Pista de aterrizaje
Rosa Ruiz: “Me relaja lijar el cuadro de una bicicleta”

Esta mecánica de 60 años es vecina de toda la vida del barrio de la Txantrea (Iruñea), en donde regenta en solitario una tienda de venta y reparación de bicicletas

Rosa Ruiz Sanz
Rosa Ruiz Sanz es mecánica de bicicletas Ione Arzoz
21 sep 2018 13:28

A sus 60 años, esta txantreana acérrima, cuyos orígenes se remontan a Almandoz y a Lobera de Onsella, forma parte de esas familias que en los años 50 nutrieron Pamplona con el éxodo rural. Constituyeron cooperativas y levantaron sus hogares, con huerto y gallinero, con sus manos. No conoce a otra mujer que lleve 35 años regentando una tienda de venta y reparación de bicicletas en solitario. Ciclos Ruiz, así se llama, es el único taller de la Txantrea, un barrio de 20.000 habitantes.

¿Naciste o te hiciste?
Mi padre me transmitió la pasión. Era un obrero que trabajaba por las mañanas y por las tardes se las apañaba para conseguir dinero extra haciendo lo que le gustaba. No eran tiempos fáciles; mi madre extremaba en otras casas, éramos cuatro hijos y una hija. Comenzó montando ruedas para Orbaiceta, un fabricante de entonces. Luego construyó un pequeño taller en el txoko de nuestra casa. Lo recuerdo arreglándolas y subiendo a venderlas al campo de San Juan, cuando jugaba Osasuna. Hasta poco antes de morirse estuvo haciendo cucharas de boj.

¿Nadie más quiso coger el relevo en la familia?
Es que yo era la más inquieta.

¿Como cuánto?
Como para que sentarme a comer o dormir ya me pareciera una pérdida de tiempo. Yo me fijaba en lo que hacían los fontaneros, electricistas y albañiles. Teníamos poco, como todos en el barrio, pero era feliz cacharreando cuando no estaba jugando. A los 14 me puse a trabajar en Maset, una fábrica de sacos, donde están las Hermanitas de los Pobres, y luego estuve en Plásticos Plasor. Las tardes y los fines de semana lavaba el pelo en un par de peluquerías. Había que llevar dinero a casa. También echaba una mano en el taller y aquello me tiraba.

¿Cómo empezaste?
Con 12 años ya le hacía las facturas a mi padre. Empecé lijando: todavía hoy me relaja lijar el cuadro de una bicicleta. Es como pelar una borraja.

Pero hacen falta fuerza y destreza, ¿no?
Es una combinación de las dos. En algunas averías, una mujer como yo, que mide 1,56, tiene que resolver el problema de forma distinta a como lo haría un hombre más fuerte. Lo normal es que una mecánica piense más que un mecánico para solucionar lo mismo. He tenido que idear muchas palancas.

Lo normal es que una mecánica piense más que un mecánico para solucionar lo mismo

¿Cuántas compañeras de profesión conoces?
Ninguna.

¿Demasiado duro o todavía pesan otras cosas?
Es una suma de obstáculos: horarios malos, sueldos bajos, atención al público, una profesión masculinizada... Los primeros años trabajábamos de nueve de la mañana a diez de la noche. Y los sábados por la mañana. Desde 1983, aparte de las vacaciones, solo he cerrado un par de semanas, cuando nacieron mi hijo y mi hija, y otra vez que me operaron de juanetes.

¿Se usa la bicicleta más que antes?
Creo que sí. Las mujeres han ido entrando al trapo, aunque con la crisis se ha notado el bajón en las ventas. Lo que no diría es que se usa mejor, todavía me sorprendo con la cantidad de gente que se monta con posturas forzadas y malas para la salud, sillín y manillar bajo son lo más frecuente. Eso, por no hablar de lo que se vende en las grandes superficies. Me refiero a lo que se oferta por menos de 300 euros.

¿Hay diferencia?
Se rompen echando hostias, me pego el día arreglándolas.

Siempre se ha dicho que la reparación da menos dinero que la venta. Ahora parece que se venden mucho patinetes, eléctricas y fixies.
Las fixies no son útiles para las cuestas de Iruñea. Las eléctricas no me gustan y los patinetes eléctricos menos. Ganaría mas, pero no pienso vender todo eso ni aunque me saque un pastizal.

