Pensiones
Los planes de pensiones privados se consolidan en la agenda política

Las instituciones que promueven e incentivan las pensiones privadas vaticinan que las públicas se irán acercando al nivel de subsistencia, sembrando la incertidumbre que facilite extender las EPSV y el modelo privatizador vasco.
Bilbao pensiones
Concentración en Bilbao por la subida de las pensiones Ecuador Etxea

Jubilado

21 abr 2024 06:00

En Euskadi, el último trimestre de 2023 se desbordó en efemérides, movilizaciones y huelgas diversas. La conmemoración más relevante para el Gobierno Vasco fue la del 25 de Octubre en que se celebró el 40 aniversario de la 1ª Ley 25/1983 sobre Entidades de Previsión Social Voluntaria (EPSV). Para ello convocaron un acto junto a la Federación de EPSV en el Hotel Carlton de Bilbao. La apertura y presentación de la jornada corrió a cargo del lehendakari Iñigo Urkullu y después intervinieron otros ponentes.

El lehendakari mostró su satisfacción y proyectó un futuro prometedor en el que Euskadi seguirá mostrando su liderazgo con decidida voluntad de asentar y extender las EPSV. Anunció que han estudiado un Convenio de colaboración con las Cámaras de Comercio para establecer un nuevo sistema de Previsión Social para autónomos, no cooperativistas. También se prevé mejorar los beneficios fiscales de las EPSV de empleo para fomentar su generalización entre las y los trabajadores. Afirmó que, en el marco de la revisión fiscal prevista en Euskadi, se propone impulsar las EPSV de empleo “preferentes”, es decir, pactadas en la negociación colectiva, ofertadas a toda la plantilla para contingencias de jubilación, fallecimiento e incapacidad y que se puedan desplazar a otra EPSV, que tendrá que ser “preferente” también. Sus prestaciones se percibirán en forma de renta y se podrán contemplar excepciones si se recogen en los estatutos.

Previsión Social Complementaria en Euskadi

A día de hoy, en Euskadi, de las 68 EPSV que hay registradas, solo tres tienen ese carácter de preferentes: la EPSV Lagunaro del Grupo Cooperativo Mondragon; la EPSV Geroa promovida por la Asociación Empresarial ADEGI y los sindicatos ELA, LAB, CCOO y UGT; y la EPSV Elkarkidetza que es la de los y las trabajadoras de la Administración Local y Foral. Queda fuera de esta fórmula “preferente” la EPSV Itzarri, que agrupa a cerca de 115.000 trabajadoras y trabajadores públicos de la Administración Autonómica (Ertzaintza, Osakidetza, Escuela Pública, Universidad del País Vasco…).

En aquel acto, el Presidente de la Federación de EPSV, Iñaki Etxebarria, subrayó que el crecimiento de la Previsión Social Complementaria (PSC) había sido más que notable y lo consideró una experiencia exitosa, lo que no le impidió reconocer luces y sombras, aunque admitió que el reto reside en generalizarlas entre la ciudadanía hasta llegar al 70% de la Población Activa. Se insistió en cuidar la existencia de un marco regulatorio fuerte que garantice que los ahorros para la jubilación se gestionen en interés de los partícipes.

El porcentaje de trabajadoras y trabajadores con EPSV de empleo es del 26% de la población ocupada en el conjunto de la Comunidad Autónoma Vasca , siendo el 16% en Araba, 14% en Bizkaia y 53% en Gipuzkoa.

