Polonia
Las elecciones presidenciales en Polonia deciden el futuro de la coalición de gobierno de Donald Tusk

Trzaskowski, el ganador de la primera vuelta, tiene por delante la complicada misión de asegurarse los antiguos votantes de los candidatos de izquierdas y a la vez ser competitivo entre votantes de la extrema derecha.
Rafał Trzaskowski
Rafał Trzaskowski ganó en la primera vuelta de las elecciones en Polonia. (CC BY-NC)

@MarcMartorell3

1 jun 2025 00:01

La carrera para reemplazar a Andrzej Duda como presidente de Polonia está más abierta que nunca. El nuevo inquilino del Palacio Presidencial cerca del río Vístula, con poderes para facilitar o complicar el trabajo de la coalición centrista del primer ministro Donald Tusk, se decidirá el domingo 1 de junio en la segunda vuelta de las elecciones. Tal y como se esperaba, Rafał Trzaskowski del partido liberal-conservador Plataforma Cívica (PO) de Tusk se medirá a Karol Nawrocki, apoyado por los ultraconservadores de Ley y Justicia (PiS), que gobernaron Polonia entre 2015 y 2023. 

Esta es una competición entre dos derechas, la moderada y la radical. Mientras que Plataforma Cívica pertenece al Partido Popular Europeo, como el PP español y la Unión Demócrata Cristiana alemana, Ley y Justicia comparte el Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos con partidos como Hermanos de Italia de la primera ministra italiana Giorgia Meloni. Para ganar las elecciones, Trzaskowski deberá superar el descontento de muchos de los votantes que llevaron a Tusk al poder hace dos años. Una de las promesas claves de Tusk, liberalizar la ley del aborto que desde el 2021 prácticamente imposibilita la terminación del embarazo, aún esta por cumplir, víctima de diferencias internas en el seno de la coalición gobernante. 

Empate técnico en las encuestas

La sorpresa en la primera vuelta celebrada el 19 de mayo no fueron los nombres de los dos candidatos finales (Plataforma Cívica y Ley y Justicia llevan dos décadas disputándose la hegemonía política en Polonia) sino la pequeña distancia entre Trzaskowski y Nawrocki. Trzaskowski, traductor de profesión y actual alcalde de Varsovia, recibió el 31,4% de los votos. Este es el segundo intento de auparse al sillón presidencial para Trzaskowski, quien fue derrotado por un estrecho margen en julio de 2020 ante Duda. El actual presidente, próximo a Ley y Justicia, no puede presentarse a la reelección, puesto que ha completado el máximo de dos períodos en el poder.

En los últimos días también se ha sabido que Nawrocki participó en una batalla entre hooligans en su ciudad natal de Gdansk

Entretanto, Nawrocki, un exboxeador con título de historiador y muy poca experiencia política, cosechó un 29,5% de los comicios en la primera vuelta, cuatro puntos por encima del apoyo que le pronosticaban las encuestas. A Nawrocki no parece haberle pasado factura el escándalo en el que se vio envuelto durante la campaña electoral. Después de que el candidato de Ley y Justicia anunciara tener un único piso, salió a la luz que poseía como mínimo otro inmueble que había obtenido de un anciano a cambio de cuidar de él. A pesar del acuerdo al que habían llegado, el anciano acabó viviendo en una residencia. En los últimos días también se ha sabido que Nawrocki participó en una batalla entre hooligans en su ciudad natal de Gdansk. El candidato ultraconservador describió la reyerta en la que participó como “un noble arte.”

Un análisis del apoyo cosechado por los candidatos que se quedaron fuera de las elecciones en la primera vuelta hace pensar que Nawrocki parte con una pequeña ventaja para el voto de este domingo. Las opciones a la izquierda de Trzaskowski (entre ellas los candidatos progresistas Magdalena Biejat y Adrian Zandberg) no llegaron al 15% conjuntamente. Por contra, los candidatos a la derecha de Nawrocki sumaron más del 21% en la primera vuelta. 

Está por ver, sin embargo, si Trzaskowski y Nawrocki consiguen movilizar a los votantes ideológicamente más próximos que optaron por otras opciones en la primera vuelta. Ahora mismo, los dos candidatos se encuentran en un empate técnico en las encuestas. Tanto Trzaskowski como Nawrocki han tenido durante las dos últimas semanas una charla con el ultraderechista Slawomir Mentzen para su canal de Youtube. 

