Opinión
Machismos y el control del cuerpo de la mujer

Estamos en un país en el que la ley reconoce este derecho, el derecho de las mujeres y personas gestantes a decidir sobre su vida y su cuerpo. El acoso enfrente de las clínicas, como la Dator en el barrio de Tetuán, pone entredicho este derecho.
Jornada feminista en clínica Dator 28.12.21 - 1
Concentración antiderechos frente a la clínica Dator el 28 de diciembre de 2021. Álvaro Minguito
28 dic 2022 07:00

El derecho de las mujeres y personas gestantes a la libre interrupción del embarazo parece que es puesto en cuestión de forma constante, como se puede ver en la prohibición en Estados Unidos y la polémica en muchos otros países. Pero en España la situación no es mucho mejor, ya que la Iglesia y muchas asociaciones vinculadas a ella y a la extrema derecha siguen esa misma línea, que conduce al acoso de las mujeres, a la objeción de conciencia y a una presión constante para cortar cualquier avance.

Con todo, estamos en un país en el que la ley reconoce este derecho, el derecho de las mujeres y personas gestantes a decidir sobre su vida y su cuerpo. El acoso enfrente de las clínicas, como la Dator en el barrio de Tetuán, pone entredicho este derecho. Y dicho acoso parece haber aumentado con la apertura el pasado 8 de Marzo justo enfrente de la clínica de un local de estas mismas asociaciones, como la Fundación Madrina, que han concluido que las mujeres necesitan su tutela para decidir sobre sus cuerpos.

De esta forma, no solo se niega su derecho a la interrupción del embarazo, sino que además se las devuelve al redil marcado por el patriarcado y el neoliberalismo. La alianza de estos dos sistemas quiere mantener a la mujer en la esfera invisible, en el rol perpetuo de cuidadora, que tiene que negar sus deseos, su libertad en por de los otrxs. También mantenerla en un estado infantil, como si fuera incapaz de decidir sobre su vida y precisara de la ayuda de un hombre o de una institución.

Conviene recordar que el comienzo del capitalismo no solo implicó el cercamiento de las tierras y la desaparición de los bienes comunales, sino la apropiación del cuerpo de las mujeres y de las personas racializadas, tal y como expone Silvia Federici en su obra Calibán y la bruja. Federici recoge cómo las ideas que defienden estos grupos religiosos encajan con lo que vivió Europa en los comienzos de la modernidad: “Pero la principal iniciativa del Estado con el fin de restaurar la proporción deseada de población fue lanzar una verdadera guerra contra las mujeres, claramente orientada a quebrar el control que habían ejercido sobre sus cuerpos y su reproducción.(…), esta guerra fue librada principalmente a través de la caza de brujas que literalmente demonizó cualquier forma de control de la natalidad y de la sexualidad no-procreativa, al mismo tiempo que acusaba a las mujeres de sacrificar niños al Demonio. Pero también recurrió a una redefinición de lo que constituía un delito reproductivo. Así, a partir de mediados del siglo XVI, (…) todos los gobiernos europeos comenzaron a imponer las penas más severas a la anticoncepción, el aborto y el infanticidio”.

El pensamiento de control del cuerpo de la mujer y de su demonización o santificación es la línea dicotómica que siguen los grupos religiosos que se presentan enfrente de las clínicas donde se practican abortos

Unido a esto se da una construcción de lo que es ser mujer. No hay que olvidar que el poder construye a los sujetos y crea cuerpos dóciles. Esto llevo a las mujeres a ser catalogadas como santas, ocupadas de las tareas invisibles y de cuidados dentro del hogar (a pesar de que la mayoría de las mujeres de clase trabajadora tenían también un trabajo asalariado), o como brujas, demonizadas, criminalizadas y castigadas por ello. En esta línea dicotómica siguen los grupos que se presentan enfrente de las clínicas con la misma cantinela, el mismo pensamiento de control del cuerpo de la mujer y de su demonización o santificación. Hoy ya no somos llamadas brujas, (bueno no siempre), sino feminazis o directamente asesinas, mientras siguen idealizando a las mujeres que se niegan a sí mismas por seguir los mandatos patriarcales. 

