Entrega de solicitudes de asilo en el Ministerio de Migraciones XI
Entrega de solicitudes de asilo durante una acción de protesta ante el colapso en los procesos de refugio. Julio, 2019. Álvaro Minguito

Migración
Profesionales migrantes y refugiadas: un precariado forzoso

Una buena parte de las mujeres latinoamericanas que llegaron a España huyendo en muchos casos de la violencia, son profesionales con experiencia laboral y competencias en las más diversas áreas. Las disfunciones el sistema de asilo y el no reconocimiento de sus titulaciones, las condenan a un limbo vital en el que luchan por subsisitir.

1 may 2020 06:04

El pasado 15 de abril, el Gobierno de España, a través del ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, anunciaba ante el Congreso una medida de regularización extraordinaria que autorizaría el trabajo de personas migrantes con formación sociosanitaria frente a la crisis del covid-19. Sin embargo, la puesta en marcha de esta propuesta ha quedado en la nada, frustrando las expectivas de cientos de profesionales extranjeros que durante semanas estuvieron pendientes de la posibilidad de ver reconocidas las especialidades que cursaron y obtener la habilitación para su ejercicio.

No fue el único momento en el que asomó una cierta esperanza de un proceso regulatorio excepcional y esta fue desmentida. Ocurrió también con el RD 13/2020 referido a la contratación en el sector agrario de cientos de miles de personas migrantes con carácter temporal, supeditada a la duración de la campaña de cosecha, para asegurar el abastecimiento, una medida calificada como cortoplacista y utilitarista por numerosas entidades defensoras de los derechos de personas migrantes y refugiadas agrupadas bajo la campaña #RegularizacionYa que es respaldada por la Asociación Mujeres de Guatemala AMG, SOS Racismo, SEDOAC y el Sindicato de Vendedores Ambulantes de Barcelona, entre muchas otras.

Coronavirus
La crisis sanitaria y social espolea la demanda de regularización

El estado de alarma y sus consecuencias más inmediatas ha puesto sobre la mesa la demanda de regularizar a las personas migrantes. La tensión entre una mirada desde la garantía de derechos humanos y otra utilitarista define el debate y las políticas.

La súbita marcha atrás en el primer anuncio, sin explicación aparente y pese a la contingencia sanitaria, al tiempo que, en el segundo caso, se decidió emplear a personal de temporada con permisos de trabajo que caducarían a las puertas del verano, apunta a una lógica selectiva y discriminatoria, en palabras de la directora de la Asociación de Mujeres de Guatemala AMG, Adilia de las Mercedes. “España, fiel a su tradición de reservar los trabajos con menor reconocimiento social y económico para las personas inmigrantes y refugiadas vulnera su derecho humano al trabajo y también a la igualdad, en aras de una supuesta protección del mercado de trabajo para sus connacionales. Existe una manifiesta falta de voluntad política y, consiguientemente, falta de recursos puestos a disposición para efectivizar el reconocimiento de los derechos humanos de las personas migrantes y refugiadas”.

Mujeres especialmente vulnerabilizadas

La Ley de Asilo española contempla el derecho a la autorización de residencia y trabajo permanente, además del acceso a los servicios públicos de empleo. Esto implica que el permiso de trabajo está condicionado a una resolución favorable de la solicitud de asilo, algo inalcanzable para la mayoría de la población refugiada procedente de América Latina cuya denegación de peticiones de protección internacional se sitúa en torno al 95% de los casos.

Latinoamérica es una de las zonas más letales del mundo para nacer y ser mujer. Según la CEPAL, en 2019 fueron asesinadas 3.800 mujeres por el hecho de serlo y 3 de las 5 tasas más altas de feminicidio de la región se registraron en Centroamérica. Esta y muchas otras formas de violencia, incluida la violencia institucional, obligan a muchas mujeres a huir de sus países de origen en búsqueda de protección internacional.

Tras estas cifras se esconden historias de vida de personas vulnerabilizadas, muchas de ellas mujeres que representan, junto a niñas y niños, el 70% de personas refugiadas en el mundo. Buena parte de las que han huido a España desde la región latinoamericana para salvaguardar su vida, son profesionales con experiencia laboral y competencias en las más diversas áreas. Pese a ello, se ven impedidas de acceder a un permiso de trabajo hasta seis meses después de planteada su solicitud de protección internacional, algo que las condena a un limbo vital y de subsistencia material.

