Sanidad pública
¿Cuándo se jodió la atención primaria?

La atención primaria tenía que haber tenido un papel básico en el enfrentamiento a esta pandemia, pero, desgraciadamente, ha sido utilizada de carne de cañón para alimentar el hospital.

Los políticos nunca creyeron en la atención primaria. Ningún político. Podemos decir que la creación del modelo de atención primaria, a finales de los 80 del siglo pasado y que sustituyó al tercermundista modelo de “cupo”, fue en parte el resultado de Alma Ata [Conferencia internacional de atención primaria de salud, en septiembre de 1978], pero, sobre todo, lo fue de las movilizaciones del post franquismo. Cuando el Estado, sobrepasado en muchas ocasiones por cadenas de huelgas salvajes y asamblearias, se vio obligado a soltar cuerda. Cuando aún no se contaba con la brida de CC OO y UGT (en aquel momento sin fuerza para controlar a los trabajadores). Y permitió la creación de ciertos servicios para los sectores obreros. El caso Scala, montaje policial contra el único sindicato no domesticado de la época (CNT), vino a cerrar el círculo.

Esa lucha en la calle es la que permitió algunos avances. En educación se construyeron centenares de escuelas para sustituir a los barracones. En vivienda se forzaron los planes de realojamiento para reducir el chabolismo. Y en sanidad se promulgó la Ley General de Sanidad (LGS), que ya nació amputada respecto a los primeros borradores. En éstos se llegaron a plantear: planificación estratégica, farmacia pública, salud bucodental y mental integrales, que en el texto definitivo desaparecieron. Una vez promulgada, los escasos artículos progresistas de la LGS que escaparon del quirófano nunca fueron desarrollados. Un solo ejemplo: en farmacia hoy día podrían distribuirse los medicamentos más prescritos en el sistema sanitario desde los propios centros, en las cantidades exactas, ahorrando hasta un del 60% del gasto [Artículo 103.1]. Gasto que podría dedicarse, por ejemplo, a prevención. Lo mismo pasó posteriormente con la Ley General de Salud Pública, nunca se desarrolló. En síntesis, estamos en manos de los que estamos. Sin presión desde las calles, hasta las leyes más progresistas se quedan en papel mojado.

En estas tres décadas, la atención primaria ha ido volcándose cada vez más en lo clínico (necesario pero no suficiente) y se ha puesto anteojeras para lo social, la prevención de la salud colectiva. Los propios equipos de atención primaria están obligados, en teoría, a realizar el diagnostico de salud de su zona básica [Real Decreto 137/1984, de 11 de enero, sobre estructuras básicas de salud. Artículo 5.d], lo que, en la práctica, ha sido imposible. En parte por desidia de los profesionales centrados en la actuación sobre los síntomas, en parte por trabas de la propia administración sanitaria. Olvidando las causas, la enfermería, que podría haber sido la infantería para la acción contra los productores de enfermedad, fue dirigida hacia el enfrentamiento con el sector médico en pos de buscarse un “espacio propio” dentro de los equipos. Así se inventaron los “diagnósticos de enfermería” y otras estupideces que les mantienen entretenidos en clicar en decenas de pestañas del programa informático de turno, huyendo de las causas sociales de la enfermedad.

A pesar de que la propia LGS establece la intervención sobre los “productores de enfermedad” [Capítulo V. De la intervención pública en relación con la salud individual colectiva], en realidad nunca se plantea [artículo 26]. Hacerlo sería revolucionario, ya lo predijo Iván Illich hace casi 50 años. Otro ejemplo: sabemos la mortalidad provocada por ciertas industrias, con nombre y apellidos. Más de un centenar de puntos negros que producen enfermedades crónicas, dolor y muerte que luego permiten justificar la compra de tratamientos oncológicos de hasta 60.000 euros por persona… Y alargar un mes y medio la esperanza de mala vida. Es decir, más gasto sanitario. Esas industrias toxicas deberían haber sido cerradas, o cuanto menos trasladadas. Y aun así no se garantizaría todo, dado que la difusión de sus productos tóxicos puede alcanzar decenas de kilómetros. Conociendo los puntos, teniendo identificadas las industrias que producen dolor, muerte y gasto sanitario, ninguna administración o centro sanitario de la zona ha hecho absolutamente nada. Simplemente actuar sobre ellas sería haber realizado prevención de la enfermedad y, por tanto, promover la salud. Pero ello impide vender fármacos o realizar técnicas diagnósticas. No hace crecer el PIB, sino lo contrario.

En la pandemia actual del coronavirus, la atención primaria tendría que haber tenido un papel fundamental: localizar a los positivos y sus contactos mediante test para aislarlos individualmente (no en aislamiento domiciliario), poner en cuarentena a sus contactos y cortar en seco la propagación. Simplemente cortafuegos. Se necesitan pocos medios y poco dinero: test suficientes, atención primaria reforzada y alojamientos de aislamiento durante unas semanas.

