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Ingeniero de Montes. Experto en conservación fluvial y restauración de espacios degradados por la actividad minera. Colaborador de la Plataforma Salvemos La Montaña de Cáceres.
Hay un elemento clave para el proyecto minero que pretenden poner en marcha en plena ciudad de Cáceres que, de valorarse en pro del bien común, lo haría inviable, y, de hacerlo en pro de la empresa promotora de la mina, lo que haría inviable sería la supervivencia de Cáceres: el agua.
Es tan complicado enmascarar el enorme impacto que tendrían la mina y su planta química sobre este preciado recurso que la empresa minera no deja de quedar en evidencia ante una ciudadanía atónita ―cada vez más indignada―, pero también ante la mirada impasible de nuestra clase política local y autonómica ―también la estatal― que siguen haciendo alarde de una irresponsabilidad extrema y una cara muy dura.
Análisis
Mina en Cáceres El milagro del litio y la mina subjetiva
Dime de qué presumes y te diré de lo que careces
Hace un año, la promotora de la mina (que no tiene otras minas, dicho sea de paso) hablaba de utilizar un sistema ultra-innovador y todavía no patentado ni testado en todo el mundo, nada contaminante y en el que no necesitaría ni una gota de agua de nuestro subsuelo. El paso del tiempo ha dejado de manifiesto que, una vez más, en Extremadura New Energies (ENE) mienten con descaro también respecto al uso del agua. Presumen de honestidad y transparencia, pero basta con analizar los hechos para ver que la realidad dista mucho de esa ficción. Vayamos, entonces, a desvelar la falsedad de la promotora de la mina de Cáceres en cuatro movimientos
Remodelando la geología de Cáceres a su conveniencia
Primer escándalo: en sus primeros documentos sobre la mina a cielo abierto, ENE recogía que, en efecto, existen fallas subterráneas que conectan El Calerizo con los acuíferos de La Montaña. En 2022, tras el cambio a mina subterránea, presentan en la Junta unos mapas hidrogeológicos en los que borran burdamente esas conexiones; enormes fracturas subterráneas de millones de años de antigüedad desaparecen de repente, aunque vengan recogidas tanto en detallados estudios geológicos locales (Plano 1) como en el Mapa geológico del Sinclinal de Cáceres realizado por el Instituto Geológico y Minero de España (IGME, plano 2) que, aun a su escala, recoge igualmente la fracturación dibujada con líneas negras afectando tanto a la formación cuarcítica-pizarrosa de los flancos de El Calerizo (21-22-23-24) como al núcleo calizo-pizarroso (28).
Es decir, con esta trampa de borrar en sus mapas estas conexiones subterráneas, pretendían defender que el agua que iban a extraer de Valdeflores al excavar las galerías subterráneas de la mina, por debajo del nivel freático de El Calerizo, no iba a provocar el vaciado de nuestro acuífero principal porque (¡milagrosamente!) ya no estaban interconectados.
Tirar la piedra y esconder la mano
Seguimos. El segundo episodio grotesco fue cuando en diciembre del año pasado se hicieron cuatro pozos de sondeo sobre los terrenos que se han comprometido a alquilar a la familia Regalado, de la Quesería El Castúo, una explotación ganadera que claudica en su resistencia a la minera por pura necesidad. Cuatro pozos directamente sobre El Calerizo de Cáceres, una reserva de agua de vital importancia patrimonial y estratégica para la ciudad de Cáceres. Cuando la ciudadanía, vigilante, da la voz de alarma sobre la apertura de esos pozos, la empresa sale a desmentir en los medios de comunicación regionales y locales su vinculación con los mismos. Quieren hacer creer que, sin haberlos necesitado nunca, es la propia explotación ganadera, que va a cerrar por jubilación, la que ha querido hacerlos por su cuenta… Pozos que no solo dan acceso a más de un millón y medio de metros cúbicos de agua al año, según los datos que obran en nuestro poder, sino que les han permitido obtener más información acerca de la composición en minerales de los terrenos sobre los que los han hecho, según comunicó ENE unos días después a la bolsa australiana. Su voracidad no tiene límites.
¿Qué pasará cuando empiecen a vaciar El Calerizo sin control? La respuesta es simple: el impacto sobre el complejo kárstico será su ruina. Y no estamos hablando solo de su enorme valor patrimonial, tanto cultural como natural (cuevas de Maltravieso, Santa Ana, El Conejar, El Carrucho…), sino de su propia estabilidad. En los años ochenta, el descenso del nivel piezométrico del Calerizo provocó la aparición repentina de socavones que pusieron en peligro una zona de la ciudad que hoy está mucho más construida y habitada. El nivel de peligrosidad se dispara también en lo puramente físico, en el sostén estructural de gran parte de nuestra ciudad.