El permiso de trabajo está condicionado a una resolución favorable de la solicitud de asilo, algo inalcanzable para la mayoría de la población refugiada procedente de América Latina

“¿Qué sentido tienen esos seis meses cuando el sistema ha demostrado ser incapaz de gestionar en ese tiempo la mayoría de solicitudes de asilo?”, interpela De las Mercedes. A ello se añade que la homologación de los títulos profesionales de mujeres migrantes o refugiadas puede tardar varios años, dependiendo de la especialidad y de la acumulación de expedientes de petición de asilo en un sistema desbordado. A día de hoy, se calcula que hay  100.000 de estos expedientes sin resolver, sergún organizaciones de derechos humanos, una traba adicional que condena a estas mujeres a trabajar en puesto ajenos a su formación o no cualificados con la aparejada precariedad que esto suele suponer.

Precariedad, economía sumergida y explotación

En recientes declaraciones la Ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, calificó de “una vergüenza” que exista un mercado de trabajo de explotación y semiesclavitud en los campos de cosecha españoles, donde hay mujeres temporeras que migran estacionalmente, muchas de las cuales, además, han denunciado acoso y violencia por parte de sus empleadores en el pasado ¿A qué responde entonces la persistencia de barreras legales y políticas que dificultan el acceso a un trabajo en condiciones dignas para mujeres migrantes y solicitantes de asilo abocándolas a una doble vulnerabilización?
Coronavirus
El movimiento antirracista exige que se regularice a la población migrante

Mediante una carta dirigida al Gobierno y una campaña en redes sociales, grupos antirracistas y proderechos de la población migrante urgen a regularizar la situación administrativa de todas las personas que se encuentran en el país. Los colectivos entienden que, en estado de alarma, la protección de toda la población pasa por su acceso a la ciudadanía.

“El interés económico está claramente representado por la mayor rentabilidad para los empleadores, sin la contraprestación de garantías para las y los trabajadores. Que se pueda pagar menos, no cotizar a la seguridad social, despidos sin que en la práctica se pueda apelar y la amenaza constante de la deportación, hacen de las personas inmigrantes y refugiadas en general, y de las mujeres en particular, sujetos más fácilmente explotables. El interés político, en mi opinión, es esa supuesta defensa del mercado de trabajo para los connacionales frente a personas que son recreadas sistemáticamente como invasoras”, reflexiona De las Mercedes.

Este cuadro supone una carga de estrés y discriminación múltiple acumulada por los interminables plazos institucionales de espera y por la exclusión constante de las personas refugiadas, desde las propias legislaciones e instituciones que agudizan el trato racista, con su consecuente restricción de derechos e indefensión. Una paradoja al ser solicitantes de asilo que buscan garantías de protección tras situaciones de persecución y violencias específicas por el hecho de ser mujeres en muchos casos. Algo que compromete, además, su autonomía económica en una situación crítica.

“Me he sentido como un instrumento. Las puertas están abiertas solo en ciertos sectores y bloqueadas para otros sectores para los que estoy cualificada”

Ante la pregunta de si le hubiera gustado contribuir con su experiencia a salvar vidas en España frente a la pandemia, la médica venezolana Pilar Mejía expresa: “estamos bajo juramento hipocrático al recibir el grado... debemos amor al prójimo ante el dolor y la enfermedad y como persona lo consideraría un privilegio”.

Georgina Molina, psicóloga nicaragüense especialista en violencia de género, refugiada en España desde hace dos años, expresa abiertamente su frustración ante la imposibilidad de ejercer su carrera en donde reside. “Me he sentido como un instrumento. Me dicen cuál y dónde es mi lugar en este sistema como un objeto y no como una persona sujeta de derechos. Las puertas están abiertas solo en ciertos sectores y bloqueadas para otros sectores para los que estoy cualificada”. 

Los casos se multiplican y entre ellos se cuenta el de Nelly, profesora universitaria colombiana que, debido a las amenazas recibidas en origen por su activismo político y tras capear la crisis económica de 2008 en España, debió abocarse a la informalidad laboral en el sector del cuidado donde aún permanece. Algo que se repite con Aurora, defensora trans de derechos humanos y LGTQBI hondureña que, pese a una trayectoria destacada en esta área, terminó en el sector de la limpieza y los cuidados. Ambas prefieren preservar su identidad real por el estigma social que, en la mayoría de casos, la doble condición de mujer y de refugiada que huye de la violencia política y la violencia de género, respectivamente, supone.

