Memoria histórica
En memoria de Libertario Sebastián Sánchez Banda, militante comunista de Don Benito

Semblanza breve de un luchador de la clase obrera extremeña que puso su cuerpo y alma en la pelea contra la dictadura franquista.
Libertario Sebastián
Libertario Sebastián, señalado por un círculo rojo, junto a otros militantes comunistas a finales de los años 70.
16 jul 2024 07:00

Ha fallecido Libertario Sebastián Sánchez Banda, militante comunista de Don Benito, luchador constante de la clase obrera, uno de los represaliados en la caída del 73. Fue uno de esos camaradas oscuros de los que hablaba Alfonso Sastre, uno de esos imprescindibles “etcéteras” anónimos que pusieron el cuerpo y el alma contra la dictadura franquista.

A finales de los años cincuenta se adhirió a las Juventudes Comunistas y participó con otros compañeros en la construcción del principal núcleo de lucha obrera y campesina que se conformaría en Extremadura durante los años sesenta y parte de los setenta, en Don Benito y los pueblos de las Vegas Altas del Guadiana.

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Sebastián Banda respondía así a la pregunta que le hiciera Carmen Gómez, autora de El Aldabonazo, sobre los motivos que le llevaron a entrar en el Partido Comunista: “Las muchas injusticias que yo veía. Esas injusticias con los trabajadores, esos miserables salarios, esos capataces que valían menos que la mayoría de esos trabajadores, pero que tenían derecho a amenazarles, a pegarles incluso. Nosotros le dábamos vueltas a la cabeza sobre qué podíamos hacer, cómo organizarnos, antes de conocer el Partido”.

Participó activamente en la mítica huelga del arroz en abril-mayo de 1961: “Yo iba poniendo octavillas por los semilleros de noche. Ni los desagües, ni los canales, yo lo atravesaba todo” (…) Nosotros, jóvenes del Partido, empezamos la huelga por las cuadrillas. Con estacas en las manos obligaban a salir de los campos. En todas las huelgas los piquetes fuerzan un poco para que la gente la secunde. Y la huelga se ganó”. El pequeño “vietcong” de las Vegas Altas, la paciente hilandería de las alianzas, los embriones de las Comisiones Obreras y de la Unión de Campesinos Extremeños, la lucha cotidiana contra el fascismo, a ese afán se entregaría Sebastián Banda como tantos otros hombres y mujeres de la comarca.

“Teníamos miedo. El que diga que, en la dictadura, no tenía miedo de hacer aquellas cosas, es mentira o no es consciente. Pero con miedo y todo había que hacerlo. ¡Yo me cogí unos nervios! Recuerdo una vez ir a Mérida, a Calamonte, a llevar todo el material que tenía. Antes de llegar a Mérida me senté cerca de un arroyo a esperar hasta mediodía, porque la Guardia Civil estaba por allí. Cuando se fueron, yo seguí mi camino. Aquel día no dormí ni de día ni de noche”. Sebastián Banda recordaba en esa entrevista sus tareas como responsable de Agitación y Propaganda, cómo, por ejemplo salían con las motos y los botes de pintura a llenar las paredes con clamores de libertad: “Democracia sí, Franco no”.

Todo lo que hay de bello y útil en la sociedad ha sido creado por los trabajadores, decía Marcelino Camacho muchas veces. Todo lo que hay de justo y digno en este mundo lo han creado mujeres y hombres como Sebastián Banda

En junio de 1973 caería en la gran redada. Estuvo en la cárcel de Badajoz unos meses y permanecería en libertad provisional hasta la celebración del juicio, el 3 de junio de 1976. El Tribunal de Orden Público —¡ocho meses después de la muerte de Franco!— le condenaría a él y a otros camaradas a un año de prisión por un “delito de asociación ilícita”, es decir por “crímenes” tan execrables como pertenecer al Partido Comunista, difundir Mundo Obrero y La Voz del Campo o recaudar dinero para los presos políticos.

Sebastián era alegre, derrochaba fraternidad y lealtad a los ideales. Tuve el gran honor de conocer de primera mano su generosidad. A principios de los años ochenta, antes de irme a la mili, varias noches él y su familia me acogieron en su casa, en Don Benito. “Hay cama en camarada”, escribía burlón Julio Cortázar. Hay bondad siempre en el auténtico espíritu libertario.

Todo lo que hay de bello y útil en la sociedad ha sido creado por los trabajadores, decía Marcelino Camacho muchas veces. Todo lo que hay de justo y digno en este mundo lo han creado mujeres y hombres como Sebastián Banda. Siempre en nuestra memoria.

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