Municipalismo
Crisis del municipalismo democrático

Málaga Ahora ha demostrado que es posible la presencia en la institución practicando democracia radical mediante acuerdos por consenso, con la ética por delante, y que esta experiencia ha consolidado un precedente y una comunidad política que demuestran que “Sí se Puede” aplicar las premisas 15M a la política institucional y “hackear” el régimen desde dentro.

Municipalismo Málaga
Ilustración: Marta Caballero
13 jun 2019 06:00

Mientras escribo este artículo se cumplen 16 años del desalojo del Centro Social Casa de Iniciativas de Málaga, un 10 de junio de 2003. El escenario y el ánimo de estos días me lo actualizan incluso como un recomendable ejercicio de memoria.

Aquellos eran tiempos de experimentación, de innovación, de creatividad, de humildad, también de construcción de nuevas relaciones, nuevas formas de hacer política, de una comunidad que, de un modo u otro, perdura hoy día.

Quien ha vivido la experiencia de un centro social y su desalojo mantiene grabado a fuego la consigna “un desalojo, otra okupación”, como un aprendizaje encarnado de la premisa que nos trajo el 68 de no aferrarse a identidades, siglas u organizaciones.

El pasado 26 de mayo la experiencia de municipalismo democrático Málaga Ahora fue desalojada de la institución sin dudas o parches: de 30.464 votantes y 4 concejalías en 2015, pasó a 4.380 votos sin concejalías en 2019.

Pese a ello he de confesar que después del mal trago, del momento de tragedia que ya íbamos vislumbrando con el devenir de la jornada electoral, de los momentos de necesario calor y cuidado mutuo que nos aportamos en las horas posteriores a los resultados, lo primero que sentí mientras caminaba hacia casa fue alivio.

Dar el salto a la institución después de años de autonomía nos supuso un largo proceso de mudar la piel. Solo el clima político y la determinación colectiva lo permitieron. Nos preparamos y mentalizamos para ello, pero todas la vacunas previas resultaron insuficientes para lo que nos encontraríamos: ambiciones personales, traiciones, clima de conspiraciones, experiencias de “entrismo”, transfuguismo. Sumemos que el enemigo real, el Régimen del 78, nos recibía con sus tentáculos abiertos.

Sin embargo, si las vacunas previas no fueron suficiente, también hay que poner en valor que el contagio y la enfermedad nos hizo fuertes, y podemos afirmar que, resultados cuantitativos al margen, cualitativamente Málaga Ahora ha demostrado que es posible la presencia en la institución practicando democracia radical mediante acuerdos por consenso, con la ética por delante, y que esta experiencia ha consolidado un precedente y una comunidad política que demuestran que “Sí se Puede” aplicar las premisas 15M a la política institucional y “hackear” el régimen desde dentro.

Pese a todo ello, insisto, esa noche sentí alivio; alivio de abandonar un clima competitivo, alivio de no tener nada que ver con ese entorno, alivio de no tener que sostener un roce con perfiles y prácticas éticas y políticas que detesto, alivio de volver a sentir que mi relación con el ámbito institucional será mi abstencionismo habitual, aderezado con voto ocasional con pinza en la nariz. No me engaño ni soy inocente y sé que la institución me seguirá afectando en el día a día en forma de turistificación, burbuja inmobiliaria, precariedad, corrupción, patriarcado o destrucción del planeta; que me seguiré relacionando con ella como siempre hice, tejiendo contrapoderes, pero también me quiero permitir mi pequeño lujo de sentir alivio.

Mi alivio tampoco son paños calientes para negar la evidencia: el absoluto fracaso electoral de Málaga Ahora. No obstante, sabemos que vivimos en un capitalismo que nos impone el valor del éxito, pero… ¿aceptamos fracasos como animal de compañía?

No voy a escurrir el bulto evitando la autocrítica:

  • No conseguimos movilizar a nuestro electorado hipotético-potencial. Nada ajeno a lo ocurrido en el resto del Estado.
  • El discurso y las prácticas no han calado en la ciudad, no hay implantación de marca. Aun así en 2015 tampoco se daban.
  • Málaga Ahora no surge como movimiento municipalista ni lo ha generado a lo largo de estos cuatro años. Surge en una “ventana de oportunidad” que, a la vista de los resultados electorales de 2015, no defraudó. Asumiendo la tara inicial, ¿es un error no haber construido ese movimiento?, ¿le corresponde a una estructura electoral/institucional la constitución de ese movimiento “desde arriba”?