En cambio, los políticos pusieron a Burgueño, ideólogo de la privatización madrileña, a dirigir el timón sanitario. A su hija le correspondería la gestión de lo sociosanitario. Para echarse a temblar. Y lógicamente se decidió lo contrario de lo que indica el sentido común: respiradores, fármacos carísimos, espectáculo mediático y mucho, mucho dinero. De nuevo, hospitales. Antes fueron los del modelo “infantas” o colaboración público-privada, ahora el “hospital de guerra” del Ifema, UCIs desbordadas, pacientes por los suelos... Y lo que vendrá: unas listas de espera terroríficas, más de lo que ya lo eran, cuando pase esta crisis. Y los que no lo verán: los miles de muertos evitables que podíamos habernos ahorrado actuando a tiempo.

Sanidad
Contundente condena a la Comunidad de Madrid por su gestión de la crisis del coronavirus

Desde la opacidad al vaciamiento de la atención primaria. Profesionales de la sanidad madrileña explican las deficiencias cometidas por la Comunidad de Madrid en la gestión de la pandemia de covid19.

El Summa, desmontado para atender las noches del hospital de guerra, dejó de poder atender las urgencias domiciliarias, dando lugar a situaciones dantescas: familias llamando infructuosamente durante seis días al cabo de los cuales solo les quedó la amargura del familiar fallecido sin atención.

Atención primaria, atada de pies y manos, también fue desmontada —algunos días han estado cerrados hasta el 30 % de los centros de Madrid—. Para alimentar también al hospitalcentrismo del Ifema o atendiendo y sedando a los terminales en sus domicilios para evitar el colapso hospitalario. Los centros que se mantuvieron intentan, como pueden, hacer seguimiento y apoyo presencial o telefónico de los aislados domiciliarios (otra fuente de contagio, la intradomiciliaria, muy importante en estos días y sobre la que los epidemiólogos deberían opinar si era prevenible). La atención primaria tenía que haber tenido un papel básico en el enfrentamiento a esta pandemia, pero,  desgraciadamente, ha sido utilizada de carne de cañón para alimentar el hospital. El culmen de la estupidez.

Enfermedades infecciosas, enfermedades oncológicas, ambas técnicamente prevenibles, en parte desde la atención primaria. Pero el sistema eligió lo peor, pero lo más mediático. Así, en la práctica, la prevención y la promoción comunitaria no pasaron de algunos libros de texto de la facultad. Y ahora lo estamos pagando con nuestros muertos. Si a esta pérdida de sentido de los fundamentos de la atención primaria le sumamos los recortes económicos de la última década, tenemos el cóctel perfecto. Seguimos actuando sobre los síntomas, no sobre las causas. Y lo hacemos obstinadamente y olvidándonos de la máxima: “Prevenir lo que no sabemos curar”.

Sanidad pública
No culpes al 8M: tres indicadores macro que explican mejor la crisis sanitaria por el coronavirus

España destina a Sanidad el mismo porcentaje del Producto Interior Bruto que hace una década. Tiene menos plazas en hospitales disponibles que todos los países de su entorno y menos personal de enfermería. La crisis del coronavirus ha puesto de relieve años de recortes en el sistema público de salud.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Galicia
Redes clientelares La empresa del cuñado de Feijóo obtuvo 200.000 euros en contratos a dedo de la Xunta mientras era presidente
La sociedad de telemarketing, Universal Support, se ha adjudicado 19,2 millones de euros más en licitaciones con la Consellería de Sanidade dedicadas al rastreo de casos de coronavirus durante la pandemia. Algunos de ellos, siendo la oferta más cara.
Opinión
Residencias No tenían por qué morir igual
El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso permitió a las personas residentes con seguro privado asistir al hospital y negó la asistencia a las personas que carecían del mismo. Ayuso es el ejemplo de la iniquidad, del desprecio absoluto a los derechos humanos.
#57105
15/4/2020 19:26

Se jodió cuando el PSOE y el PP se pudieron de acuerdo para cargársela.

2
0
#57023
15/4/2020 10:10

Si y no. Otro capitan aposteriori.

0
0
#56909
14/4/2020 13:50

Muy bueno y muy claro. Gràcies

2
0
jcsanguesa
14/4/2020 12:43

Muy bien por el artículo, tiene toda la razón.