Algunos datos que se aportaron iban referenciados atendiendo a la edad, el género y la población ocupada. Así se indicó que, al cierre del año 2022, el patrimonio total de las EPSV (individuales y de empleo) ascendió a 26.887 millones de euros, lo que en porcentaje macro vino a ser el 31% del PIB anual. En cuanto a la aportación anual media, en las de empleo la de las mujeres resultó inferior a la realizada por los hombres: la mujer, lo hace con 1.224€ y el hombre con 1.687€. A su vez, el importe medio de las prestaciones percibidas se cifró en 11.377€. El de las mujeres fue de 9.788€, siendo muy inferior al de los hombres, 12.532€. En cuanto a la edad, el peso de la población joven (hasta 35 años) está en el 5,6% en las individuales y en las de “empleo” llega al 15%. Resultó, igualmente relevante, que el porcentaje de trabajadoras y trabajadores con EPSV de empleo fuera, únicamente el 26% de la población ocupada en el conjunto de la Comunidad Autónoma Vasca (CAV). Su distribución territorial no es uniforme: Araba (16%), Bizkaia (14%) y Gipuzkoa (53%).

El Informe de Previsión Social Complementaria en el País Vasco del año 2022, realizado por el Departamento de Economía y Hacienda, recoge en el apartado 3.1 que los ingresos corrientes por aportaciones y el gasto en prestaciones de las EPSV con planes de previsión supusieron, respectivamente, del orden del 12% de lo ingresado por cotizaciones sociales y del 6% de lo pagado en pensiones contributivas en dicho año en la CAV por el Sistema Público de Pensiones de la Seguridad Social que pretende complementar. Entre las explicaciones que dan para entender esa diferencia tan importante en el papel que juegan las EPSV (ingresos y gastos) en la Protección Social destacan que “el Sistema Privado es mucho más joven o menos maduro que el Sistema Público; la falta de generalización del primero y la práctica universalidad del segundo; o los relativamente bajos niveles de aportaciones con respecto a las cotizaciones del SPP (sic)”. A destacar que es la única vez en todo el informe que se califica al Sistema Previsional Vasco como privado. Por cierto, ni el lehendakari ni el resto de intervinientes en la jornada explicitaron el carácter privado de las EPSV.

Las instituciones que promueven e incentivan este sistema dicen que buscan complementar las pensiones públicas, eso hoy, porque dentro de 30 años vaticinan que la tasa de sustitución (porcentaje que supone la pensión de jubilación sobre el último salario percibido en la etapa laboral) será de subsistencia. Siembran la incertidumbre que facilite extender las EPSV. En definitiva buscan con denuedo el predominio claro del modelo privatizador vasco. El debate de las pensiones confrontan conflictos antagónicos (público-privado; capitalización-reparto). Analicemos brevemente la caracterización de ambos modelos.

Sistema Público de Pensiones por la Seguridad Social

De momento, nuestro Sistema es público, obligatorio, solidario (modelo de reparto), con equidad, igualdad, universal, contributivo y no contributivo o asistencial. El no contributivo se financia a cargo de los Presupuestos Generales y las prestaciones se asignan por existir necesidades o carencias imperiosas y se hace con independencia del historial de cotizaciones a la Seguridad Social. Son las llamadas pensiones no contributivas y/o complementos a mínimos. El contributivo lo configuran las cuotas de personas trabajadoras y empleadoras. Es un sistema profesional, porque las cantidades a ingresar a la Seguridad Social se determinan en función de la categoría profesional del trabajador o trabajadora.

En el Sistema Público la pensión está predeterminada y normativizada, generando el derecho a una prestación contributiva, sosteniendo el modelo de reparto, la justicia social, el bien común, la cohesión social comunitaria y una Seguridad Social como eje vertebrador que no excluye a nadie

Este modelo es de “reparto” porque las cotizaciones, consideradas como salario diferido, se distribuyen entre los destinatarios inactivos dentro del mismo ejercicio. Además de intergeneracional es interterritorial. Las cotizaciones se hacen con relación a una base de cotización, a la que se aplica una cuota, porcentaje que se determina sobre las rentas salariales. Existen dos bases de cotización: la que cubre las contingencias comunes (jubilación, incapacidad, viudedad, orfandad, invalidez y a favor de familiares) y la que acoge las contingencias profesionales (desempleo, formación profesional, accidentes laborales, Fondo de Garantía Salarial – FOGASA).