La violencia que se ejerce sobre el cuerpo de las mujeres es innegable, ya que obligar a gestar y parir es violencia. Esto es lo que buscaba visibilizar la performance que se realizó el verano pasado a raíz de la prohibición en Estados Unidos del derecho a la libre interrupción del embarazo, que tomaba la imagen de la novela y serie del Cuento de la Criada para simbolizar esa violencia. La libertad tan cacareada en el sistema neoliberal no llega a todas las personas, las personas migrantes, racializadas no son libres, lo mismo que no lo son las precarizadas, obligadas a tomar trabajos en condiciones inhumanas, pero tampoco las mujeres, cuando se decide sobre sus cuerpos y sus vidas. No olvidemos que la libertad neoliberal, de la que Ayuso alardea, es sólo libertad de mercado, libertad de comprar y comprar, y libertad para las clases privilegiadas; mientras esconde violencias que se ejercen de forma constante contra los cuerpos más vulnerables y las privaciones de derechos y libertades para los sujetos oprimidos. Y las mujeres nos encontramos dentro de esta categoría, ya que se ha decidido desde los comienzos del Estado moderno sobre nuestros cuerpos.

Y ahora que salimos a las calles y exigimos nuestros derechos, se carga contra nosotras, se nos demoniza y criminaliza. El ataque a las feministas, el acoso en las clínicas de libre interrupción del embarazo, el auge del machismo, acuciado por la extrema derecha, es una muestra de ello. A la mujer se la quiere callada, se la quiere dócil, ángel del hogar, esposa, madre y sirvienta. No podemos realizar una verdadera revolución, si no somos dueñas de nuestro cuerpo, si seguimos en los roles construidos por el sistema. 

Polonia
Extrema derecha Las feministas polacas responden: “Siguen menospreciando nuestros derechos”
'Strajk Kobiet', la principal organización en Polonia en defensa de los derechos de las mujeres protestó este lunes frente a la casa del presidente del partido en el gobierno ultraconservador PiS.

Si buscamos ejemplos de este ataque puede verse cómo se acosa a las mujeres cuando se acercan a las clínicas, sin pararse a pensar en el daño que se las hace en un momento en que muchas están en una situación de vulnerabilidad. También cómo se ataca a las asambleas feministas que se han reunido los últimos años para visibilizar este acoso continuo.

Por mostrar algunos de estas violencias se puede destacar como en una ocasión, en la que nos encontrábamos concentradas, habiendo hecho los tramites burocráticos precisos, un hombre comenzó a romper nuestros carteles para luego amenazar, gritar e insultar a las mujeres que nos encontrábamos ahí. Muestra de la violencia que ejercen estos grupos y de su imposición hacia nuestra libertad. Porque no es cierto que las feministas queramos que todas las mujeres aborten, sino que lo que queremos es que haya libertad para decidir, sin que nadie se ponga a gritarnos en la cara ni a acosarnos por nuestras decisiones personales. También que se garantice realmente este derecho por parte del Estado, eliminando los obstáculos burocráticos que se dan hoy y realizando la interrupción dentro del sistema público y no en clínicas privadas.

Las instituciones, con sus tintes derechistas propios de este país que aún vive a la sombra de la dictadura, siguen protegiendo a estos grupos religiosos

Cabe destacar que, a pesar de los avances que se hacen desde la Comisión del aborto, las instituciones, con sus tintes derechistas propios de este país que aún vive a la sombra de la dictadura, siguen protegiendo a estos grupos religiosos. De ahí que cuando se han dado ocasiones en las que nosotras habíamos comunicado una concentración y obtenido el permiso, la policía ha permitido que los grupos antielección siguieran hostigándonos y violentando a las mujeres que se acercaban a la clínica. No valió de mucho decirles que no se puede permitir dos concentraciones de signo opuesto en el mismo lugar, ni que nosotras teníamos todo en regla. Su respuesta fue que no se puede prohibir rezar, que iría en contra de la libertad de conciencia. Me pregunto si serían tan permisivos si fuera un grupo de personas islámicas o cualquier otra creencia que no fuera la católica. No me cabe duda de que en ese caso la policía no sólo expulsaría a las personas, sino que muchas acabarían de camino a la comisaria. Me viene a la cabeza cuando se realizó una concentración en contra de la extrema derecha en el barrio, como protesta ante los mítines de VOX por los barrios obreros y precarizados de la ciudad, como las identificaciones, los empujones y las violencias por parte de la policía fueron la norma. Cuando se trata de los grupos antielección parece que las instituciones y la policía se olvidan de ciertas cosas y no ven problemas en permitir que nos acosen.

