Medio rural
Mabel Cañada: "Lakabe es una escuela de activistas"

Mabel Cañada Zorrilla (Bilbao, 1952), segunda de cinco hermanas y dos hermanos, vive en el pueblo ocupado de Lakabe, Navarra, desde que en 1980 un grupo de antimilitaristas decidiera tomar las riendas de su destino.

Mabel Cañada Zorrilla contra n.7
Mabel Cañada Zorrilla, antimilitarista y panadera de Lakabe Ione Arzoz
23 nov 2017 14:47

Mabel Cañada Zorrilla nació en el bilbaíno barrio de Santutxu en 1952, cuando todavía estaba alejado del centro. Es hija de Ángel, cristalero burgalés que recorrió mundo ejerciendo el oficio, y de Isabel, balmasedana que tuvo que abandonar los estudios de enfermería para cuidar a su padre. Segunda de cinco hermanas y dos hermanos, vive en el pueblo ocupado de Lakabe, Navarra, desde que en 1980 un grupo de antimilitaristas decidiera tomar las riendas de su destino.

Procedes de estirpe artesana...
Mi abuelo paterno montó el negocio familiar y mi aita estuvo fabricando y colocando vidrieras en catedrales e iglesias desde los catorce años. Siempre a vueltas con los cristales, con sus burbujas y con sus matices. De él aprendí la importancia del rigor, algo decisivo en cualquier oficio y también en la vida. Puedes ser extravagante, incluso, si eres rigurosa.

¿La tercera generación abandonó el oficio?
Recuerdo de mi infancia las mañanas de los domingos. Horas y horas, casi sin desayunar, donde nos poníamos a pintar y todo acababa en un derroche de color. Ahora tengo un hermano escultor y una hermana pintora.

¿El mundo rural es también un caleidoscopio?
Nosotras éramos jóvenes que vivíamos en distintas ciudades y que hacíamos campañas contra las centrales nucleares, los juguetes bélicos y la tortura. Habíamos tomado la decisión de construir una alternativa y tuvimos una primera asamblea en Usoz, en pleno valle del río Irati, en una zona ahora inundada por el pantano de Itoitz. Era uno de esos otoños templados, llenos de verdes, ocres y marrones. Lanzamos una convocatoria —recuerdo que nos comunicábamos por carta; la mayoría de la gente ni siquiera tenía teléfono fijo— para empezar la aventura en marzo del año siguiente en Lakabe y coincidió que una semana antes cayó una nevada. Por decirlo suave, casi nadie de las 14 personas que acudieron a la cita estaba acostumbrada al barro y al frío helador que puede hacer en el Prepirineo por esas fechas.

Comienzos difíciles...
No fuimos mal recibidos. De hecho, durante muchos años nadie se preocupó de nosotros. La Guardia Civil venía una vez al año a comprobar si seguíamos allí y a pedirnos los carnés de identidad: conseguían algunos, pero no todos.

¿Qué fue lo más difícil?
Cuando vives en un entorno urbano tienes una representación idealizada del campo. Y cuando llegas, te mueves entre ir entendiendo que vas a fracasar en tu intento por someter a la naturaleza y encajar tu imaginario naíf e ingenuo con lo que tienes delante, que es hermoso y áspero al mismo tiempo. Estuvimos mucho tiempo cortando la leña con hacha y acarreándola con animales de tiro. Ahora también usamos la motosierra y el tractor.

Entonces, ¿qué queda de vuestro cliché hippie?
Indudablemente irse a vivir al campo tiene mucho de querer observar, de buscar las pausas, de disfrutar del silencio... de intentar entender cómo haces para engañarte a ti misma, con todas las mentiras que te cuentas, para ser quien no eres. Todo eso cae de manera bestial cuando te incorporas a una dinámica de grupo.

¿Por qué?
Porque el grupo tiene una cualidad y es que es muy exigente. En el primer año le va a encantar tu personaje. En el segundo te seguirá aceptando pero necesitará cosas nuevas de ti. Y en el tercero, o te muestras tal cual eres o la comunidad no te aceptará, porque necesita saber quién eres y si eres capaz de sostener el proyecto. Y la inercia no tiene ningún sentido porque no funciona.

No parece sencillo.
Es que no lo es. Hay que combinar la comunidad con las personas. Y la toma de decisiones en un grupo es compleja porque el sistema tiene que permitir que todas las personas puedan nombrar su pequeña o gran verdad —o colocar sus sueños— porque, si no, tarde o temprano, consciente o inconscientemente, van a boicotear la decisión.

¿Y cómo se consigue?
Por Lakabe han pasado cientos de personas. Pero para vivir en Lakabe hay que tomar la decisión de querer hacerlo. Ni siquiera vale con haber nacido allí porque es un sitio muy exigente, con sus compromisos, su manera de estar y donde, quieras que no, el grupo pisa fuerte. A quienes nos hemos ido quedando, nos asusta cada vez que alguien se va pero, en el fondo, es normal. Muchas veces llegan personas desorientadas, en periodos de crisis o maltratadas por la vida; se empoderan, y eso les lleva a plantearse otros desafíos en otros lugares y con otras gentes.

