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Podemos
Podemos Madrid aparca el asalto a los cielos para organizar el caos
La intervención de Montoro y la Operación Chamartín ponen a prueba a Ahora Madrid en un momento de redefinición para afrontar las elecciones de 2019. Sortear el desencanto es uno de los mayores retos para una formación morada acostumbrada a discrepancias de alto voltaje político.
Convertido en un solar sobre lo que fue un complejo edificado a caballo entre el siglo XIX y XX, el TPA ha sido un símbolo de la gestión de Ahora Madrid, tanto porque ha mostrado las fisuras internas del proyecto como porque marca la línea argumental del Ayuntamiento: la ciudad no se cae con un Gobierno de izquierdas. Ahora Madrid no se come a los niños. Tampoco a los inversionistas, aunque satisfacerlos le genere problemas internos y la incomprensión de parte de su base social.
Pero la demolición del taller de artillería, aprobada hace dos años sin el voto de esos seis concejales, no ha sido el único símbolo de la gestión de Ahora Madrid, especialmente fecundo en el terreno del simbolismo. Ese periplo comenzó antes de tomar posesión con la crisis en torno al que iba a ser concejal de Cultura, Guillermo Zapata, y ha dejado un largo reguero de actuaciones polémicas que el activismo madrileño se conoce de carrerilla: caso titiriteros, el derrape de la comisión de Memoria Histórica, la impotencia ante determinadas decisiones y actitudes de la Policía Municipal, las dudas sobre el interés de Madrid Destino en depurar las responsabilidades del Gobierno anterior, etc, etc.
Popularidad y distanciamiento
¿Hasta qué punto estos episodios han provocado la desafección o el desencanto de la ciudadanía que votó a Ahora Madrid en 2015? Entonces, el partido obtuvo 520.000 votos, una cifra a la que Podemos no se acercó en las dos elecciones generales que tuvieron lugar en diciembre de ese año y tampoco en 2016, ya en coalición con Izquierda Unida.La primera incógnita es saber si Ahora Madrid es capaz de repetir sus resultados y así sortear un desencanto que no hay constancia de que se haya producido en el ámbito local, pero que ha podido influir en el estancamiento del proyecto a nivel nacional.
La encuesta bianual de Satisfacción con los Servicios Públicos publicada en mayo muestra, no obstante, un aumento de la popularidad del Gobierno municipal respecto a la gestión del PP. Ese mismo mes, una encuesta de Metroscopia situaba a Ahora Madrid como primera fuerza, eso sí, con un leve descenso de votos.
En el nivel interno, la satisfacción de los inscritos en Podemos en la ciudad de Madrid publicada en julio es alta, por encima del 80%.
Por el contrario, el malestar de movimientos y organizaciones de la sociedad civil con el Ayuntamiento es reconocido de puertas adentro por algunas de las “familias” en disputa. Desde sectores de Podemos se critica la actitud de omnipotencia que ha seguido el Ayuntamiento de Madrid, que se ha topado con obstáculos insalvables sin una sociedad civil organizada, como ha sucedido recientemente en la disputa con Cristóbal Montoro, después de que el Ministerio de Hacienda tomara el control de los gastos del Ayuntamiento. Y, abundan las críticas, la sensación es que no ha habido intención de movilizar y coordinarse con esa sociedad civil.
El malestar se ha plasmado asimismo en algunas discrepancias hechas públicas por algunos de los grupos que componen Ahora Madrid como Ganemos, a quien la alcaldesa no ha reconocido como parte del proyecto municipal. También en las críticas de algunos colectivos, los más significativos Ecologistas en Acción y la Federación de Asociaciones de Vecinos (FRAVM) ante algunas de las políticas seguidas, especialmente en materia de Urbanismo.
Un partido con una cabeza y varias familias
Dentro del Ayuntamiento, las distintas “familias” se relacionan en función a su cercanía o distanciamiento respecto a la política oficial, decidida en líneas generales por la alcaldesa. La primera de esas familias está formada por la propia Manuela Carmena, apoyada en Luis Cueto y Marta Higueras y en el vulgarmente conocido como “carmenismo”, con mucha más presencia en las oficinas municipales que en cualquier otro ámbito.Carmena mostró la que iba a ser su línea de trabajo cuando abandonó la mesa mixta de Ahora Madrid –la ejecutiva– poco después de ganar las elecciones. Eso dejó al partido, que estaba a medio construir, sin oportunidad de ser construido. Desde entonces no ha habido congreso, ni asambleas generales, ni plenarios de un partido al que ha marcado su inicial y confesada vocación instrumental.
