Movimientos sociales
Garanticemos la autonomía de los movimientos

Hay que establecer unas relaciones sanas de respeto mutuo y de no injerencia con los partidos y sindicatos que postulan un cambio social profundo, que permitan fluir los debates y las dinámicas de lucha de los colectivos, recogiendo desde la política sus aportaciones y respondiendo a sus demandas
Acampadas everywhere - 10
Campus de la UPV/EHU de Leioa

@juan_ibarrondo

18 may 2024 05:50

Corrían las últimas décadas de siglo pasado cuando, en Euskal Herria, los movimientos populares se desangraban por escisiones en prácticamente todas las expresiones del por entonces rico y poderoso movimiento popular. El ecologismo, el movimiento antinuclear, el feminismo, el movimiento de euskaldunización, el antimilitarismo, el internacionalismo, el movimiento juvenil, vecinal, obrero y hasta las organizaciones armadas sufrían un proceso cainita que los llevó a separarse en dos grandes bloques: los que mantenían la obediencia a la izquierda abertzale y quienes se situaban más en la orbita de la llamada izquierda extraparlamentaria.

Sin embargo, esa geometría fue rechazada por una parte importante de estos movimientos. La revista autónoma Resiste editorializaba por entonces: “La prioridad es mantener la autonomía de los movimientos populares”. Desde ese punto de vista, que era bastante respaldado, la clave no estaba en colocarse políticamente a un lado u otro, sino en defender la autonomía de los movimientos frente a los intentos de cooptación de unos u otros.

Los movimientos sociales han perdido empuje y han cambiado de manera importante, pero afortunadamente, continúan siendo la resistencia ante las imposiciones constantes del capitalismo neoliberal

A día de hoy, salvando las distancias, nos encontramos en una tesitura que puede recordar a aquella en algunos aspectos. Los movimientos sociales han perdido empuje y han cambiado de manera importante, pero afortunadamente, continúan siendo la sangre que hace latir el corazón enfermo, pero aún vivo, de la resistencia ante las imposiciones constantes del capitalismo neoliberal.

Los feminismos, especialmente, han conseguido poner en el centro del debate social la contradicción vida-capital, mientras que los movimientos por la defensa de lo común, como la sanidad, la educación pública, o las pensiones, se mantienen vivos e incluso crecen en determinadas circunstancias. También se mantiene vivo el movimiento en defensa de la tierra contra la devastación especulativa, que resurge en momentos críticos, como el intento de imponer el fracking y ahora las megainfraestructuras energéticas.

Los partidos que aspiran a gobernar espacios de poder institucionales, atrapados en la lógica de las mayorías electorales, tienden a descafeinar las reivindicaciones de los movimientos populares

En estos momentos, ante el genocidio trasmitido en directo en Gaza, también se muestra cierto músculo internacionalistaSon solo algunos ejemplos, a los que podríamos sumar otros como el movimiento LGTBIQ, el movimiento neo-rural, el decolonial, el movimiento okupa, etc. La influencia política y electoral de estos movimientos se ha visto en las últimas elecciones en la CAV, contribuyendo al desgaste del PNV, sobre todo el movimiento en defensa de la sanidad pública, que ha conseguido poner la situación penosa de Osakidetza en el centro del debate electoral.

En todo caso, está claro que estos movimientos no son capaces de conseguir sus objetivos de manera absoluta. A veces, ni siquiera en parte, lo que nos provoca una lógica desazón y desesperanza. Sin embargo, no podemos minusvalorar su poder de contrapeso, ya que, de no existir, dejarían el campo libre a los desmanes neoliberales/extractivistas y a sus expresiones políticas de extrema derecha.

Desalojo Otxantegi Portada
La casa-torre de Otxandategi defendida por las activistas de Otxantegi Herri Lurra y rodeada por efectivos de la Brigada Móvil de la Ertzaintza. Hodei Torres | Hiruka

En estos momentos, dos expresiones políticas con una notable y evidente diferencia en tamaño e influencia social, tratan de recoger los frutos de estas luchas: EH Bildu y el llamado Movimiento Socialista. Las fórmulas para hacerlo son distintas y, sin negar sus virtualidades positivas, encierran también diferentes peligros.

Los partidos que aspiran a gobernar espacios de poder institucionales, atrapados en la lógica de las mayorías electorales, tienden a descafeinar las reivindicaciones de los movimientos populares, pues asumir su radicalidad les hace perder votos y, por tanto, opciones de poder. Lejos de ser una cuestión coyuntural, normalmente se acentúa cuando por fin se consigue ese objetivo, y en el peor de lo casos, también pueden tener un efecto desmovilizador a través de la delegación de las luchas.

