Blandengues o Indignados: los grupos de hombres que se movilizan ante la violencia machista

Ocho colectivos forman la Red de Grupos de Hombres de Madrid contra el Machismo. No quieren protagonismo, pero sí asumir su parte al comprometerse a revisarse y señalar actitudes machistas.
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Álvaro Minguito Pegatina sobre un anuncio publicitario durante la huelga feminista de 2019.

“Siempre he detestado al hombre blandengue y además también he podido analizar que la mujer tampoco admite al hombre blandengue”. Lo dijo el Fary en 1984 y en 2025 algunos lo resignifican: Blandesgues es el nombre del grupo de hombres al que pertenece desde hace tres años Diego. Se reúnen en el centro social autogestionado Tres Peces de Lavapiés, donde han creado un espacio para “decirse las cosas”. Un grupo donde “no te van a juzgar a ti, pero sí a tus actitudes”, dice este informático de 51 años. El grupo, al que en este momento asisten ocho personas, se creó en 2018 y se reúne en Lavapiés. La gestión de un espacio de cuidados en el contexto de la huelga feminista de ese año juntó a varios que quisieron hacer algo más allá de aquel 8 de marzo.

Ese mismo origen, un espacio e cuidados durante la huelga feminista, tiene el Grupo de Hombres Antipatriarkal del Colectivo Kontracorriente en Villa de Vallecas, al que pertenece Samy, y que se juntan cada quince días siete compañeros. “Me sumé porque, aunque tenía posicionamiento feministas, no hacía nada activamente por ese cambio que propone el feminismo”, explica Samy, que es educador social y tiene 36 años. 

Más veterano en Carlos Thiebaut. Tiene 75 años y es integrante y fundador del grupo de hombres La Enredadera, que se reúne cada dos semanas en el centro de Madrid. Son unos doce y, dice, un grupo abierto a recibir a nuevos. “Se suele decir que los grupos de hombres se deben fijar en los privilegios o en los malestares... yo creo que desde luego en ambas cosas”.

Juanjo forma parte desde 2017 de Indignados cuestionando(nos) el patriarcado. “Llevaba tiempo leyendo sobre feminismo y una amiga muy querida me habló del grupo”, explica sobre su aterrizaje en el mundo de los grupos de reflexión. “Muchos de los que participamos en estos grupos venimos “empujados” por mujeres de nuestros entornos”. En este momento, son siete integrantes y se ven en Usera.

Son cuatro de los ocho colectivos que forman la Red de Grupos de Hombres de Madrid contra el Machismo, que este sábado han organizado su primer acto como red a pocos días del 25 de Noviembre, Día por la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Abuelos contra la violencia machista

Carlos Thiebaut dice que es “de los viejos” y cuenta que en la manifestación del 25 de Noviembre del año pasado se hizo un cartelito que llevó colgado al cuello: “Abuelos contra las violencias machistas”. En su grupo, los hay desde veintitantos años hasta sus 75. Por eso se resiste a la simplificación del discurso que se hace al afirmar que los jóvenes de hoy son más reaccionarios y antifeministas: “No niego que esto ocurra, pero sí creo que hay muchos jóvenes que están en otro lugar, más cerca de un paradigma igualitario”.

Tres de los integrantes de su grupo pertenecen a AHIGE, la Asociación de Hombres por la Igualdad de Género, y una organización de referencia en lo de pensar las masculinidades: se creó en 2001 en Málaga y fue la asociación que puso en la escena pública lo que posiblemente estuviera ocurriendo ya en algunos sitios en ámbitos privados, los grupos no mixtos de hombres que compartían la necesidad de hablar sobre la masculinidad. La formación de AHIGE, junto a la puesta en marcha del programa pionero ‘Hombres por la Igualdad’ del Ayuntamiento de Jerez en 1999, son los hitos fundacionales de los grupos de reflexión de hombres. 

Para pertenecer al grupo de La Enredadera no hace falta ser de AHIGE, aclara Carlos. Hoy lo componen unos diez hombres de edades diversas. Los mayores aportan la experiencia y los jóvenes “te plantean los nuevos retos y los nuevos problemas y las nuevas situaciones en las que la masculinidad se está jugando”, explica. “¿De qué hablamos? Pues de muchas cosas de las que quizá no solemos hablar los hombres: de nuestras emociones, de nuestros sentimientos, de las cosas que nos pasan o las cosas que nos inquietan”, sigue.

Carlos cree que gracias a las reflexiones del grupo ha podido modificar actitudes machistas y que es más consciente de las diversas formas de violencia en las que puede caer

Sobre los temas que abordan, explica que hay temas recurrentes, como el sexo y las relaciones de pareja, y temas que han ido apareciendo gracias a los intereses de los componentes más jóvenes. Temas más micro, como quién soporta la carga emocional de la pareja o las cosas pequeñas de la vida en común. Y, claro, uno de los grandes temas es el de la violencia machista.

Carlos cree que gracias a las reflexiones del grupo ha podido modificar actitudes machistas y que es más consciente de las diversas formas de violencia en las que puede caer. “He detectado en mí ejercicios de violencia emocional y de autoridad que he ido modificando en mi propia vida”, reconoce. Sobre el 25N, dice que es un día muy presente en la dinámica del grupo y recuerda que el año pasado se sumaron varios grupos con una pancarta: “Hombres contra las violencias”. “No, pretendemos asumir ningún protagonismo, si bien es un problema que nos concierne y estamos del lado de las compañeras y el movimiento feminista”, aclara.