En el Sistema Público no existe el riesgo individual porque se colectiviza. La pensión está predeterminada y normativizada y se denomina prestación definida. Quiere decir que no se cotiza para tu propia pensión, sino que generas el derecho a una prestación contributiva, al menos como la que has financiado. Así se sostiene tanto el modelo de reparto como la justicia social y el bien común. Actúa como un pegamento de la cohesión social comunitaria. Nuestra Seguridad Social funciona como eje vertebrador que no excluye a nadie y promueve una salida colectiva.

Pensiones
Pensiones privadas El edén vasco de las EPSV
Los planes privados de empleo promueven este modelo social vasco que segrega a amplias capas populares, mientras se les arrebata la igualdad de oportunidades y se les cercena el progreso social. Esta es la apuesta de país de la que no se habla.

El Modelo Privatizador Vasco (EPSV)

Responde al modelo de capitalización. Es individual, de acumulación y mayormente de “aportación definida”. Quiere decir que lo que aportan el trabajador y la trabajadora es fijo pero lo que recibe es variable. Dicho de otra forma la persona trabajadora acumula un determinado capital y su prestación sería lo ahorrado más los intereses generados o no, ya que no se garantiza una determinada prestación. Esto hace que estén expuestos a riesgos colectivos e individuales, tales como las malas inversiones o unas gestiones inapropiadas de la cartera accionarial.

Conviene advertir que la rentabilidad de esos fondos de las EPSV de empleo vienen de producirlas otras personas trabajadoras con bajos salarios (externalizaciones, subcontratas…). En este sistema, la aportación del empleador (público o privado) va al fondo de pensiones y no computa en la base de cotización de quien trabaja, que va a la Seguridad Social. Este modelo es segregador y regresivo, ya que condena al ostracismo social a gran parte de trabajadores y trabajadoras sin capacidad de ahorro y que, sin embargo, se ven obligados a subvencionar fiscalmente a quienes disponen de buenas condiciones y se les ofrece una hiperprotección adicional y diferenciada. Las aportaciones del empleador se deducen del Impuesto de Sociedades y las del trabajador las reduce de la base imponible del IRPF.

El corolario resultante es que la ciudadanía vasca paga la factura de ese privilegio vía menor recaudación y por extensión menos prestaciones públicas. Este es el Modelo Privatizador Vasco que se exaltó y bendijo en la jornada conmemorativa del pasado 25 de Octubre mientras planeaba en la atmósfera un “¡vivan las EPSV, carajo!”.

La posición de los sindicatos

Aquel mismo 25 de octubre, los sindicatos ELA, LAB, CCOO, STEILAS, SATSE y ESK (UGT se descolgó) habían convocado a los 155.000 trabajadoras y trabajadores públicos de las Administraciones Local, Foral y Autonómica a una Huelga General, conflicto que ha seguido a lo largo del invierno. Entre las demandas que publicitaron estaba la de “terminar con las privatizaciones”. En ese listado no encontraremos las EPSV Elkarkidetza e Itzarri que avalan, promueven y gestionan con su firma, en la medida que tengan representación para participar en la mesa negociadora correspondiente.

De los convocantes, tanto ESK como  Steilas son los que tienen en su “haber” una posición de rechazo a esta privatización. Steilas (Educación Pública) tuvo claro desde el primer momento (año 2005) que Itzarri era una imposición y debilitaba la pensión pública, mientras que ESK lo hizo en 1996 cuando interpuso varias demandas en la Magistratura de lo Social contra la EPSV Geroa (del metal en Gipuzkoa). No hace falta decir que las perdieron.

De los sindicatos mayoritarios ELA, LAB, CCOO y UGT no se puede esperar, hoy por hoy, la más mínima reflexión para revertir esta deriva privatizadora del Sistema Público de Pensiones, pero sí confío en que los que fueron protagonistas para impugnar ese modelo segregador vuelvan a serlo de forma pública y decidida como antaño.