Georgina Molina considera en este sentido que la percepción generalizada es que “no nos ven como personas, no nos ven con capacidades. A veces he sentido que estorbo en este sistema. Me frustra no poder ejercer en lo que sé que puedo hacer. Es triste sentirte atada por un sistema que no te valora”.

Las mujeres migrantes y refugiadas que sí cuentan con la ventaja de tener un contrato cotizan, además, a una Seguridad Social ávida de fuerza laboral para su sostenibilidad y, especialmente, para contribuir al presupuesto público requerido, por ejemplo, para el pago de pensiones. Según cálculos de la UGT, para diciembre de 2019 el conjunto de población migrante aportaba el 10% de sus ingresos frente al 0,9% de las prestaciones sociales percibidas.

Las vidas migrantes también importan

La exigencia de una regularización urgente, permanente y sin condiciones de las personas migrantes y refugiadas se repite con insistencia por estos días y, además de ser reseñada por incontables medios, se percibe de forma creciente como una medida de emergencia a adoptar por parte de la sociedad civil organizada.
El movimiento  #RegularizaciónYa da cuenta de la necesidad de reconocer, en tiempos de pandemia, a todas las personas migrantes y refugiadas como sujetos de pleno derecho

El movimiento autoconvocado de entidades antirracistas #RegularizaciónYa da cuenta de esta necesidad de reconocer, en tiempos de pandemia, a todas las personas migrantes y refugiadas como sujetos de pleno derecho, al tiempo que demanda el fin de un “racismo institucional” en este contexto.

“Es un momento fundamental para que el Gobierno ponga en valor el derecho humano al trabajo en condiciones dignas y tome nota de las medidas de países vecinos. Debe posicionarse al lado de las personas más vulnerabilizadas, aquellas en quienes convergen las discriminaciones múltiples por ser mujeres, por ser pobres y por escapar de situaciones de hambre y de violencia”, zanja De las Mercedes.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Análisis
Análisis Trump no ha inventado nada o ¿qué hacemos frente al mundo-frontera?
Así opera la frontera: deshumaniza a las personas migrantes, abre así las puertas a una deshumanización que acaba despojando de dignidad a cualquiera que se considere problemático o sobrante.
República del Sudán
Externalización de fronteras Refugiados sudaneses en Níger: una tragedia humanitaria en el corazón del desierto
En Agadez, en un campo de refugiados alejado de toda población, cientos de personas refugiadas, en su mayoría provenientes de Sudán, esperan poder avanzar durante meses y años, en condiciones indignas.
Personas refugiadas
Personas refugiadas Dos tiktokers piden asilo político en Senegal tras denunciar fraude electoral en Mauritania
Procureur Général y Commisaire Diallo son activistas mauritanos forzados al exilio tras denunciar el racismo que subyace a un régimen donde el fraude electoral es el último mecanismo para mantener al líder de la oposición, negro, fuera del poder.
jcsanguesa
2/5/2020 10:44

Bastantes de las emigrantes cuidadoras de personas mayores se han contagiado con el virus y tambien sus familias, por falta de protecion y cuidados. Tienen que seguir trabajando por que la mayoría trabajan ilegalmente y si no trabjan no cobran. Se les debería reconocer y tratarles mejor.

0
0
javierfernandezvazquez
1/5/2020 20:18

"El permiso de trabajo está condicionado a una resolución favorable de la solicitud de asilo" Corregid esto, no es cierto. La mayor parte de las solicitudes de asilo nunca son resueltas en plazo dado el colapso del sistema. Como consecuencia de ello tras la renovación de la solicitud, ya a los primeros 6 meses (con la 1ª carta roja, antes era la 2ª) ya se tiene derecho a trabajo durante la propia la solicitud y, por lo tanto, sin una resolución todavía positiva o negativa sobre la misma. Lo cual no quita que lo que dice el articulo es en esencia totalmente cierto. No digamos ya en solicitudes de residencia como el arraigo social que requiere tres años de permanencia continuada en el Reino de España... durante los cuales las autoridades, parece ser, presumen que vives del aire y te alimentas de prana...