Mentzen, que consiguió el 15% de los votos en la primera vuelta, es el colíder del partido Konfederacja y defiende una plataforma económica libertaria en combinación con una prohibición total del aborto, incluso para casos de violación. Aún más a la derecha, Grzegorz Braun, antiguo miembro de Konfederacja y tristemente famoso por apagar una menorá de Janucá con un extintor en el parlamento polaco, recibió el 6% de los votos en la primera vuelta.

Aleks Szczerbiak, profesor de Política y Estudios Europeos Contemporáneos en la universidad de Sussex y experto en política de Polonia, explica a El Salto que Trzaskowski tiene por delante la complicada misión de asegurarse los antiguos votantes de los candidatos de izquierdas y a la vez ser competitivo entre votantes de la extrema derecha. Por contra, “todo es más fácil” para Nawrocki. “Su propuesta a la derecha radical se orienta claramente en contra del actual gobierno, y comparte muchos de los valores de Braun y Mentzen”, añade Szczerbiak. 

El único problema para Nawrocki es que “muchos de los votantes de la extrema derecha son ‘antisistema’ y ven a Ley y Justicia como parte de un duopolio que constituye el ‘sistema’. Además, aunque teóricamente de derecha radical, los votantes de Mentzen están motivados primariamente por una economía de libre mercado y son socialmente bastante liberales, mientras que Nawrocki y Ley y Justicia son económicamente de izquierda pero conservadores socialmente”. 

Un voto clave para el futuro del gobierno de Donald Tusk

En Polonia, el presidente es elegido para cinco años y actúa como cabeza de estado. Formalmente, es el comandante en jefe del ejército y comparte el control del ejecutivo con el primer ministro, que encabeza el gobierno. A efectos prácticos, el mayor poder del presidente reside en el veto presidencial, que puede aplicarse sobre cualquier ley aprobada por el Sejm, o parlamento polaco, excepto los presupuestos. El presidente también tiene el derecho de mandar leyes al Tribunal Constitucional para su revisión. 

Si el presidente decide utilizar su derecho a veto, la única forma de que el Sejm pueda sortear el bloqueo es reuniendo una mayoría de tres quintos de los diputados. El gobierno de Tusk, liderado por su Coalición Cívica en coalición con otros tres partidos que abarcan desde el centroizquierda a la derecha, cuenta con 246 de 460 diputados en el Sejm, lejos de una mayoría de tres quintos. Así pues, el presidente Duda, alineado con el principal partido de la oposición, Ley y Justicia, tiene amplios poderes para dificultar la labor del gobierno de Tusk. Según explica Szczerbiak, si Nawrocki gana, “el gobierno debe esperar resistencia continuada del presidente durante el resto de la legislatura.” 

La capacidad de bloqueo en las manos de Duda y (potencialmente en las de Nawrocki) es aún más sólida gracias a que Ley y Justicia utilizó sus años en el poder para nombrar a jueces afines para el Tribunal Constitucional. Según el World Justice Project (WJP), una ONG con sede en Washington que publica un informe anual de la situación del estado de derecho en el mundo, Polonia pasó del número 22 al número 36 del ránking mundial durante los ocho años de gobierno de Ley y Justicia. 

Paralelamente a los cambios judiciales, tal y como cuenta en su libro The new politics of Poland Jarosław Kuisz, editor en jefe del semanario político Kultura Liberalna, el gobierno de Ley y Justicia implementó un control gubernamental de los medios de comunicación públicos. Cargos directivos y periodistas de la televisión y radio públicas fueron despedidos en masa, a la vez que el gobierno se otorgó el poder de nombrar los miembros de la comisión de control sobre los medios públicos. 


El deterioro democrático en Polonia llevó a la Comisión Europea a bloquear 137.000 millones en fondos europeos para Varsovia. Estos fondos fueron desbloqueados en mayo de 2024. La decisión de Bruselas no responde tanto a cambios reales en el país desde la toma de posesión de Tusk (el gobierno ha avanzado lentamente en sus reformas y estas han sido a su vez detenidas por Duda) sino al deseo de premiar la voluntad de cambio. También ha sido clave la apuesta personal de Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea y compañera de Tusk en el Partido Popular Europeo. 