¿Como si fuera una etapa de formación?
Sí. En el fondo, Lakabe es una escuela de activistas.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Activismo
Movementos sociais A Comunidade de Montes de Tameiga vence ao Celta de Vigo e frea a construción dun centro comercial e un estadio
Os comuneiros e comuneiras desta parroquia de Mos (Pontevedra) conseguen torcerlle o brazo á empresa de Marián Mouriño que accede a renunciar ao 99% do terreo que tentaba ocupar cunha cidade deportiva que o pobo rexeitou con grandes mobilizacións.
Galicia
Galicia Mujeres rurales gallegas que sueñan con dejar de ser heroínas
La falta de servicios básicos en el rural es la primera piedra en el camino de quien quiere vivir y trabajar fuera de la ciudad.
Sphera
Sphera Vida y trabajo de una pastora en Palencia
El pastoreo tradicional forma parte de la actividad de Nerea, que también hace otras muchas tareas en una una profesión muy exigente donde la conciliación entre la vida personal y laboral es compleja.
karmele
11/12/2017 17:30

Gracias por este articulo. Me ha llegado muy dentro. Me gustaria saber si se puede visitar, probar ese pan..

0
0
Laboral
Laboral Investigada unha rede empresarial que explotaba a 82 migrantes nunha granxa de Lugo
Polo de agora, tres persoas responsables da granxa de Begonte centran as investigacións da Garda Civil. As 82 persoas explotadas vivían nun hotel de Ordes (A Coruña) que non tiña sequera licencia de hostalaría.
Galicia
Galicia ¿Quién es quién en Greenalia? La empresa que quiere otra celulosa en Galicia y arrasa olivares en Andalucía
Los tentáculos del entramado empresarial tras esta corporación tocan a gran parte de la oligarquía gallega. Desde medios de comunicación como 'La Voz de Galicia' hasta equipos de fútbol como el Deportivo o entidades financieras como Abanca.
Estados Unidos
Extrema derecha Trump anuncia un campo de concentración para 30.000 migrantes en Guantánamo en el 80 aniversario de Auschwitz
La estrategia de llevar la detención de migrantes a territorios lejanos, opacos y sin garantías de derechos también ha sido la opción elegida por la Unión Europea en el último año.
Salario mínimo
Pacto bipartito Trabajo y sindicatos acuerdan la subida del salario mínimo en 50 euros sin el apoyo de la patronal
Díaz anuncia un acuerdo con los sindicatos que llevará al Congreso de Ministros de forma “inminente” la propuesta del Ministerio de Trabajo. Los sindicatos proponían una subida de 66 euros y la patronal, de 34 euros.

Últimas

Madrid
Justicia El fiscal general del Estado, en el alambre, declara como investigado ante el Supremo
Álvaro García Ortiz acude al alto tribunal a explicar su versión de las filtraciones denunciadas por el entorno de la pareja de Isabel Díaz Ayuso. Es la primera vez que un fiscal de su categoría declara como investigado.
Pensiones
Revalorización de las pensiones Los pensionistas no se fían y salen a la calle tras el rechazo al decreto ómnibus
Coespe convoca a manifestarse este viernes 31 frente a la sede del PP tras la “posición negativa de la derecha ultranacionalista, sea española o catalana”.
Energías renovables
Energías renovables en Madrid El Centro Cultural Palomeras quiere ser autosuficiente, los préstamos de sus vecinos pueden conseguirlo
Una universidad pública y una cooperativa de energías renovables lideran el proyecto de préstamos que quiere convertir en autosuficiente al histórico centro educativo vallecano, y que busca reunir 150.000 en financiación ciudadana a un interés ético.
Israel
Sionismo Maccabi - Baskonia: no colaboremos con la banalización del mal
El partido de basket en Gasteiz es una oportunidad de oro para mostrar nuestra determinación a no contribuir al blanqueamiento del Estado genocida de Israel, oponiéndonos decididamente
Más noticias
Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Sin materiales, sin protección adecuada y sin financiación: los bomberos de Madrid denuncian “abandono”
La contaminación de los equipos de protección de cinco bomberos en un incendio en una nave de reciclaje hace levantar de nuevo la voz de los sindicatos, que ya tienen denunciada ante el TSJ de Madrid, la falta de financiación.
Cine
El Salto recomienda Diez películas y series en Filmin para acercarse a la diversidad de Andalucía
Una selección realizada por la periodista de El Salto Aurora Báez Boza sobre las mejores películas y series para descubrir las diversidades que habitan dentro de Andalucía
Dana
Tres meses de la dana “Aquí no llovió casi nada”
VV.AA.
Un vecino de Benetússer explica cómo la riada arrasó y cambió para siempre las vidas de miles de personas.
El Salto Radio
EL SALTO RADIO Cultura y resistencia desde América del sur
Cuatro historias sonoras de experiencias creativas y comunitarias en algunas ciudades de Perú, Argentina y Paraguay
Opinión
Opinión Monetizadores de la estupidez
Ser un chalado anticiencia puede llevar a pasearte por radios, televisiones y streamings porque eres rentable para gente sin un mínimo de ética periodística.

Recomendadas

Medio rural
Reportaxe As mulleres rurais soñan con deixar de ser heroínas
A falta de servizos básicos no rural é a primeira pedra no camiño de quen quere vivir e desenvolver os seus proxectos fóra da cidade. Aínda así, o rural galego atópase á cabeza en canto a titularidade feminina respecto á media do Estado español.
Literatura
Letras Galegas Da Sección Feminina do franquismo ao Cancioneiro Popular Galego: o pobo é quen canta e baila
As cantareiras protagonizarán o Día das Letras Galegas de 2025. Beatriz Busto e Richi Casás fálannos delas, de Dorothé Schubarth, do Cancioneiro Popular Galego e da dificultade de acceder aos arquivos sonoros que conservan as súas voces.
Jaén
Andalucía Lopera no quiere que Greenalia especule con sus olivos
Decenas de pequeños olivareros de la Campiña Norte de Jaén podrían perder sus terrenos en beneficio de una empresa que quiere talar los árboles para instalar siete parques fotovoltaicos.