0
0
Memoria histórica
Memoria histórica Cultura, exilio e loita das bibliotecarias galegas na Segunda República: a vida de María de los Ángeles Tobío
Durante os primeiros anos trinta, as bibliotecas tornaron en espazos de traballo ideais para un modelo de muller que aspiraba ser independente e que manifestara un claro compromiso político. A Guerra Civil remataría con todas as súas aspiracións.
Xunta de Galicia
Sanidade A Xunta de Feijóo, condenada por negar as visitas a unha muller falecida de cancro por ter covid-19
A xuíza di que a situación requiriu medidas de prevención “flexibilizadoras”. Faleceu a principios de 2022 no Hospital Álvaro Cunqueiro durante os últimos meses de administración do xefe do PP con Julio García Comesaña como conselleiro.
Gobierno de coalición
PSOE-Sumar El Gobierno toma nota de la presión social y cambia su discurso sobre vivienda
En la semana en que el movimiento de vivienda anuncia la manifestación estatal del próximo 5A, la ministra Isabel Rodríguez sube el tono.
Madrid
La burbuja del alquiler Sumar, Podemos y sindicatos de inquilinos presionan para convertir en indefinidos los contratos de alquiler
Sumar lanza una propuesta legislativa para transformar en indefinidos los contratos de alquiler, una de las principales demandas de la manifestación por la vivienda del 5 de abril. Una moción de Podemos, rechazada en el Congreso, pedía lo mismo.
Cine
Kamal Aljafari “Palestina está en la raíz de la situación actual del mundo”
Kamal Aljafari lleva toda su carrera trabajando con materiales de archivo, indagando en las imágenes e interviniendo en ellas para preservar memorias en desaparición y para oponerse al proyecto colonial sionista y su falseamiento del pasado.
Opinión
Opinión ¡Que vivan los aranceles!
Que Trump propugne aranceles no debe hacernos caer en la trampa de defender los intereses de los grandes oligopolios.

Últimas

Historia
Descifrando a historia Así foi a rebelión antifiscal galega de 1790 contra a burocracia española
A monarquía española quixo implantar a Contribución Única, algo que provocou fortes protestas. A máis coñecida foi o motín da Ulloa, chamado así porque se produciu nas zonas desta comarca. Foi a maior revolta antifiscal do Antigo Réxime en Galiza.
Opinión
Derecho a la vivienda Flex Living: el caballo de Troya de la precarización del alquiler
No es una respuesta moderna a las nuevas formas de habitar la ciudad. El ‘flex living’ no es más que la última jugada del sector inmobiliario y los grandes fondos de inversión para maximizar beneficios a costa del derecho a la vivienda.
Opinión
Opinión La unidad del anarcosindicalismo es la acción conjunta
Al hilo de supuestos movimientos desde la CGT hacia la unificación con CNT es necesario diferenciar entre lo que es una relación en clara mejora y lo que sería un proyecto real en marcha.
Más noticias
Galicia
Memoria histórica Cultura, exilio y lucha de las bibliotecarias gallegas durante la Segunda República
Durante los primeros años treinta, las bibliotecas se convirtieron en espacios de trabajo ideales para un modelo de mujer que aspiraba ser independiente y que había manifestado un claro compromiso político. La Guerra acabó con todas sus aspiraciones.
Comunidad de Madrid
Sanidad Pública Sindicatos piden el cese de la dirección del Hospital 12 de Octubre tras las obras de remodelación
Los problemas con las nuevas instalaciones han cristalizado en una unión sindical que ha reclamado formalmente el fin de la cúpula de dirección tras ser “ignorados” de manera “sistemática”.
Madrid
Acusaciones de violencia sexual Monedero, bajo investigación de la Universidad Complutense por la denuncia de acoso sexual de una alumna
La confidencialidad del expediente no permite saber cuándo se presentó la denuncia ante la Unidad de Igualdad o cuánto se demorará la resolución. La Complutense afirma que la Inspección de Servicios está tramitando la acusación.

Recomendadas

Líbano
Ocupación israelí Israel incumple el acuerdo de paz y mantiene tropas en el sur de Líbano para “vigilar” a Hezbollah
El Ejército sostiene la ocupación de cinco colinas a lo largo de la frontera tras evacuar sus soldados de decenas de municipios. Miles de civiles regresan a sus casas para descubrir que lo han perdido todo.
Feminismos
Ana Bueriberi “El activismo tiene que ser colectivo: para contribuir al cambio es imprescindible despersonalizar la causa”
La periodista madrileña Ana Bueriberi reconoce que no sintió la discriminación hasta que llegó a la Universidad. Hoy, desde el proyecto Afrocolectiva reivindica una comunicación antirracista, afrofeminista y panafricanista.
Inteligencia artificial
Militarismo La máquina de los asesinatos en masa: Silicon Valley abraza la guerra
Las fantasías distópicas sobre los futuros usos de las máquinas en la guerra están más extendidas que el relato de lo que ya está pasando en los campos de batalla.