Casi nadie cuestiona el presidencialismo de la alcaldesa, pero tampoco –al menos públicamente– la idoneidad de que repita como candidata en las elecciones de 2019. Ella ha dejado ver que lo hará siempre y cuando pueda mantener la misma línea con la que ha gobernado y ampliar el número de elegibles de su confianza: El País anunciaba el 28 de diciembre que Carmena planteaba una lista de diez, entre los cuales repetirían algunos de los concejales en los que confía.
La segunda familia, primera en términos de organización política, es Izquierda Unida, que consiguió incluir a tres candidatos en puestos de salida en 2015. IU se ha mostrado cautelosa antes de anticipar movimientos.
Las primarias en Podemos aclararán el futuro pero no darán la solución definitiva. Posteriormente tiene que comenzar, a falta de otro tipo de encuentro, una ronda de negociaciones entre Podemos, la propia Carmena, IU –después del episodio Montoro, que ha dejado tocado a Carlos Sánchez Mato, uno de sus concejales–, Equo, con Madrid 129 —separada de Ganemos Madrid durante la legislatura—, y con el propio Ganemos Madrid.
Algunos sectores pugnan por que a partir de enero se celebre un plenario en el que redefinir Ahora Madrid, pero no está confirmado que eso vaya a suceder. No está claro, ni siquiera, que Ahora Madrid sobreviva como tal cuando concluya el ciclo de gobierno.
No se trata únicamente de saber qué marca irá a las elecciones y quién copará los primeros puestos de salida en la futura lista sino si se profundiza en los debates políticos que dieron lugar a Ahora Madrid y si se recupera o se descarta otros soslayados en estos dos años y medio de acción.
Se han visto los esfuerzos por descentralizar las políticas municipales, se ha sostenido una apuesta por disuadir del uso del coche —dada la crisis de contaminación— y, pese a las polémicas, el Ayuntamiento ha funcionado en materia cultural, como muestra el alto grado de satisfacción de la ciudadanía recogido en la encuesta bianual.
Pero también ha sido una gestión que deja lagunas evidentes en cuestión de rendición de cuentas y democracia interna, que no ha revisado el modelo de gestión privada de servicios cruciales para la ciudad como la recogida de basuras, y que no ha supuesto la ruptura respecto a las políticas previas del PP que se preveía en materia de urbanismo y control de la turistificación de la ciudad.
pulso con montoro
Dos de las políticas del equipo municipal merecen un desarrollo aparte. El pulso con Cristóbal Montoro respecto al Plan Económico Financiero —en el que el grupo municipal ha mostrado unidad, muy matizada de puertas adentro— y la Operación Chamartín, que apunta ya como el momento crucial de la legislatura.
El Plan Económico Financiero era la primera clave de la acción de Gobierno en la recta final de la legislatura. Parece resuelta en su primera fase: el Ayuntamiento ya ha asumido que algunas de las inversiones que estaban previstas no serán posibles. La Ley Montoro impedirá que Madrid reinvierta más de 360 millones de euros, lo que afectará especialmente a proyectos aprobados y con una finalidad social.
Tras el pulso, el concejal de Hacienda, Carlos Sánchez Mato ha pasado un segundo plano. Marta Higueras es la nueva encargada de dirigir las actuaciones en el cumplimiento de las imposiciones de Montoro. Pero la crisis sigue abierta en tanto ahora es cuando deben comenzar a descartarse algunas actuaciones previstas, es decir, se tiene que sacar la tijera para recortar.
Aunque se hayan producido en voz baja, las discrepancias en el seno de Ahora Madrid han sido de alto voltaje político. Incluso se han involucrado en ellas líderes de la confluencia Unidos Podemos a nivel nacional. Una parte de la organización abogaba por la confrontación abierta con Hacienda, desobedeciendo la regla de gasto —Madrid tiene superávit, con lo cual no se incurriría en pérdidas o más deuda—. Otra parte de la organización, encabezada por la propia Carmena, ha optado por aceptar en disconformidad el criterio de Hacienda. Esa opción ha salido victoriosa.
chamartín, divino tesoro
Hace una semana, uno de los concejales “díscolos del TPA”, Pablo Carmona, respondía desde la web de El Salto a uno de sus compañeros, José Manuel Calvo, quien se erigía en las páginas de Abc como dique de contención frente a los radicales de su partido. Carmona participaba después en un acto sobre la Operación Chamartín junto con Rommy Arce, otra de las concejalas cuestionadas por el oficialismo, que calificó como “pelotazo” el plan para los terrenos de Fomento en el norte de la capital.
Pese a que en las negociaciones principales se han implicado personalmente tanto Carmena como su mano derecha, Luis Cueto, José Manuel Calvo, el concejal de Desarrollo Urbano Sostenible, es uno de los principales defensores en prensa del proyecto Madrid Nuevo Norte, el último nombre de la Operación Chamartín. También es el principal puntal en el Ayuntamiento de la corriente mayoritaria de Podemos en el resto del Estado, vulgarmente conocida como “pablismo”, en referencia a Pablo Iglesias.
