Derecho a la vivienda
            
            
           
           
Sareb desconvoca el segundo desahucio del bloque de Callejo 13 por la vulnerabilidad de las ocupantes
           
        
        El próximo viernes 4 de septiembre, Sareb tiene programado el segundo intento de desahucio del bloque recuperado por PAH Vallecas. Esta misma mañana, la sociedad de gestión ha enviado un escrito para la suspensión cautelar debido a la situación vulnerable de algunas de las ocupantes, la jueza debe pronunciarse.
 
Han  transcurrido más de cinco semanas desde que se paró el primer  intento de desahucio del edificio Callejo 13, bloque  recuperado en 2014 por PAH Vallekas en el marco de la campaña  estatal de la PAH de Obra Social, con el objetivo de alojar a hogares  empobrecidos y sin alternativa de vivienda. En medio del aumento  del número  de contagios por coronavirus en distritos del sureste de  Madrid como  Puente de Vallecas, donde se ubica el inmueble, Sareb ha ordenado para el próximo viernes el segundo intento de desalojo de sus ocupantes:  siete mujeres, tres de ellas menores.
El  31 de julio pasado, PAH Vallekas informaba detalladamente a través  de un  comunicado los primeros pasos de la  negociación con Sareb,  que incluía una propuesta de realojo solo para dos familias a cambio  de todo el bloque ocupado. “Sareb no se mueve ni un milímetro  de la propuesta inicial que ya forzaba el día del primer desalojo:  dos contratos-trampa para Susana y Victoria que justifican con la  presencia de menores, por lo que me dejan sin realojo a mí”,  cuenta a El Salto Lotta, una de las ocupantes del edificio en  cuestión.
“Nosotras  somos tres familias y somos como  hermanas. Me duele a mí, pero a  ellas también les molesta el plantear una solución solo para unas”,  admite Lotta al tiempo que considera que “son criterios  natalistas, es decir que si no tienes hijos no tienes derecho”.  Susana, su vecina, la apoya: “La lucha es entre las tres, aquí  no ha luchado una y otra no sino que lo hemos hecho desde un primer   momento las tres juntas, hemos seguido los mismo pasos; no es justo”.
Los  pisos ofrecidos por Sareb, uno en Fuenlabrada y otro en Getafe, tendrían contratos en principio de alquiler social a la par de  cláusulas de obligado cumplimiento como el aumento del alquiler  después del primer año a precio del mercado, o la de enajenación  del inmueble, es decir, el fin del contrato tres meses después de que  Sareb consiga venderlo. “Nos han ofrecido unos alquileres  sociales con estas condiciones que no se pueden firmar porque son muy  abusivos”, dice a El Salto Susana, a quien han propuesto el piso  de Fuenlabrada.
Susana se refiere en concreto a la subida encubierta que quiere Sareb a través de firmar a precio de mercado y conceder una falsa “bonificación” durante el primer año, pero al pasar al segundo implicaría una subida efectiva de aproximadamente el 300 por ciento de la mensualidad. Una cláusula a todas luces ilegal ya que Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) no lo permite en los primeros cinco años y siete años si es un particular.
Vulnerabilidad que no ha cambiado
Desde que se detuvo el primer desahucio, las condiciones de vida de las mujeres habitantes de Callejo 13 se mantienen igual o más vulnerables que entonces por lo que no ven realistas las propuestas de realojo por parte del banco malo.
 
Angélica, a cargo de su bebé de 3 meses, acaba de recibir la confirmación de que ha dado positivo en coronavirus. Desde hace una semana guarda cuarentena en el mismo piso que comparte con su madre Victoria quien, después de seis operaciones a corazón abierto, se encuentra en periodo de recuperación. La convivencia en casa las lleva a extremar los cuidados al máximo. Para ello, echan mano de sus vecinas Susana y Lotta para entre todas minimizar el riesgo de contagio
 
Susana prepara la vuelta al cole de su hija mayor y la vuelta a la escuela infantil de la más pequeña. A la vez, cuida de su madre, enferma de Alzheimer, que vive en Entrevías. Lotta no retomará su empleo e ingresos en el sector de la enseñanza sino en el mes de octubre, tomando en cuenta los retrasos en la reapertura de los centros educativos también por la crisis sanitaria por coronavirus.
 