El hecho es que tenemos por un lado a los sindicatos estatales CCOO y UGT con el 18% y 10% de delegados respectivamente que actúan por mero pragmatismo y se inhiben de cualquier esfuerzo emancipador del conjunto de la clase trabajadora y por el otro, a los sindicatos abertzales ELA y LAB con el 40% y 20% de delegados respectivamente en los que prima, como horizonte político, la construcción nacional y a este fin se supeditan las actuaciones aunque incrementen las desigualdades, como en el caso que nos ocupa. En definitiva se sacrifica la justicia social, económica y fiscal en el altar de lo identitario. Es llamativo que sindicatos de clase y partidos vean razonable un diseño “a la carta” de esta Previsión Social que solo puede arraigar, allá donde hay capacidad de ahorro finalista.

Existe una fiscalidad ventajosa para ayudar a satisfacer un presunto derecho a complementar con otra privada la pensión pública próxima o futura y financiarlo con recursos públicos que se sustraen de atender auténticas necesidades y carencias

Por ejemplo, el sector público en el que a la importante presencia sindical cabe añadir que el empleo es estable, con contrato indefinido, jornada completa, condiciones salariales y laborales razonablemente buenas, conciliable y con jornada anual de 1.592 horas. Estas características, curiosamente, les hace acreedores de una fiscalidad ventajosa para ayudar a satisfacer un presunto derecho a complementar la pensión pública próxima o futura y financiarlo con recursos públicos que se sustraen de atender auténticas necesidades y carencias.

En el sector público, la masa salarial se conforma con los recursos públicos que recaudan las haciendas vascas. En ningún momento necesitamos mirar al ejercicio anterior para ver lo facturado, lo ingresado, los beneficios, etc., como una empresa privada al uso. Las aportaciones del empleador al plan previsional es una evidente distribución de rentas de abajo-arriba. La ciudadanía, con su trabajo y esfuerzo, contribuye mediante sus tributos para que las Administraciones Públicas Vascas se los “apropien” y construyan “un ecosistema funcionarial” de extremo salarial medio-alto mediante políticas públicas que lo que ponen en el “centro” es el bienestar de este sector bien situado.

Los partidos políticos

Las relaciones clientelares conviven con la fidelización afiliativa de sindicatos y partidos. Mutualizar es compartir y aquí no hay un fomento del auzolan del lehendakari Iñigo Urkullu, porque no hay un esfuerzo común para un objetivo compartido. En este proceso segregador no hay disfrute común de la protección social con el precariado  de salarios medios y bajos. ¿Qué pensarán sobre esto los veinteañeros vascos que tienen un sueldo medio de 100€ menos que en el año 2010? ¿Y el 25% de trabajadoras y trabajadores que en Euskadi cobran menos de 19.000€, según el informe Zederriak publicado en 2023?

Animo a Elkarrekin Podemos a seguir esmerándose tras esta campaña electoral autonómica en avanzar en la necesidad de construir una nueva realidad que incorpore como reto reducir las desigualdades y promover prácticas igualitaristas

Va quedando claro que, mientras la progresía sindical y política susurra al capitalismo vasco del “tú o yo”, este emancipa a quienes tienen padrino y estatus. El coordinador de EH Bildu, Arnaldo Otegi, ejerció recientemente su derecho a decidir para renunciar a presentar su candidatura a lehendakari. Aunque el derecho a decidir sea una jaculatoria habitual en EH Bildu, el hecho es que todos los días la coalición abertzale avala en riguroso silencio que se siga dando esa misma respuesta a quienes rechacen la EPSV.

No pasa nada, se contabiliza como daños colaterales y venga, a seguir poniendo raíles a la hegemonía cultural capitalista y a la lógica del mercado en la protección social mientras se agitan banderas ecosocialistas y ecofeministas. También los y las trabajadoras de la Plataforma de Agraviados por Geroa (metal de Gipuzkoa) reclaman desde hace cuatro años ejercer el derecho a decidir, en su caso, a rescatar sus ahorros en forma de capital y no, en renta mensual como se empeña la entidad gestora.