Sobre Chamartín, las dos posiciones —representadas por Carmona/Arce y Calvo/Carmena— son, si cabe, más enconadas que en el caso de la Ley Montoro. Al tratarse de un conflicto todavía no resuelto, no se puede descartar que sea motivo de ruptura entre los partidarios de que se lleve a cabo la operación —el “carmenismo” y el “pablismo”— y quienes la consideran un regalo al sector financiero, en concreto al BBVA —encuadradas en el sector que se presentó como Madrid en Movimiento—. Otras familias aún no han expuesto una posición clara respecto a esta operación.
Con esas dos cuestiones encima de la mesa, Ley Montoro y Operación Chamartín, es el momento de las primarias de Podemos en Madrid. El 8 de diciembre comienza el periodo de votaciones, que durará hasta el día 14. Se presentan dos listas y un independiente. Además, se votan los representantes de los distintos círculos.
Se trata de una votación de tipo interno, como muestra el hecho de que solo se presentan dos concejales en ejercicio, pero que decantará el futuro de Ahora Madrid.
Las primarias se dirimen bajo el método Desborda, que sustituyó a las criticadas listas-plancha a partir del Congreso de Vistalegre II. Pero entre las tareas de la próxima dirección estará discutir el sistema de primarias para la próxima máquina electoral de cara a 2019. En 2015, el sistema Dowdall facilitó la entrada de minorías en el ticket electoral.
primarias en podemos
“No hacemos marketing, hacemos política”. La frase se la arrojó Pablo Iglesias a Mariano Rajoy en la moción de censura del 14 de junio. Iglesias defendía la gestión de los ayuntamientos del cambio. Barcelona, Cádiz, Coruña, Zaragoza… y Madrid.
Aunque Ahora Madrid, especialmente la alcaldesa, Manuela Carmena, ha marcado distancias con Podemos –hasta el punto de que Carmena evitó apoyar a Iglesias en las elecciones generales de 2015 y 2016 y presionó a favor del pacto con PSOE y Ciudadanos–, Podemos ve en Madrid una de las últimas puertas abiertas para reforzarse de cara al próximo ciclo electoral.
La victoria de las tesis de Pablo Iglesias —de Podemos para Todas— en Vistalegre II tenía una consecuencia poco después del congreso del partido: Íñigo Errejón, que había confrontado con Iglesias, se postulaba como futuro candidato a la Comunidad de Madrid.
El vulgarmente conocido como “errejonismo”, poderoso tanto en la Asamblea de Madrid —que había confrontado con Iglesiasno sin disputas— como en el Ayuntamiento, marcaba entre sus objetivos el reforzamiento de sus posiciones en este territorio para su desembarco como candidato a la Comunidad en 2019. Enfrente, la línea oficialista se apoyaba en una minoría tanto en la Asamblea —representada por Ramón Espinar— como en el Gobierno municipal, a través del propio José Manuel Calvo.
En noviembre del año pasado se dirimían las elecciones al consejo autonómico, en las que Ramón Espinar (línea “pablista”) formaba equipo con Anticapitalistas y otros sectores difusos para derrotar al sector errejonista, representado en aquella ocasión por la portavoz del Ayuntamiento de Madrid, Rita Maestre.
Un año después, el conflicto entre pablistas y errejonistas se ha terminado en la ciudad de Madrid, donde ambas familias se presentan en el equipo Unidos por Madrid.
Esta candidatura está encabezada por el militar Julio Rodríguez, ex Jefe de Estado Mayor de la Defensa. Sin experiencia en la política municipal, y después de dos asaltos fallidos a sendos escaños en el Congreso (por Zaragoza y Almería), Rodríguez se presenta a sí mismo como el hombre de consenso que es capaz de conseguir que Carmena repita, objetivo principal de la candidatura oficialista. Sus rivales reconocen que Rodríguez es “buena persona”, algo que no se le concede al anterior secretario general, el polémico Jesús Montero, a quien se adjudica el ‘sí’ de Carmena de cara a las elecciones de 2015.
Compite en estas primarias con Podemos en Movimiento, en la que se encuadran los Anticapitalistas y otros sectores cercanos a esta corriente. Su opción a la secretaría general es la diputada autonómica Isa Serra. Aunque la candidatura no muestra una oposición rotunda a la reelección de Carmena como candidata, sus integrantes y sus apoyos son los que más lejanos se han mostrado a algunas de las acciones del Gobierno municipal. Especialmente en materia de Urbanismo y respecto al cumplimiento del artículo 135 en el Plan Económico Financiero de la capital.