¿Aguas depuradas para la planta química? No, gracias
La enésima máscara caía antes de verano, cuando la empresa, que iba a hacer una impulsión subterránea de varios kilómetros desde la Estación Depuradora de Aguas Residuales de Cáceres hasta su planta, debió darse cuenta de que les salía mucho mejor coger el agua directamente de los acuíferos que tendrían por debajo de la mina y la planta. ¡Sorpresa! Por eso, solicitan a la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) disponer de 1,1 millones de metros cúbicos al año: un caudal de 40 litros por segundo en una zona que, en el mejor de los casos (años extremadamente lluviosos, que ni abundan ni abundarán), se recarga con las lluvias apenas la mitad de ese volumen. Y eso, sin contar con los usos ya legalizados de esas aguas subterráneas, incluidos los de Cáceres, una ciudad que, dependiendo del año hidrológico, a veces no puede ni usar esas reservas de agua para el riego de parques y jardines.
La normativa sobre aguas actualmente vigente permite que, una vez concedida una cierta cantidad de agua, se pueda volver a solicitar un volumen de hasta el doble, algo con lo que sin duda cuentan
Pero más preocupante aún es que la normativa sobre aguas actualmente vigente permite que, una vez concedida una cierta cantidad de agua, se pueda volver a solicitar un volumen de hasta el doble, algo con lo que sin duda cuentan. Más de 2 millones de m3/año. Estimulante si tienes una mentalidad que te permite pensar solo en tu beneficio inmediato, sin importarte el futuro de una ciudad que sufre de sequías recurrentes. La Plataforma Salvemos La Montaña de Cáceres ya informó en su día a los Ayuntamientos de Cáceres y Sierra de Fuentes de la gravedad de esta petición, pero no se sabe si salieron o no a defender los derechos y el futuro de sus habitantes ante la CHT durante el periodo de información pública que concedieron.
O sea, que la empresa quiere esquilmar con su “proyecto sostenible” los acuíferos de aguas fósiles acumuladas durante miles de años que permiten, entre otras cosas, que aún hoy manen las fuentes históricas de Cáceres o se llenen los aljibes de la parte antigua, una de las maravillas que sirven como reclamo turístico en nuestra ciudad; o que la localidad de Sierra de Fuentes o la propia ciudad de Cáceres dispongan de aguas de baja mineralización para su abastecimiento en caso de emergencia. El Ayuntamiento de Cáceres ya hizo proclamas declarando El Calerizo como reserva pública de emergencia y ha intentado, sin éxito, su reconocimiento como masa de agua. Pero todo esto fue antes de que al “lo que digan los técnicos” se le añadiera la coletilla de “... los técnicos que digan lo que deben decir y como yo creo que deben decirlo”, claro.
Tapando la luna con un dedo
Esa es la cuarta artimaña de la empresa respecto al agua que decían no necesitar para su proyecto y que hoy reclaman sin dar explicaciones. Por suerte, en la CHT hay personas con criterio técnico que aún no han sido puestas en entredicho por sus superiores ni han sido relevadas de sus atribuciones acusándolas de subjetividad.
De esta manera, acabamos de conocer que la CHT ha rechazado esta solicitud de aguas, por mal documentada. Consideraba ENE ahora que las enormes unidades hidrogeológicas que conectan Sierra de Fuentes con La Sierrilla (ver de nuevo la imagen del mapa del IGME) a través de la Montaña de Cáceres y la parte antigua, de sureste a noroeste, según los nuevos planos trucados a su antojo, ya solo ocupan la parte central del valle de Valdeflores. Han reducido al mínimo la extensión de la unidad hidrogeológica para pretender justificar que la afección territorial es pequeña. Otro escándalo que habla por sí solo de la catadura moral que tiene la empresa, que enseña información parcial, trucada, cuando no falsa, para engañar a quien pueda suponerle un obstáculo o ponerle cualquier pega. Es como si, para levantar una manzana entera de chalets, entregas en el Ayuntamiento los planos de detalle de una de las farolas de la acera… Aunque, visto lo visto, según quién coja el expediente en Urbanismo, lo mismo hasta cuela con el beneplácito de algunos cargos políticos.
La CHT, con buen criterio, remarca que no puede admitir la validez de la documentación presentada por la empresa, por lo que archiva su solicitud. Este varapalo de la CHT da un respiro momentáneo a nuestra lucha
En este caso, la CHT, con buen criterio, remarca que no puede admitir la validez de la documentación presentada por la empresa, por lo que archiva su solicitud. Este varapalo de la CHT da un respiro momentáneo a nuestra lucha y da una nueva oportunidad para que las administraciones locales, en especial el Ayuntamiento de Cáceres, estén a la altura de lo que se espera de ellas y defiendan nuestro futuro.