País Vasco
Educación Elkarrekin Podemos da por roto el Pacto Educativo del País Vasco
Acusa al Gobierno vasco de romperlo ofreciéndole “por la puerta de atrás” al PP-Ciudadanos una “ampliación del perímetro de la educación concertada”. Asegura que en estas circunstancias no aprobará la Ley de Educación.

Por su parte, Elkarrekin Podemos llegó a la política con una narrativa impugnatoria y sin intención de gestionar lo que había. Tanto la PNL del 5 de mayo de 2022, presentada en el Parlamento Vasco para poner fin a las aportaciones públicas a los Sistemas Complementarios de Previsión Social, como la enmienda a la totalidad y su voto en contra de la Ley de Educación Vasca acredita que no está por avalar modelos segregadores que impulsan tanto la privatización de las pensiones públicas de la Seguridad Social como los que impulsan el blindaje de las empresas privadas concertadas de la Educación, para convertir a la Pública en subsidiaria de la Privada.

Es una aspiración, no sé si mayoritaria en la sociedad vasca, a vivir en un país con dignidad y decencia. ¿Serían tan amables de contestar, partidos y sindicatos, si la Ley de EPSV de 1983 y sus diversas modificaciones van en la línea correcta para acercarnos a esa aspiración? Pueden considerarlo una rendición de cuentas, de esas que reclaman “a los demás”.

Animo a Elkarrekin Podemos a seguir esmerándose tras esta campaña electoral autonómica con la convicción de que lo nuclear es avanzar en la necesidad de construir una nueva realidad que incorpore como reto reducir las desigualdades y promover prácticas igualitaristas.

Algo va mal en Euskadi

Algo va mal en Euskadi cuando hace tiempo que saltamos de una sociedad democrática a una donde prima “el sálvese quien pueda”. Una sociedad injusta en la que se vive con normalidad las múltiples desigualdades, como por ejemplo, la quiebra moral que suponen las EPSV de empleo y sus beneficios fiscales.

Algo va mal en Euskadi cuando pensamos que todo lo que es legal nos construye. Montesquieu lo expresó: “Una ley no es justa por ser ley, sino que es ley por ser justa”. La ley de EPSV de 1983, ¿lo es por ser justa?

Algo va mal en Euskadi cuando miramos para otro lado sabedores de que no hay mayor cobardía política y sindical que saber lo que es justo y no hacerlo. Cuando agarrados a las EPSV como mejillón a la roca, reclamamos “a los otros” que abandonen el guion neoliberal.

Cuando la política como disputa entre lo que es y lo que parece, donde lo primero está más devaluado que la segundo, no impulsa la participación ni la información para acceder al conocimiento y sí empuja hacia la anomia social, algo va mal en Euskadi.

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Opinión El progresismo vasco y las desigualdades
Hace falta una mirada transformadora para construir una nueva realidad que avale un proyecto compartido y active los mecanismos que garanticen a la ciudadanía el acceso a los recursos necesarios para llevar una vida digna.


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emiguel
23/4/2024 13:16

No profundizar en los conocimientos y argumentos de lo que se habla nos lleva a verlo todo demasiado simple, y eso nos lleva a cometer errores (a veces enormes) en las opiniones que damos. Yo no voy a defender las EPSV individuales porque son productos financieros que nos ofrecen los bancos, pero las EPSV de empleo no tienen nada que ver con lo que se ha dicho aquí, y en el mejor de los casos se equivoca (en el peor, confunde al lector a propósito) sobre tantas cosas que no las puedo enumerar. Pero estaría encantado de debatir con quien ha escrito este artículo de opinión. Doy mi consentimiento a EL SALTO a facilitar mi mail al sr. Elua para hablar con él y ver si tiene interés real por el tema o simplemente quiere desahogarse escribiendo éstas cosas. Y no es que yo sea un experto pero desde luego con lo que conozco sé que bastantes apreciaciones que hace no tienen sustento en la realidad.

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