Hay que establecer unas relaciones desde el debate honrado y transparente, también cuando se consiguen cotas de poder, sin pretender condicionarlos ni cooptarlos para fortalecer estrategias ajenas a su propio funcionamiento

Desde los grupos vanguardistas, aquellos que pretenden hacer la revolución a la manera clásica, con la toma del poder por las masas organizadas por un partido revolucionario (más allá de la enorme desproporción entre lo que se pretende y lo que se puede conseguir, no porque sea metafísicamente imposible sino porque las masas no están obviamente en esas), lo que hacen es “radicalizar” artificialmente las dinámicas y demandas de los movimientos para adaptarlos a sus estrategias y tácticas “revolucionarias”, creando así desafecciones en el interior de estos,  que a veces lastran su trabajo de manera importante.

Ante estos dos peligros, diferentes pero reales, la solución solo puede ser una, ahora como en las escisiones del fin del siglo pasado: mantener a toda costa la autonomía de los movimientos. Hay que establecer unas relaciones sanas de respeto mutuo y de no injerencia con los partidos (también con los sindicatos) que postulan un cambio social profundo. Unas relaciones que permitan fluir los debates y las dinámicas de lucha de los movimientos, recogiendo desde la política sus aportaciones y respondiendo a sus demandas. Desde el debate honrado y transparente, también cuando se consiguen cotas de poder, sin pretender condicionarlos ni cooptarlos para fortalecer estrategias ajenas a su propio funcionamiento.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Movimientos sociales
Instituto de las Mujeres Colectivos de personas trans pierden la paciencia con Isabel García: “Debe ser cesada de inmediato”
Plataforma Trans pide medidas contra la directora del Instituto de las Mujeres tras varias informaciones esta semana que apuntan a supuestos amaños en favor de la empresa de su mujer. FELGTBI+ espera una reacción del Ministerio Igualdad.
Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN)
30 años del levantamiento del EZLN Grietas de luz: el zapatismo y la resistencia palestina como inspiración para los movimientos sociales
Las luchas zapatista y palestina comparten como señas de identidad: el territorio, la desposesión como forma compartida de opresión y la importancia de la memoria y la historia para imaginar otros futuros.
Política
Xosé Manuel Beiras “A esquerda estatal á esquerda do PSOE leva ano e medio dando un recital de apoio ao PP”
O histórico líder nacionalista analiza devagar os erros das coalicións coa esquerda federal e acredita en que o futuro da transformación social está fóra das institucións.
Migración
Migracións Burocracia para os 'refuxiados de segunda': sete rapaces malianos ante o bloqueo do Estado ao pedir asilo
Presos da guerra, chegan a un novo territorio en procura de mellores oportunidades, pero son presos de temporalidades e trámites administrativos, minguando o seu estado anímico e deixándolles estancados nun limbo temporal que os anula como cidadáns.
Ocupación israelí
Ocupación israelí El Gobierno español permite el tránsito hacia Israel de combustible para aviones de guerra
El movimiento de solidaridad con Palestina acusa al Gobierno español permitir la escala del buque ‘Overseas Santorini’ en Algeciras, prevista para el 30 de julio, con un cargamento de combustible militar con destino a Israel.
Baleares
Baleares Formentera, el paraíso que fue
La más pequeña de las Balears se enfrenta, con una fuerte división interna, a la crisis de la vivienda generada por el turismo.
Juegos olímpicos
Juegos Olímpicos París 2024, del brillo olímpico al reverso de los focos
Comienzan unos Juegos Olímpicos marcados por el fuerte enfoque securitario y la expulsión de miles de personas sin hogar de la ciudad.
O Salto medra contigo
O Salto medra contigo Eles por diñeiro, nós por un futuro mellor: subscríbete ao Salto
Sempre que unha multinacional ou un goberno intentaron cometer un atentado medioambiental no noso territorio estivemos alí para contalo. Puidemos facelo porque a nós sostennos a nosa comunidade, pero queremos chegar máis lonxe e por iso precisámoste.
Bolivia
América Latina Bolivia: la guerra fratricida que está autodestruyendo el proceso de cambio
La transformación de Bolivia iniciada en 2006 con la llegada de Evo Morales al poder se encuentra en uno de sus peores momentos por las luchas entre este histórico líder y el actual presidente y exaliado Luis Arce.