Derechos reproductivos
Derechos reproductivos El Senado aprueba la reforma del Código Penal que sanciona el acoso ante clínicas ginecológicas
El objeto de la reforma es blindar el ejercicio libre y sin amenazas del derecho al aborto, reconocido y regulado por ley orgánica. Obstaculizar el ejercicio de este derecho va a ser un delito.

Estos son ejemplos que hemos vivido las feministas y muchas mujeres por querer defender nuestros derechos. El acoso se ha acrecentado, al menos en el barrio de Tetuán, con la apertura de ese centro de los antielección. Y revivimos lo que ya describió Federici en su obra, lo que llevamos viviendo desde siempre, que a las mujeres no se nos considera sujetos de derecho, personas capaces de decidir, sino cuerpos al servicio del Estado, de la Iglesia, del marido. Y cuando nos salimos del rol, se nos ataca, se nos criminaliza y violenta. Una nueva caza de brujas encubierta con el disfraz de la libertad, de la libertad de conciencia y de manifestación.

Pero la libertad de unas personas no puede implicar la imposición hacia las demás, porque entonces no es libertad es privilegio. Lo que tenemos aquí es de nuevo el ataque contra nuestros derechos. Es la defensa del patriarcado y del neoliberalismo, que no pueden mantenerse sin nuestro rol invisibilizado. Nos quieren de nuevo en las cavernas, en la sombras, calladas y obedientes, dóciles y abnegadas, pero ya hemos salido de la Casa de muñecas, como Nora, y no tenemos intención de regresar.

Arquivado en: Opinión
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Opinión
OPINIÓN Snt from my ihpone
Sobre la serie de Richard Gadd se han dicho muchas cosas desde que se estrenó hace apenas tres semanas, ya ha recibido elogios, pero sobre todo críticas. Muchas con ánimo de cancelación.
Cuidados
Cuidados Lavar el cuerpo de una anciana
Ir contra el pudor impuesto es sin duda una acción feminista, como también lo es defender el derecho al mismo en distintos contextos o situaciones.
Cine
Cine El caso Asunta sigue haciendo caja
Diez años después, todo sigue igual. La industria del espectáculo sigue explotando el asesinato de una adolescente y los medios de comunicación nos venden ropa vieja como alta cocina, adobada con titulares llenos de adjetivos, misterios y morbo.
1 de mayo
1 de mayo La transición ecosocial y frenar el genocidio de Palestina, ejes de la clase trabajadora de Bilbao
En una ciudad acostumbrada a buscar consensos y apartar las siglas abrazando un eslogan común y caminar detrás de una sola pancarta, hoy es el día de sacar pulso, ondear bandera propia y tomar la Gran Vía, el Arenal y la plaza Santiago.
Derecho a la vivienda
Elecciones catalanas El futuro de la regulación de los alquileres en Catalunya se juega el 12M
El decreto que regula los alquileres de temporada que lanzó el Govern era la pieza que faltaba para que funcionen los topes de los precios. Pero la norma debe ser revalidada con los votos socialistas y convergentes, que se han opuesto a la medida
Reducción de jornada
Laboral Los convenios colectivos del País Vasco tienen la jornada anual más baja y los de Canarias, la más alta
La jornada anual varía muy lentamente desde que el Ministerio de Trabajo tiene una serie histórica, apenas 22 horas desde 2001. El País Vasco aventaja en 49 horas a esa media estatal en los convenios colectivos firmados.
Genocidio
Genocidio Las acampadas por Gaza se expanden mientras Netanyahu espera noticias de La Haya
Desde que estudiantes de la Universidad de Columbia levantaran la primera acampada, iniciativas similares se están repitiendo llamando al fin del genocidio. En Gaza, Israel castiga a la población superviviente a una muerte silenciosa, denuncia MSF.
En el margen
Francisco Godoy Vega “El ojo del blanco es como el ojo de Dios: es abstracto, es superior y puede verlo todo”
Doctor en Historia del Arte, Francisco Godoy Vega forma parte del colectivo de arte colaborativo Ayllu. Este activista antirracista aborda las consecuencias del supremacismo blanco. En 2023 publicó el libro ‘Usos y costumbres de los blancos’.
Laboral
Laboral Xavier Minguez: “Ni la rabia contra la empresa ni el orgullo de éxito de una huelga son solo tuyos”
Xavier Minguez es profesor de psicología social y análisis de resolución de conflictos en la UPV/EHU y ha realizado para el sindicato ELA la investigación ‘Un acercamiento psicosocial a la huelga’.
Tribuna
Tribuna Se trata de recuperar nuestra vida
Pese haberse demostrado que la productividad aumenta con la disminución de la jornada, seguimos teniendo la misma jornada laboral.

