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Sanidad pública
Un paciente con sobrepeso denuncia que lleva desde diciembre esperando una resonancia magnética en la sanidad pública andaluza
La vida de Mario López Falcón, vecino de Castilblanco de los Arroyos, cambió un 17 de noviembre de 2021 cuando debido a fuertes dolores de tipo ciático en la pierna derecha quedó indispuesto para mantener su actividad laboral y social como venía haciéndolo hasta entonces. Medio año después sigue esperando una prueba de diagnóstico y se siente discriminado en la sanidad pública andaluza. En aquel momento pesaba 193 kilos y el diagnóstico en la Atención Primaria, en el centro médico de su localidad, es que sus dolores pudieran estar motivados por una hernia discal. No obstante, el personal médico solicitó en el mes de diciembre, y luego en reiteradas ocasiones, una prueba consistente en una resonancia magnética con el propósito de hacer un diagnóstico traumatológico adecuado para tratar su caso con garantías.
Pero los plazos para realizar esta prueba fueron retrasándose debido a la obesidad mórbida que el paciente padece. El Servicio Andaluz de Salud derivó la realización de esta resonancia magnética a un centro privado de diagnóstico por imagen, Cemedi, en Nervión. “Cuando me presenté allí me indicaron que sobrepasaba los 150 kilos y que no podían realizarme la prueba, me tuve que volver a mi casa, no me dieron alternativa ninguna”, lamenta este paciente, que en ese momento rondaba los 170 kilos. Desesperado, ha decidido poner voz a su caso porque, asegura, es una situación que pueden estar pasando centenares de pacientes con sobrepeso, a su juicio discriminados en la sanidad pública de Andalucía, y abre el debate sobre la necesidad de adaptar el servicio sanitario de una manera integral a la diversidad de pacientes.
Por vía telefónica se interesa cada semana por la situación de la maquinaria adaptada y su cita al centro privado Cemedi de Osuna
Según relata el afectado, el pasado 15 de febrero recibió una cita para realizar la resonancia magnética en Osuna, a 125 kilómetros de su lugar de residencia. López pensó que por fin iba a aproximarse a un diagnóstico certero para abordar el cuadro de dolores que padece y retomar su trabajo. “Lo tenía todo preparado ese día para hacerme la prueba y salí desde Castilblanco de los Arroyos a Osuna, pero a la altura de Alcalá de Guadaíra me llamaron por teléfono para decirme que la máquina que hace las resonancias para personas con obesidad se había averiado: suspendían mi citación y me llamarían cuando estuviera operativa”, expresa con desaliento. Desde esa jornada de febrero hasta hoy sigue aún a la espera. Por vía telefónica se interesa cada semana por la situación de la maquinaria adaptada y su cita al centro privado Cemedi de Osuna. “Me informan que posiblemente la dejen fuera de servicio”, lamenta.
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“Me he sentido y me siento discriminado porque me están tratando de un lado a otro mal por mi sobrepeso”, afirma Mario López. El pasado año asumió el reto de reducir su peso de la mano de un nutricionista. Y ha logrado bajar su peso en 46 kilos, encontrándose por debajo de los 150 kilogramos que el escáner de resonancia magnética que le han venido ofreciendo para realizar la prueba soporta. De esta sustantiva reducción de peso dan cuenta los informes nutricionales que guarda y que ponen de manifiesto la voluntad del paciente de facilitar cuanto está en su mano para la realización de la resonancia.
“Es absurdo que me tengan dando vueltas sin que nadie se preocupe de desbloquear una simple resonancia magnética”
“No me niego a ir a hacerme la prueba donde sea, si me dicen a Osuna voy a Osuna, y si me dijeran a Madrid, a Madrid que voy a hacérmela”, afirma Mario López, que se pregunta cómo el Servicio Andaluz de Salud no dispone de maquinaria adaptada operativa para personas con sobrepeso o por qué no se le deriva a otra clínica, en otra ciudad o comunidad autónoma, para realizarlas. “Es absurdo que me tengan dando vueltas sin que nadie se preocupe de desbloquear una simple resonancia magnética”, insiste este vecino de Castilblanco, y advierte: “¿Si me detectan luego un cáncer, qué pasa, me muero porque no me lo han podido diagnosticar antes?”.
Aconsejado por otros profesionales médicos que le han atendido en estos meses, Mario formalizó el pasado 3 de junio una queja ante el Servicio Andaluz de Salud, a la que ha adjuntado los informes traumatológicos. “Hasta que no te pasa a ti no te das cuenta de estas situaciones surrealistas”, detalla.
Desde su casa en la Sierra Morena de Sevilla, este paciente y padre de familia sigue reclamando la resonancia magnética pendiente. “Llevo meses superando brotes de dolores que me tienen varios días medicado en la cama, y he puesto de mi parte, quiero curarme, estar bueno para trabajar y tener mi vida como la tenía antes”, insiste con la expectativa de que el calvario que, asegura, está viviendo, sirva para concienciar a las autoridades de la sanidad pública andaluza: “¿Es que las personas con sobrepeso no podemos hacernos una resonancia magnética?”, concluye.