¿No quieres ganar más?
No me hace falta para vivir dignamente. Tampoco necesito WhatsApp ni vender por internet. Además, muchos clientes están poniéndose gordos, porque comen igual que antes pero con las bicis eléctricas hacen menos ejercicio. Ya les digo: “Qué vagos nos estamos volviendo”.

¿No discutirás con ellos?
No. Ya me explicó mi padre que eso no hay que hacerlo nunca, ni cuando preguntan “¿dónde está el mecánico?”, ni cuando me explican cómo tengo que apretar una tuerca. Entrené mucho de pequeña, cuando oía algunas conversaciones entre hombres que no me gustaban nada. Ahora, después de que muriera mi padre, se pasan los viejicos del barrio: entran, saludan y me cuentan sus cosas, como si estuvieran con él.

¿Y qué tal?
Al entrar lo primero que me dicen es: “No vengo a comprar nada”. Me encanta. 

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Culturas
Izaskun Mata Coloma, agitadora cultural “Estoy entre Alejandro Sanz y Evaristo”
En sus genes hay fusilados de la Guerra Civil, huelgas del metal en Tubacex, trabajadoras en fábricas de telas, orfelinatos, amas de casa, limpiadoras y camareras. Fue jugadora de fútbol y regentó una taberna. Organiza y participa en slams, y tiene un grupo de poesía musical con su hermana.
Pista de aterrizaje
Fátima Ait-Benali, inmigrante marroquí “Al final ganamos, vivimos donde queremos”
Turquía, Grecia, Albania... Tres años de travesía, penurias y adversidades. De vivir en la calle, de jugarse la vida a cada paso. Otro horizonte, un futuro. Fátima Ait-Benali dejó atrás su ciudad natal, Tan-Tan, en el sur de Marruecos, y en marzo de 2019 culminó su cruel periplo en Bilbao.
Pista de aterrizaje
Edurne Lekunberri Urmeneta, maestra “Buscamos un dolmen”
Euskaldunberri venida al mundo en 1976, su abuelo paterno fue el último vascoparlante de Ilurdotz.
Palestina
Genocidio La ONG anti-UNRWA lanzada por exespías y marines de EEUU siembra el caos en el reparto de alimentos en Gaza
La Fundación Humanitaria de Gaza (GHF) creada a comienzos de este año y vinculada a agentes del ejército y la inteligencia estadounidense ha sido acusada de desaparecer a una persona y disparar a quienes estaban esperando ayuda.
Alemania
Litigio climático Un tribunal alemán abre la puerta a que grandes emisores puedan ser responsabilizados de daños climáticos
El jurado descarta la demanda del agricultor peruano Saúl Luciano Lliuya por entender que el riesgo a su propiedad es demasiado bajo, pero esta misma argumentación podría llevar a condenas en otros casos.
Madrid
Derecho a la vivienda Victoria contra la Sareb: 16 familias consiguen firmar contratos después de años de lucha
Un bloque en lucha de Casarrubuelos (Comunidad de Madrid) consigue formalizar contratos con el banco malo, al que acusan de actuar “como un fondo buitre”. En Catalunya, diez ayuntamientos apoyan los reclamos de 62 hogares en huelga contra La Caixa.
Xunta de Galicia
Política A Xunta recibe ao embaixador de Israel en funcións mentres Gaza agoniza ao bordo da fame
O Goberno de Alfonso Rueda escenifica a súa boa sintonía coa Administración de Benjamín Netanyahu apenas unhas horas despois de que Israel bombardease unha escola que servía de refuxio e ordenase unha evacuación masiva en Gaza.

Últimas

Universidad
Genocidio Las universidades españolas han firmado 44 proyectos con Israel desde septiembre de 2024
Los acuerdos dentro del programa Horizon Europe se han sucedido a pesar de las declaraciones de decenas de universidades de suspensión de relaciones con Israel.

Recomendadas

Culturas
Erika Lust y Sara Torres “El deseo tiene una potencia inagotable para transformar la realidad si lo liberamos de las normas”
Sexo, deseo o ética del placer son algunos de los temas que hilan la escritora Sara Torres y la productora de cine porno Erika Lust en ‘La abundancia del deseo’.