Además, en los alrededores de esta candidatura están Arce (Anticapitalistas), Carmona y Montserrat Galcerán (Ganemos), diana de recientes y próximas propuestas de reprobación por parte de la oposición y tres de los seis concejales –los otros fueron los de Izquierda Unida– que votaron en contra del TPA, el símbolo de la legislatura en el interior del “cambio”.
tomar el cielo o reconducir el caos
El censo de Podemos Madrid de enero de 2017 reflejaba que hay algo más de 46.000 inscritos en el partido morado en la capital. Pero, a tenor de los resultados de las primarias autonómicas —en las que votaron 27.000 personas— es difícil imaginar que vaya a votar ese censo de más de cuarenta mil almas. En 2014, el actual secretario general necesitó poco más de 3.000 votos para derrotar a Alicia Muñoz, de Anticapitalistas.
El respaldo de las dos grandes familias de Podemos a la candidatura de Rodríguez presenta su lista como la favorita para colocar más miembros en el consejo ciudadano. Este órgano será el encargado de diseñar el plan para 2019.
Casi cuatro años después de que Podemos se presentara en el Teatro del Barrio con voluntad de asaltar los cielos, bajo el cielo de Madrid sigue reinando el caos. Ante la certeza de la dirección del partido de que la llegada a La Moncloa a corto plazo es difícil sino imposible, la apuesta por reeditar los Gobiernos municipales —bajo una etiqueta de “municipalismo” que merece ser materia de otro artículo— es fundamental para mantener vivo (es un decir) a Podemos. Nadie dijo que fuese fácil. Tampoco que fuera a ser bonito.
El nivel de participación en las primarias de Podemos en la ciudad debe mostrar la capacidad del partido para afrontar con optimismo un 2018 en el que se tiene que redefinir el proyecto de Ahora Madrid. Las primarias son un primer paso para volver a diseñar un acuerdo entre familias políticas que solo pareció funcionar durante un breve lapso de tiempo en la primavera de 2015 y que entró en fase de centrifugado antes incluso de la toma de posesión del gobierno de la ciudad. El entendimiento de la primavera de 2015, que fue suficiente para ganar las elecciones, no sirvió para establecer las bases de un proyecto común. Quién sabe si todavía hay tiempo de hacerlo.
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¿quien sería el culpable de que C's pase de 3 diputados en el parlamento de Cataluña a ser segunda o primera fuerza política en el parlamento?, no serían los que les mintieron a los catalanes con una supuesta república ideal en la que todo ha sido una miserable mentira que ha despertado a los fascistas, así de claro. Os beneficias mutuamente, sois unos sinvergüenzas, así de claro, hasta nunca.
Y ya por último, vais a crear unas CUP 2 los que pactan con la burgüesia asesina catalana, pues venga, iros ya a tomar viento, otra vez hasta nunca.
El PSOE del S.XXI, Podemos. Nuestra propia revolución de colores, controlada por USA una vez mas. Traidores.
que risa, que pena, así vamos con está gente es imposible, ya que PODEMOS es un invento de EEUU, a que partido hay que votar, ¿quienes son los puros?, ¿los inmaculados?, no será la CUP, si es en esa supuesta república ideal, ¿los que pactan con la derecha? si me puedes contestar porque estoy en un sin vivir. No se si ya has contestado ¿pero que partidos han hecho que C's pase de 3 diputados a ser la 1ª o 2ª posición en el parlament como dicen las encuestas? no sé seguramente habrán sido los americanos del norte.
Daniel Bernabé te lo explica en un genial articulo: "Iglesias, el fascismo y el espectáculo". Buscalo y aprende.
Ante todo, un buen trabajo. La victoria de Ahora Madrid y la primera Carmena, que ya no existe, fue toda fruto de un proceso amplio, extraordinariamente democrático (primarias sistema Dowdall, incluyendo la candidata ala Alcaldía), y que por tanto fue impulsado en su campaña por amplísimas capas populares.Personalmente creo que no se repetirá si no se vuelven a dar tales circunstancias. Y no parece que vaya a ser así.
De modo que no soy muy optimista.
Que curioso lo de los votos. Para mi el comentario mas inteligente de todos. Gracias.
Si los fascistas despiertan porque los antifascistas protestan, lo que cabe preguntarse es ¿por qué los fascistas estaban dormidos?.. Solo cabe una respuesta: porque estaban de acuerdo con el sistema imperante; es decir, porque el sistema imperante tiene raices fascistas. Por lógica, los fascistas despiertan cuando se sienten atacados.
Por eso abandonaron el asalto y decidieron visitar. Visitar los cielos y una vez allí disfrutar de las vistas.
El batacazo va a ser de sonado. Después a intentar construir un partido de izquierdas de una vez.