Últimas

Poesía
Galiza Morre aos 92 anos a poeta, activista e revolucionaria Luz Fandiño
O falecemento foi anunciado publicamente pola súa amiga e alcaldesa de Santiago de Compostela, Goretti Sanmartín.
Obituario
Obituario | Luz Fandiño Ata sempre, comandanta!
Luz Fandiño era unha punky, inamovible nos seus ideais e no seu discurso. Unha muller que, a pesar de ter vivido as peores miserias, chegou ao final da súa vida coa súa enerxía adolescente e co seu espírito de loita intacto.
1 de mayo
1 de mayo Un centenar de sindicalistas de CGT ocupan el edificio de la patronal catalana en Barcelona
“Ahora que la tecnología, la digitalización y los medios de producción han avanzado, es el momento de poner encima de la mesa la reducción de la jornada laboral sin recorte salarial en todos los centros de trabajo”, han reclamado.
Sidecar
Sidecar La izquierda gana terreno en Corea del Sur
El 10 de abril, el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, y su conservador Partido del Poder Popular sufrieron una sorprendente derrota a manos del progresista Lee Jae-myung y su Partido Democrático.
Gobierno de coalición
Política institucional Pedro Sánchez no dimite: “He decidido seguir”
El presidente del Gobierno vuelve a sorprender y anuncia que no se va. Sánchez se encarama como cabeza visible de un movimiento cívico contra la intoxicación política.
Opinión
OPINIÓN Snt from my ihpone
Sobre la serie de Richard Gadd se han dicho muchas cosas desde que se estrenó hace apenas tres semanas, ya ha recibido elogios, pero sobre todo críticas. Muchas con ánimo de cancelación.
El Salto Radio
El Salto Radio Barrios e identidad
Salimos a pasear por los barrios onubenses y palpamos en este recorrido local una verdad universal: que los barrios son siempre escuelas de cooperación y solidaridad.
1 de mayo
1 de mayo “Nuestro mundo, en el que cabemos todas, es la única alternativa”, reivindican desde el 1M Interseccional
Por cuarto año consecutivo marchan, de manera festiva y sin incidentes, colectivos del sindicalismo social de toda la región madrileña en el Día Internacional de las y los trabajadores.
Cuidados
Cuidados Lavar el cuerpo de una anciana
Ir contra el pudor impuesto es sin duda una acción feminista, como también lo es defender el derecho al mismo en distintos contextos o situaciones.

Recomendadas

Política
Política Redes clientelares, falta de autogoberno e consensos neoliberais: as claves do novo Goberno galego sen Feijóo
Políticas e analistas debullan a folla de ruta da primeira lexislatura galega da era post-Feijóo: reforzamento dos fíos de poder locais, falta de vocación autonómica, complexo de inferioridade e a axenda marcada polos grandes consensos neoliberais.
Genocidio
Genocidio Rebelión en las universidades y acampadas: ¿una primavera antisionista?
Los principales aliados de Israel, Estados Unidos y Alemania, están siendo testigo de un desborde en las protestas contra el genocidio.