Opinión
El supuesto gasto social del presupuesto del Estado de 2023

Sumando las partidas ocultas, el gasto militar del Estado español para 2023 alcanzará la increíble cifra de 27.617 millones de euros, 75 millones diarios, y alcanza el 2,12% del PIB superando el deseado 2% de Pedro Sánchez.

Centre Delàs d’Estudis per la Pau

13 oct 2022 13:12

La propuesta de Presupuestos Generales del Estado para el año 2023 presentada por el Gobierno es, según el propio gobierno de coalición, beneficiosa para la mayoría de la población por tener un claro carácter social pues seis de cada diez euros se destinarán a gasto social. Así, se proponen ayudas a la transición hacia las energías renovables con un 17,9% de aumento; la gratuidad en el transporte de los trenes de cercanías y media distancia; los aportes a las pensiones crecerán un 11,4%; la atención a la dependencia un 152%; o las ayudas a I+D+i y digitalización que aumentarán un 22,8%.

Pero esos buenos propósitos se difuminan cuando se anuncia que el presupuesto del Ministerio de Defensa para 2023 aumentará un 25,3% hasta alcanzar los 12.827 millones de euros, frente a los 9.791 millones de 2022. Un aumento del gasto militar muy expansivo que se extiende a las inversiones en armas que crecerán un 69% hasta alcanzar 7.743 millones.


Pero aún hay más. Las partidas que pertenecen al ámbito militar y que están repartidas por otros ministerios y que la misma OTAN aconseja a los países miembros que deben contemplarse como gasto militar, en el caso español: las pensiones de los militares, la mutua sanitaria de los militares, los cuerpos militares como la Guardia Civil, las pensiones de guerra o los costes por participar en organismos militares internacionales. A lo que se debe añadir los intereses de la deuda del Estado (servicio de deuda), pues si el Estado se endeuda para llevar a cabo inversiones militares, es de justicia que los intereses de ese endeudamiento se incorporen como gasto militar. Si sumamos todo ello, el gasto militar del Estado español para 2023 sumará la increíble cifra de 27.617 millones, 75 millones diarios y alcanza el 2,12% del PIB superando el deseado 2% de Pedro Sánchez.

El grueso del gasto militar en 2023 se destinará a inversiones en armas que recibirán 7.743 millones entre I+D y el pago de armas a las industrias militares, y que representan el 30% del total de las inversiones del Estado central

Ese espectacular aumento del gasto en Defensa se lleva a cabo a través de dos fórmulas engañosas. Una a través de créditos que, por un importe de 1.601 millones, surgirán desde el Ministerio de Industria en ayudas de I+D para las empresas de defensa para financiar los Programas Especiales de Armamentos y que aumentan un vertiginoso 95% con respecto a 2022. La segunda, a la que se recurre todos los años, es la transferencia de crédito que se realiza desde el Fondo de Contingencia, un capítulo pensado para hacer frente a imprevistos desde donde se sufragan las misiones militares en el exterior y también inversiones en armamentos y que este año 2022 han supuesto, de momento, 2.847 millones y que aún pueden aumentar antes de finalizar el año.

El grueso del gasto militar en 2023 se destinará a inversiones en armas que recibirán 7.743 millones entre I+D y el pago de armas a las industrias militares, y que representan el 30% del total de las inversiones del Estado central (sin contar las inversiones de las Autonomías). De los cuales 4.101 millones estarán destinados a sufragar los denominados Programas Especiales de Armamentos (PEA).

Un colosal gasto militar que se justifica porque esos grandes PEA crean empleo y suponen un avance tecnológico que, en su trasvase a los ámbitos civiles, suponen un mayor desarrollo. Una justificación mendaz, pues los analistas que han estudiado esta cuestión sostienen lo contrario, que las tecnologías militares representan una pérdida de oportunidad para la economía productiva por los altos costes de inversión que necesitan, con el añadido, de que no existe un mercado de armas, pues éstas solo son adquiridas por los Estados produciendo déficit e inflación. Además de ser antisociales, al enfrentar la fabricación de bienes de consumo a productos que no lo son como el caso de las armas.

Con todo lo indicado, el supuesto presupuesto social de este Gobierno salta por los aires al dedicar buena parte del presupuesto a una carrera armamentística absurda, desencadenada por una guerra, la de Ucrania, donde se enfrentan Rusia y Estados Unidos junto a la OTAN, para mayor satisfacción del completo militar industrial de EE UU, Europa, Rusia y España que ven sus dividendos aumentar mientras las poblaciones de esos mismos países se empobrecen por la inflación que produce esa guerra, con el agravante de que, además, podría ser nuclear.

Entonces, estos colosales incrementos en gasto militar previstos para el año próximo son los que impiden considerar las cuentas de 2023 como sociales y hacen que Unidas Podemos, socios del PSOE en el Gobierno, se tengan que merendar ese enorme sapo para satisfacción del rampante ecofascismo que desea una seguridad militarizada a costa de los empobrecidos de España y del planeta.

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