Últimas

Caso Carioca
Caso Carioca O caso Carioca a través dunha migrante explotada sexualmente: indemnización mínima e complot policial
O garda civil Armando aliábase con proxenetas e abusaba sexualmente de mulleres prostituídas facendo uso da súa capacidade para regularizar a súa situación.
Palestina
Genocidio España tratará a 15 niños y niñas palestinas mientras quedan 10.000 pacientes que necesitan evacuación
El director general de la OMS agradece el gesto mientras pide evacuaciones médicas ampliadas, ya que solo 5.000 palestinos y palestinas han sido trasladados desde que comenzara la ofensiva israelí el pasado 7 de octubre.
Ocupación israelí
Ocupación israelí Israel declara “terrorista” a la UNRWA y le prohíbe operar en el país
Días después de que Reino Unido reinicie el financiamiento de la agencia de refugiados de la ONU, el Parlamento israelí aprueba tres leyes que prohíben la actividad de esta organización y criminaliza a sus 30.000 trabajadores.
Personas sin hogar
Personas sin hogar Granada sobrepasa los 40 grados sin Centro de Día para las personas sin hogar
La plataforma ‘La calle mata’ exige al Ayuntamiento de Granada y a la Iglesia un Centro de día y comedores para atender durante el verano a las personas sin hogar
Sanidad pública
Sanidad a la madrileña Más de 1.500 kilómetros en bici para reclamar un centro de salud digno
Tras más de 140 manifestaciones, 3.000 reclamaciones entregadas y recurrentes encierros durante cuatro años de lucha, vecinos y vecinas de Abrantes (Madrid) acudirán a la ONU para reclamar su acceso a la sanidad.
Más noticias
Ocupación israelí
Ocupación israelí Palestina y el derecho a la resistencia: tácticas de la resistencia armada palestina
Los ataques del 7 de octubre supusieron un punto de inflexión en el retorno del debate sobre la lucha armada en Palestina, una vía no cerrada de resistencia frente a la ocupación israelí que tiene más de medio siglo de historia.
Violencia machista
Comunidad de Madrid Denuncian “castigos” a las trabajadoras de un centro de atención a víctimas de violencia machista de Madrid
El comité de empresa del centro Ayaan Hirsi Ali, dependiente de la Comunidad de Madrid, vincula la no renovación del contrato de una educadora social con el cambio de empresa licitadora y sus nuevas condiciones laborales.
Venezuela
Elecciones presidenciales Venezuela hacia el 28J: unas elecciones en las que por primera vez en una década cualquier cosa puede pasar
La oposición de derechas concurre sin exclusiones, vetos ni llamadas a la abstención con un candidato de consenso, Edmundo González, que podría arrebatar el poder a Nicolás Maduro.
Trabajo sexual
Ordenanza municipal La Coordinadora Feminista de Cádiz califica de punitivista la ordenanza contra la prostitución de Jerez
La Coordinadora que aglutina a colectivos feministas de toda la provincia denuncia que las medidas que anuncian la erradicación de la prostitución solo aumentan la precariedad y los riesgos.
Turismo
Turistificación La Malvarrosa: de barrio obrero a paraíso turístico
El barrio que toma su nombre de la playa urbana de València vive un proceso de turistificación acelerado mientras el tejido vecinal continúa su lucha para conseguir equipamientos básicos.

Recomendadas

Galicia
Xosé Manuel Beiras “La izquierda estatal a la izquierda del PSOE lleva año y medio dando un recital de apoyo al PP”
El histórico líder nacionalista analiza con calma los errores de las coaliciones con la izquierda federal y confía en que el futuro de la transformación social está fuera de las instituciones.
Arte político
Soledad Urzúa “Utilizar un desecho agrícola para crear obras de arte permite transmitir un mensaje de amor”
Llega a Madrid “Metáfora Vegetal”, una exposición de la artista chilena Soledad Urzúa. Sus obras, creadas armónicamente con colores de óleo y materiales desechados como hojas de maíz, despiertan los sentidos.
El Salto n.75
Revista 75 Activismo feminista contra la gordofobia y la deshumanización
El número de verano de nuestra revista trimestral llega cargado de un poder femenino que intersecciona desde muchos ángulos y que esperemos se reproduzca en vuestras manos.
Ocupación israelí
Ocupación israelí El teatro de la libertad de Yenín: resistencia a través del arte
Una iniciativa de teatro social en medio de la ocupación y las incursiones armadas israelíes en Cisjordania.