1
0
Medio rural
Enerxías renovables A empresa eólica que explota o monte Acibal segue traballando malia a paralización decretada polo TSXG
A plataforma Amil sen Eólicos e a organización ecoloxista Adega demandan ao Tribunal Superior que dispoña forzas de seguridade pública na zona para verificar que tipo de tarefas están a realizarse e se cumpren co auto de paralización.
Exclusión sanitaria
Nuevo proyecto de ley Cómo debería de ser la nueva ley de sanidad universal para que devolviera el acceso a todas las personas
Colectivos en lucha se muestran prudentes con el nuevo proyecto de Ley de Universalidad del Sistema Nacional de Salud y piden una redacción simple que elimine requisitos que puedan suponer barreras de facto.
Palestina
Palestina Salamanca y La Rioja se suman a las más de 300 acampadas universitarias contra el genocidio
Estudiantes de ambos centros universitarios instalarán hoy las tiendas, cerca de sus respectivas bibliotecas, impulsados por la chispa que ha prendido alrededor del mundo y coincidiendo con el 76 aniversario de la Nakba.
Policía
Espionaje político Juancar, otro policía infiltrado en los movimientos sociales de Madrid
El Salto desvela la identidad del agente policial Carlos P.M., que pasó dos años infiltrado en movimientos sociales de Madrid bajo la falsa identidad de un joven estudiante.
Palestina
Palestina Françoise Vergès: “La liberación de Palestina sería una verdadera sacudida para el mundo”
La politóloga antirracista Françoise Vergès radiografía el momento de quiebre en el que se encuentra el relato del excepcionalismo occidental que abandera Israel, y analiza los movimientos que le plantan cara desde las acampadas o el Sur global.
Maltrato animal
Maltrato animal Una nueva ‘granja del terror’ salpica a la cadena de suministros de Lidl
El Observatorio de Bienestar Animal denuncia a una granja burgalesa por maltrato animal y publicidad engañosa tras publicar imágenes de cerdos maltratados y en condiciones de vida deplorables.

Últimas

Análisis
Análisis Israel nunca tuvo derecho a existir
Sobre Israel hay quienes se sobresaltan al escuchar que no tiene derecho a existir. Inmediatamente le atenazan décadas de falsos axiomas y propaganda de occidente para sostener su colonia en Palestina.
Catalunya
Catalunya El Senado veta la Amnistía y la Audiencia Nacional intenta que los imputados de Tsunami abandonen el exilio
El juez de la Audiencia Nacional, Manuel García-Castellón, les ha llamado a declarar desde Barcelona el 22 de mayo, antes de que se apruebe la ley. Les imputa terrorismo, un delito por el que no podrían ser amnistiados.
Más noticias
Opinión
Opinión Infiltrados en la democracia
Un nuevo caso de infiltración policial subraya la permanencia de una serie de prácticas que amenazan derechos fundamentales y tienen potencial delictivo.
Sanidad pública
Sanidad a la madrileña Vecinas de Madrid escenifican la tragedia de la sanidad pública en una acción sorpresa en el Metro
El próximo domingo 19 de mayo a las 12:00 horas cuatro columnas desde Nuevos Ministerio, Plaza España, Hospital de La Princesa y Atocha partirán hacia Cibeles en la que se espera otra masiva marcha en defensa de la sanidad pública.
Agroecología
Día de la Persona Agricultora Milikua: “Las tareas del campo cobran valor cuando las hacen los hombres"
La autora del libro 'Sobre la tierra, bajo la sombra' (Consonni, 2023) reflexiona en el Día de la Persona Agricultora sobre el papel que ha tenido y tiene la mujer en el campo, su representación en los espacios de poder o sobre el Estatuto Vasco de las Mujeres Agricultoras
Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda El Gobierno amplía la moratoria hipotecaria unas horas antes de su vencimiento
Cuando faltaban unas horas para el fin de la moratoria hipotecaria que beneficia a 30.000 familias, el Consejo de Ministros aprueba su prórroga hasta 2028. La PAH anuncia que seguirá luchando por una “solución definitiva”.
Elecciones
Elecciones catalanas El triunfo de Sánchez e Illa en el embrollo catalán
Los socialistas derrotan con claridad al independentismo, pero lo tendrán complicado para formar gobierno y la derechización de la política catalana no es una buena noticia para el PSOE.

Recomendadas

Genocidio
Movilizaciones Estudiantes por Palestina, el “no en nuestro nombre” global
Las acampadas se extienden por todo el mundo. La represión de algunas de ellas no consiguen limitar el alcance de una forma de protesta que desafía a los Estados y que Israel considera una amenaza que pone en riesgo su impunidad.
Historia
Historia ‘Japó Roig’: la historia olvidada de la izquierda nipona en plena Guerra Fría
Ferran de Vargas publica ‘Japó Roig’ (Manifest, 2024), en el que reconstruye la historia de la izquierda revolucionaria japonesa desde el final de la II Guerra Mundial hasta 1972.
Salud
Salud perinatal Susana Carmona: “No encuentro nada más feminista que estudiar lo que pasa en nuestros cuerpos”
La psicóloga clínica Susana Carmona recoge en ‘Neuromaternal’ casi todo lo que la neurociencia puede enseñar sobre las madres. Por ejemplo que la maternidad, como la adolescencia, es una época de neuroplasticidad y de adaptación.
Barcelona
Barcelona El Lokal se queda en el Raval
En un giro inesperado de su historia, el mítico espacio libertario El Lokal, de Barcelona, ha tenido que decidir si mudarse o firmar un contrato de compra-venta para preservar su espíritu, a ras del Raval.