El gobierno de Tusk ha seguido el camino de sus predecesores, criminalizando la ayuda a los migrantes en la frontera

El gobierno de Tusk ha buscado volver a la senda que le marca Bruselas en cuanto a las reformas del estado de derecho. Por contra, en una UE cada vez más hostil para migrantes y solicitantes de asilo, el ejecutivo polaco ha endurecido aún más la política migratoria. Con el apoyo del parlamento, Tusk suspendió el derecho al asilo en la frontera entre Polonia y Bielorrusia en marzo de 2025. El gobierno polaco aduce que Bielorrusia envía inmigrantes a la frontera en un “ataque híbrido” para desestabilizar Polonia. Aunque hay evidencias que el gobierno bielorruso facilita la llegada de inmigrantes de Oriente Medio al país y les permite viajar hacia la frontera con Polonia, muchos de quienes intentan cruzar la frontera no tienen ninguna conexión con las autoridades bielorrusas. 

Aún si este fuera el caso, esto no convertiría en legales las devoluciones en caliente en la frontera, que llevan teniendo lugar al menos desde la llegada masiva de migrantes en verano del 2021. El gobierno de Tusk ha seguido el camino de sus predecesores, criminalizando la ayuda a los migrantes en la frontera. Desde el 2021, según distintas organizaciones humanitarias, 89 personas han muerto en la frontera, muchas de ellas atrapadas en los bosques inhóspitos que separan Polonia de Bielorrusia.

Política exterior: entre Ucrania y Trump

Según el Centro para la Economía Mundial en Kiel, Polonia es el séptimo país que más ayuda ha proporcionado a Kiev en porcentaje del PIB desde el comienzo de la guerra, y el tercero en términos absolutos si se tienen en cuenta los costes de acoger a refugiados. No obstante, en las calles de Varsovia se ven muchas menos banderas ucranianas que en otras capitales de Europa del Este, como por ejemplo la lituana Vilnius, y la actitud de los polacos respecto al millón de refugiados ucranianos en el país ha empeorado progresivamente. En marzo de 2025, únicamente el 50% de los polacos estaba a favor de acoger refugiados ucranianos, comparado con un 57% en diciembre de 2024 y un 81% hace dos años. 

Los agricultores y camioneros polacos se quejan de competencia desleal por parte de trabajadores ucranianos a los cuales se les ha facilitado el acceso a los mercados europeos desde el principio de la guerra. También hay resentimientos por los recursos públicos dedicados a los refugiados ucranianos. En este contexto, tanto Trzaskowski como Nawrocki han prometido que, si de ellos depende, los refugiados ucranianos dejarán de recibir los subsidios familiares a los que hasta ahora tienen derecho como el resto de la población. Estos subsidios, que llegan a unos 800 eslotis (200 euros) mensuales por hijo, son la única prestación social que los refugiados ucranianos pueden percibir del estado polaco. Por contra, tanto Trzaskowski como Nawrocki defienden continuar con el nivel actual de apoyo militar para Kiev, y el candidato liberal-conservador se ha manifestado además a favor de la entrada de Ucrania a la OTAN.

El espectro de Donald Trump también ha planeado por las elecciones polacas. En uno de los países más pro-americanos de Europa como es Polonia, Nawrocki ha puesto en valor su encuentro con Trump en la Casa Blanca a principios de mayo. Kristi Noem, la secretaria de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, viajó esta semana a Polonia para una conferencia internacional ultraconservadora y aprovechó la ocasión para apoyar a Nawrocki, prometiendo mejores relaciones entre Washington y Varsovia si el candidato de Ley y Justicia gana las elecciones. Durante el primer mandato de Trump, Ley y Justicia y el mandatario norteamericano mantuvieron relaciones estrechas. 

La única certeza acerca del voto del domingo es que el mapa de Polonia mostrará un país dividido. Se espera que Trzaskowski gane en el oeste de Polonia y algunas de las grandes ciudades del este como Varsovia, Cracovia o Lodz, mientras que Nawrocki dominará el sureste de la geografía polaca. Para saber el ganador, hará falta esperar hasta bien entrada la noche o, si el voto es muy estrecho, a los resultados oficiales del lunes. 

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