación de la Desbandá. Fue a un congreso que organizaron en Málaga con un “enfoque también pedagógico, educativo, desde una labor más arqueológica”. Así, explica “la sucesiva huida que se da previa a la Desbandá y después de la Desbandá, porque al final ni empieza en Málaga ni termina en Almería”.
Para ella acompañar la marcha fue “un cajón de sastre”. Cuenta que mientras hacía fotos andaba y hablaba con la gente que “no había vivido directamente la Desbandá pero le había llegado ese relato y te lo contaban como si ellos lo hubiesen vivido”. También recogió los testimonios de los propios supervivientes, “cuando yo fui todavía vivía Ana Pomares. También hablaba con María Hidalgo o Manuel Triana”.
“Muchas mujeres también se echaron las máquinas de coser a cuestas porque no sabían dónde iban y como esto fue un exilio feminizado, se las llevaban para tener un sustento económico allá donde llevara la vida”
“Muchas mujeres también se echaron las máquinas de coser a cuestas porque no sabían exactamente dónde iban y como la Desbandá fue un exilio altamente feminizado. Al final muchas se llevaban las máquinas de coser consigo para tener un sustento económico allá donde llevara la vida”, relata Clara, explicando cómo “ante los bombardeos se fueron abandonando las máquinas de coser y al final quedaban en hilera en las cunetas”.
Y lo simbólico de La Invisible. Para Victor “La Invisible un lugar de encuentro para quienes compartimos la lucha por la memoria histórica. Y no hay mejor lugar que Málaga para una exposición fotográfica por La Desbandá”. Sus fotografías continuarán hasta el 9 de febrero en la biblioteca municipal de Salobreña.