Las cuatro erres

Reparar el daño hecho, no repetir las conductas que lo han causado, reconocer actitudes machistas y responsabilizarse de ellas. Son las cuatro erres que guían al Grupo de Hombres Antipatriarkal. “Cuando me metí a este grupo ya había tenido una experiencia breve, de unos pocos meses, pero no tenía una idea clara de en qué consistía”, explica.

En sus reuniones, “hablamos de actitudes concretas, de violencias ejercidas, de posicionamientos ante la confrontación con mujeres de nuestro entorno... tratamos de que siempre sea muy muy práctico y que nos lleve a un cambio real”, dice. Otro objetivo del grupo es “llegar a otros hombres, ya sea para que formen parte de nuestro grupo o de otros o intentar que, por lo menos, les lleguen determinadas reflexiones”.

Al igual que Carlos, Samy ha podido reconocer un espectro más amplio de violencias a raíz de su participación en el grupo. También, dice, ha ido introduciendo algunos cambios en su vida. “Es potente el trabajo que hacemos”, dice. 

Cuando se le pregunta sobre qué pueden hacer los hombres contra la violencia machista, Samy dice dos palabras: “No ejercerla”

Cuando se le pregunta sobre qué pueden hacer los hombres contra la violencia machista, dice dos palabras: “No ejercerla”. “Lo demás es secundario”, zanja. Luego, sí, se pueden hacer otras cosas: apoyar las convocatorias del movimiento feminista, sensibilizar en el entorno más cercano o señalar actitudes machistas a los compañeros. Pero lo primero, parar, algo que no es fácil: “Yo, a día de hoy, todavía sigo ejerciendo violencia… me resulta difícil librarme de determinados eh roles en los que me he metido”. Y, de cara el 25N, advierte: “No queremos ser protagonistas ni ocupar espacios”.

Mirarse el machismo propio y señalar el ajeno

“Cuando alguien llega con una cagada que ha hecho se le acoge, se le abraza, pero también se le dicen las cosas”, dice Diego cuando se le pregunta por algún aspecto que defina a su grupo de hombres, el que se llama como los hombres que no le gustaban a El Fary, Blandengues. 

Este trabajo de señalamiento, de interpelación, que es un denominador común en los grupos de hombres, debe extenderse más allá del grupo de confianza. “Esto no solo va de decirle a uno lo que ha hecho, sino de poder señalar a otro si en un grupo de WhatsApp o en un grupo de amigos tiene actitudes muy machistas“, dice.

Diego: “Mientras deconstruyes el machismo de los compañeros también te revisas tú, porque nuestro objetivos es eso, seguir trabajando en quitarnos el mayor machismo posible de encima”

No se trata de ponerse como ejemplo, dice sino de hablar entre iguales: Es una de las cosas que que hablamos bastante en los grupos, el cómo llegar a otros hombres para que no se cierren en banda y conseguir que cale lo que le estás diciendo, aunque solo sea una semillita”. Además, mientras deconstruyes el machismo de los compañeros también te revisas tú, porque nuestro objetivos es eso, seguir trabajando en quitarnos el mayor machismo posible de encima”.

Sobre su asistencia al 25N, dice que jamás se le ocurría ir con una pancarta y repite una idea que comparten los entrevistados, la de no querer protagonismo. 

Interpelar a los hombres en el 25N

“El 25N para mí es un día de interpelar a otros hombres y mostrar públicamente mi rechazo a las violencias machistas”, dice Juanjo, de Indignados. En su grupo, la violencia machista es un tema de reflexión habitual. “Estar en este grupo ha cambiado por completo mi mirada, mi pensamiento y mi ser y estar en el mundo como hombre, me ha hecho consciente de muchos de mis privilegios, y de cómo operan las relaciones de poder entre hombres y mujeres. He ido identificando y cambiando actitudes machistas y ‘microviolencias’ o violencias invisibles que ejercemos en nuestro cotidiano debido a nuestra socialización masculina.

“Entender bien la violencia machista pasa por leer a mujeres feministas que han escrito sobre esto”, reflexiona Juanjo, del grupo de hombres Indignados 

Entender bien la violencia machista pasa por leer a mujeres feministas que han escrito sobre esto“, reflexiona. Sobre el grupo, cree que actuar en colectivo siempre es más eficiente que hacerlo en solitario“, aunque siempre ”desde el marco de los privilegios y la autocrítica. Hacerlo desde el paradigma de los costes nos puede llevar muy fácilmente a victimizarnos y creer que nosotros no somos opresores si no otras víctimas del patriarcado, y así corremos el peligro no sólo de perpetuar las violencias sino de acabar justificándolas, añade, consciente de uno de los puntos de fricción que pueden surgir en los debates sobre las masculinidades.

Sobre la  Red de Grupos de Hombres de Madrid
La Red de Grupos de Hombres de Madrid contra el Machismo organiza el sábado 22 de noviembre las jornadas ‘Contra el machismo propio y ajeno’ en el CSO La Rosa. Esta red, creada en el año 2021, reúne a al Grupo de Hombres de Carabanchel, Privilegiados, Grupo de Hombres de Vicálvaro, Grupo de Hombres Antipatriarkal, Greenpeace, Indignados, La Enredadera y Blandengues.
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