Todas  ellas han puesto sobre la mesa la importancia de sus redes  vecinales sin las cuales su vida cotidiana no sería posible. Esta  misma semana, Victoria tiene cita en su centro de salud, el Vicente  Soldevilla, a solo dos cuadras de su casa de Callejo. Susana insiste: “Tenemos una vida en Vallecas; metro, colegio,  familiares, entornos sociales... todo lo tenemos aquí. Si nos cambian  no tenemos nada”.
Desde PAH Vallekas reiteran su disposición a abandonar el inmueble, pero con un acuerdo de realojo que cumpla las condiciones de arraigo y cercanía de todas las ocupantes quienes aseguran haber enviado al banco malo un dossier incluyendo inmuebles en la zona donde las mujeres tiene sus redes sociales. “Hemos mandado un dossier de pisos vacíos propiedad de Sareb cuyo valor de mercado está valorado por debajo de los pisos que ofrecen a Susana y Victoria, sin embargo su propuesta no se ha movido ni un milímetro“ explica Lotta.
 
Un clima de negociación enrarecido
Las  vecinas de Vallecas aseguran que en estas semanas solo han mantenido  comunicación con Sareb vía telefónica, correo electrónico y un  encuentro presencial condicionado a leer in situ los contratos pero  sin permitir a las solicitantes de alquiler social llevárselos para  poder leerlos con calma en casa o con sus abogados.
Recuerdan  también otro incidente el día  30 de julio, en el que encontraron a cuatro empleados  de la empresa  VPS Group  quienes decían venir con  instrucciones de Solvia (una de las empresas intermediarias —o  servicers— de Sareb) de desalojar el edificio, cambiar las cerraduras  de todas las casas y tapiar el inmueble. De  no haberse movilizado inmediatamente a través de sus compañeros de  PAH Vallekas, podrían haberse visto desahuciadas sin orden ninguna.  Si los desalojos  extrajudiciales están prohibidos por la ley, no se entiende esta  actuación, aparentemente confusa, de Sareb.  Es por ello que las vecinas interpusieron una denuncia en el juzgado  de guardia de Madrid
Con estos episodios, las ocupantes de Callejo 13 consideran que si en una negociación de partes se cuenta con la flexibilidad por ambos lados, esta no la han visto por parte de la Sareb. “Todo han sido coacciones e imposiciones. ¿Qué hubiera pasado si en el momento de la llegada de VPS no se hubieran encontrado vecinas presentes?”, se preguntan.
 
En  el proceso pretenden conseguir un compromiso más serio por parte de la  sociedad de gestión, esta  vez han apelado al departamento de  Responsabilidad Social Corporativa cuyo director es Gaspar  González Palenzuela, pero desconocen si serán sensibles a entender las  situaciones concretas de las familias.
Sareb de nuevo en el foco
El desahucio de Callejo 13 no es más  que un nuevo ejemplo de los límites que dejó la última reforma de  la LAU al esquivar los únicos puntos de mejora que suponía. Si bien  tiene de positivo la ampliación, de nuevo, de los plazos mínimos  contractuales, y más años para personas jurídicas, no  es suficientemente rigurosa en tanto que no impone techo de alquiler,  ni especifica restricciones sobre confusas figuras como la de la  'bonificación' y posterior subida del alquiler a precio de mercado.
El desahucio del próximo viernes  vuelve a remitir a los objetivos de la Sociedad  de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria,  Sareb, una operación del Estado  que sigue pendiente de supervisión para hacerle cumplir los fines  para los que fue creada con parte del dinero de todos los  contribuyentes. A pesar de sus pérdidas continuas y la falta de  dirección política social ha visto alargada su vida útil, durante  el estado de alarma, de los 15 años inicialmente pactados a un  tiempo indefinido. Esto supone convertir el aval del estado al  rescate del 2012 en indefinido también.
Al cierre de esta nota, PAH Vallekas  informa que el procurador de Sareb ha solicitado la paralización del  desahucio sin fecha, por la situación provocada por el covid-19 de la familia de  Victoria y por la reincorporación escolar de las hijas de Susana.  Sin embargo, la paralización no será firme hasta que no se  pronuncie la jueza. Mientras eso sucede PAH VAllekas sostiene su  convocatoria para este viernes 4 de septiembre.
Derecho a la vivienda
        
            
        
        
Orden de desahucio en un edificio de la Sareb para una inquilina recién operada del corazón
        
      
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