Más allá de autocríticas, hay factores externos que han favorecido el fracaso:

  • El escenario electoral es de vuelta al bipartidismo. En Málaga, si se compara 2019 con 2011 parece la misma foto fija electoral, en la que Izquierda Unida se mantiene en el mismo baremo (ojo, ahora junto Podemos), incluso perdiendo algo de votos.
  • Con ello, lo singular que Málaga Ahora (y los municipalismos) pudieran aportar al electorado (las premisas políticas del 15M, como transparencia, ética, democracia, políticas enfrentadas a “los de arriba”) parecen haber perdido su validez. Prima el pragmatismo del “voto útil” y el “voto del miedo” (frente VOX), de la mejora de condiciones frente a las políticas de ir a la raíz... En definitiva (con su necesaria dosis de amnesia), es tiempo para el PSOE.
  • El incipiente (e ilusionante) nuevo ciclo político que aportan los feminismos y los ecologismos no ha tenido su traducción en movimientos consolidados o estables ni en prioridades de agenda electoral.

Este escenario no es aleatorio, sino que responde a una serie de causas que se solapan y conjugan:

  • El eje de disputa política y debate público pasó del “abajo vs. arriba” del 15M al “España vs. Cataluña” de los nacionalismos. Uno de sus efectos actuales es el fantasma de VOX y un PSOE (la esencia misma del Régimen 78) erigido en salvador.
  • La degradación como proyecto político de un Podemos ensimismado en conspiraciones internas.
  • Fruto de dicha degradación, la agenda política del 15M dejó de ser una prioridad. En Málaga la candidatura de Adelante Málaga reunía un candidato que sobrepasaba la limitación de mandatos y salario de su organización y que se desplaza en coche oficial; un segundo y tercer puestos (las tres concejalías electas) implicados de lleno en el caso que ha acabado con un concejal de Podemos imputado (investigado) por malversación de caudales públicos y falsedad documental.
  • El cálculo electoral de Podemos y algunas candidaturas municipalistas en funciones de gobierno, que les llevó a renunciar a principios y programas políticos a partir de una supuesta lógica de “madurez política”.
  • A costa de olvidar y renunciar, la llamada “nueva política” ha ido perdiendo espacio electoral en el imaginario colectivo, con efectos devastadores para las opciones que mantenían a rajatabla las premisas, los pequeños municipalismos, y beneficio para el modelo original al que se ha tendido, el PSOE.La más preocupante, consecuencia de todo ello, es que la agenda política del 15M ha dejado de ser importante y de nuevo dependerá de la buena voluntad del partido de turno, dado que electoralmente no se demanda masivamente ni se premia.

Y ahora qué:

  • En primer lugar, lejos de los ritmos acelerados que marca la institución, es tiempo de pausa y balance, que permitirá que aflore con más impulso y creatividad lo por venir.
  • La necesidad del municipalismo democrático no está en cuestión, lo que sí está en cuestión es que sea su momento electoral.
  • Aún en el mejor de los escenarios, sin un fuerte tejido social organizado apretando desde abajo, es poco viable la vigencia de sus propuestas. Por tanto quizás convenga hacer del defecto virtud y aplicar las energías libres en aportar en la articulación de un tejido social, que por otro lado tampoco atraviesa su mejor momento.
  • Cualquier hipótesis de generar ese movimiento municipalista del que adoleció el municipalismo institucional pasa por la humildad, el trabajo y, de manera especial, la paciencia.
  • No faltan campos de acción, conflicto y potencialidades para ello: el problema de la vivienda, la turistificación, la emergencia de los feminismos o del movimiento por el clima apuntan algunos de los vectores de acción.
  • No se parte de cero, existen movimientos y experiencias en cada uno de estos ámbitos, hay saberes y propuestas para abordarlos fruto de los años de presencia en la institución, hay redes y buenas relaciones acumuladas y una comunidad política cohesionada.
  • En septiembre más...
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