Contaminación de por vida
Y terminando ya respecto al tema del agua, cabe señalar que, más allá de que un proyecto de estas características sería letal para un recurso clave en nuestra ciudad en términos cuantitativos, los efectos en la calidad del agua son más preocupantes aún si te importan tu salud y la de tu gente (aunque en realidad, más que preocupantes, los efectos serían letales).
Los planes de la empresa incluyen dejar los residuos, altamente tóxicos, de rocas y químicos ―generados tras la extracción de un exiguo porcentaje de litio― repartidos entre dos lugares: las galerías de la mina una vez vaciadas y un descomunal vertedero sobre El Calerizo. O sea que, en primer lugar, inyectarán contaminación de por vida en las entrañas de La Montaña, inutilizando para siempre el agua que pudiera volver a surgir del valle de Valdeflores y correr hasta el Guadiloba y el embalse de Alcántara, de donde bebemos y, para colmo, colocarán un enorme “flan” contaminante sobre un terreno frágil y poroso, donde el lavado de la lluvia penetrará en nuestro Calerizo transformando sus aguas en un líquido letal imposible de descontaminar con las técnicas actuales. Agua que, de nuevo, recorriendo la Ribera del Marco, llegará al Guadiloba y al embalse de Alcántara.
¿Cómo confiar, por otro lado, en una Junta de Extremadura que permite que los documentos que se entregan a la Plataforma Salvemos La Montaña para su análisis tengan el 95% de los datos esenciales ocultos?
Un megavertedero enorme que nos expondrá al riesgo extra de que se produzcan deslizamientos sobre terrenos aledaños, aumentando su efecto contaminante. Una mole tóxica cuyo polvo moverá el viento hacia nuestras casas y los terrenos de alrededor. Una acumulación de venenos que incidirán en nuestra salud y que, por más medidas que pretendan poner, estarán en contacto con el aire que respiramos y el agua que recorre la Ribera del Marco, origen y razón de ser de nuestra ciudad. El impacto provocado será, sencillamente, imposible de reparar, por más millones de euros que estuviera dispuesta a gastarse la Administración Pública (y eso, contando con que la empresa, como en tantas otras minas, no desaparezca antes de “restaurar” la zona una vez extraído el mineral mientras le resulte rentable, a ellos o a quienes decidan vender el derecho minero).
Vamos a parar esto
ENE, una empresa sin solvencia, experiencia o ética juega con nuestro futuro, y la clase política, lejos de pararles los pies y mandarles de vuelta a Australia, les pone alfombras rojas. Lejos de mirar con lupa todo lo que presentan, de tomar consciencia de sus continuas trampas y dar carpetazo a la barbarie, abren las puertas a la compañía, relevan a cierto personal técnico funcionario de sus responsabilidades y encargan informes a medida a cargos políticos o personal “de confianza”.
Tras el escándalo de los informes técnicos contrarios al proyecto ocultos en el Ayuntamiento, ¿quién puede pensar que los siguientes informes no irán con un retorcido fundamento “legal” pero con la misma escandalosa falta de rigor técnico que se ha podido apreciar en los informes que el Alcalde ha querido dar por válidos? ¿Cómo confiar, por otro lado, en una Junta de Extremadura que permite que los documentos que se entregan a la Plataforma Salvemos La Montaña para su análisis tengan el 95% de los datos esenciales ocultos? Al final, tristemente, están siendo las decisiones políticas las que marcan el camino, no tanto las técnicas.
Es el momento de volver a salir a la calle a dejar claro a las administraciones local y regional, tan indolentes como negligentes hasta ahora respecto a este proyecto, que Cáceres sigue apostando por un futuro lleno de vida a su alrededor. Es el momento de volver a salir a la calle a demostrar que no queremos este desarrollo depredador de nuestros recursos y verdugo de nuestra salud. Hay mil soluciones infinitamente mejores.
El próximo 10 de noviembre, domingo, la Plataforma Salvemos La Montaña de Cáceres nos convoca de nuevo a que recorramos Cáceres para dejar claro que no solo tenemos motivos para pelear contra la promotora y sus cómplices en la prensa o en los tribunales. También en la calle, como venimos haciendo desde hace siete años.
¡Y por supuesto que saldremos! La Mina no está hecha, y “nos queda mucha mecha”. Defendamos Cáceres.
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Esto me recuerdo sobremanera a la actuación de la Xunta de Galicia con el proyecto de la macrocelulosa de Altri en A Ulloa: Minimizar los peligros de contaminación y monopolio en el uso del agua de todos y sobrevalorar los beneficios medioambientales de una industria que destrozaría el ecosistema de la Galicia central y de la ría de Arousa, con el beneplácito culposo del Partido Popular al frente de la Xunta de Galicia.